Conociéndonos un poco

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Mi pequeña Dan se aleja de mí y saluda de manera respetuosa a Sara.

— Buenos días — Dice ella siendo amable y linda, pero Sara la mira sin poder saber quién es ella o en que reunión importante la ha visto.

— Ella ya se va, siéntate por favor y Sara … disculpa pero tengo cosas importantes que hacer así que por favor sal — Parece molesta pero es algo que me da igual y sale azotando la puerta, pero mis ojos solo miran a mi pequeña Dan.

— Siéntate, ¿cómo has estado? — Pregunto de inmediato señalando la silla para que tome asiento y me recargo en el escritorio frente a ella que parece confundida.

— Estoy bien gracias, ¿por qué me pidió venir a su oficina? — Mira a otro lado o agacha la cabeza cada vez que nuestras miradas se cruzan, pero la entiendo, yo la miro hipnotizado con una sonrisa de idiota.

— Ehhmmm… traje algunos trabajos que podría checar, además traje los trabajos que devolvió, quizá… quiera checar antes de descartarlos por completo — Extiende la mano para entregarme los documentos.

— ¿Dónde estabas? — Le digo sin más reparo, necesito saber más de su vida, más de ella.

— ¿Disculpe?, estaba… en la oficina — ¿Será que no quiere hablar de eso? ¿o es que no recuerda nada de lo que paso? Que si bien recuerdo ella había consumido algo lo sé.

Trabajamos por un rato, no parece incómoda a mi lado hasta que menciona que debe irse para supervisar a su grupo, pero no quiero dejar de mirarla, deseo cuidar de ella en todo momento.

— Te diré algo, me gusta como trabajas así que te daré la oficina de enfrente — Mira atrás, esta sorprendida y lo que dice me sorprende más a mí.

— Lo siento pero voy a renunciar, en unas semanas me iré de aquí — ¡Imposible!, ella no puede irse ahora.

— Entonces … ocupa la oficina y ahí enséñale el trabajo a tu suplente, y si en ese tiempo logro hacer que cambies de opinión, entonces te quedas, ¿te parece? — Pero está decidida a dejar la empresa.

Aun así acepta trabajar ahí por las siguientes semanas, lo que significa que tengo poco tiempo para conquistarla y ganarme su confianza y su corazón, por qué esa es la meta ahora.

— Oye, que te parece si salimos a cenar — Digo de manera apresurada y eso la incómoda bastante, incluso se traba al hablar.

— Lo siento pero, no puedo — Sale de la oficina de prisa y salgo tras ella, aunque se ve más alegre al marcharse y con eso basta por ahora. Tengo que dejarla ir y voy a buscar a Víctor para darle la noticia.

Llego hasta él y entro a su oficina sin tocar yendo directo al grano.

— No, lo vas, a creer hermano — Creo que jamás eh sido tan feliz en mi vida…

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— ¿Me estás diciendo que la chica misteriosa es Daniela, mi Daniela? — Me pregunta con una sonrisa traviesa.

— ¿Disculpa? ¿qué dijiste? ¿como que tú Daniela? — No me gusta para nada lo que mi amigo ha dicho.

— Bueno no lo tomes a mal pero es muy bonita, a mí también me gusta, solo ay un problema, se va a casar en menos de un mes aunque no pidió sus vacaciones ni nada, pero sobre todo y lo más extraño es que va a renunciar pronto — ¡¿Casarse?!, ¡cómo que casarse!, eso es imposible, ella es mía, se entregó a mí, no dejaré que otro tipo ponga sus asquerosas manos sobre ella, nadie más que yo es digno de darle todo lo que se merece y más.

— ¿Estás bien Nando? — Pregunta Víctor al mirar mi expresión, me he quedado pensando en lo que dijo por un momento.

— Si, oye invita a los del área de publicidad a cenar de acuerdo — Él sonríe de manera burlona, bien sabe que lo hago por ella, rodé la mirada mientras salgo de su oficina, a él no puedo ocultarle nada. Regreso a mi oficina esperando que me avise si es que han aceptado la invitación, jamás había sentido tanta ansiedad en la vida como este día.

