Capítulo 17

Y ¿ ahora que?(pregunté apenas bajamos del helicóptero , París se acomodo la americana y me tomo la mano con una confianza que no entendí en que momento habíamos forjado.

-Ahora comienza la fiesta.

Habíamos aterrizado en Brooklyn tal como había fantaseado me sorprendió positivamente que pareciera leerme los pensamientos y cuando lo dije en voz alta me di cuenta de algo que no podria haberme pasado desapercibido por mucho más tiempo. París estaba ansioso por deslumbrarme. Su fachada de espontáneo su espíritu y su lema de a ver que pasa no eran más que eso una fachada porque cuando nos subimos al coche que nos estaba esperando, sentí que me miraba de reojo esperando mi reacción.

- Una de las prohibiciones es el alcohol . Veo obligada una parada donde haya cerveza ligth lo digo por si te preocupa la línea.

-Que detalle que te preocupes por mi linea antes que yo misma.

-¿Preocupado? para nada. Yo no pienso en la línea, solo en todas las maneras que existen de cruzarla.

-Te percibo un poco ansioso. No querras espantarme¿no?. Las mujeres percibimos la desesperación y yo también conozco mil maneras de cruzar pero la cara de los atrevidos...

-Pensé que me querías por atrevido Lena No me digas que has estado fingiendo.

El chófer era Genio, que mientras nosotros sobrevolabamos New York había cruzado el puente y nos esperaba en nuestra parada su presencia me recordó que había muy poco que yo sabía sobre el trabajo de París .

-Te puedo decir algo por lo que no te quiero. Por tus aires misteriosos( reconocí entornando los ojos)Genio dice que no puede darme detalles sobre lo que haces.

-¿Trabajo?¿ en serio?¿ Quieres que hablemos de eso?es nuestra noche libre .La mía porque no tengo que trabajar, la tuya porque te voy a dar alas. Vamos a respetarla.

Su respuesta me agrado más de lo que me permití reconocer. Me estaba conteniendo para no darle alas yo a él; no perdía de vista que con su encanto y todo seguía siendo un pretendiente que se me había acercado con intenciones claras pero con un perfil más que borroso. Aún así París se encargó de minar poco a poco mis reservas explicándome el recorrido y lo que haríamos en cada parada con ese entusiasmo febril de los adolescentes que yo no recordaba haber sentido jamás

A su lado me sentía una muerta en vida y a la vez una vida reencarnada en todo su esplendor una sensación extraña que disfrute explorando de su mano cada uno de los locales. Llegamos a uno de los bares nos sentamos y brindamos yo con mi cerveza ligth y el con una oscura.

-No creas que lograrás emborracharme, le tengo mucho respeto al alcohol.

-Confio en ganarme un beso por mis propios medios no porque estés un tanto alegre. Y haces bien al tenerle respeto el alcohol en cuanto se lo pierdes puedes terminar bailando sin camiseta en la plaza y la gente te confundirá con un mendigo loco.

-¿Lo dices por experiencia propia?

-Si pero no se lo digas a Elena no quiero que piense que no seré un marido digno. (enarque las cejas)

-¿Marido?

-¿No es esa la conclusión lógica tras una serie de citas? Tengo entendido que eso es lo que buscas , un hombre en quien confiar y al que dedicarle el resto de tu vida. No un pasatiempos.

Estaba en lo cierto pero me sorprendió que se hubiera declarado listo para ocupar el puesto. Una parte de mí lo vio como eso luego de que el se presentará con su desahogo y sus insinuaciones sexuales.

-Para estar hablando de matrimonio se te ve muy relajado

-Ya me pondré nervioso cuando tenga que arrodillarme y espero que no sea en este sitio...

-Venga desde que te conozco solo has pensado en arrodillarte delante de mi para hacer una cosa .y no es precisamente sacar un regalado del bolsillo sino más bien de la bragueta.

Clavo sus ojos en los míos y comprendí que no estaba bromeando.

-Me subestimas Lena tengo tanto amor para ti cdn la bragueta , si, pero en los bolsillos también.

-Lo sé, lo has demostrado alquilando un helicóptero o es que además guardas otra cosa en los bolsillos .antes de hablar de matrimonio ¿ no esperarías que el amor llegara a tu corazón? (continue) si fueras religioso diría que estabas esperando a la mujer adecuada. Pero si haces lo que se te da la gana no creo que en ese aspecto actúes diferente.

