Entre mis sueños y la realidad 1.

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— Okey no te preocupes yo lo resolveré, pero ¿puedo preguntar quién es? — No sé si deba preocuparme por esta situación, pero en él puedo confiar por completo, por algo es mi mejor amigo.

— Creo que es el prometido de Daniela, revisa todo sobre él, cada detalle y hasta el tipo de aire que respira, pero debe ser rápido necesito algo de él pronto — Caminamos juntos hasta la entrada de la casa.

— Déjalo en mis manos, yo me haré cargo de todo — Me dice antes de irse. Ya en casa tomo un baño rápido y llevo la computadora a la cama para terminar algunos trabajos, sonrío en todo momento solo al pensar en Dan; Mañana estaremos juntos y no por trabajo, más o menos.

— ¿A qué hora debería ir por ella? — No lo mencionamos en ningún momento durante la charla, así que decido llamarla y jalo el teléfono que está en el buro.

— Aún no le pido su número, entonces… llegaré temprano y la llevaré a almorzar — No puedo hacer otra cosa si no hay un acuerdo de horario, supongo que tendremos que pasar todo el día juntos y parte de la noche, así es el destino, te atrae a la persona correcta no importa cuánto te alejes.

— No tenemos opción pequeña Dan, solo estar juntos — Y dejando de lado todo, decido dormir. Durante la noche sueño con los besos de mi pequeña Dan, caminamos de la mano en la cuidad nocturna y la nieve cae, sus ojos azules me miran llenos de amor y sonríe feliz.

— Te amo — La escucho decir mientras sostengo su rostro entre mis manos para darle calor.

— Te amo — Le digo para después darle un beso largo. Un sueño perfecto que sin duda deseo realizar con ella, pero por ahora solo un sueño bello y perfecto.

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( Narra Daniela) .

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La semana termina, pasar tanto tiempo con Fernando ya no es tan extraño, y sonrío al pensar en él como una niña.

— Nando, ¿cuánta confianza crees que tenemos? — No creo poder llamarlo de esa manera aunque, no recordaba su nombre real hasta hoy, por eso antes solo era el jefe o presidente; Y mañana nos reuniremos para ir de compras. Es la primera vez que saldré a comprar esa clase de cosas con alguien que no es mi madre, aunque mi ropa es bonita, la mayoría es de segunda mano ya que ella no me dejaba gastar demasiado, me sentía nerviosa pero al fin logro conciliar el sueño.

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Sueño como siempre con ser libre, esta vez llevo un vestido de novia y corro lejos de la iglesia, de mi madre y de Carlos mientras gritan tan enojados, no pueden alcanzarme y voy de la mano de un hombre, un hombre sexy sin camisa, es el mismo de la otra noche, con la corona de reina en la espalda; No puedo verle el rostro, pero no me importa, solo el hecho de que gracias a él ahora soy libre. Dejaré de cargar con la responsabilidad de mi familia, o eso espero, las zapatillas son muy lindas y nos encontramos en el parque recuperando el aliento.

— ¿Estás bien? — Escucho su voz y cuando miro de nuevo al hombre este se ha ido y la mano que sostengo es la de mi jefe, la mano de Fernando que me mira y sonríe tan feliz. Mis ojos se abren de golpe y me siento confundida, ¿por qué él está en mis sueños?, eso no es normal y tampoco es como que tenga sentimientos hacia él, si hace solo una semana que lo conozco, es muy lindo y todo, pero solo somos amigos; No debo crear pensamientos tontos entre mi jefe y yo cuando él solo se ama a sí mismo, además jamás saldría con una chica como yo, de clase baja y con un mundo de problemas. Pero este, sin duda es un sueño que sin duda grita mis deseos de libertad.

Tomo un baño cuando la puerta suena, termino pronto y miro por el picaporte, es Fernando, ¿Qué se supone que hace aquí tan temprano?.

Toca de nuevo la puerta, parece ansioso así que abro la puerta pues puede ser una emergencia.

