Un lo siento es suficiente

Andrés

- Si arruinarlo fuera una carrera\, yo sería un experto. Sé muy bien que ese niño no entro a la casa\, pero si los vi abrazados\,  con una sonrisa\, ella  se notaba muy feliz. Lo sé\, soy un egoísta\, después de decirle que esté con ese chico le hago una escena. Debería ir a disculparme\, por supuesto que lo haré\, solo me tengo que calmar\, calmar estos celos que no dejo de sentir.

Al pasar unas horas decido hablar con Liz, la busco en su habitación, pero no está escucho, ruido en la cocina, no tardo en acercarme y la veo haciendo la cena, su carita concentrada en preparar la cena es realmente preciosa. No sé cuando ni en que momento fue que me empezó a gustar Liz de esa manera, y sé bien que tengo que parar, me lo he propuesto desde hace muchos días, aunque cada vez sea más duro, es difícil para mí decirlo porque yo amo a Teresa estoy seguro de mi amor por ella, pero de Liz no lo sé, no sé si es por convivir, no sé si es lo inocente de su personalidad o su carácter que sale a flote cuando hago algo mal, no lo sé, lo que si se es que algo me está pasando y se está saliendo de control.

-¿Podemos hablar?- me acerque a ella, pero me ignoro es más ni volteo a verme- necesito hablar, necesito que me escuches- me acerque a ella y la abrace por la espalda esperando que me rechazara, pero no fue así ella solo queda quieta dejando de picar la cebolla- Lo siento -le susurre- no debí comportarme como un cavernícola, tenías razón no hiciste nada malo, es solo que me preocupas, nunca te he conocido un novio, ni siquiera un pretendiente y me da miedo que salgas lastimada y sin querer eso es lo que yo hago. de verdad lo siento.- mis disculpas fueron realmente sinceras aunque el motivo sea verdadero no es toda la verdad.

- Entiendo- dice ella en voz baja y voltea a verme con esos ojitos llorosos\, no sé si es por mí o por picar cebollas- y te disculpo\, yo también dije cosas de las que me arrepiento- agacho su carita y yo se la alce para que siguiera mirando mis ojos- lo de que me estaba cansando\, no es cierto- suspiro. Al escucharla me entro un inmenso alivio\, pero no por la herencia\, no porque no pueda casarme con Teresa\, es porque seguiré con ella un tiempo más\, es porque no me quiero separar de ella.

- Liz no tienes nada que disculparte- le quise quitar culpa\, pero ella se negó.

- Yo te prometí algo y lo pienso cumplir\, obtendrás la herencia y luego te veré casándote con Teresa como quieres.- ¿Cómo quiero? Exactamente\, debería ser así\, pero estoy empezando a cuestionarme. La abracé con todas mis fuerzas mientras le daba besos en su cabeza\, ese miedo de perderla es inevitable. Elizabeth\, ¿Qué me estás haciendo?.

Días después...

Liz

-¿Qué tal te está yendo?- Rosa me pregunta refiriéndose a Simón y a mí.

- Somos amigos - una sonrisa apareció en mi rostro.

- Si claro\, yo nací de noche\, no anoche Elizabeth\, vamos dime ¿Qué pasó ese día que se fueron juntos?- me insiste. No le había contado a mis amigas lo que hable con Simón porque estuvimos en exámenes y no dio chance de nada solo de estudiar.

- Quedamos como amigos\, es la verdad- le sonreí. Su cara fue un completo poema de estar feliz paso a estar desganada por mi respuesta - Pero me dijo que me esperaría a que me divorcie porque valgo la pena- confesé\, su cara cambio y salto como loca llamando la atención de casi todos en la cafetería. - Rosa cálmate no es para tanto- la calme\, aunque no funciono del todo.

- ¿Cómo que no es para tanto?-se ofendió- Por supuesto que lo es\, tú vales que te esperen toda una vida y que consigas al chico que está dispuesto a esperarte me emociona mucho- me sostuvo por los brazos\, queriendo que entre en razón. Yo solo reí sin poder evitarlo. Margarita llegó corriendo hacia nosotras\, mientras María venía detrás de ella\, pero caminando a paso normal.

- Chicas le robe algo a mi hermano- dijo agitada- María apúrate- le grito mientras ella se acercaba.

- Hola- nos saludó María con una sonrisa\, que ambas correspondidos.

- Luego los saludos\, esto es más importante - anuncia Margarita\, la curiosidad me estaba empezando a dar angustia.

- ¿Qué fue lo que robaste?- pregunto Rosa\, saco de su mochila una revista\, esa revista por lo que puedo deducir es el Kama Sutra\, una vez vi a unos chicos con esa revista\, por eso lo sé.

- Es el libro de Kama Sutra- todas voltearon a verme.

-¿El qué?- me pregunto María.

- Kama Sutra es un libro que te enseña las posiciones sexuales- les explique.

- ¿Cómo lo sabes?- pregunto Rosa.

- Una vez escuche a unos chicos hablar sobre eso y vi la revista- explique.

- Dios. Yo creí que ya habías tenido relaciones y no nos habías contado- me reclamo Margarita.

- NO\, para nada\, se los contaría lo juro- levante mi mano derecha en juramento.

- Miren esta posición esta fue la que hice con Gustavo la otra vez que les Conté- Margarita ya tiene novio que es Gustavo un chico de nuestra edad\, ambos hicieron el amor por primera vez y desde entonces parecen conejos- no sabía como describírselas hasta que vi la revista de mi hermano- Rosa\, María y yo nos miramos cómplice\, si no callábamos a Margarita nos contaría muy detalladamente que sucedió mientras lo hacía con Gustavo.

- STOP!- grito Rosa- nena nos alegra que tu vida sexual allá empezado\, pero no queremos saber cuantas veces te penetraron- Rosa suele ser un poco directa\, peor no lo dijo en mala forma\, más bien nos sacó unas buenas carcajadas a todas.

- ¿Me prestas la revista?\, te la traigo mañana- le pedí\, todas me miraron raro\, pero solo tengo curiosidad de ver como es el sexo aprender más sobre eso- es con fines educativos mal pensadas - me defendí de sus miradas juzgadoras.

- Estás casada\, ¿y pides el Kama Sutra?\, ¿Cómo no quieres que pensemos mal?- me reclama Margarita.

- Puedes aprender con la práctica con tu esposo en vez de una revista- dice María haciéndome sonrojar.

- Eso le digo yo\, pero no hace caso- se une Rosa\, yo solo volteo los ojos antes sus propuestas.

-¿Me la prestas o no?- dije apenada.

- Ya\, aquí la tienes me la devuelves cuando quieras- me guiño el ojo\, el timbre sonó indicando que teníamos clase y nos fuimos a nuestro salón

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