...¿Por qué mi casa ya no se siente como un hogar? todo se siente tan vacío....
^^^-Kaleani W.^^^
Lo miro fijamente y mentiría sí dijera que no estoy preocupada, este hombre que está a pocos centímetros de mi es la razón por la cual nunca pude sentir algo más que lujuria por años, este hombre me hizo cosas que nunca me atreveré a decir en voz alta, son cosas que ninguna de mis hermanas conoce y que voy a llevarme a mi tumba. Por años tuve que soportarlo y debo estar loca ¿lo estoy? ¿Cómo pude volver aquí? La respuesta es simple, vine aquí por mi hermana menor y no voy a dejar la ciudad sin ella.
-¿Quieres café? - lo escucho preguntar.
¿está loco? Acaba de golpearme y ahora quiere fingir que eso no sucedió, eso solo significa que lo que va a decir es algo que no va a gustarme, él va a tratar de convencerme sobre algo, puedo verlo en sus ojos.
-¿Dónde está? – pregunto ignorando su pregunta.
Me ignora por completo y lo veo caminar hacia su escritorio, toma asiento y me mira fijamente ¿Qué espera? ¿Por qué tarda tanto en decirlo? Me acerco a él lentamente y puedo ver un maletín encima del escritorio ¿Por qué me parece conocido? Ignoro mis pensamientos cuando habla.
-Ella lo sabía ¿sabes? – pregunta, no respondo. – ella sabía que en algún momento tú vendrías por su cabeza cuando dio la orden de que asesinaran a tus hermanas, ella sabía que lo harías. – se detiene, espera algún tipo de reacción, pero me mantengo calmada. – por eso ella se aseguró de que no tuvieras nada sí regresabas, todo el dinero, poder, relaciones, todo es mío…- lo interrumpo.
- ¿Por qué no dejas de jugar? Estoy escuchando, dime lo que quiero saber. – le pido.
Puedo sentir la sangre en mi boca, el dolor se acerca a mí y no puedo evitar hacer una pequeña mueca al sentirlo, su golpe fue fuerte y dolió, lastimo mi ego.
- Siempre has tenido esa actitud asquerosa y no escuchas. – empieza a decir. – debo decir que me siento satisfecho de poder arruinarte después de que me hiciste perder millones. – dice.
-¿De qué estás hablando? – pregunto confundida.
- Hablo de los irlandeses. – responde, frunzo mi ceño. – esos bastardos tienen la ciudad porque tú ¡mataste a Nadia! – grita, se pone de pie y me mira molesto ¿Qué dijo?
-Yo no mate a Nadia. – digo con honestidad.
- Tu novio lo hizo ¿eso era? – al escuchar eso siento incomodidad. - al parecer todavía te afecta su muerte ¿te gustó? ¿lo quisiste? – pregunta con diversión.
- Al parecer todavía hablas demasiado. – respondo, deja de sonreír. – solo dime donde está mi hermana o …- me interrumpe.
- No sé donde está tu hermana, esa es la verdad. – dice, antes de que pueda preguntar sigue hablando. – pero sé quien puede saber. – dice con satisfacción.
- James. – digo molesta.
- La pequeña bastarda quiso atacarlo y él hizo lo más inteligente que ha hecho en años, él me la entregó cuando más necesitaba algo de mercancía. – dice.
¿Acaba de llamar a Keysi mercancía? Le divierte la molestia y odio que siento por él, vuelve a sentarse y me observa con prepotencia, lo hace feliz ver como esto me afecta, odio que él pueda verlo.
- Voy a preguntarlo una última vez John. – digo demasiado enojada para preocuparme de las consecuencias, camino alrededor del escritorio y me detengo, se gira ligeramente y me mira sin miedo alguno. - ¿dónde está? – pregunto.
- Mi respuesta sigue siendo la misma. – responde. - ¿Por qué no tomas el café? lo necesitarás. – me dice.
- ¡No quiero un estúpido café! – grito molesta.
- De acuerdo. – me dice. - ¿quieres a Keysi? – pregunta, no respondo. – vuelve al juego y haré todo lo que pueda para que puedas encontrarla. – me dice.
