majestad

Sentía que besaban mi mejilla, abrí mis ojos asustada, mire el rostro de Leltxu.

- Hola mi luna, decía sonriendo.

- Hola mi mate, dije acariciando su rostro.

El me miró asombrado.

- Leltxu, por qué no me dijiste lo que era este sentimiento.

- Por qué no sabía si lo entenderías.

- Claro, aún no lo creo, pero ahora se que ésto que siento por ti es algo mágico, anoche soñé contigo.

- ¿Que soñaste, mi luna?

- Soñé que me hacías el amor, susurré a su oído.

El sonrió y me besó.

- Amaris, me encantas, decía acariciando mi rostro.

- ¿Tu lobo es blanco?

- Si lo es.

- También soñé con el, me encantaría conocerlo.

- ¿Quieres conocer a Gotm?

- Si, ¿así se llama?.

- Si, el muere por conocerte, ama tu aroma.

Me levanté, Irina y Walter entraron a la oficina.

- Ya no tarda el doctor, decía Irina.

- Estoy bien, gracias.

Ella me abrazo

- nos tenías preocupados

- me imagino que los regaño muy feo.

- ¿Se nota?, decía Walter con la mirada en el suelo.

Leltxu los miraba con rabia.

- Ya mi amor, lo abrace y coloque mis brazos en su cuello. Alguien tenía que contarme la verdad, deberías de darle las gracias a Irina.

- No entiendo la prisa por decirte, decía el.

- La prisa es que yo y su ex, estamos casados, y que tú pronto regresarás a Francia, ella tenía que saberlo.

- ¿Ya vas a regresar?, decía triste.

- Mi luna tengo negocios, pero me encantaría que fueras conmigo, al estar conmigo te puedes hacer cargo de nuestros negocios juntos.

- No lo sé, no puedo dejar a mi madre sola.

Por cierto Walter, más te vale que hables con mi madre y le digas que te casaste, ella quiere que regresemos.

Irina lo golpeaba

- te lo dije.

- No te preocupes luna hablaremos con tu madre, decía Irina.

- Pero no le digan nada de lobos, por favor.

- Si te lo prometo.

- Gracias.

- Bueno me voy, decía Irina, tengo asuntos pendientes, con su permiso mi Alfa, le decía a Leltxu.

- Irina no seas exagerada.

- Solo no quiero que la luna diga que tú beta es irrespetuosa.

- ¿Ella es tu mano derecha?

- Si puedes creerlo, así como la vez es la mejor cazadora y luchadora de mi manada, acabó con todos mis amigos.

- ¡Y el amor de mi vida!, decía Walter.

- ¡Largo!, le gritó Leltxu.

- Si señor.

- ¡Oye no seas tan grosero!

- Su esposa se marchó y sigue aquí de chismoso.

Yo me reía.

- Oye Leltxu, ¿Walter es un lobo?

- Si es un Omega de la manada de estos territorios, al casarse con Irina, lo absorbe mi manada. Su Alfa es uno de mis primos.

- ¿Son muchas las manadas?.

- Solo son cinco manadas amor, hay dos en el continente americano y tres en el continente europeo.

Mi padre y sus hermanos son los que controlan el europeo. Y mis primos son los que controlan el americano.

- ¿Entonces tú vas a heredar el europeo?

- Ya lo heredé, uno de mis tíos murió hace poco, al no tener herederos mi padre renunció a su trono para que yo lo tomara y el tomara la de su hermano.

La verdad es que mi padre manejo siempre dos manadas, no sé cómo lo lograba, escuchar tantos lobos en tu cabeza, no es muy agradable.

- ¿Ustedes se comunican por la mente?

- Si amor, es una conexión entre los de tu manada.

- Leltxu, ¿tu te convertias cuando eras niño?.

- Era un cachorro pequeño, pero si, solo en ocasiones especiales.

- Sabés, cuándo vivíamos en Francia dejaban sangre en nuestro patio trasero.

- ¿En verdad?

