Salgamos.

— ¿Disculpe pero, cuál es su nombre? — Le pregunto mientras estoy pensando en Carlos, solo para romper un poco el silencio.

— Fernando, pero dime Nando ¿puedo llamarte Dan? — Muevo la cabeza afirmando.

— Claro sin problema — Digo mientras rasco mi cabeza, no presto tanta atención después de la llamada de mi prometido. Bajo del auto y entro a la casa mientras él se aleja, el color un poco rojizo de las paredes de la casa le dan un toque lindo, me dirijo a una de las habitaciones, todas parecen nuevas, como si nadie viviera aquí, no hay ni fotos, solo marcos vacíos esperando que alguien llene con amor este hogar, incluso la cama huele a nuevo; Elijo la habitación con tonos más blancos, el armario es muy grande y tiene algunas flores pintadas en la puerta color rosa con morado, mucho detalle para una casa nueva, no tiene muchas cosas y acomodar mi ropa no me toma tanto tiempo, ropa interior y ropa para el trabajo, además de un par de zapatos.

La cama es muy grande y caliente lo que me ayuda a conciliar el sueño rápido.

Salgo temprano para ir a trabajar cuando la sorpresa que me llevo al salir hace que despierte por completo, Carlos me espera ahí parado siendo solo el, ¿¡Cómo diablos me ha encontrado?!.

— Sube, te llevaré al trabajo — Dice de golpe. No protesto ni le dirijo palabra alguna, solo obedezco a sus palabras.

— ¿Cómo has estado hermosa?, eh deseado verte durante todo este tiempo — Para ser un hombre de treinta y cinco años se ve increíble, eso hay que reconocerlo, para nada representa su edad, en otra situación me habría gustado aceptar su propuesta de matrimonio, pero ahora es un hombre que me desagrada.

— ¿A qué se debe su visita señor? — Le digo de manera cortante.

— Por favor hermosa, pronto seremos pareja no me llames así, dime Carlos, solo quería verte, además te traje un obsequio — Señala la guantera y abro para ver de que habla, son las invitaciones de la boda las que están ahí, muy bonitas, pero para nada mi gusto, son muy oscuras y prefiero los tonos claros.

— Son para que invites a tus amigos — Dice sonriendo sin dejar de ver el camino y estacionando el auto en la entrada de la empresa.

— Gracias, debo irme con permiso — Salgo del auto antes que él se baje alejándome sin mirar atrás y entro con el pequeño paquete en las manos a la oficina.

Paso primero al área de diseño para supervisar que todos estén ya trabajando.

— Buenos días — Digo sacudiendo la mano, las chicas miran lo que llevo y no lo pueden creer, es más, parecen más molestas que felices, pero solo me doy la vuelta y subo a mi oficina; En el elevador solo miro las invitaciones, de niña deseaba tanto casarme, pero ahora que debo hacerlo por compromiso es tan horrible, extrañamente me siento tan feliz por lo que pasará, definitivamente nadie se lo espera, eso me hace sonreír.

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(Narra Fernando).

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Camino detrás de mí pequeña Dan, ella observa fijamente las invitaciones de la boda en el elevador, así que el hombre que la trajo hoy debe ser su prometido; Pero parece sonreír mientras lo hace, ¿será que está realmente enamorada de ese tipo y está así por lo que pasó esa noche?, ¿se arrepentirá de lo que hicimos?, ni siquiera me recuerda, ¿por qué tendría algún sentimiento hacia mí?, si quiero que sea solo mía y no se case debo esforzarme más o pronto la perderé para siempre, eh esperado tanto por encontrar a una hermosa mujer que me robe el corazón y ahora que la tengo frente a mí no la perderé. El elevador se abre y salgo pero ella no lo hace.

— ¿Bajas pequeña Dan? — Le hablo al notar que sigue pensando, pero solo levanta el rostro y me mira fijamente con los ojos tan abiertos que parece se le saldrán, sus hermosos ojos azules me miran como si hubiese visto un fantasma, se vuelve pálida, sujeto la puerta del elevador para evitar que se cierre y me acerco para sujetarla, creo que va a desmayarse.

— ¿Te sientes bien Daniela? — La saco y la llevo hasta mi oficina.

