Capítulo 20

Con motivo de la subasta el hotel había reservado algunas habitaciones para los asistentes más adinerados y las modelos más aclamadas yo era una de ellas; me alegré por eso pues de lo contrario habría tenido que soportar a Marcos en el viaje rumbo a donde nos hospedábamos.

Aunque no fuimos a casa el viaje por el pasillo fue bastante difícil Marcos me seguía esperando que fuera yo quien dijera las primeras palabras. Lo complací deteniéndome en una parte alejada del pasillo

-Es obvio que no has hecho esto para usar el traje.(me crucé de brazos y lo miré con todo el desprecio que pude reunir)¿o es que lo quieres para alguien? ¿Sophie quizás?

-Tenía pensado comprarlo para devolvértelo. Sé el aprecio que tienes por las cosas de tu madre.

Me costó mantener el enojo después de escucharlo pero me enfurecí ante mi debilidad y arremetí refutando sus argumentos.

-¿Me crees imbécil? Soy muy consciente de que sabes que botones apretar para calmarme . Esta vez no usarás el recuerdo de mi madre para ocultar tus verdaderas intenciones. Que solo son joder a París y de paso a mí también.

Me di la vuelta tomando rumbo al ascensor pisando fuerte de tal manera que si hubiera llevado tacones mis pasos hubieran retumbado en el lugar. Él seguía detrás de mí y tuvo que alzar la voz cuando preguntó

-¿Por qué querría joderte a ti?

-¡Esa no es la pregunta! La pregunta es¿porque quieres joder a París? sé que se conocen y hay algo más entre ustedes.

-Si sabes que hay algo entre él y yo ¿por qué no se lo has preguntado? Pronto él será más que un simple pretendiente, que sea el quien despeje tus dudas .

-No me enredo Marcos, quiero una respuesta sincera y la quiero ya. Lo que paso ahí adentro no tiene sentido.

-Yo no soy el mentiroso de esta película Elena. Tenlo presente

Ahogue una risa irónica

-Puede que no seas el mentiroso, pero eres el tercero en discordia por entrometerte en una velada de ensueño.

-¿Una velada de ensueño? (repitió)para ti una velada de ensueño es dejarte toquetear por un desconocido que solo te quiere por conveniencia.

-¡No Marcos! Mi velada de ensueño era discutir con un tipo que podría ser mi padre ¡no te jode!

-Los dos sabemos que ni ahora ni nunca me verás como algo parecido a un padre. Pero no, París no es un digno desconocido a quien se le pueda dar el beneficio de la duda, es un hijo de p... que te ha tratado frente a todos como una mercancía. Como algo que puede comprar con ese dinero que no sabemos de donde ha sacado.

Me giré de golpe para enfrentarlo. No le dio tiempo a detenerse y terminó tan cerca de mí que su olor corporal me envolvió como un abrazo. Por culpa de esto mi voz no sonó segura al responderle .

-¿Lo sabes tú?

Él apartó la mirada mostrando por primera vez desde que lo conocí un signo de debilidad ignoro la pregunta y continuó

-Pretendía mantenerme al margen porque este no es mi asunto.

-¡Exacto! No es tu asunto.

-Pero tu padre...(el corazón me dejo de latir)

-¡Ah! Por supuesto mi padre. Aunque él no esté aquí te dedicas a defender sus intereses, que larga es su sombra. No importa cuanto corra para alejarme de ella. Nunca voy a ver el sol.

-Tampoco vas a ver el sol con París, ese hombre no te quiere al menos no como tú desearías.

-Eso es algo que tendrá que decirme el hombre en cuestión, no tú. ¿Y qué sabes acerca de mis deseos? (él se humedeció los labios)

-Sé algo sobre lo que has deseado

Alce la barbilla de manera soberbia para que no se notara como me había tocado aquel comentario algo indirecto.

-Pues con más razón deberías alegrarte de que ahora desee algo mejor, algo que vale la pena, algo que si puedo tener.

-Podrías tenerlo como cualquier cosa que quisieras, pero ¿a qué precio? Por qué te aseguro que él te ha puesto uno a ti.

Me di la vuelta llena de impotencia y entré en el ascensor allí adentro me permití cerrar los ojos y respirar profundamente antes de volver a enfrentar a mi pesadilla encarnada.

Marcos me observaba con la esperanza de que entrará en razón.

-¿Por qué tendría que creerte?

Se acercó a mí cautelosamente y apretó el boton del ascensor que nos llevaria al piso que estaba reservado para nosotros. Al cerrarse las puertas el aire se condenso y no ayudó para nada que el se parara frente a mí y pusiera sus manos sobre mis hombros.

-Porque confías en mí y sabes que merezco esa confianza. He permanecido al lado tuyo y de tu padre jamás te he engañado, mentido o estafado.

