Capítulo 17

...Quiero ser buena, pero no puedo ocultar quien soy....

^^^-Kaleani W.^^^

Hacer lo correcto siempre ha sido algo complicado para mí, porque mi perspectiva de lo que es correcto siempre ha estado manchada por lo que quiero, por las cosas que deseo hacer y siempre he sido egoísta, siempre me he asegurado de que mi prioridad sea mi bienestar, entonces ¿Por qué sigo haciendo cosas que me lastiman? ¿por qué sigo lastimándome a mí misma? ¿Por qué me hago esto? creo saber la respuesta, porque creo que es lo justo, que yo sufra.

Abandono mis pensamientos y mis ojos encuentran a Mark, este me mira con preocupación, he sangrado mucho y debo lucir mal, pero no creo que sea necesario mirarme con lástima, odio la lastima.

Hemos llegado a este lugar hace unas horas, he sido curada por uno de los hombres de Audrey y he comido, me he dado una ducha, pero sigo sintiéndome horrible. Dejo de mirar a Mark y observo el lugar donde estoy, el sótano de una casa familiar y arriba de nosotros puedo escuchar los pasos de los “dueños” del lugar.

Cuando llegamos una pareja nos dio la bienvenida, al principio no entendía lo que sucedía hasta que bajamos al sótano, es el sótano más amplio que he visto en toda mi vida, es básicamente una segunda casa. Hay habitaciones, una sala con televisión, una cocina y demás, hay todo lo necesario para vivir aquí por meses sin tener que salir ¿en esto invierten su dinero los ricos? Creo que esto si me gusta.

- ¿Puedes dejar de mirarme? Me molesta. – le pido a Mark.

Me ignora.

Ha estado ahí de pie desde que aquel sujeto curó mis heridas, la herida de mi pie no fue tan profunda, pero necesito descanso ¿tengo tiempo? No lo creo. La herida de mi rostro es otra historia, tendré una gran cicatriz y no voy a llorar por eso, de todas maneras, no creo tener más lágrimas que derramar después de tanto.

- ¿Qué hora es? – pregunto sin poder evitarlo.

- 3 PM. – responde.

- Este día se ha asegurado de ser eterno. – susurro molesta.

Me encuentro acostada en la sala de estar en uno de los sofás y no me siento feliz, quiero ir en busca de mi hermana menor, pero he tomado algo para el dolor y me siento tan débil, tengo sueño, pero no puedo dormir, no puedo, siento que si me duermo ellos vendrán por mí y no podré pelear.

- ¿No estás cansada? – escucho a Mark preguntar.

- No. – respondo.

- Puedes dormir, estaré aquí. – me asegura.

Lo miro por unos segundos.

- ¿Qué está sucediendo? ¿Por qué nos ocultamos? ¿Dónde está nuestro conductor? Yo…- me interrumpe.

- Demasiadas preguntas ¿Qué quieres saber primero? – pregunta.

- ¿A quién nos enfrentamos? – pregunto.

No responde, deja de mirarme y lo veo suspirar, me acomodo en el sofá permitiendo que tome asiento a mi lado, espero impaciente por unos minutos ¿por qué no habla? Estoy segura que debe estar cuestionándose el hecho de que no soy confiable.

- Byrne. – responde. – es el hijo mayor de uno de los tres jefes de la mafia irlandesa que se encuentra en el país, es un bastardo que usa como escudo a sus dos hijos y…- lo interrumpo.

- ¿Qué tan poderoso es? ¿Tiene más poder que los Ainsworth? – pregunto.

- Esa es una buena pregunta, pero no tengo respuesta. – responde. – lo único que sé es que tuvimos unos desacuerdos con él hace unos años y desde entonces no ha entrado a las vegas, fue un pacto que se hizo sin pronunciar una palabra. – me dice.

- De acuerdo. – digo pensativa. - ¿Por qué debería preocuparme? – pregunto.

- Aunque para ti no parezca importante, cuando venciste a Wade te volviste parte de la familia y eso significa que el enemigo del jefe es nuestro enemigo, así de simple. – responde.

Me quedo en silencio por unos segundos ¿Qué debo hacer? Llevo mis manos a mi cabello y lo peino un poco a pesar de que es un desastre de todas maneras. Sé que Mark está observando mi reacción, pero ¿Qué puedo hacer? en estos casos solo encontraría a las personas correctas e intentaría entrar en la cama de uno de los hijos de Byrne, de esa manera podría recuperar a mi hermana, pero ya no es tan simple ¿no lo es?

- No. – escucho decir a Mark, lo miró.

- ¿Qué? – pregunto.

- He estado observándote por meses…- lo interrumpo.

- Eso no suena bien. – digo.