— ¿Te encuentras bien, parece que viste un fantasma? — Ella sostiene su cabeza, pido agua y algunas medicinas para el mareo.

Estoy bien, lo siento, no desayuné y el elevador me mareo un poco — ¿Un poco? cambio de color por completo. Pido el desayuno y pronto se siente mejor, así que comenzamos a trabajar; Quería que fuera a casa, pero ella insiste en quedarse, quizá solo fue eso, mañana comenzaría el fin de semana debería descansar; Pero pienso que debo buscar algún pretexto para tenerla cerca, así que la invito a un evento de trabajo con el pretexto de que fue de último momento y debo ir acompañado, aún que claro me rechaza de inmediato.

— Vamos Dani, será de trabajo pero divertido a la vez — Uso un poco de mi encanto debo aceptarlo y no me rindo hasta lograr que acepte.

Por la tarde nos llevan la comida, ahora voy a cuidar de su alimentación para que no se ande desmayando en cualquier lugar.

— ¿Qué tal la casa donde te estás quedando es cómoda? — Le pregunto para saber si le ha gustado el lugar mientras toma un bocado de la comida.

— La verdad parece nueva, como si nadie viviera ahí, Víctor dijo que es de un amigo y que necesitaba de alguien que la cuidara en su ausencia y por cierto … ¿dónde está?, no lo eh visto en días, además… ¿por qué nadie viene a su oficina? — Es cierto le había pedido que nadie nos molestara, es demasiado obvio que no quiero que nadie venga a interrumpir así que le envío un mensaje a Víctor y le pido que actúe normal o mi pequeña Dan terminará asustada, terminamos algunos trabajos mientras la noche cae afuera.

Ya es tarde cuando el trabajo se termina, así que la llevo a casa.

— Oye Dani que te parece si cenamos y platicamos sobre la cena de mañana — Esta vez acepta rápido, estaba listo para rogarle y que no pase me hace feliz ya que eso demuestra que no le molesta estar a mi lado. Vamos a un restaurante cercano que estoy seguro le gustará, está en un edificio y la vista es muy linda, además es bastante privado.

— Mira, esta clase de eventos son muy elegantes — Comienzo a decir después de que toman nuestra orden.

— No quiero que pienses que soy engreído o algo así pero … me gustaría comprarte un vestido para mañana, si estás de acuerdo claro, no pienses que es porque me causas vergüenza o algo así, solo quiero que te sientas cómoda ya que las mujeres que van, todas llevan vestidos nuevos y así y me preocupa que tú, que tu … — Ella sonríe al escuchar lo que balbuceo.

— ¿Por qué está tan nervioso? — Me pregunta, ahora se burla de mí, debo parecer un idiota.

— Es que siempre me rechazas y no sé cómo pedirte las cosas para que digas que sí, eres la única mujer a la que le pedido las cosas más de una vez sabes, ni a mi madre — Parece que no puede creer en mis palabras.

— ¿Debe estar acostumbrado a que todas acepten a la primera cierto? — Y ella da en el blanco con su comentario mientras toma un poco de agua, pero a ella le rogaría mil veces si es necesario.

— ¿Entonces me dejas llevarte de compras? — Le pregunto y ella frunce el ceño como si no entendiera.

— ¿Quiere que vaya con usted para escoger el vestido? — No entiendo su pregunta.

— Claro, de que otra manera lo escogerías, no creerás que lo escogeré por ti ¿qué clase de persona hace eso? — Sonríe muy feliz y acepta salir conmigo cambiando su estado de ánimo.

Ahora tengo pretexto para tenerla durante el día y la noche, no dejaré que ese tipo se le acerque, no lo quiero cerca de ella.

La llevo hasta la casa donde se queda, estoy por bajar para abrirle la puerta pero ella siempre baja rápido sin darme tiempo.

— Hasta mañana — Me dice sonriendo y regreso a mi casa donde Víctor está tomando un trago, había tomado una fotografía del auto y del prometido de mi pequeña Dan.

Hola enamorado — Dice el tonto en tono de burla.

— Víctor, necesito que investigues a este tipo, quiero toda su información y pronto — Se ve muy bien la matrícula, debo encontrar su secreto más oscuro y alejarlo de Dan lo más rápido posible, antes de la boda, no la perderé en manos de un tipo que no la merece y menos sin dar pelea.

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