Tuve que morderme la lengua para no recordarte que me había decepcionado más que ningún hombre, más de lo que lo habían hecho y más de lo que lo harían.

-Basta de excusas tontas. Dime por qué debería alejarme de París. Dame un motivo y te escucharé de lo contrario lo tomaré como una ridícula escena de celos que no va para nada con tu personalidad .

-¿Escena de celos?

-Sabes muy bien que el hombre que elija como marido trabajará codo a codo con mi padre. El enlazará una relación estrecha con su yerno y eso te desplazará a ti. No defiendes los intereses de mi padre sino los tuyos y a costa de mi vida personal ¡Eres despreciable!

Vi un destello de terror cruzando sus ojos pensé que era a causa de que había sido descubierto aunque mi pensamiento estaba lejos de la realidad.

-¿Marido?¿Acaso te ha dicho que se quiere casar contigo?

-Sí. Y es muy probable que lo haga.

-Debes estar bromeando, no se conocen, no saben nada el uno del otro.

-¿Y eso desde cuando es un impedimento para que dos personas se unan en matrimonio? Es normal en nuestro círculo hacerlo así.

-Si algo creía saber era que te saldrías de las normas establecidas.

-Créeme que lo haré, de hecho lo estaba haciendo con este traje,, pero me has impedido consumar mi travesura.

-¿Se supone que el vestido haría que se enamorase de ti?

-¿Estás insinuando algo Marcos? Porque si tienes el valor de llamarme de alguna manera; deberías tenerlo también para decirlo en voz alta.

-No te llamo de ninguna manera, solo digo que tú no eres así. No eres alguien a quien le guste llamar la atención, solo estás cansada de que te controlen y crees que solo puedes ser libre poniéndote en peligro, pero tienes que darte cuenta de que no eres libre porque también estás haciendo lo que te dicen. En este caso nada más estás haciendo lo que París te dice o induce a hacer.

Ahogue una carcajada.

-¿Crees que él me dijo que me ponga esto?

-Creo que él ha hecho que te lo pongas sin que te dieras cuenta . Y solo tú sabes que otras cosas te ha incitado a hacer y tú has aceptado porque piensas que siendo rebelde estás siendo tu misma.

-Ya veremos que es lo que soy. Para eso necesito experimentar y no lo puedo hacer aquí dentro contigo .

-Tampoco lo harás cumpliendo las fantasías de París.

-Esto no es solo la fantasía de París (señale lo que llevaba puesto) por lo que vi era la fantasía de la mitad de los pujantes . Los ojos de Marcos se dedicaron a detallar minuciosamente el traje que llevaba como si no se hubiera dado cuenta hasta ese momento lo que traía puesto. Su mirada me puso en tensión no solamente porque estuviéramos a solas y él sabía como adueñarse del control sino porque me pareció ver ese algo confuso, ese extraño y desconocido deslumbramiento que había mantenido oculto de mí.

-Puede que al final si fuera una escena de celos (murmure para mi Marcos se tensó)

-¿De qué estás hablando ahora?

-¿Tan descabellado sería? ¿Crees que no me he dado cuenta de cómo me miras? No es como me mirabas antes .

Solté envalentonada, el hecho de que se quedara sin palabras y palideciera avergonzado por haber sido descubierto, me lleno de valentía y a la vez me ofendió tanto que hizo que las palabras salieran propulsados.

-No te lo voy a repetir Marcos, no te metas entre París y yo ni una sola vez más. Sea lo que sea, pase lo que pase tengo derecho a equivocarme. Ya no puedes protegerme y mucho menos reclamarme.

Se pasó la mano por el cabello demostrando que estaba a punto de perder la paciencia

-¿Hasta cuando vamos a volver a ese maldito tema?

-Las veces que haga falta hasta que entiendas que si no me quisiste entonces, no puedes quererme ahora.

-¿Cómo rayos quería que te quisiera?¡Eras una niña!

Verlo fuera de sus casillas me dejo impresionada. Lo vi pulsar el botón que haría que el ascensor se detuviera y nos dejara suspendidos en el aire y mientras la alarma sonaba se acercó con el ceño fruncido

-¿Por qué no acabamos con esto de una vez?

Apoyo la mano en el espejo a un lado de mi cabeza, la miré de reojo y me puse muy nerviosa ante su acción.

-¿Con qué? (susurre)

-Con esa ridiculez por la que te has propuesto odiarme para siempre. Lo siento muchísimo si herí tus sentimientos adolescentes y no hice lo que me pedías, pero fingir que estaba enamorado de ti quedaba muy lejos de las tareas para las que había sido contratado y puedo juraste que si te hubiera querido no hubiera hecho nada por respeto a tu padre y porque lo tuyo solo era un capricho.

Lo empujé para separarlo de mí.