- Sé reconocer a alguien impulsivo cuando lo veo, eres impulsiva. – empieza a decir. – no voy a arriesgar mi cuello por ti, voy a protegerte, pero si quieres morir no voy a interferir. – me dice.

- ¿Crees que quiero morir? Estuviste observando mi vida por meses, sabes porqué no puedo morir, debo vivir. – le digo sin dudar. – pero no puedo esperar a tu jefe aquí sentada, debo hacer algo, yo…- me interrumpe.

- ¿No lo entiendes? – pregunta molesto, se pone de pie. – mis contactos me han informado que algo sucede, están buscando algo y ambos sabemos que, están buscándote a ti. – me dice.

- ¡¿Por qué?! – grito molesta. - esto es una estupidez, no he hecho nada y solo quieren atraparme porque creen que pertenezco a la familia o…- me interrumpe.

- Kaleani. – dice mi nombre, trato de relajarme. – no sé lo que saben, pero ellos te quieren porque hay algo en ti que es útil para ellos, quizás tu hermana dijo algo. – me dice.

Eso me enoja.

- Mi hermana no ha dicho nada y tampoco lo hará ¿crees que somos nuevas en esto? sabemos lo que significa hablar, si hablas mueres. – digo.

- De acuerdo. – dice molesto.

Lo veo alejarse hacia la puerta del sótano, lo miro fijamente y quiero gritar tantas cosas, pero ¿Qué solución eso me daría? Ninguna, ellos tienen razón, debemos saber que sucede y ahora mismo solo soy la hija de una “reina” caída, si voy con ellos ahora mismo no voy a conseguir respeto, solo van a verme como la estúpida que se entrego a ellos de manera voluntaria, no voy a hacer esto fácil para ellos, no lo haré.

- Mark. – digo su nombre a pesar de que me ha dejado sola.

No recibo respuesta.

- Necesito una pistola, con tres cargadores completos. – empiezo a decir a pesar de estar sola. - Necesito un celular y recordar el número de teléfono de mi casa, quiero llamar a casa ¿me escuchas? Quiero…- me detengo.

Justo cuando crees que no tienes más lágrimas que derramar…

- No. – me digo a mi misma evitando llorar.

Debo ser fuerte, puedo hacer esto, soy fuerte, lo soy ¿lo soy?

...POV HENRI...

Odio esto, odio todo lo relacionado a esta situación.

Me considero el tipo de hombre que logra todo lo que se propone, tengo la habilidad de nunca rendirme, de hacer lo que sea necesario para conseguir lo que quiero, ese soy yo ¿cierto? entonces ¿Por qué una mujer me ha roto de está manera? ¿Por qué? ¿Por qué permití que me hiciera esto? la respuesta es simple, me he vuelto loco por una mujer que me considera un hombre digno de compartir su cama, de tener un hijo con ella, pero no me considera un hombre digno de pelear a su lado, no confía en mí en eso.

Maldición, quiero cuidar de ella , quiero besar sus labios, quiero mirar sus ojos y decirle que no estoy bien, que algo está mal en mi y que quiero sangre, quiero dañar, lastimar y no volver a pretender que todo está bien ¿eso es lo que quiero? Si, estoy seguro. No soy bueno, no soy el hombre que ella cree que soy, ella ve luz en mi cuando en realidad solo existe oscuridad ¿es ese el amor que describen los poetas?

Kaleani Wagner hizo lo que ninguna mujer había conseguido, me hizo sentir y querer más, querer una casa en los suburbios y tener muchos hijos, ella me hizo esto, me convirtió en este patético ser humano que solo puede sonreír al mirar su rostro, es tan molesto lo dependiente que me he convertido, no es sano.

A pesar de todo lo malo que puedo encontrar en nosotros, prefiero quedarme con ella, porque aunque duela no ser su primera opción, quiero creer que puede amarme como yo la amo a ella ¿Es posible? No lo sé.

He tenido los días más tranquilos de mi vida, he reído más de lo que creía posible y sin embargo no me siento la primera opción, estoy aceptando eso, aunque siempre he sido el mejor en todo ¿Por qué lo acepto? No lo sé, quiero decirle todo esto, quiero decirle que yo también he perdido, he perdido algo de felicidad, pero no quiero ser débil, debo ser fuerte y proteger a mi familia, yo no soy mi padre, no permitiré que lastimen al amor de mi vida y…

- Oye, juguete. – al escuchar su voz trato de controlarme.

Kristin Wagner, esa chica puede arruinar mi humor en pocos minutos.

- ¿Qué quieres? – le pregunto.

Pongo mi atención en las pantallas que se encuentran delante de mi, se supone que debo hacer una revisión del perímetro, siento que no tengo todo el terreno cubierto y quizás necesito más hombres. Me giro aun sentado en mi silla y la miro, veo a mi hijo en sus brazos, siento enojo, mucho enojo.