— Buenos días, ¿te desperté? — Dice tan feliz con esa sonrisa suya, amplia en el rostro, abro la puerta para dejarlo pasar, pero no es mi intención que me viera en toalla.

— Pase por favor, solo iré a vestirme y saldré de inmediato — Solo asiente y me alejo rápido hacia la habitación apretando los labios sin mirar atrás.

— ¡Qué vergüenza!, me miraba con la boca abierta, de seguro pensará que me estoy insinuando o algo así pero yo no soy de esa manera — Mis mejillas están ardiendo, su mirada es muy intensa cuando ve algo diferente, o esa es mi impresión.

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( Narra Fernando) .

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Cuando me levanté solo me di un baño rápido y salí en busca de mi pequeña Dan, no pensaba en nada, esperaba incluso despertarla; Pero cuando me abre esta en toalla recién bañada, el olor de su cuerpo es tan delicioso, recordé la suavidad de su piel al tacto, si me muevo me lanzaré sobre ella y la llevaré a la cama de nuevo; Deseo tanto tenerla en mis brazos, y solo quedo paralizado mientras ella se aleja, debo resistir el deseo de besarla, no perder la cordura, <<< Vamos Nando tranquilo >>>.

— Ya regresé — Trae un pantalón de mezclilla y tenis, tan hermosa incluso con algo tan sencillo.

— Como no pusimos un horario creí que sería buena idea llegar temprano e invitarte el almuerzo — Ella sonríe aliviada mientras rasca su cabeza y mira el suelo.

— Ya veo… si está bien, así tendré tiempo de arreglarme y todo eso, para la noche — Responde con una pequeña sonrisa. Salimos en mi auto hacia el restaurante donde siempre voy a desayunar, es la primera vez que llego con una mujer que no fuese mi madre o Sara, nunca la había invitado pero la encontraba aquí y tomaba asiento conmigo, así que hemos estado aquí varias veces juntos; Muchos nos han visto por eso creían que tenemos una relación, pero siempre lo he desmentido.

— Toma asiento — Jalo la silla para ella, pero parece que no está acostumbrada a la caballerosidad, tampoco eh podido abrir la puerta del auto, siempre baja de manera apresurada.

— Pide todo lo que quieras, debes tener energía para comprar, eh acompañado a mi madre antes y le toma horas encontrar un vestido, así no te sentirás mal, no te andarás desmayando dándome sustos — Le digo causando que ella solo ría ante mis palabras.

— ¿Vas de compras con tu madre? — Me pregunta de manera burlona.

— Deberías escuchar sus reclamos: ¡tráeme una nuera para que vaya de compras, quiero un nieto para mimar!, ¡escucha a tu madre! — Reímos mientras le cuento cosas de mi vida, hasta que Sara llega y toma asiento a lado mío rápido y sin aviso.

— Hola guapo, no te he visto en toda la semana, ¿Dónde has estado? — Mira con desagrado a mi pequeña Dan y para nada me gusta su actitud.

— Eh tenido mucho trabajo ¿y tú cómo estás? — Le digo llamando su atención.

— Te extraño — Acaricia mi mano y se acerca a mí de manera sensual.

— ¿Cuando vas a tener tiempo para mí? me siento sola — Mira de nuevo a Daniela, se lo que está haciendo no soy un niño de diecisiete.

— Yo sé que el trabajo es importante pero que lo molestes incluso en el almuerzo es demasiado — Dice Sara a Dani que no le responde, solo mira a otro lado lo que llena de valor a Sara.

Espero que no intentes conquistar a Fernando, porque sus estándares son muy altos y tú … no pareces tener mucho, a decir verdad pareces ser pobre, las mujercitas como tú siempre intentan conquistarlo por su dinero, pero pierdes el tiempo, el no cae en esas artimañas así que te recomiendo que dejes estos intentos por la paz — Oh no, se excedió, no voy a permitir que le falte al respeto y voy a responderle; Pero no hace falta que la haga callar, eso lo hace mi pequeña Dan, logrando que me sienta orgulloso de ella.

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