París se había tomado muy a pecho sus ganas de impresionarme, y no pudo elegir peor momento para sacar su lado romántico que nuestra primera cita. Si mi padre tenía la mosca detrás de la oreja de saber que mi guardaespaldas no estaría, cuando leyó el sobre que recibí de su parte estuvo a punto de prohibirme la salida.
Había escrito a mano una serie de instrucciones entre las cuales figuraba deshacerme de mi cochero (el suyo me recogería y me llevaría al misterioso lugar de nuestro encuentro)y anudarme un pañuelo alrededor de los ojos para que no supiera adonde me llevaría.
Apenas lo leí un cosquilleo de anticipación me invadió, tuve que contenerme mi ilusión porque mi padre observaba cada uno de mis movimientos. Sin que me diera cuenta arrebato el papel de mis manos.
-Te lo dije(alcance a decir) te dije que debías de tratarlo tú en persona, antes de animarme descubrir sus" virtudes "por mi misma, esto tiene pinta de secuestro papá.
-Voy a llamarlo ahora mismo.
-¿Tienes su número?
-Seguro que lo encuentro en Internet o en alguna guía telefónica.
-¿Guía telefónica? Estamos en 2022 papá.
Mi padre se dirigió hacia la puerta (¿acaso iba a buscarlo?) me interpuse en su camino mientras Igor nos miraba habiendo presenciado este mismo espectáculo infinidad de veces.
-No, no vas a llamar a nadie por teléfono (le dije tomando sus manos para tranquilizarlo)me voy a poner esa venda y me voy a subir a ese coche, me tienen geo localizada, ¿qué es lo peor que podría pasarme?
-¿Quieres que te lo enumere?
-Tranquilo papá.
Estaba preparada para todo desde que mi padre se enfureciera hasta que estuviera dispuesto a encerrarme en mi dormitorio e incluso tirar la llave, pero para mí, sorpresa descubrí que el señor Rogers estaba enamorado de París. Y por primera vez lo vi cambiar de opinión
-Ok. Pero enviaré a uno de los muchachos detrás de ustedes para evitar que te lleve a algún lugar peligroso.
-De acuerdo, pero me veo en la obligación de preguntarte ¿Por qué has cedido?
-Porque dentro de unos días es tu cumpleaños y quiero ser fiel a mi promesa de confiar en ti y darte mayor libertad.
Me lancé en sus brazos en respuesta a tal gesto, ya que la falta de libertad había sido nuestro constante problema.
-Más le vale hacer que te diviertas (advirtió)solo así valdrá la pena el sacrificio.
-Incluso si no lo hace habrá valido la pena únicamente por el hecho de saber que confías en mí.
-Yo siempre he confiado en ti Lena, es el mundo el que me aterra, porque no te merece.
Fue más que agradable la sensación que me acompaño mientras me preparaba para la cita. Llegada la hora un bentley negro se detuvo frente a la entrada del hotel, un hombre impecablemente vestido salió del asiento del piloto, se me acercó y sacó de su bolsillo un pañuelo de seda rojo.
-Señorita Rogers (dijo esperando que diera mi consentimiento, cerré los ojos él coloco el pañuelo y me deje guiar hacia el interior del coche)
Apenas nos sentamos el chófer puso música, de inmediato reconocí que París la había elegido
-¿La canción tiene algo que ver con el lugar al que nos dirigimos?
-No tengo permitido responder preguntas, lo siento.
-¿Al menos me puedes decir cuanto tardaremos en llegar?
-Aproximadamente quince minutos.
-Tengo el presentimiento de que se me harán eterno, ¿puedo al menos conversar contigo?
-Claro que puede...
Sentí que el motor del coche arranco y comenzó el viaje
Yo conocí el mundo gracias a los viajes de mi padre, o a los mapas, pero no tenía idea de que habría a quince minutos de donde vivía.
-Podrías empezar diciéndome tu nombre.
-El señor París me llama Genio
-Y tu madre ¿cómo te llamo?
-Prefiero que se me quede el apodo.
-Ok. Y... ¿Por qué te llama así?
-Dice que soy el mejor en lo que hago.
-Y supongo que no es conducir este auto...
-Exacto. Esto lo estoy haciendo solo de favor para Francis. En realidad soy informático, me dedico a modificar sistemas y redes, a detectar vulnerabilidades, ya sabes.
-Suena a que eres Hacker
-Ese es un término muy general, yo soy un sombrero blanco, un sombrero negro, un sombrero gris, un broming, un neófito todo depende de para que me requiera mi contratista.
-Sí que suenas como todo un genio (lo siguiente lo dije con mis manos debajo de mis piernas para que no se notara que estaba temblando)¿para qué te contrato París?
-Eso no puedo decirlo
-Me has dado mucha información, ¿vas a dejarme con la intriga?
-Le he dado información sobre mi, algo de lo que París no me ha dado indicaciones . Ahora bien, para hablar de él no tengo permiso.
-Ok. Entonces voy a confesarte algo, jamás he salido de casa sin supervisión, sin saber adonde iba, sin saber cuándo regresaría, ni a encontrarme con un hombre que me interesa, jamás me he mostrado débil ni vulnerable ante nadie. (hice una pausa tratando de ser dramática)Ahora sabes mi secreto y tendré que matarte
-Y si le guardo el secreto ¿me perdonara la vida?
-Si me lo pides así...
-Ya casi hemos llegado.