-¡Cállate! Ya oí esta muerda una vez y no voy a hacerlo nuevamente

Intente acercarme para tocar el botón del ascensor, pero Marcos se interpuso en mi camino y me atrapó entre sus brazos, al alzar la barbilla sus ojos me atravesaban haciéndome estremecer de la cabeza a los pies.

-No tienes idea de quien soy, no puedes siquiera imaginar que pasa por mi mente o que cosas han pasado en mi vida como para decir que me quieres.(decidí darle la razón para evitar que la cosa pasara a mayores)

-Si es verdad. Mi instinto adolescente no era el más agudo y se equivocó al suponer que podías valer la pena. Ahora quítate

-Esto no está resuelto aún.

-Es cierto no está resuelto hasta que desaparezcas de nuevo.

-¡Maldita sea Elena! (dijo sujetando mis hombros) habría dado la vida por ti en ese entonces.

-¿En ese entonces? ¿Ya no?

Marcos me soltó como si mi piel le hubiera quemado, le vi tragar saliva algo nervioso.

-No sé. No lo sé. No eres la niña a la que le pegaba estrellas en el techo eres una mujer a la cual no conozco, pero por la que siento que iría a la luna. No soporto la distancia que has puesto y a la vez la necesito.

Mi corazón comenzó a latir tan rápido que podría haber acaparado mi atención sin dejarme entender lo que él decía entre líneas. Lejos de alegrarme me llené de odio y apreté los puños.

-¿Qué la necesitas? ¿Para qué? ¿Tienes miedo de que me arrojé en tus brazos?

-No. Me da miedo abrirte esos brazos.

Su respuesta me desoriento.

-Tu sentido de la oportunidad es de lo más conveniente. Me sueltas esto luego de intentar alejarme de París y crees que las dudas románticas me conmoverán.

-No todo es tan entreverado como crees.

-Pues deja que te ponga al día con las últimas noticias nada de lo que sintiera por ti podrá alejarme de París. Hace tiempo te superé, así que si de pronto estuvieras muriendo de amor por mí no movería un dedo.

-Ah! ¿Si?

Avanzo hacia mí, me dejo muda al enredar sus dedos en mi trenza y tirando de ella hacia sí.

-¿Estás segura de eso?

Cuando lo vi acercar su rostro hacia mí, mi primer impulso fue ladear la cabeza, retirarle mi mirada y mis labios. Pero mi corazón me brincaba en el pecho ansiando que aprovechara ese confuso momento.

-No juegues conmigo Marcos

Le advertí, pero mi voz tembló. El ladeo la cabeza hacia mí, buscando mi nariz, y aunque yo se la retiraba; aunque yo huía de su amague de contacto mi corazón palpitaba a mil.

Marcos solo me acorralaba, por un lado, pero era tan alto que parecía que lo estaba haciendo por las cuatro esquinas. Rodeo mi cintura con la mano y sentí sus dedos haciéndome cosquillas, ni una parte de mí era inmune a su contacto , odie ser tan consciente de ello, pero más me enfureció que el fuera testigo de mi debilidad.

Ladee mi cabeza en su dirección demostrando que podía apartarme, pero quede nuevamente atrapada en su embrujo, en la mezcla de su aliento cercano, en esa franja verde del paraíso que eran sus ojos, un paraíso al que jamás se me había permitido entrar. Sus labios entreabiertos y los míos se rozaron un instante por casualidad, pero en realidad lo habíamos dispuesto todo para que se diera, mis empeines estirados, mi cuello tenso, su cabeza gacha. No íbamos a besarnos porque estábamos enfadados y confusos.

La avalancha de emociones que me sobrevino me asusto tanto queme eché atrás contra el espejo. Lo miré dolida por su culpa y decepcionada conmigo misma.

-Ahora veo que harías cualquier cosa por alejarme de un hombre que no crees adecuado, incluso fingir que te gustó. ¿no?(me abracé los hombros sintiéndome desprotegida y desorientada) has jugado muy sucio .

Conseguí alcanzar el botón que puso en marcha el ascensor y me di vuelta para recuperarme de lo que había ocurrido.

Le escuché hablar a mis espaldas

-Te equivocas. No he jugado sucio porque no siquiera entro al juego si sé que voy a perder.

-En lo de perder has dado en el clavo, no veo nada aquí que estés en condiciones de recuperar.

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Comments

Fanny Alicia Rodriguez Gracia

Fanny Alicia Rodriguez Gracia

Marcos debe saber algo de París y le puede hacer daño a Elena

2023-11-21

0

milagros estanga

milagros estanga

Marcos tiene miedo de sus sentimientos. Y Paris se dió cuenta. Dos reyes en el tablero 😈😈😈

2023-10-19

0

Imelda Macias

Imelda Macias

esto se esta poniendo bueno juego de titanes

2023-01-25

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