Una esposa preocupada

Andrés

-Me despierto, pero siento mi cuerpo caliente, trato de levantarme, pero solo al pisar el suelo, me mareo y caigo sentado en mi cama- Liz!, Liz!- no escucho respuesta, escucho la puerta del baño abrirse y esta es mi oportunidad- Liz!!- grité con la poca de fuerza que me queda.

- Sí, dime?- me pregunta desde afuera.

- No me siento bien- dije, entro disparada a verme.

-Que tienes?- pregunta, veo a Liz de pies a cabeza, aún está mojada, su cabello

empapado y solo la cubre una toalla de baño.

-Tengo calentura- respondí, admirando la belleza de Liz el cual no me había dado cuenta.

"Qué mierda estoy pensado"

Sacudí mi cabeza, no debo mirar a Liz de esa manera. Liz se acerca y toca mi frente

-Si estás ardiendo- salió corriendo de mi cuarto, a los minutos volvió, ya está vestida, en sus manos tiene una taza con agua y un pañuelo.

-Recuéstate- me ordeno e hice caso, se sentó al borde de mi casa, mojo el pañuelo con agua lo exprimió y lo puso en mi frente -déjalo por un rato, te haré una sopa- sale de mi cuarto.

A los minutos escucho ruido que proviene desde la cocina y un olor exquisito invadió mis fosas nasales, Liz entra a mi cuarto con una bandeja y la pone en la mesa que está junto a mi cama.

- Trata de sentarte- me dice, intentó hacerlo con dificultad pues me siento muy débil, Liz me ayuda y pone la bandeja en mi regazo, intenté comer, pero mi mano temblaba.

-Yo te la doy- me quito la cuchara de la mano, tomo un poco de sopa, soplo con delicadeza y me la dio.

Liz se porta como una verdadera esposa preocupada y eso me gusta pero también me hace sentir mal, culpable no sé cómo describirlo. Su cabello no estaba empapado, pero si húmedo, sus ojos son grande, y unas pestañas largas, sus labios son gruesos aunque no tantos es como decir la medida perfecta de unos labios...

Es realmente hermosa

-Ya puedes tomar la pastilla y dormir un rato- dice ella interrumpiendo mis pensamientos, asentí y tome la pastilla.

-Liz ya es tarde, el colegio- le dije preocupado, con todo esto olvide que tiene que estudiar.

-No iré, Rosa me pasa los apuntes, tranquilo- dice calmada mientras recoge el plato, dejándolo en la mesa.

- Estás segura?- le preguntó.

-Segurisima- me regala una sonrisa y un beso en la frente, me sorprendió ese gesto- lo siento- se disculpa, la mire y veo como se sonroja- es costumbre, eso hace mi mamá cuando me enfermo- se explica, pero no quería que se avergonzara por eso, a mí me encantó que lo hiciera.

-Liz, no te disculpes, me gustó- ella sonrió pero la quito de inmediato, se fue con la bandeja. Me toque la frente dónde me dió el beso no pude evitar una risa y recordar cómo Liz se sonrojo.

...

-Andres, Andrés- siento que alguien me llama, pero mis ojos se sienten muy pesados para abrirlos- Despierta- abrí mis ojos lentamente y lo primero que veo es a Liz y sus lindos ojos que a mí parecer tienen un brillo especial- Andrés tu amigo vino a verte.

-Que amigo?- pregunto, siento que alguien aprieta mi pie.

-Quien más tonto?- escucho la voz de Pablo y lo veo al borde de mi cama.

(Pablo mi mejor amigo y compañero de trabajo)

-¿Qué haces aquí?- le pregunto sin mucho ánimo.

-Como no llegabas, llame para saber de ti, Elizabeth me respondió y me dijo que estabas mal y que estabas descansando, así que le dije que pasaría a verte- se explicó.

- Espero no haber hecho nada malo- dice Liz.

- Tranquila, es mi mejor amigo y sabe todo- noté como se tranquilizó.

-¿Pablo, quieres agua jugo o un refresco? - Liz le pregunta.

- Lo que sea está bien- respondió, Liz salió de mi cuarto.

- No me dijiste que era tan linda- refiriéndose a Liz.

-No empieces, ya sé cómo eres- le advierto a Pablo.

- Sabes que no podría aunque quisiera, es tu esposa- sube sus hombros.

-Pablo esto es falso, tengo mi novia y con la que quiero casarme es con Teresa- le digo sin titubear, sé que decirlo aquí está mal, pero quiero aclararle a Pablo que lo que siento por Liz es solo cariño y no amor.

-Eres un suertudo, tienes lo que el hombre más desea una esposa en la casa y una amante fuera y lo mejor de todo es que las dos lo saben, pero se que de todo esto alguien saldrá lastimado, solo espero que no sea quien estoy pensando- me dice algo serio.

-Nadie saldrá lastimado, Teresa sabe por qué me case al igual que Liz, ella sabe que no la amo y sabe bien que no la veo como mujer- le respondo seguro.

-Lástima...- dice Pablo que es interrumpido por Liz que toca la puerta y entra con una bandeja de sandwich con jugos de naranjas, su expresión era otra a la que note hace unos minutos ni ese brillo que me gusta tanto.

-Aquí tienen, trata de comer Andrés para que tengas algo sólido en el estómago- dice, Pablo le agradeció.

-Estas bien?- le preguntó

-Si, porsupuesto!- me regaló una sonrisa y se fue.

"Solo espero que no nos haya escuchado"

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