El coche se detuvo y me obligué una vez más a ser optimista. Al menos me había divertido bastante con Genio. Sentí que descendió del coche y diez segundos después lo tenía abriendo mi puerta y extendiéndome su mano, me ayudó a bajar. Me preocupé por no caer, Genio me apoyo en su brazo y comenzó a guiarme quien sabe donde.
-No es grava, no es acera, (dije en voz alta) no hay ruido.
-Muy astuta ya tiene pistas para sacar conclusiones.
-No, no las tengo. Dame una más (nos detuvimos, sentí que me soltaba)¿Genio? ¿Dónde estás? ¿Hola?
Lo reconocí antes de que me tocara, una ráfaga de aire atrajo el perfume de París hacia mis fosas nasales y supe que lo tenía justo detrás, desde donde sus brazos me envolvieron para retirarme la venda.
Aunque supe que era él me hice la sorprendida.
-Te voy a dar una pista(susurró cerca de mi oído; hacía tanto frío que agradecí que su acción me calentara todo el cuerpo) seguro que de pequeña siempre soñaste con hacerlo.
¿-Si te refieres a alguna guarrada? Te diré que no todos soñábamos con perder la virginidad.
-Bueno, el sexo es otra forma de volar, pero pretendo hacerme el duro un par de citas más.
-¿Otra forma de volar? (me termino de quitar la venda y no supe qué decir al reconocer el lugar)
No había estado allí más de una vez, pero fue lo bastante impresionante como para no olvidarlo. Estábamos en el helipuerto de West 30 street y frente a nosotros un ave de metal que esperaba por nosotros? Comenzando a agitar sus alas.
Una parte de mí deseaba un la velada no fuera una ostentación de poderío económico y un helicóptero lamentablemente era demostración de ello, pero al menos había sido original.
-¿Quieres que me suba en eso?
-En eso no. Dentro de eso.
-Me parece que has dado por hecho muy rápido que soy una chica temeraria, o crees que tengo mi propio helicóptero y salgo de vez en cuando a dar una vuelta.
-Ni una cosa, ni la otra. Pero recuerdo que cuando nos conocimos hablaste de que querías conocer el mundo. No puedo llevarte a hacerlo en una noche, pero si puedo mostrarte la belleza de la ciudad desde otro punto de vista.
-Poca cosa vamos a ver si nos estrellamos. Esta es precisamente una de las cosas que mi padre me tiene prohibida. Si supiera que estamos aquí ya hubiera mandado un coche a buscarme y un sicario para desaparecerte.
-Pero no lo va a saber ¿verdad?
Al fin me di vuelta hacia él y todas mis reticencias desaparecieron al verlo en ese traje blanco combinado con una camisa amarilla y gemelos de oro. Pero no era su vestimenta lo que me convencía sino su manera de mirarme.
Él depositaba en mí una confianza ciega creyéndome capaz de hacer cosas que jamás me había planteado. Me creía tan valiente que así fue como me sentí lo bastante fuerte como para arrojarse al vacío sin mirar.
-Me da un poco de miedo, cuando era niña subí con mi madre a uno y lo pasé fatal. Y no creas que me divierto desobedeciendo las órdenes de mi padre es solo que cuando me enfado siento que lo mejor que puedo hacer es vengarme.
-¿Las órdenes de tu padre? ¿Qué más tienes prohibido hacer?
Me tomo de la mano dirigiéndonos hacia el helicóptero, no esperaba una negativa de mi parte y yo tampoco pensaba negarme.
Siempre existía ese hilo que me llevaba a hacer lo contrario a lo que se suponía era seguro y correcto.
-No puedo conducir(empeze a enumerar)no puedo salir a la calle sin escolta, no puedo juntarme con mald compañías, no puedo beber alcohol , ni por supuesto probar algún tipo de droga , no puedo asistir a eventos donde haya mucha gente ni que sean públicos. Solo a eventos exclusivos y organizados por gente de nuestra confianza,no puedo llevar determinadas prendas de ropa . Puedo vestir sexy pero no obscena , un poco de hombro esta bien la insinuacion de una pierna es pasable ,pero nada de escote o minifalda y nada de bikinis en la playa. No puedo hacerme tatuajes, perforaciones o cortes de pelo radicales,no puedo subir selfies provocativas, mal maquillads o despeinada a las redes sociales solo sesiones de fotos profesionales y hasta hace poco no podía tener novio.
París dio un salto para subir al helicóptero me extendió su mano lo cual fue un gesto caballeroso que no tuvo nada que ver con su sonrisa maliciosa.
-Caray Lena ¿ y como se supone que vas a cometer errores si tienes prohibidas todas las malas decisiones ?
-Supongo que el plan de mi padre es precisamente ese.Que no cometa errores, que sea perfecta.
-Eso es lo peor que puedes desearle a alguien ,en la perfección se está muy solo.
-¿Y eso lo sabes por experiencia ?
-No nena , soy felizmente imperfecto
-Cuidado con lo que dices , mi padre no quiere que sea infeliz solo quiere que este a salvo aunque eso conlleve algunos sacrificios.
-Curioso que los sacrificios los tengas que hacer tu en lugar de él
Su respuesta me alegro ya que por primera vez alguien se ponía de mi lado aunque no me gustó que cuestionara las decisiones de mi familia que eran justificadas.
Así solo hice saber.
Él solo amplio su sonrisa adquiriendo un aire juguetón y dijo:
-¿Confías en mí Lena? ¿ Aunque sea un poquito ?
El conocía la respuesta a esa pregunta ya que una vez la había hecho y yo se la había respondido así que por fin tome su mano y nos pusimos en marcha.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 63 Episodes
Comments