Capítulo 6

...Querida, no vivo cuando no estoy contigo....

^^^-Ernest Hemingway.^^^

Miro la hora en mi celular y estoy cerca de lanzarme por el balcón, cada minuto que pasa esa idea se convierte en algo tan hermoso y tentador, pero no puedo, lo que quiero hacer y lo que debo hacer son dos cosas tan diferentes ahora mismo. Quiero ir a New York y encontrar a mi hermana, saber que está bien, pero debo quedarme aquí, porque mi mundo ya no solo gira alrededor de mis hermanas, tengo un hijo e hice una promesa, debo cumplir mi palabra.

Observo mi ropa, me he vestido con unos jeans y una blusa de color azul cielo, es tan extraño como incluso mi propia ropa me recuerda a mi vida anterior, solo usaba vestidos cuando tenía una misión, siempre vestía jeans en caso de que tuviera que pelear, esas son cosas que aprendes con el tiempo, a evitar que tu cuerpo tenga más cicatrices que curar.

Me alejo de mis pensamientos cuando la puerta se abre, me pongo de pie y sonrío al ver a Cara entrar con mi hijo, lo abrazo de inmediato y mi cuerpo se tensa al escuchar la puerta cerrarse de nuevo. Ignoro ese hecho y solo observo a Scott, lo veo balbucear como si tratara de decirme algo y solo puedo asentir.

- Señora Adams. – miro a Cara cuando dice mi nombre.

Puedo ver en su rostro algo de duda, sé que ella no entiende lo que sucede, cuando la llame esta mañana solo le dije que debía estar aquí por unas pocas horas y ya son las 6 PM, debe estar confundida y asustada, me da curiosidad saber como se sentiría no haber tenido la vida que tuve, como sería tener una vida normal.

La veo acercarme a mí y lleva su mano a su cabello castaño, sus ojos oscuros me ven con lastima y lo odio, nunca me ha gustado ese sentimiento y nunca lo he sentido por mí misma. Enojo, frustración y odio, son sentimientos que he sentido por mí misma, pero nunca lastima, todo lo que vivo y lo que sucede, son cosas que recibo por la vida que he tenido que vivir, esto soy yo, no hay lugar para la lastima.

- ¿debo llamar a la policía? Solo debe decirme que lo haga. – me dice preocupada.

Frunzo mi ceño.

- ¿De qué hablas? – le pregunto.

- Ha estado encerrada aquí por horas, he visto como le han traído comida, pero no la dejan salir. – empieza a decir, se acerca a mí y pone su mano en mi hombro. – sé que me pidió no juzgar u opinar sobre lo que veo, pero esto no me parece correcto ¿lo es? – pregunta.

- No es un secuestro. – respondo de inmediato. – no debes llamar a la policía, estoy bien. – le digo.

- ¿Segura? – pregunta.

- Solo te pago para que cuides a mi bebe, tu sueldo no incluye que me cuides o te preocupes por mí, haz tu trabajo. – le digo de inmediato.

Se ve apenada, pero debo hacerlo, no quiero más preguntas sobre esto, porque todavía no sé qué haré con Paul, me molesta que no crea que puedo controlar mis acciones, pero él tiene razón, suelo no medir las consecuencias cuando se trata de mis hermanas ¿Quién lo hace? Son familia y uno protege a sus seres queridos, por eso estoy furiosa.

- Vamos a sentarnos. – le pido a Cara.

Asiente y nos sentamos en el piso, ella pone en el piso algunos juguetes que tenía en sus bolsillos, son pequeños, pero la mayoría hacen algún ruido irritante, apoyo mi espalda de mi cama y veo a Scott gatear siento perseguido por su niñera, lo veo reír y luego detenerse, me mira como si me invitara a jugar, pero no puedo, algo en mi…

Escucho el sonido que hace la puerta al ser abierta y veo a Evelyn de pie en la entrada, sin saber porque me levanto lo más rápido que puedo y la abrazo, mi cuerpo tiembla y entonces lo sé, extrañaba a esta chica, aunque es terca, ella nos cuidó por años, al menos hasta que yo me volví en el escudo de la familia.

- Al parecer te enviaron a la esquina de castigo. – dice en broma.

Me alejo de ella y suspiro molesta.

- ¿Cuándo llegaste? – pregunto confundida. – no me llamaste, estaba esperando. – le recuerdo.

- Paul se encargó de todo. – responde.

Frunzo mi ceño y no digo nada.

-¿Qué? – pregunta borrando su sonrisa.

