Gotm

Al subir al auto ambos íbamos callados, él tomó mi mano.

- Mi amor tengo que ir a la oficina, ¿quieres ver tu oficina?

- Me darás una oficina.

- No todo en mi mundo son lobos, decía sonriendo.

- Ok señor Worms, veamos mi oficina.

Cuando llegamos a su oficina, su secretaria lo miró con una enorme sonrisa, cuando se percató que él tomaba mi mano, su rostro se tornó serio.

- Buenos días señor Worms, lo esperan en la sala de juntas.

- Buen día Serena, por favor enséñale a la señorita Foster su oficina.

- Si señor.

El me abrazo y me besó.

- Voy a estar cerca, si necesitas algo no dudes en llamarme con tu mente.

Yo me reía.

- Te amo.

- Te amo Leltxu.

El se marchó, la mujer me miraba con rabia.

- Esta es su oficina señorita, decía molesta.

- Gracias, Serena.

Ella me ignoro y salió de mi oficina.

Me encerré y llame a Walter, tengo mi estómago oprimido por toda la información que acabo de recibir.

- Hola amiga, ¿como está todo?, decía Walter con entusiasmo.

- Walter tu sabías que si el me marca puedo morir.

Walter suspiraba del otro lado del auricular.

- Lo siento nena, pero si puede pasar.

- El no me quiere marcar, su madre dice que si no lo hace, jamás seré luna de la manada, mi voz comenzó a quebrarse.

- Y el puede perder su lugar como alfa necesita a su compañera, decía Walter.

- ¿Qué voy a hacer Walter?

- Si su decisión es dejar todo por ti es por qué te ama.

- Pero no puede ser un lobo solitario.

- Solo será un Omega, como yo.

- Su padre va a odiarme

- Más, decía bromeando.

- No es gracioso Walter.

- Oye solo disfruta el momento con tu mate, no es tan malo ser un Omega.

- Tienes razón.

- Me puedes mandar los contratos y correos que hay que revisar.

- Si claro.

Revisaba mis documentos, no me percate de que ya era tarde.

- ¡No piensas comer!, decía Leltxu.

- ¡Hola amor!, es que te estaba esperando.

El me abrazo

- Mi luna no trabajes tanto, te dije que me llamaras y no lo hiciste.

- No quería molestarte.

- A mí me encanta que mi mujer me moleste, decía besándome con pasión.

- Llévame a casa, dije agitada.

Tome mi bolsa y nos subimos al auto.

Cuando llegamos a casa, nos besamos, yo le quitaba su ropa.

- Amor necesitas alimentarte, decía él caminando conmigo a la cocina.

Me cargo, me sento en la barra.

- Te voy a preparar algo que te va encantar, me besaba.

- Ok.

Comenzó a preparar, Ratatouille y patatas gratinadas.

Me baje de la barra.

- Déjame ayudarte, dije besando su mejilla.

¿Cómo es que sabes cocinar?.

- Me encanta la comida, mi padre dice que un rey no debería de cocinar, pero no soy un rey solo soy un hombre con una maldición.

- Amor no lo digas así, tal vez después de todo esa maldición no es más que un regalo especial.

- Solo tú podrías ver las cosas así, mi amor.

Nos besamos.

Mientras esperábamos que la comida terminará de cocerse, saco una botella de vino y algunos quesos en rebanadas.

- Esto es delicioso, dije mientras probé el vino.

- ¿Te gusta?, es uno de los productos que fabricamos.

- Es muy bueno.

- Si te dije que tenemos muchos productos que nos gustaría exportar.

- ¡Y estos quesos son increíbles!

- También son hechos por los aldeanos.

- son productos deliciosos. Amor, ¿todos los de está aldea son lobos?.

- No, solo los que tienen negocios son humanos que buscan trabajo, algunas personas no les gusta vivir aquí por el terror de los lobos que aparecen en el bosque.