- ¿Qué le hiciste? Dijiste que estuvo aquí ¿Qué le hiciste? – pregunto de inmediato.
- Los irlandeses querían una muestra de paz después de algunos desacuerdos, les di la mejor mercancía que ha podido producir la familia Wagner, ustedes. – dice simplemente.
-¿Qué? – pregunto.
Este bastardo les entrego a mi hermanita como si fuera mercancía, por eso no podíamos encontrarla y no contestaba nuestras llamadas ¿Qué le han hecho? ¿Qué debo hacer? Siento que tengo las manos atadas ahora mismo.
-No te enojes, te necesito. – dice. – si quieres a Keysi de vuelta, solo tienes una opción, debes volver al juego. – me informa.
-¿Volver al juego? ¿todo lo que he hecho fue un juego para ti? – pregunto, asiente sin dudar. - no fue un juego y que digas eso hace obvia la razón por la cuál no puedes tener la ciudad, no eres suficiente. – digo.
Eso hiere su ego, se pone de pie de inmediato y se acerca a mí, no retrocedo y cuando está tan cerca que puedo oler su perfume sonrió, eso parece molestarle mucho más.
-¿Todavía eres valiente? Al parecer no ves la gravedad de esto. – empieza a decir. – creo que confundiste mis palabras, no estoy pidiéndote que vuelvas al trabajo, te lo estoy ordenando Kaleani. – me dice.
- No sigo ordenes de un empleado. – digo sin dudar. – ya me disté la información que quería, ya no eres útil. – digo.
Cuando estoy lista para girarme, sujeta mi brazo con fuerza, me lastima, pero me aseguro de que mi rostro no lo muestre, me empuja hacia el escritorio y siento pánico por unos segundos, pero antes de que pueda atacar él habla.
- Abre el maletín. – me pide.
- ¿Por qué debería? – pregunto.
-Porque te interesa lo que tengo para decir. – responde. - ¿no lo ves? Me necesitas, soy el único que puede llevarte con ellos, eres nadie cuando no eres un producto. – me dice.
Suelta mi brazo y abro el maletín porque siento curiosidad, veo los papeles con confusión hasta que empiezo a leer, trato de que no me afecte el hecho de ver todos los nombres de aquellas personas que fueron un cliente en algún momento de mi vida, personas con las cuales tuve sexo o les robe algo ¿Qué es esto? ¿Por qué tiene todo esto?
- Si decido enviar un mensaje a esas personas ahora mismo ¿Cuántas personas vendrán por tu cabeza? al menos hay dos abogados, tres inversionistas y por supuesto como olvidar al querido juez ¿Qué dices? ¿lo hacemos? – pregunta.
-No tengo miedo. – respondo sin dudar.
Me giro ligeramente y lo miro, estamos demasiado cerca y odio saber que mi cuerpo es algo que todavía tiene su atención.
-Deberías tenerlo, esto es simple Kaleani. – empieza a decir. – estás conmigo en esto o en mi contra ¿Qué decides? – pregunta.
- No quiero una guerra John. – respondo, se ve feliz con mi respuesta. – pero lamento informarte que ya no estoy en el negocio. – le digo.
Dejo de mirarlo y dejo caer todos los papeles en el piso, decido alejarme de él y lo permite, camino hacia la puerta con pasos firmes y sintiendo que no hice lo suficiente, pero al menos conseguí la información que necesito, sé quien tiene a mi hermana y eso es lo importante.
- Kal. – dice, me detengo y lo miro.
Me encuentro cerca de la puerta.
- ¿Qué? – pregunto.
- No debiste matarla y me aseguraré de que todas ustedes entiendan que no pueden tocar a la reina de la mafia y seguir con vida, me aseguraré de ello. – me amenaza.
- Te equivocas. – digo de inmediato. – Nadia nunca fue la reina, solo fue una vieja insegura con complejos de realeza, ella nunca fue suficiente para esto. – le digo.