- Si esa fue la razón y lo de mi padre, lo que nos alejo de ese lugar.

- No sabía.

- Crees que tus padres me acepten, recuerda que soy la hija del que le robo a tu padre.

- Amor, eso quedó en el pasado, tu eres mi luna y eso es lo único que me importa.

- Amaris, mañana me voy, ven conmigo

El besaba mis labios y me dejaba sin aliento.

- Me encantaría, pero tengo que hablar con mi madre.

- Por favor, solo unos días en los que te presento a mi manada como mi luna.

- ¡Tu manada!, dije nerviosa.

- Yo sé que tienes miedo, pero te prometo que yo te voy a proteger, mi amor.

- Te creo Leltxu, solo déjame arreglar las cosas aquí.

- Te veo en la noche mi luna.

Nos besamos con pasión, el se marchó dejándome con un enorme deseo.

Me senté en mi escritorio y revisé algunos papeles.

Walter entró.

- Ya se fue.

- Sí.

- ¡Quién iba a pensarlo, su majestad Amaris!

- ¡Cállate tonto!. Aún sigo enojada contigo, pensé que eras mi amigo y me ocultaste que eras un lobo.

- Lo siento, pero cuando me contaste de tus pesadillas, supe que no aceptarías estar a mi lado.

- ¿pensaste en algún momento que yo era tu mate?

- Me gustabas, pero sabía que no eras mía, era la razón por la que nunca tuvimos sexo, el destino estaba escrito, tú le pertenecías a Leltxu y yo a Irina, pero al estar lejos de ellos, sentíamos algo por qué nuestros caminos al final se cruzarían, somos familia, tú eres la luna de mi nueva manada.

- Es difícil de entender todo esto.

- Al menos ya no puedo ocultar lo que soy con una amiga. Solo ten cuidado Amaris

- ¿Por qué?

- El padre de Leltxu es un hombre muy exigente, es peor que su hijo. La mayoría de la manada lo respeta mucho y hacen todo lo que el pide, de hecho se cree que es la reencarnación de Lycaon, ese rey era despiadado y controlador, se creía un Dios, es la razón por qué Zeus lo maldijo.

Ahora con la ayuda de la Diosa luna hemos cambiado mucho, pero su padre tiene el corazón de piedra, cuídate de el.

No te preocupes por dejar las cosas aquí, yo me voy hacer cargo.

- Pero como le diré a mi madre.

- Podemos ir hablar los dos y decirle que te vas a encargar de unos negocios que requieren de tu experiencia, ¿que te parece?

- No sé, tengo miedo.

- Por qué si el mataría por ti, no te va dejar sola, siempre estará al pendiente de ti, eres su luna, su todo.

- Soy humana Walter, tu eres un lobo, para ti es fácil entender ésto, pero para mí es algo nuevo.

- Pero eres una humana muy gentil y muy inteligente, con un gran corazón.

- Te extrañe, lo abrace.

- No por favor, mi mujer puede olerme y no creo que le guste tu aroma.

Yo me reía.

En la tarde llegamos a mi casa para hablar con mi madre y explicarle que tenía que viajar a ese pueblo, al principio no le agrado la idea, pero Walter tenía un don para convencerla, no sabía a qué hora partiríamos pero resulta que Walter se comunicó por telepatía con Leltxu, así que preparé mis maletas por qué mi mate llegaría en unas horas por mi.

Tengo miedo de está nueva aventura pero mi cuerpo no deja de temblar cada vez que recuerdo sus besos y sus caricias.

Mi mamá me abrazo mientras preparaba mi maleta.

- Mi niña hermosa, prométeme que te cuidarás.

- Si mami, lo prometo.

- Si me necesitas no dudes en llamarme que yo estaré ahí.

- Si mami, tranquila solo serán negocios.

- Siento que no regresaras mi amor.

- Mamá por favor, ¿estás llorando?.

- No es que me entro algo en el ojo.

Mami voy a regresar, la abracé muy fuerte.

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