Yo me reía. Me sirvió la comida.

Cuando probé la comida quedé enamorada.

- ¡Dios esto es tan delicioso, Leltxu eres increíble!, lo besé.

- Quiero que seas feliz, mi Amaris.

- Lo soy bebé, acariciaba su mejilla. Leltxu, quiero conocer a Gotm.

- ¿Ahora?, decía el nervioso.

- Si.

- Pero qué te parece si mejor nos esperamos.

- Leltxu no te voy a rechazar, te amo.

- pero tenemos que ir al bosque.

- Si claro.

Salimos de su casa y caminamos tomados de la mano hacia el bosque.

- Me gusta este aroma a tierra húmeda.

- A Gotm también le encanta.

Me quite mis zapatillas y camine descalza.

- Con cuidado no te vayas a lastimar, decía el nervioso.

- Esta bien.

Llegamos a un pequeño riachuelo, aquí es hermoso, el cielo se tornaba de colores cálidos.

El se quitó la ropa, yo no dejaba de mirarlo y babear por el. Dios su cuerpo era perfecto, su enorme espalda y su abdomen marcado me volvian loca, sus huesos comenzaron a tronar, me dio miedo y cerré los ojos.

Después escuché la respiración de un animal en mi frente.

Abrí los ojos y mire a un enorme lobo blanco, era precioso.

- Hola Gotm, dije acariciando su hocico, el movía la cola de un lado a otro.

Lo abrace del cuello.

- Perdoname por no ser una loba, me hubiera encantado que tuvieras a una compañera.

El pasó su lengua por mi rostro, varias veces.

- ¡Basta Gotm!, decía sonriendo.

Me quedé sentada en el pasto mirando como se recostaba y me miraba con sus hermosos ojos.

- Crees que pueda montarte, dije nerviosa.

El paso su lengua en mi rostro.

Me levanté y me subí, lo tomé del cuello.

El comenzó a correr por el bosque, sentía el aire en mi rostro, mi cabello se movía sin control.

Daba enormes saltos, se detuvo en lo alto de la montaña y miramos juntos la luna.

- Creo que está es la mejor cita de mi vida, le dije en su oreja que se movía al sentir mis caricias. Te amo Gotm.

El comenzó a aullar.

Nos quedamos un rato disfrutando de la vista y el viento helado en nuestros rostros.

Cuando comencé a temblar de frío, el me jalo del vestido.

- Si es hora de irnos, me subí de nuevo a su espalda y llegamos a su casa rápido.

El se convirtió de nuevo en hombre y me cargo.

- Mi amor no te vayas enfermar, decía pegándome a su pecho, su piel era tan caliente que lo abrace con fuerzas.

Me recostó en la cama.

- Dame calor, dije temblando.

- Si, se recostó a mi lado y me abrazó, me tapo con unas enormes cobijas.

- Que rico, dije besando su pecho, el beso mi frente. Me quedé dormida.

En la mañana el seguía abrazándome, no dejaba de mirarlo.

Es tan guapo, parece que su rostro lo crearon los angeles, pensaba.

El se reía.

- Los angeles, decía sonriendo.

- Puedes escuchar mis pensamientos.

- Solo algunos, cuando bajas la guardia puedo entrar.

- ¿Cómo es que la bajo?.

- Cuando estás relajada. Pero cuando estás molesta o tensa no puedo.

Deberías hacerme el amor, pensé.

El se subió encima de mi, muero por hacerte mia mi luna, decía besando mi cuello y quitándome la ropa.

Yo acariciaba su espalda desnuda.

Queridas lectoras dejen sus comentarios y si les gusta mi novela las invito a leer mis otras novelas, gracias por su tiempo y su apoyo les Mando un enorme abrazo, desde mi hermosa ciudad natal, recuerden enamorarse, llorar y reír, no tengan miedo a luchar por sus sueños.

08/08/2023

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