-¿No? – pregunta con prepotencia. - ¿tú sí? Dime Kaleani ¿Tú si eres suficiente? – pregunta.
-No lo sé. – respondo. – pero estoy lista para intentarlo. – le aseguro. – tú lastimaste a mi hermana menor y te aconsejo ocultarte porque voy a cazarte por el resto de mi vida ¿entiendes eso? – pregunto.
Se ríe y eso me molesta ¿se está riendo de mí? que molesto…
- No creo que tengas tiempo para ello. – responde. – porque desde que entraste a este lugar ellos saben que estás aquí y vienen por ti, cuando todo esto termine yo solo seré el hombre que entrego a las chicas más buscadas de toda la ciudad. – dice.
- Eres patético. – digo sin dudar.
Deja de sonreír.
- Tienes 15 minutos antes de que mis hombres vayan por ti. – empieza a decir, mi cuerpo tiembla. – esos minutos serán un recordatorio de lo bueno que siempre he sido contigo pequeña ¿lo recuerdas? – pregunta.
- Si, lo recuerdo todo, sigues estando enfermo. – respondo.
Abro la puerta del estudio y retrocedo sin poder evitarlo cuando veo al hombre que me abrió la puerta hace unos minutos, me mira fijamente y lo ignoro, camino lo más rápido que puedo y sin que pueda evitarlo miro hacia atrás, veo a dos hombres que no había visto ¿Qué hago? Que estúpida fui al entrar aquí sola, pero conseguí información y eso es lo importante, solo debo sobrevivir, eso no es imposible.
Cuando logro salir de la casa el sol me golpea con fuerza y todo el peso del mundo parece caer en mis hombros, mis pies me duelen y odio como estoy cayendo en la desesperación, trato de luchar con ello y lo logro, miro hacia todos lados buscando algún tipo de amenaza. Cuando entre a la casa de John hace unos minutos estaba segura de mi misma ¿ya no lo estoy? John acaba de verme completamente, él sabe todo lo que he hecho, sabe los nombres y eso no es bueno, he arruinado algunas personas importantes del país.
Camino lo más rápido que puedo en tacones y empiezo a sudar en poco tiempo ¿Qué hora es? ¿Cuánto tiempo tengo? Miro hacia atrás y veo a los hombres de John seguirme con diversión. Empiezo a caminar más rápido ¿eso es posible? no lo sé, pero lo intento. Giro hacia la derecha ¿hacia donde voy? No tengo idea, pero debo crear la mayor distancia entre nosotros, sé que están armados y eso es un problema que tengo que resolver.
Veo un auto pasar y agito mi mano como signo de pánico sin que pueda evitarlo, el auto no se detiene y quiero gritar ¿necesito un celular ahora mismo? lo hago, debo llamar a Mark, debo hacerlo ¿Cómo pude ser tan estúpida? Hice exactamente lo que él quería y tiene razón, soy nadie ahora mismo, no soy tan fuerte cuando estoy sola, no puedo pelear una guerra con un solo soldado, no puedo.
Cuando veo el segundo auto me encuentro contando los segundos en mi mente por el simple hecho de que necesito saber cuando debo empezar a correr, porque voy a pelear, no voy a permitir que me utilicen de nuevo, yo no soy un producto, no soy mercancía. Yo estoy viva, cada persona que me lastimó y me tocó de maneras que no quiero recordar se merece lo que les hice, ellos merecían todo eso y más.
Me sorprendo cuando un auto se detiene poco a poco y me acerco a él, trato de que no se note en mi rostro que reconozco el auto, es el mismo auto que vi cuando llegue al vecindario hace unos minutos y puedo ver al hombre mirarme con curiosidad, de nuevo. Pongo una pequeña sonrisa y me agacho ligeramente.
-Luces perdida. – dice con una sonrisa.
Su sonrisa no me gusta, es falsa.
- Es que estoy perdida. – digo con diversión. – se supone que debo ir a una fiesta, pero me he perdido, todas las casas lucen iguales aquí ¿me ayudas? – pregunto.