Por suerte ellos aceptan felices y pronto se reúnen en un restaurante no muy lejos de la empresa, las chicas me sonríen muy descaradamente, se insinúan demasiado, y en momento es incómodo tenerlas cerca, pero… mi pequeña Dan solo las mira incómoda y avergonzada, parece un poco molesta así que me siento a su lado de manera casual, se supone que está comprometida y debo saber si es cierto.

— ¿Jefa, su boda será pronto verdad? — La tipa de cabello rojo parece disfrutar de la pregunta por alguna razón, pero el rostro de mi pequeña Dan se vuelve triste y le responde de una manera vacía.

— Cualquiera diría que esperas que no me case, me lo has preguntado mucho últimamente — La mira fijamente y ésta se pone nerviosa.

— No jefa como cree, es solo que usted se mantiene tan pura, que pronto se casará y quizá nos deje, sin duda la extrañaré — Dani le responde de inmediato sin dejar de mirarla. — No entiendo de que hablas ¿por qué renunciaría a mi empleo solo por casarme?, aunque ya que te interesa tanto, mi compromiso va de maravilla y pronto me casaré y perderé mi virginidad con mi futuro esposo y si tienes alguna duda ten la confianza de preguntarme — Dice lo último algo molesta, se levanta y va al baño, el resto de equipo se ha quedado en un incómodo silencio; Saco el teléfono que vibra en mi bolsillo — Disculpen —. Digo mientras me levanto para responder y ellas comienzan a susurrar, una en especial parece molesta, así que intento poner más atención a lo que dicen.

— Pues no parece que funcionara, esa maldita aún se va a casar — Alcanzo a escuchar entre el ruido y la música, además ellas susurran y es complicado escuchar.

— Creo que está mintiendo, solo mírenla se ve tan acabada, estoy completamente segura de que algo pasó aquella noche y de que no se va a casar — ¡Estas malditas pirujas fueron las que le dieron la droga a mi pequeña Dan!, voy a destruirlas desgraciadas, envidiosas viejas sin chiste, se arrepentirán de hacerle daño a mi hermosa chica. Aún no tomo asiento cuando Daniela regresa y se despide de prisa. — Disfruten el resto de la noche chicos, debo irme tengo trabajo pendiente — Digo también mientras tomo mi saco de la silla, alcance a ver sus ojos, están un poco rojos debió llorar en el baño; Así que hare lo mismo, marcharme, y salgo tras ella, no la dejaré irse sola a casa.

— Descuiden pidan lo que quieran yo pagaré todo, el señor ya me conoce, también debo irme lo siento — Salgo rápido para no perderla de vista, no le doy tiempo a los demás de despedirse. Ella camina con la cabeza agachada, sola en silencio, hasta que la veo limpiarse las lágrimas y decido acercarme a ella.

— ¿Estás bien? — Se limpia las mejillas antes de mirarme pero no a los ojos.

— ¿Qué hace aquí? — Me pregunta, su voz se escucha algo desanimada y me molesta.

— Solo caminaba y te vi, ¿vives lejos de aquí? — Seguimos caminando mientras intento sacar la plática, pasamos por una tienda y compramos unas cervezas que tomamos sentados frente a su casa mientras comenzamos a platicar con más confianza, solo supe que su madre se llama Victoria y que es una maldita bruja, así que le conté un poco de mi vida, una buena y llena de felicidad sin ninguna clase de dificultad, sin ningún problema, así que prefiero callar y escucharla hablar el resto de la noche; Aunque deseo tanto besarla de nuevo, pero sé que no es una buena idea, debo esperar y terminar de averiguar que fue lo que pasó realmente esa noche.

— Es tarde debo ir a descansar — Solo muevo la cabeza afirmando y la miro entrar a una pequeña casa, demasiado pequeña y parece muy sencilla, no puedo dejar que ella viva de esta manera, debo sacarla de aquí pronto, pero ¿cómo haré que confíe en mí y sacarla de este horrible lugar sin que me tome por un loco obsesivo que solo quiere aprovecharse de ella?

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