La tonta lechuga

( Narra Daniela).

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Estoy de nuevo en un restaurante con Carlos, que me mira con más deseo que un niño a un caramelo lo que me pone muy incómoda.

— Todo está listo preciosa, la iglesia las flores, el vestido, la comida, contraté a una banda pequeña que conozco de hace un tiempo te va a gustar, no será una fiesta larga, además de los boletos para la luna de miel, te llevaré a París, pero antes pasaremos la noche de bodas en un hotel que encontré, es muy exclusivo y además es muy caro, creo que te gustará — Todo parece ir más que bien últimamente, todo encaja según su momento; Incluso el clima al parecer será perfecto para ese día ya que estará nublado. Según el pronóstico del clima lloverá, este hombre es tan sombrío que supongo que por eso eligió esta fecha.

— Ensalada gracias, es muy amable por elegir por mí — De nuevo me ha pedido una ensalada, ¡ni siquiera tiene nueces!, Nando siempre me deja pedir lo que quiero, incluso me ha comprado dos postres, tengo antojo de algo dulce y solo cenaré está tonta lechuga.

┬─┬ノ( ͡° ͜ʖ ͡°ノ) * Podría tomar este tonto plato y arrojarlo sobre su estúpido rostro, que fuera alérgico a la lechuga y se hinche como un pez globo, con gusto le clavaría la inyección antialérgica y luego olvidaría llamar al 911, no me preocupa ser viuda sin casarme * (｡•̀ᴗ-)✧ .

— La verdad creo que es muy grande, así que te llevaré en unos días, ¿Qué opinas? — Su conversación es tan aburrida que mis pensamientos hablan más fuerte.

— Si está bien — Acepto a lo que sea que haya dicho, solo deseo ir a casa. Después de “cenar” me deja frente a mi casa y entro sin mirar atrás, pero tengo hambre y ya es noche como para salir sola a buscar algo. Justo el timbre suena, creo por un instante que puede ser ese loco de nuevo, quizá quiera entrar y hacer algo indebido; Tomo el teléfono y marco el número de la policía, si intenta sobre pasar la línea solo presiono y ellos estarán aquí en cinco minutos.

— ¿Quién es? — Pregunto antes de abrir.

— Traigo su pedido — Yo no ordené nada, así que eso le digo al hombre.

Es a nombre de Fernando García — ¿Y quién diablos es ese Fernando Gar… .?, ¿será que?.

— ¿Nando pidió algo? — Abro la puerta y traen dos bolsas, las tomo y busco mi cartera para pagar.

— Ya está pagado, el joven hizo el pedido en persona y dijo que usted lo recibiría, fue muy específico el dijo, mi novia tiene hambre y llegará noche así que por favor hagan la entrega una vez que los llame, deben ser puntuales, incluso nos dio una buena propina así que lo mínimo que podemos hacer es atenderla bien, buen provecho — Dice el chico súper amable, le agradezco y entro cerrando bien la puerta. Dentro de las bolsas hay una cena completa con todo y postre, ¿cómo supo que tendría hambre?, miro por la ventana pero no hay nadie. Pienso que en algún momento tocará y me sorprenderá diciendo que cenará conmigo, pero no pasa, así que como a gusto sola, sonrío al recordar lo que dijo el repartidor… su novia. Guardo las sobras y me lavo los dientes con una tonta sonrisa que no puedo borrar y voy a descansar, con la pancita llena y feliz.

Puse la alarma más temprano, así que estoy lista media hora antes y miro por la ventana con la esperanza de que Nando llegue temprano, aunque no quedo en ir por mí, espero que lo haga, algo en mí desea tanto que llegue pronto y poder verlo al fin.

¡Y así fue!, lo veo estacionarse frente a la casa, acomodo mi cabello y retoco mi labial de prisa; Espero a que toque, pero el no baja del auto, no puedo mirar dentro y tampoco puedo salir es muy temprano.

— ¿Qué estás haciendo? ¡baja ya y toca la puerta! — Cojo una manzana y la como despacio mirando por la ventana; Miro la hora, pasaron treinta y cinco minutos hasta que sale del tonto auto y toca al fin la puerta.

— ¡Al fin! — Prácticamente corro hasta la puerta, tengo mi bolsa en la mano lista para irnos.

— Hola, ya estás lista — ¡Ay no!, ahora que lo pienso estoy siendo muy obvia sobre que lo esperaba, ( disimula disimula ).

