Quiero verte

Después de esa increíble noche con mi pequeña Dan, no quiero dejarla sola, así que paso el resto de la noche a su lado, ha sido la primera vez que hago esto y no quiero que despierte sola, ahora nace en mí el deseo de que solo mis manos puedan tocarla, así que voy a llamar a la compañía para volverla solo mía a partir de hoy; La disfrutaré mucho antes de dejarla ir, si es que lo hago, claro que, lo estoy viendo muy difícil, creí que era como las otras pero en definitiva no lo es, me intriga el saber qué fue lo que la obligo a terminar vendiendo su cuerpo, debió ser algo horrible, pero es tan hermosa de pies a cabeza que con solo mirarla me pierdo en ella, en esos ojos y esa piel.

— Pequeña Dan te ayudaré a salir de esto, no te preocupes no te dejaré sola, no ahora que eres mía — Ella gira dándome la espalda así que la abrazo y le doy calor mientras se acurruca en mis brazos, su piel es muy suave y me agrada tanto tenerla cerca.

Cuando amanece pido el desayuno, ella sigue dormida, ha sido una noche larga e intensa.

Ahí estoy yo, sonriendo como niño mirándola dormir con un brazo arriba usándolo de almohada. Me doy un baño y el maldito teléfono suena, es de la empresa; Un problema ha surgido y tengo que ir de inmediato, enserio no quiero dejarla sola pero no tengo otra opción, así que pido a mi guardaespaldas que la proteja y le de todo lo que necesite, además de algunos analgésicos y dejo la orden de que debe esperarme aquí. Yo volveré para hablar con ella y conocerla mejor, debo saber la razón por la que ha hecho esto, antes de salir le dejo una de mis tarjetas y una nota.

(Pequeña Dan, úsala para comprar todo lo que desees, no tiene límite, sal a comprar lo que desees y regresa aquí después, quiero verte de nuevo) Al salir las noticias no son muy buenas, un empleado se ha herido así que salgo directo a la fábrica.

— ¿Qué pasó? — Pregunto al encargado.

— Uno de los empleados nuevos metió la mano y la máquina le ha aplastado el dedo, creo que lo perderá, ya está en el hospital pero debemos pagar todo ya que apenas entró y no está dado de alta en el seguro médico — Eso significa mucho dinero por gastar.

— Bien, debes mantener al tanto a Víctor sobre la salud del chico y quiero que investigues bien que pasó, revisa las cámaras ¿Y dónde está la persona a cargo de la capacitación? — Digo pensando en otras cosas y después me dirijo a las oficinas, aunque por alguna razón no me molesto en nada sobre lo sucedido, solo pensar en mi pequeña Dan me saca una sonrisa. En este momento, ni el tráfico, ni el que mi secretaria no esté en la entrada me molesta.

— Vaya ¿La noche fue muy buena verdad? — Víctor entra a mi oficina acomodando su cabello.

— No tienes idea, conocí a una chica hermosa, ella me gustó mucho — Giro sobre la silla como chico enamorado.

— ¿De verdad? Eso sí me sorprende ¿Y quién es? ¿La conozco? — La curiosidad brilla en su mirada, debe querer saber todos los detalles el chismoso.

— No lo creo, pero la conocerás pronto — Estoy a punto de llamar a la compañía de chicas pero ellos me llaman a mí, lo que me sorprende.

— Buenos días, antes de que diga algo, por favor discúlpenos, pero cuando la chica llegó el guardia dijo que otra ya había llegado intentó hablarle pero usted no salió, le juro que ella no llegó tarde — La mujer detrás del teléfono se disculpa una y otra vez, pero no puedo concentrarme por sus incesantes palabras.

— ¿Entonces?... ¿Ustedes no mandaron a la chica de ayer? — Pregunto mirando a Víctor que no entiende nada.

— No señor, lamento los inconvenientes, no volverá a pasar — Pero si ellos no la enviaron ¿Cómo fue que ella llegó hasta mí? Algo está mal y debo resolverlo; Llamo al guardia del hotel y le pido que no la deje ir, debo hablar con ella y saber que pasó anoche, así que me apresuro para ir a su lado.

— ¿Víctor dónde están los papeles que ayer te pedí? —.

— Se los entregué a la gerente del área de diseño, pero aún no llega — Responde señalando la puerta por alguna razón.

— Sabes que… hay que organizar una reunión con todos los empleados ¿Cuándo podríamos hacerla? —.

— La próxima semana, les avisaré a todos —.

— Bien ¿Hay algo más que deba hacer hoy? — Revisamos ambos las agendas pues estamos bien organizados

— Tienes una reunión, al medio día y es todo —.

— Okey entonces… — Una llamada entra y veo el nombre de mi guardaespaldas que ahora está vigilando a mi pequeña Dan.

— Señor, la señorita se ha ido — ¡Demonios! Lo que faltaba.

— ¿A dónde fue? — Digo un poco molesto.

— Dijo que se iba y que no volvería, que debía ir a trabajar y que ella no es una prostituta —.

— Pues síguela y no la pierdas o lo que se perderá será tu empleo — Cuelgo y pongo el teléfono con fuerza sobre el escritorio, pero la duda se vuelve más intensa en mi cabeza, es obvio que ella no se dedica a esto y mucho menos vendió su virginidad, lo que significa que alguien intentó dañarla.

Salgo de la oficina hacia la reunión, cuando frente a mí pasa Dan que camina despacio, la duda por saber a dónde va se apodera de mí y estaciono el auto rápido para ir tras ella; Pero no puedo alcanzarla, apenas he salido de la compañía no lo comprendo, salgo siempre por la parte de atrás como los altos ejecutivos lo hacemos normalmente, así que ahora estoy parado enfrente de las oficinas. Pero a ella no puedo verla por ningún lado y no supe nada más durante una semana, una larga e infernal semana en la que cada segundo pienso en ella y dónde estaría; Necesito besarla, ninguna mujer había logrado que me sintiera así, Dan ha sido mía y ahora está lejos, voy a enloquecer si no la encuentro pronto.

Llamo a un investigador, pero la información sobre ella no es mucha, solo sé que se llama Dan, parece como de veintitrés años, se tiñe el cabello, si algo sé es que debe tener descendencia latina, pero su acento suena muy normal como si siempre hubiese vivido aquí en California, quizá es ilegal, tiene unos bellos ojos color azul, debe medir quizá un metro sesenta y cinco.

— Donde sea que te escondas te encontraré pequeña Dan, y te quedarás a mi lado — Digo y pienso eso a menudo sintiendo que me vuelvo loco.

Víctor ha notado mi actitud diferente y me cuestiona sobre mi mal humor, así que le cuento la situación, pero no sabe que decir; Todo es un caos, debo saber dónde está y si se encuentra bien, quizá algo malo le ha sucedido y debo saber cómo es que ella llegó a mi lado, si el destino nos ha cruzado, entonces debo hallarla y mantenerla a mi lado cueste lo que cueste.



Víctor y sus bellos ojos verdes

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