- Se despertó. – me avisa con una sonrisa ¿Por qué sonríe? Es obvio que no quiere hacerlo.

- Lo puedo notar. – digo molesto.

- Me sorprende lo calmado que estás. – dice con curiosidad.

- ¿Qué esperabas? - pregunto.

- Pensé que irías por ella. – responde.

- Estoy respetando su decisión. – digo.

¿Qué quiere que diga? ¿Qué estoy agonizando? No voy a demostrarle mi preocupación, está chica cree que no soy suficiente para su hermana y por eso nunca hemos podido tener una buena conversación. Puedo ver en sus ojos que busca defectos, debilidad, pero se equivocó de hombre.

- De acuerdo. – dice pensativa. – pero…-la interrumpo.

- ¿Por qué no me dices lo que quieres decir en realidad? No tengo tiempo para esto. – le digo molesto.

- Ella no ha llamado, me preocupa que algo haya sucedido. – me dice.

- Debiste pensar en eso antes de ayudar en su escape. – empiezo a decir. – aunque quiera correr detrás de ella, debo dejar todo listo para mi partida. – le digo.

- ¿Qué importa todo esto? ve por ella. – me pide.

Eso me sorprende.

- ¿Sabes algo? – pregunto preocupado sin poder evitarlo.

- No. – responde. - siento que algo malo sucede, sé que crees que estoy en tú contra, pero…- le interrumpo.

- ¿No es así? – pregunto molesto, me pongo de pie y me acerco a ella. – quiero estar solo, yo me encargo de mi bebe. – le digo.

Antes de que pueda tocar a mi hijo, la veo alejarse y eso no me hace sentir bien.

- Escucha, ella no va a llamar, no puede recordar números de celular. – empieza a decir. – lo hacía cuando era joven, pero sucedieron cosas y ya no puede hacerlo, no va a pedir ayuda porque no sabe cómo, ve por ella. – me pide.

¿Está rogando?

- Eres la única persona que escucha. – continúa hablando. – la única razón por la cual decidió ir a NY fue para protegerte, para protegernos a todos…- la interrumpo.

- ¿Cómo pudo irse de repente? ¿Quién la ayudo? – pregunto molesto.

- Yo…- no responde.

- Debo saberlo. – le digo.

- No lo sé. – miente.

Dejo de mirar su rostro y pienso unos segundos que hacer, miro el reloj en mi muñeca, todavía no han pasado 24 horas desde que se fue, pero siento que no puedo esperar más, no puedo, necesito ver su rostro y saber que está bien.

- Necesito que cuides a mi bebe…- me interrumpe.

- Ella me pidió lo mismo, está bien, yo cuidaré a este lindo bebe. – me asegura.

- Te dejaré todo listo en caso de que debas irte y ...- vuelve a interrumpirme.

- Sé como correr, no te preocupes, solo vete y llámame si sabes algo. – me pide.

- Debes estar desesperada para tragarte tu orgullo y hablar conmigo de está manera. – le digo sin poder evitarlo.

Se ríe, mi hijo sonríe mirando su rostro, creo que Kristin le recuerda a su madre.

- Tienes razón. – admite. – solo…- duda antes de hablar. – eres el único que puede lograr que salga de la oscuridad, solo trae su trasero a casa. – dice.

- Ese vocabulario. – digo con molestia.

- Es la verdad. – dice.

Asiento lentamente.

- Henri. – dice mi nombre.

- ¿Qué? – pregunto.

- No te enojes con ella. – empieza a decir. – ella hace locuras cuando se preocupa ¿De acuerdo? no fue su intención hablar con él, pero…- la interrumpo.

- Solo dilo. – le pido.

- Audrey le ayudó. – dice.

La veo irse rápidamente y trato de controlarme, pero no puedo hacerlo, mi puño termina golpeando una de las pantallas y mi cuerpo tiembla de la rabia ¿Por qué hizo esto? ¡¿Por qué?! Estoy cansado, cansado de callar evitando lastimar sus sentimientos, pero está vez, Kaleani va a escucharme.

Se supone que somos un equipo, una pareja que intenta construir un hogar poco a poco y lo hemos logrado, al menos eso pensé ¿Por qué siento que ni siquiera estoy en su lista de prioridades? Al menos estoy seguro que ama a nuestro hijo, lo ama demasiado, pero sus acciones lograrán que nuestro hijo no tenga la oportunidad de conocer a su madre, va a conocer a una mujer que no lograré reconocer.

No quiero que sus acciones destruyan quien es realmente, no quiero que cambien a la mujer de la cuál me enamore.

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