Me giro y miro a Cara, ella nos observa con atención, solo veo curiosidad en su rostro, ella entiende de inmediato y se pone de pie cargando a Scott, antes de que se vaya tomo a mi hijo y me quedo con él. Espero unos segundos hasta que me encuentro a solas con mi hermana, me acerco a la cama y tomo asiento en el borde de la misma, Evelyn toma asiento a mi lado.

- ¿Qué? – vuelve a preguntar.

-Al parecer tú has conversado más con él que yo, supongo que conoces su plan. – empiezo a decir tratando de no sonar molesta. – por eso…- me interrumpe.

-No tomes esa actitud. – me dice de inmediato.

-Solo dime cuál es su plan. – le pido, la miro.

Sus ojos me miran por unos segundos y cuando deja de hacerlo sé que lo que hará Paul no es algo que me gustará.

-Sabemos dónde está. – me dice.

-¿Keysi? – pregunto, digo su verdadero nombre sin importarme nada.

-Si. – responde mirándome. – Paul contrato a alguien para rastrear su celular y lo hizo, la última vez que estuvo encendido fue en Queens ¿eso no te recuerda algo? – me pregunta.

-No ¿Debería? – pregunto.

-La única persona que conocemos que vive en Queens es James ¿recuerdas? – pregunta.

No responde ¿James? Ese chico molesto que nos traicionó al principio de todo ¿Por qué ella estaría ahí? No tiene sentido, pienso unos segundos y no encuentro respuesta, todas estábamos enojadas por lo que hizo, no nos avisó que seríamos atacadas al ir a las vegas y luego volvió a traicionarme cuando estuve en la ciudad, él es malas noticias.

-Es cierto, pero eso no significa que este ahí ¿Cierto? – le pregunto, no responde. – debemos pensar, porque esto no tiene sentido, quizás está en otro lugar y no con él. – digo.

-Es solo una posibilidad. – me dice. – cuando escuché que ese fue el último lugar solo pude pensar en él, quizás quiere venganza. – dice.

-Ya hicimos lo suficiente con todo lo relacionado a Nadia. – digo con molestia. – hicimos lo que teníamos que hacer ¿Qué importa James? Es solo una sanguijuela de mujeres ricas y… - me interrumpe.

-Quizás ese sea el problema. – me dice. – Nadia era millonaria y nunca volvimos por su dinero ¿Qué sucedió con sus negocios y dinero? ¿se perdió? – pregunta con obviedad.

-Recuerda que John controla todo el dinero, es obvio. – digo con molestia.

John Robinson, mejor conocido por simplemente “JOHN”, fue la mano derecha de Nadia desde el principio o al menos solo lo puedo recordar a él, desde pequeña el bastardo me hizo la vida imposible y se aseguró de que no confiara en nadie, golpizas, torturas y demás, él hacía todo eso y también fue el hombre que lastimo a Valentine. Con los años el bastardo logro que Nadia lo pusiera como su representante cuando ella no podía asistir a una reunión o estábamos de vacaciones, él tiene todo el dinero ilegal de la organización y eso no podría importarme menos.

-Exacto. – dice con obviedad. – James trabaja para él o al menos lo hacía cuando estábamos en el negocio.- me dice.

-Te equivocas. – le digo. – no creo que ella regresara por dinero. – digo segura.

-Es una posibilidad. – dice pensativa.

-A Keysi nunca le importo el dinero, lo sabes. – le digo.

- Tampoco creímos que ella podía dispararle a Nadia y lo hizo. – me recuerda.

Me quedo en silencio por unos segundos y suspiro ¿Qué está sucediendo? No puedo creer que ella regresara por el dinero, no tiene sentido y sé que no es así, mi pequeña hermana no es alguien codicioso, ella siempre ha tenido todo controlado, pero ahora mismo no creo reconocerla.

- ¿Por qué me estás diciendo todo esto? solo te pregunte cual era el plan de Paul. – digo con curiosidad.

Evelyn me ignora y eso me hace sentir más molestia, observa a su sobrino y lo aleja de mí, lo acerca a su pecho y le habla por unos segundos, observo cada uno de sus movimientos y trato de entender todo, hay una pregunta que está atorada en mi garganta y no quiero hacerla, no quiero.

- ¿Cuándo llegaste? – le pregunto de nuevo.

- Hace una hora. – responde sin mirarme.

-¿Por qué no habías venido a decir hola? – pregunto.

No responde y me pongo de pie tratando de controlarme.

-Dime que no lo hiciste. – le pido.

-No debes preocuparte. – empieza a decir. – él la encontrará. – me dice.

