Elizabeth
Después de desayunar nos fuimos todos juntos en el carro de Andrés a la dirección que nos dió mi abuelo, cuando llegamos vimos a la mamá de Andrés y a su abuelo nos estaban esperando, bajamos del auto y saludamos.
-¿Cual es la sorpresa abuelo?- le pregunto al abuelo.
- Está- señala unas llaves el señor Teobaldo.
Que no sea lo que estoy pensando, por favor
-Bueno está tambien- señaló una casa muy bonita que está justo frente nosotros- así podrán tener privacidad- concluyó.
Esto se está saliendo de control
Ellos entraron a la casa dejándonos solos
-Andrés esto es demasiado- le dije asustada.
-Liz todo va a estar bien- me sujeta la mano, me sentí segura al sentir su mano tomando la mía, no solo me sentía segura si no que mi corazón empezó a latir muy rápido, eso causa su tacto en mi -Entremos- me señaló la casa.
-Vamos- lo seguí, entramos a la casa que sería " nuestra", la casa tiene 3 habitaciones, un baño, una sala, comedor y un pequeño jardín muy bonito, la casa la compro el señor Teobaldo como un regalo de bodas, a los pocos días nos mudamos, el se quedó con el cuarto principal, es un poco más grande que los otros dos, yo elegí el cuarto que está frente del suya, la casa la compraron amueblada así que solo trajimos nuestra ropa y algunas cosas.
Los días iban pasando y se convirtieron en rutina me levantaba hacia desayuno para los dos él se iba para su trabajo y yo para el colegio, así fueron los días hasta convertirse en un mes de convivencia con Andrés...
Me encuentro con Rosa en la entrada del colegio- Feliz primer mes de casada- me susurra, dándome un abrazo.
- Gracias, al menos tu si lo recordaste- le dije sin ánimos.
-Tranquila amiga aquí estoy yo para hacerte feliz- se lanza sobre mi para darte otro de sus abrazos.
-Chicas!!- grita Margarita que corre hacia nosotras junto con María.
-Hola!- respondimos al unisolo.
-Despues de clase vamos a comer?- pregunto María, cada viernes salíamos a comer a nuestra cafetería favorita y hoy no sería la excepción.
-Claro, como cada viernes- respondí, sonó la campana y entramos a clase.
El día transcurrió normal y en la salida nos encontramos las chicas para ir a chicas para ir a comer como quedaba cerca del colegio nos fuimos caminando.
-Sabes quien preguntó por ti Elizabeth?- me pregunta Margarita.
-Por mi? No, quién?- pregunto riéndome.
-Simon el de 4c- respondió, Simón es uno de los chicos más lindos del colegio y que preguntara por mí sí me causaba uno que otro cosquilleo.
-¡¡No seas mentirosa!! Uno de los chicos más lindo del colegio preguntando por mí, es imposible- dije riéndome.
-Esta bien no me creas, pero cuando te invite a salir, te diré "TE LO DIJE"- hizo comillas a esa palabra causando la risa de todas nosotras.
Llegamos a la cafetería, saludamos a las chicas que son meseras, pues no conocen de tiempo ya que siempre venimos a comer, nos sentamos en la barra conversando sobre un trabajo que tenemos y se tiene que entregar la próxima semana, mientras María hablaba de como nos vamos a dividir el trabajo mi mirada se enfoca en una pareja que está al fondo de la cafetería, es Andrés con una chica, supongo que es su novia, Rosa me da un codazo para que reaccione
-Disimula Elizabeth- me susurro, asentí y seguí la conversación con las chicas.
-Liz- se acerca Andrés y me saluda.
- Hola Andrés- respondí
-Hola- lo saluda Rosa, pues es la única que lo conoce de mis amigas.
-Rosa, hola- dijo algo tímido, las chicas miraron con cierto interés a Andrés y pues que mujer no si es muy guapo por no decir que sexy.
-Andrés ellas son mis amigas Margarita y María- los presente.
-Hola un placer soy Andrés - dijo amablemente.
-Hola- respondieron al unisolo.
-Un placer-- dice con picardía Margarita el cual recibe un codazo de Rosa.
-Liz podemos hablar?- me preguntó.
-Si, está bien- nos sentamos en la mesa de atrás donde no nos podían ver mis amigas
-Estoy con Teresa... Mi novia-
Se llama Teresa
-Si, me imaginé que es tu novia- dije un poco desganada.
-Es un poco incomodo- dice sin mirarme a los ojos.
-Incomodo?- pregunté incrédula.
-Liz..
-No sabías que estarías aquí, además siempre vengo aquí- Le interrumpí pero como no hacerlo, si ahora le incomoda mi presencia- no te preocupes pedí la comida para llevar- me levanté de esa mesa sin mirarlo, no puedo hacerlo es demasiado humillante esto, mi dignidad está por el suelo y yo me lo busque, por querer ayudarlo.
-Liz- me toma por el brazo reteniendome-disculpame no quise decirlo asi- aunque se disculpó no puedo aceptar sus disculpas, me siento demasiado humillada.
-Andres, no te disculpes, me siento yo también incómoda y no quiero arruinar tu cita- seguía sin poder verlo, no puedo, sé que si lo veo lloraré y no me puedo permitir que me vea llorar, me solté de su agarre y me fui con mis amigas.
-Chicas, comida para llevar- les dije.
-¿Qué? ¿Porque? - se queja María.
-Tenemos tiempo que no comemos en el parque- añadí, Rosa me miró y yo esquivé su mirada.
-Si vamos al parque- Me apoya Rosa, creo que se dió cuenta que no quería estar ahí o que no me querían ahí.
Siempre tenemos esas amigas que con una mirada entiende todo y es increíble, pero tengo a Rosa que sin mirarla sabe cómo me siento.
Margarita le gusta el parque así que ella acepto sin ningún problema, pedimos la comida para llevar, nos fuimos caminando al parque, la pasamos muy bien siempre que estamos juntas...
Llegué a casa y como de costumbre Andrés no está, no perdí tiempo e hice la cena, como aun no tengo hambre me dispongo hacer un trabajo del colegio, pasan más o menos 2 horas y me dió hambre, salgo a servirme un poco de lo que había cocinado.
La puerta se abre y se que es Andrés
-Buenas noches Liz-
-Buenas noches- le respondo sin mirarlo ya que estoy sirviendo la comida - ¿tienes hambre?- le pregunto
-Mucha- escucho una risa
-Ya te sirvo- le dije un poco seria
-¿te ayudo? - se acercó ayudándome con los platos, los puso en la mesa y fue por el jugo que había preparado, nos sentamos a comer como de costumbre.
-Liz..- rompió el silencio que había entre nosotros. - Lo que pasó en la tarde... Discúlpame no debí pedirte eso, estuvo mal, tú no me incomodas, no supe pedir las cosas- lo miré a los ojos y por alguna razón le creí, o al menos eso es lo que quiero, creerle.
- Ya pasó, no te preocupes- él sigue mirándome esperando que aceptará sus disculpas - te disculpó- le dije sincera, le regale una sonrisa el cual me correspondió.
-¿Y que tal el día de mi esposa?- bromeó, causandome una risa y asi pasamos toda la comida hablando de nuestro día.
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Comments
carmen castillo
la verdad no sé si seguiré leyendo la novela 🥺
2024-10-14
0
nohelit perez
este tipo te va hacer sufrir por estar de buena samaritana
2024-09-22
0
Hannah@#
Por pendeja quien acepta ser la cachona de un tipo por mucho amor que le tenga, más me quiero yo...
2024-07-26
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