Una noche inolvidable

El semáforo en rojo me detiene, la música suena despacio, el tipo con la moto a mi lado no lleva casco y las personas que van a pie llevan prisa, incluso una chica a la que se le cae un pequeño portafolio rosa y tiene que volver por él.

— Con cuidado — Le digo desde mi Mercedes, pero claro que ella no me escuchará jamás, los vidrios de mi auto están arriba y ella trae una gorra que no deja que su rostro se vea.

— Quizá seas fea, no todos tienen mi suerte, pero tienes bonito cuerpo aprovecha eso — Y el semáforo cambia, llego a la oficina y las personas se mueven rápido.

— Buenos días, ¿ya llegó Víctor? — Pregunto a la secretaria que termina su maquillaje.

— Si señor el está dentro en su oficina, le avisaré que ya llegó ¿le llevo un café? — Solo muevo la mano y sigo caminando.

Pongo el saco gris en el perchero y veo mucho trabajo en el escritorio; Levanto la mirada, la oficina de al frente está desocupada, aún no sé porque, pero se que ese lugar será para alguien especial, los tonos claros de mi oficina dejan entrar mucha luz y las plantas verdes que tengo le dan paz a mi cabeza, pero no este día. Mientras busco un archivo en la computadora la secretaria trae un café que pone demasiado cerca de unos papeles importantes, sin notar muevo la mano y derribo el vaso.

— ¡Me lleva la …! — Levanto todo de prisa y pongo las cosas a un lado, separando todo para no perder nada que fuese importante, justo en ese momento llega mi secretario general, mi amigo y mano derecha Víctor.

— Toma esto — Es un pequeño paquete de cosas sin revisar, pero siento el de abajo mojado.

— ¿Qué le hago? — Me pregunta mirando el desastre.

— Que vuelvan a hacer todo esto, no lo quiero así — Respondo irritado, Víctor sale de mi oficina con los papeles sin revisar. Tengo que redactar y revisar papeles que ya había terminado, incluso un contrato muy importante se estropeó, un mal día, súper estresante, así que debo sacar mi cansancio con una compañía especial.

Después de arreglar todo, llamo a la casa de citas dónde pido a mis acompañantes para recibir un trato especial, además son muy discretos ahí, puedo tener confianza y que los medios no hagan un escándalo de estas acciones.

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— Sube a la chica en cuanto llegue — Le digo al guardaespaldas que me acompaña y subo al pent-house.

El hotel es mío; lo adquirí cuando el lugar entro en crisis e iban a cerrarlo, así que lo compre y remodele a mi gusto, es un lugar al que pocas personas tienen acceso y los periodistas se mantienen lejos, es un lugar al que no tienen acceso no importa cuánto lo intenten.

Miro la ciudad nocturna, todos parecen felices al caer la noche, vuelven a casa con sus familias, otros celebran con sus amigos, pero yo…

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Yo estoy solo, la única compañía que tengo es el amor comprado de estas mujeres, me quito la camisa mientras sigo parado frente a la ventana con un vaso de whisky, me da envidia ver a esos hombre que pasean con sus chicas, incluso llevan hijos; Deben ser tan felices, ningún problema puede destruirte cuando tienes al amor de tu vida a tu lado.

Escucho que la puerta se abre, no miro atrás, supongo que es alguna chica de siempre; Pero al no escuchar a nadie hablar, miro de reojo y veo a una chica rubia tocándose, lo que me saca una sonrisa.

— Apaga la luz — Le digo mientras me acerco, pero ella tiene los ojos cerrados y con su mano libre obedece sin reparo.

La hermosa rubia parece desesperaba por tener sexo, pero aún así siempre me he cuidado, es realmente bella. Es una lastima que termine en esta situación, si bien podría enamorarme de ella, si la situación hubiera sido otra claro, pero no quiero compartir el resto de mi vida con una mujer de esta clase, que da su amor por dinero.

Tocan la puerta justo en la mejor parte lo que me molesta y solo grito desde donde estoy que me dejen en paz, no importa que problema hubiese, no planeo detenerme hoy y no vuelven a llamar. Así que me acerco a la pequeña Dan, toco su suave piel con la punta de mis dedos, ella responde tan bien al tacto, esta lista para recibirme y me acerco para entrar, pero al sentirla me detengo.

— ¿Pequeña Dan, esta es tu primera vez? — Me alejo un poco pero ella me detiene, la hermosa rubia me mira a los ojos mientras deslizo los dedos por su piel suave acercándome de nuevo.

— Si, pero no te detengas por favor, te necesito — Ya he pagado por ella, supongo que en la compañía saben lo que hacen; Y aprovechando la ocasión, me quito el condón para disfrutar por completo de ella.

Avanzo despacio, pero ella está muy ansiosa por sentirme por completo; Me acerco a ella para besarla, cosa que no hacía con esa clase de chicas, pero ella es completamente mía, sus besos son inexpertos y hace su mejor esfuerzo.

¿Habías besado antes pequeña Dan? — Digo con una sonrisa al conocer ya la respuesta.

— No, jamás pude hacerlo — En definitiva es completamente mía, en todos los sentidos y eso me encanta.

— ¿Quieres que me detenga? — Pero se aferra a mí con más fuerza y comienzo a entrar en ella, su respiración es agitada, sus quejidos tan delicados y espero hasta que ella comienza a moverse sola una vez estuve por completo dentro, ahí la noche se vuelve placentera, cada beso y cada movimiento vale la pena, ella solo se deja llevar por mí y toda la pasión que desborda tomándome como si fuera mi dueña hace que nada importe en este momento, acaricio sus pechos mordiendo sus pezones mientras arquea la espalda de placer, algunas marcas quedaron en ella como prueba de su entrega.

— Oh pequeña Dan, eres perfecta — Digo mientras la jalo a mí dejando un beso intenso en sus labios antes de terminar de nuevo, esta realmente exhausta hasta que el cansancio la vence, nuestros cuerpos sudan, pero ella se aferra a mí.

Mañana saldrá de aquí con una gran experiencia, se veía tan ansiosa, debió tomar algo para estar aquí, así que tuve el mayor cuidado al tomarla, algunas chicas lo hacen, <<>>.

Disfrutamos tanto la noche, estoy tan exhausto, lo hicimos de todas las formas seguro mañana no podrá caminar bien. En algún momento puso su cabeza en mi hombro, mientras su pierna se enreda en la mía, es extraño, además es la primera vez que una mujer duerme en mi pecho, con su brazo me aprieta a ella, sin duda soy su colchón esta noche, soy completamente suyo, por primera vez me entrego a una mujer por completo.

— Me pregunto que tan mal tiene que irte en la vida para que tuvieras que vender tu cuerpo pequeña Dan, pero ahora que eres mía, te ayudaré, eres muy hermosa para dejar que cualquier imbécil te toque — Esta bella mujer realmente es solo mía y no la dejaré ir tan fácil, ninguna antes había llamado mi atención como lo hace ella, las sábanas se han perdido en alguna parte de la habitación; Pero el calor de nuestros cuerpos es suficiente, así que decido dormir también al lado de la pequeña Dan, que me ha entregado la mejor noche de mi vida.

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