- ¿Estás ayudando a Paul a que vaya por ella? – le pregunto molesta.

-Él quiere hacerlo. – responde. – está seguro de que puede hacerlo, apoyo su idea. – me dice.

- Tienes suerte de tener a mi hijo en tu regazo. – digo con rabia.

-No exageres. – dice de inmediato. – Paul puede ir y nadie lo reconocerá, si tu vas todos sabrán quién eres…- la interrumpo.

-Yo conozco la ciudad. – le recuerdo. – no puedes enviar a mi hombre y esperar que yo me quede sentada. – le digo.

-No tenemos opción. – me dice. – no sabemos si Keysi hará una estupidez. – dice.

Camino hacia la puerta y doy dos golpes con mi puño, abren la puerta y veo a uno de los hombres de Paul, lo empujo con todas mis fuerzas y me ve sorprendido, trata de detenerme cuando salgo de la habitación, antes de que pueda sujetarme, levanto mi brazo y mi codo golpea su rostro cuando me giro rápidamente, lo escucho quejarse y siento ardor en mi brazo, lo escucho maldecir, pero lo ignoro.

Bajo las escaleras rápidamente.

-¡Paul! - grito furiosa.

Sigo caminando y algunos hombres me ven sorprendidos, pero no se atreven a tocarme, llego al sótano y abro la puerta, bajo las escaleras y al hacerlo me sorprende ver una mesa, con un mapa y algunas armas encima. Llevo mi mano hacia mi cabello y lo alejo de mi rostro, me encuentro descalza, despeinada y furiosa, este fue mi límite.

Veo a Paul y este no me mira, solo sigue mirando el mapa, hay dos hombres a su lado y al verme ambos deciden abandonar el sótano, me acerco a él y solo puedo mirarlo, noto que debajo de su tshirt tiene un chaleco antibalas y siento rabia.

-¿Estás loco? – le pregunto tratando de controlarme.

-No tengo tiempo para esto. – responde simplemente.

-No vas a ir. – le digo.

-La decisión no está en discusión. – me dice. – no quiero pelear. – dice.

- ¡¿No?! – grito molesta.

Me mira de inmediato, mi cuerpo tiembla de la rabia.

- No grites. – me pide. – lo haré lo más rápido que pueda, tengo tres lugares que visitar, debe estar en uno de ellos y …- lo interrumpo.

-¿Por qué me haces esto? – le pregunto.

Frunce su ceño.

- Dijiste que no harías una estupidez y está es una, no puedes entrar en las calles de una ciudad que no conoces y pelear, estarías declarándole la guerra. – le digo.

- No es parte del plan, no voy en busca de pelea, pero si debo hacerlo, lo haré. – me asegura.

-Te dije que no. – vuelvo a decir.

-Charlotte. – dice antes de suspirar.

Se acerca a mí y retrocedo, frunce su ceño con molestia.

- ¿Crees que quiero esto? – pregunta, no respondo y eso parece enojarle. - ¡¿crees que pedí esto?!- pregunta a gritos sorprendiéndome.

-Henri…- digo su nombre.

- ¡Estoy agotado! – grita molesto.

Ahí está, el fuego que se había extinguido por unos meses, está diciendo la verdad después de tanto y espero poder soportar lo que tenga que decir.

- Yo puedo hacerlo, puedo ir y…- me interrumpe.

- Yo lo haré. – dice con seguridad. – solo te pido que hables con tus hermanas y que por favor dejen de hacer una estupidez cada seis meses, quiero paz. – dice.

Lo miro sorprendido y él nota lo que acaba de decir, retrocedo sintiéndome herida, pero ¿mintió? No lo hizo, tiene razón, nosotras no somos paz y aunque quiera decir lo contrario no puedo, hay algo destructivo en cada una de nosotras, solo me duele ver lo lastimado que él está por mi culpa, quería darle paz, pero quizás yo no lo soy.

- Kaleani. – dice mi nombre, niego lentamente. – no quise decir eso, lo sabes, yo nunca diría eso en serio. – me asegura.

- Lo sé, pero lo pensaste. – digo mirándolo. – pero lamento decirte que no somos paz, yo no soy paz, no lo soy. – digo antes de girarme.

Empiezo a caminar hacia las escaleras y empiezo a subir.

-Pero te amo. – dice, me detengo. – yo decidí amarte y no me arrepiento, quiero que sepas eso, Dulzura. – lo escucho decir.

Siento lágrimas en mis ojos.

-Deberías arrepentirte. – digo antes de seguir subiendo.

¿Por qué mi sueño se volvió esto? yo también quiero paz, amor mío.

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