- Tienes razón, es un poco molesto ¿Por qué no me dices el nombre de la persona que buscas? – pregunta, dudo unos segundos. – conozco a todos aquí, he vivido por años a dos calles de aquí. – me dice.
- ¿En serio? Estoy buscando a…- me detengo al mirar hacia mi izquierda.
Veo a uno de los hombres de pie mirándome fijamente, pone su mano en su muñeca, sonríe con diversión y sé que no tengo mucho tiempo, debo irme ahora mismo de aquí.
- ¿Sabes qué? creo que recuerdo su número ¿me prestas tu celular? Solo será un segundo, sé que es extraño, pero como puedes ver voy a desmayarme con este calor. – digo apenada.
- Entra al auto, te prestaré mi celular. – me dice con amabilidad.
¿Entrar al auto? No pienso hacer eso.
- No estoy segura de eso. – digo alejándome del auto.
Retrocedo lista para irme, pero lo veo salir del auto ¿Qué hace? Miro hacia los hombres de John y los veo acercarse, el desconocido también los ve y luego me mira con confusión. Ignora ese hecho y entra su mano en el bolsillo de su pantalón, veo el celular en su mano y el hombre me sonríe ¿es buena persona? Pensé que era otro loco.
- Gracias. – digo suspirando con alivio.
Quiero gritar al ver la pantalla bloqueada ¿esto es un juego? No tengo tiempo. Miro al desconocido y antes de que pueda hablar escucho un disparo, mi cuerpo se sacude cuando gotas de sangre caen en mi rostro ¿acaba de matarlo? Miro hacia mi izquierda y veo a uno de los hombres apuntar con su pistola, sonríe lentamente ¿Quién es este loco? Acaba de dispararle a alguien en medio de la calle.
Lo veo acercarse a mi y solo puedo mirarlo, veo a todos ellos acercarse con sus pistolas en sus manos ¿están locos? El hombre que disparo se detiene a mi lado y me mira con ¿fascinación? Lo veo quitarse su reloj lentamente, como si tuviera todo el tiempo del mundo para esto. me ofrece el reloj y lo tomo lentamente, apunta con la pistola hacia el auto.
- Eso fue divertido, incluso excitante. – empieza a decir. – he escuchado mucho sobre ti, sobre como en media hora puedes llevar a cualquier persona al cielo, pero soy diferente muñeca, quiero que me lleves al infierno y para eso debo lograr que pelees conmigo, por eso te daré 15 minutos más y entonces si logro atraparte serás mía antes de que te envié con los irlandeses. – finaliza.
-Solo tuviste suerte. – digo sin dudar. - ¿crees que tendrás otra oportunidad como está? – pregunto molesta, me siento humillada, quiero pelear, pero no puedo.
Me apunta con su pistola.
-¿No lo notas? Este lado de la ciudad es nuestro, todo lo que está aquí es nuestro. – empieza a decir. – eso te incluye, tienes 13 minutos ¡muévete! - grita.
Lo miro fijamente y eso parece no gustarle, ¿pensó que tendría miedo? está loco, he escuchado esto antes, es otro aficionado y no me sorprende, puede ser que este preocupada, que me preocupe morir ahora mismo, pero no le temo a este hombre, porque es otro empleado y he aprendido que debes tener miedo si hablas con un jefe, este sujeto no hará nada al menos que John lo diga y ahora mismo John quiere verme correr asustada.
Entro al auto y cierro la puerta, miro por la ventana al desconocido que acaba de morir por detenerse al ver una hermosa mujer que lucia indefensa. Siento algo en mi pecho al ver una foto colgar en el espejo retrovisor, veo una familia, una pequeña y su madre.
Lanzo el celular al asiento del copiloto y empiezo a alejarme del lugar segundos después, empiezo a aumentar la velocidad poco a poco, miro el reloj en mi mano por unos segundos y veo la hora, tengo poco tiempo y sé hacía donde debo dirigirme si quiero tener una oportunidad. Estos chicos creen que conocen lo peor de la ciudad, de todo el estado, pero se equivocan, yo he visto la oscuridad de la ciudad y pienso entrar, espero que tengan el valor de seguirme.
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