— Si, justo estaba saliendo al trabajo, no sabía que vendrías —.

¿De verdad?, es que yo… bueno… solo pasaba por aquí y pensé que tal vez aún no te ibas y por eso toqué y solo fue suerte — Se rasca la cabeza mientras dice todo esto. Y claro que no me trago ese cuento, pasaba por aquí y decidió estacionarse más de media hora frente a la casa.

— Entonces… nos vamos — Asiente y salimos al trabajo.

— ¿Ayer saliste con tu amigo?, ¿Qué tal la velada? — Me pregunta de pronto.

— Horrible — Digo sin problemas, quejándome de la tonta ensalada, pero Nando solo se ríe, supongo que de la forma en que me quejo y como sacudo las manos.

Bajamos del auto, pero yo continuo hablando de la ensalada, hasta que llego al punto dónde llegó la comida que él había enviado.

— Gracias por la cena que enviaste, creí que llegarías pero no lo hiciste, aún así gracias — Él solo está ahí con una sonrisa mirándome.

— ¿Te gustó?, no estaba seguro de que comprar así que pedí un poco de todo, el problema fue con los postres se cuánto te gustan y no podía elegir uno, incluso a ti te cuesta mucho elegir, siempre quieres pedirlos todos — De repente se pone tímido, se ve tan adorable y en el ascensor solo estamos los dos.

Acomodo mi cabello pero este se enreda en una de mis uñas.

— Se atoro está cosa — Nando se acerca tomando mi mano, una de mis uñas se rompió, por eso se ha enredado en el cabello.

— No te muevas — Arregla el problemas pero sigue sosteniendo mi mano.

— Te rompiste la uña, ¿te duele? — Niego mientras él acaricia mi mano, su tacto se siente muy bien, pasa la otra mano en mi cabello acomodando los mechones desalineados y nuestras miradas se cruzan, siento un cosquilleo en el estómago y llegamos al piso. Al abrirse la puerta cada quien va a su oficina sin decir nada más; No es como que sea incómodo es más bien por contener mis emociones. Raúl me espera listo para trabajar, solo me quedan unos días y una semana para capacitar a mi suplente, así que pongo manos a la obra. Y hablando de manos, vuelvo a pasar la mano en el cabello y este se enreda de nuevo, ahí estoy yo, intentando soltarlo sin lastimarme. Si querer miro por la ventana y Nando se ríe de mí.

— ¡Que oso!, no podría hacer cosas más ridículas frente a él — Debo cortar esta tonta uña.

Arreglo ese problema y termino algunos documentos pendientes.

— Le traje estos papeles — Raúl trae algo para mí, Nando me ha dado un poco de trabajo extra que me mantiene hasta más tarde en la oficina; Todos habían salido pero él esta esperando por mí.

— Gracias por la ayuda, aún no cenas, que te parece si pedimos algo aquí — Dice Nando mientras le entrego los últimos documentos y acepto mientras revisamos el trabajo. Pedimos pizza con queso extra claro. Es interesante como Carlos intenta hacer que desaparezca dejándome más flaca que un hilo, pero Nando planea engordarme como puerco, pero nadie puede decirle que no a una pizza, así que… lonjita has espacio que ahí va más grasa.

Después de las once detenemos el trabajo y me lleva hasta la casa, se apresura a bajar para abrir la puerta del auto, no es la primera vez que lo hace y me parece muy lindo, en verdad es un caballero.

Me acompaña hasta la entrada, el silencio es largo pero no incómodo, además caminamos muy despacio.

— Arregla esa uña para que no te lastimes más el cabello — Dice mientras acaricia de nuevo mi cabeza, está vez tocando mi nuca, mi cuerpo reacciona a él, poniendo mi piel chinita, mi cuerpo reaccionó al toque de su mano como… era como si ya hubiera pasado esto, deja vú supongo.

— Debo entrar ahora — Me quedo en la puerta hasta que se aleja y las luces de su auto desaparecen.

Una sonrisa sale de mí de oreja a oreja, mi estado de ánimo esta al máximo de felicidad. Me siento tan bien que al despertar, busco una prenda que combine con mi estado de ánimo.

En cuanto escucho la puerta abro, pero la persona que está ahí hace que todo se fuera por el caño, al fin logré que mi sonrisa desapareciera, comenzaba a dolerme la cara jamás había sonreído tanto.

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