Corre

Al abrir los ojos me encontré en un dormitorio enorme, me levanté y me acerque a las ventanas y estaban selladas.

Camine a la puerta, comencé a golpear con todas mis fuerzas.

- ¡saquenme de aquí, no saben con quién se están metiendo!, gritaba.

De pronto la puerta se abrió, un hombre alto de cabello negro con ojos azules se me acercó.

Yo trate de correr para salir por la puerta abierta, el me agarró del brazo.

- ¿A donde crees que vas hermosa?. Tu y yo tenemos cosas que hablar.

- ¡No te conozco!, dije furiosa.

- Soy Yak Worms, hijo de Sultn Worms, el Alfa de la manada de Australia y Egipto amor, me arrojo a la cama. Me levanté, corría de nuevo a la salida. El me abrazo de la cintura.

- Tu aroma es exquisito, decía con su rostro en mi cuello.

- ¡Déjame en paz!, lo golpeé.

El se reía.

- Vamos humana, sabes que tus golpes no me dañan.

- Por favor déjame ir.

- Lo siento amor, pero resulta que yo quiero lo que el tiene, eso incluye a su mujer.

- ¡No me toques!, comencé a golpearlo de nuevo.

El se carcajeaba y me arrojo a la cama.

- ¡Ayuda por favor!, gritaba.

No dejaba de pensar en Leltxu y Gotm, ¡ayudame Leltxu!, decía una y otra vez en mi mente.

- Al día siguiente llegaron unos hombres con comida, intenté escapar de nuevo, ellos me golpearon en el estómago, me quedé tirada en el suelo. Con un dolor terrible y mi corazón hecho pedazos, estar lejos de Leltxu me afecta tanto.

Ya pasó casi una semana, deje de intentar escapar, no se que pasara en estos días, lo único que le pido a la diosa de la luna es que mi amado Leltxu siga vivo y que Gotm no se salga de control.

Me di cuenta que la comida tiene droga para que yo duerma por más tiempo, así que solo cenó para poder dormir en las noches, las pesadillas volvieron, no dejan de atormentarme desde que estoy encerrada en este lugar, ni su tonta droga me ayuda, me levanto en las noches gritando.

Hoy desperté gritando, me di cuenta que mi pesadilla estaba apunto de volverse realidad, Yak estaba desnudo frente a mi con su mirada enferma.

- ¿que haces aquí?, grite asustada.

Yo estaba vestida con una bata de tul, me tape con las sábanas.

- Por favor, comencé a llorar.

El se acostó a mi lado y acarició mi cabello.

Amo a mi luna no lo voy a negar, pero sabias que cuando te drogas demasiado la conexión que sientes por tu mate se rompe, te hace libre para desear a otra, decía besando mi espalda.

Yo me aleje de él.

- Por favor déjame, decía con lágrimas en los ojos.

El sonreía.

Serás mía linda, se levantó y se marchó.

La siguiente semana deje de comer, me sentía débil los últimos días, pero no quería dormir, necesitaba estar alerta.

Una mujer entro furiosa, se arrojo encima de mi y tenía sus manos en mi cuello.

- ¡Al fin te encuentro zorra!, decía con rabia.

Sabía que sería mi fin no tenía fuerzas para luchar, solo pensaba en Leltxu.

Por favor no sufras amor, pensaba.

- ¿Qué haces? gritaron.

Yak tomo a la mujer del cuello.

- ¡estás loca, ella me sirve viva!.

- ¡Para que te la cojas!, decía ella mientras lo pateaba en los bajos.

Ellos comenzaron a pelear.

Yo me quedé en la esquina, tratando de recuperar la respiración.

- ¡Te voy a matar!, gritaba ella mirándome con rabia.

- ¡Ya basta!, le gritaba Yak.

- ¡Por qué Yak!, lo golpeaba con lágrimas en sus ojos, ¡yo te amo!.

El se carcajeaba

- lo siento, pero quiero que el sufra por lo que hizo.

- Eso es pasado amor.

- El mato a mi hermano y ahora yo le quitaré lo que más ama.

- Por favor amor, sabes que tú hermano tuvo la culpa, el trato de matar a Cristel.

- Eso es mentira, el solo la amaba.

- Odio que su aroma esté en ti, decía ella abrazándolo.

El la miró y la beso, no vuelvas a entrar aquí la jalo del brazo.

- ¡Me lastimas!, gritaba ella.

El cerro la puerta. Yo no podía dejar de llorar.

Amor ayudame, pensaba.

Al día siguiente todo seguía normal me llevaron el desayuno, la comida y la cena.

No toque nada, ahora lo único que deseo es morir antes de que ese hombre toque mi cuerpo.

- ¡Despierta tonta!, decía la mujer de Yak mientras me pateó.

Yo estaba en la esquina de la habitación sentada en el piso, prefería dormir en el suelo que en la cama, me sentía más segura.

- ¡Levanté rápido tonta!, necesito sacarte de aquí.

- ¿Por qué?, le dije confundida.

- Por qué no quiero que mi Mate te haga suya, no quiero sentir tu estupido aroma en el, no me agradas, pero prefiero que mueras en el bosque a que el me cambié por ti, decía enojada.

- Toma, me entrego una capa. No te la quites, tiene mi aroma así ellos no podrán seguirte, corre lo más lejos que puedas, me guío por varios pasillos y por fin pude sentir el aire fresco de la noche en mi rostro.

¡Corre, cruza el bosque y llegarás a un poblado!.

- Gracias.

- No me lo agradezcas todavía, solo espero que el día que Leltxu lo quiera matar, lo ayudes, por qué no soportaría estar sin el, ¡corre!, pronto se darán cuenta que no estás y te buscarán.

Comencé a correr en la oscuridad, mi cuerpo era lento, estaba muy débil.

En mi mente solo pensaba en Leltxu.

Amor ayudame, pensaba mientras corría por el enorme bosque, de pronto escuché un aullido.

Ya saben que escape.

Corría más rápido, podía escuchar enormes pisadas a lo lejos, ayudame diosa, miraba la luna. Por favor ayudame, pensaba.

De pronto me tropecé, caí por un barranco, mi cuerpo rodaba hacia abajo, las piedras golpeaban mi cuerpo, trataba de agarrarme de algo para detener mi caída pero no podía, mis manos eran torpes y caía a un gran velocidad, sentí un golpe muy fuerte en mi cabeza, todo se torno negro.

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