-No hace falta ser religioso para reconocer una buena pieza cuando la ves y querer ganartela antes de que otro lo haga .

Es cierto que eso no hacía falta porque en nuestro círculo los matrimonios eran "convenientes" yo tenía claro que me casaría con un hombre que me gustaría lo suficiente como para no torturarlo con mis ironías. Con lo que no contaba era que podría casarme con un hombre que me gustará tanto como para torturarlo con mis ironías de forma cariñosa y siempre con su consentimiento.

París no me dio tiempo de nada me tomo la mano y me arrastro dentro de Spot Dessert un bar conocido por sus postres de diseño.

El hecho de que se hubiera presentado como un pretendiente real me tuvo cohibida, pero pronto se las ingenio para que me la tomara como la mejor de las noticias.

París llegaba a los lugares con paso firme, levantaba sus manos con dos dedos estirados y saludaba a quien le sostuviera la mirada más de cinco segundos. Latía en él una emoción de vivir una energía nerviosa que acababa relajándome.

Parecía más feliz que yo descubriendo esos lugares que ya conocía.

-Veamos...(decía mientras giraba en el asiento rotatorio del bar)

es muy tarde para buscar una tienda y elegirte un vestido de descocada, pero yo diría que vamos progresando en tu viaje hacia la libertad. Hemos roto la norma de la ingesta de alcohol; de las macrofiestas y de las malas compañías.

-¿Hemos asistido a una macrofiesta y no me he enterado?

-El concierto donde nos conocimos...

-¿Allí fue donde me junte con malas compañías?

-Fue la primera vez que te juntaste con mala compañía, hoy es la segunda(río como un rufián)

-¿Estás llamándote mala compañía? Dandote esa fama no vas a conseguir lo que te propones.

-Bueno. Soy el que está llevándote por el alocado camino de la diversión. A los ojos de tu padre sería un pésimo acompañante. A los tuyos ya veremos.¿Se te ocurre alguna idea para romper la regla de los escotes censurados?

-Sí. Se me ocurre que podría bajarme el vestido aquí y ahora, pero esa no es mi idea de liberación femenina, aunque seguro es la que predicas tú (me burle y agregue) Aquí no podría romper esa regla, pero tengo un viejo disfraz de mi madre que me tienta llevar a la subasta de pasado mañana. Sabrás que se van a subastar las mejores prendas del cine entre las cuales está el traje de Nefertiti en Lágrimas del Nilo.

París abrió los ojos en señal de sorpresa.

-¿El de los pantalones bombachas transparente y el top turquesa?.

-El mismo, veo que ahora tengo tu atención (me reí) mi padre me ha prohibido llevarlo, es el traje que convirtió a mi madre en lo que fue un sexy symbol. Podría correr ese riesgo, pero aun así todavía quedarían reglas por romper.

París sonrió como un niño cuando se le ocurre alguna travesura.

-Por eso no te preocupes tengo todo controlado.

Con tenerlo todo controlado se refería a tomarme de la mano y sacarme del lugar hacia donde estaba el coche estacionado. Se acercó a hablarle al chófer y este se bajó y salió calle abajo entonces París me invito a acomodarme en el asiento del conductor.

Me quede mirándolo horrorizada.

-Sabes que no tengo idea de como se conduce ¿no?

-Por eso voy a estar a tu lado dándote indicaciones.

-Esto puede catalogarse como comportamiento temerario.

-En ese caso todos hemos sido temerarios al conducir. A guiar el carro se aprende quitando el carro. Es como todo en la vida. A amar se aprende amando Lena.

Me sonrió cómplice y como siempre me deje arrastrar por su locura una vez más

-¿Eres consciente de que estás usando tu encanto contra mí?

-¿Contra? No, no lo utilizo por ti.

- Ya veremos si me beneficia en algo; como para darte las gracias.

Me senté al volante del Bentley. A esas horas la calle estaba lo bastante concurrida como para que me aterrara apretar el acelerador. Sabía suficiente sobre conducción gracias a mis habilidades de observación de los chóferes que me habían acompañado. Entendía las marchas y cuando cambiarlas, conocía las señales de tránsito y me había anotado en secreto a una escuela de conducción aunque solo había tenido tiempo de revisar el manual.

Estar frente al volante me lleno de la misma energía chispeante que París poseía. La sensación de poder y libertad ya me embargaba aún no había colocado el pie en el acelerador.

-Es arriesgado conducir en una calle transitada.

- Si quieres ir a un romántico descampado para practicar tendrás que llevarnos tú...

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