...Es difícil estar perdido....
^^^-K.W.^^^
...POV Kaleani...
Observo mi rostro en el espejo y no me reconozco, veo la herida en mi mejilla y siento enojo, siento tantas cosas en este momento y no puedo gritar sobre ello, tengo que callar como siempre lo he hecho, porque sin importar lo difícil que sean las cosas nadie va a consolarme, nadie lo hace y está bien, no me importa, ya no.
Han pasado horas, he dormido por algunas horas y las pastillas para el dolor ya no son suficiente, puedo sentir cada golpe, cada herida en mi cuerpo, siento dolor en lugares que no he sido herida, creo que simplemente estoy perdiendo mi cabeza y eso está bien, todo está bien, yo estaré bien.
Dejo de mirarme en el espejo al escuchar una puerta cerrarse ¿es Mark? Salgo del baño en pasos firmes y camino hacia la salida de la habitación en la que estoy. Al salir camino por un corto pasillo y frunzo mi ceño ¿Qué sucede? estoy segura que escuche una puerta. Siento un poco de pánico por unos segundos, pero me digo a mi misma que estoy a salvo, que ellos no pueden atacarme aquí sin enfrentar a las personas que están arriba, en el primer piso.
Me detengo cuando escucho gritos ¿Quién es? Recibo mi respuesta al reconocer su voz ¿Audrey? Sin saber porque mi corazón late demasiado rápido ¿Por qué? odio que sin importar lo que sucedió, sigo sintiendo algo, él era mi amigo, lo consideraba un salvador y por eso sentí cierto cariño por él, ahora no sé si debo atacar a ese hombre, quiero hacerlo, porque odio que haya mentido.
Camino lentamente hasta la sala de estar y me detengo cuando logro escuchar con claridad lo que dicen.
-¿Qué demonios hacen aquí? – escucho preguntar a Audrey.
-Solo estoy siguiendo órdenes, señor. – responde Mark. - me asegure de que estuviera a salvo…-le interrumpe.
-¿Eres estúpido? ¿esto luce como estar a salvo para ti? – le pregunta molesto.
¿Qué es esto? así que este es el verdadero Audrey, da un poco de miedo.
-Yo…- interrumpe a Mark de nuevo.
-No estoy satisfecho con tu trabajo. – empieza a decir. – fue cazada, fue atacada y alguien tuvo que cuidar de sus heridas, eso no me parece un buen trabajo. – finaliza.
-Sucedieron cosas. – dice Mark en su defensa. – vine aquí solo y sin el equipo necesario para esto…- lo interrumpe.
-No quiero excusas. – dice Audrey de inmediato.
-No son excusas, son la verdad, señor. – dice con molestia. – sí usted quería que yo fuera a la guerra, debió darme a mis hombres porque yo tampoco estoy satisfecho con esto. – dice.
Al parecer no le teme a Audrey y eso no me sorprende, he notado en poco tiempo que Mark tiene cierta actitud de superioridad y es entendible, pero esperaba que su actitud ante su jefe fuera diferente.
-Tienes suerte de que ella está dormida a pocos metros, porque quiero matarte ahora mismo. – le dice con molestia Audrey. - lárgate de aquí, Ben se hará cargo desde ahora, vuelve a Chicago. - le ordena.
- Si, señor. – dice con molestia.
Salgo de mi escondite de inmediato.
Pensé que sería diferente ¿Por qué se siente así? Pensé que al volver a ver a Audrey estaría furiosa, molesta y que lo atacaría, pero ahora mismo lo único que quiero hacer es abrazar a ese hombre que fue el causante de la muerte de mi hermana de manera indirecta. Ha cambiado ¿lo hizo? Sigue teniendo ese rostro perfecto y con pecas, sus ojos están cubiertos por lentes de contacto ¿Por qué me mira así?
-Cielo. – dice mirándome.
Es la primera vez que lo veo usar ropa casual, unos jeans y un tshirt blanco cubierto por una chaqueta oscura. El enojo que no sentía hace unos segundos, puedo sentirlo ahora, porque al verlo puedo ver a su hermano, ese bastardo inútil.
-¿Qué demonios sucede? – pregunto molesta. - ¿sabes qué? no me importa, quiero que llames a Byrne o como se llame y que le digas que no soy parte del equipo de tu hermano, también quiero a mi hermana de vuelta. – digo.
No responde por unos segundos.
Se acerca a mi lentamente y miro hacia la puerta ¿Por qué Mark tuvo que irse? No quiero estar a solas con él, no quiero.
- Me alegra saber que no rompieron tu espíritu. – dice con sarcasmo. - ¿Por qué no tomas asiento? Tenemos que hablar. – me dice.
-¿No lo entiendes? no quiero hablar contigo, solo quiero que se vayan todos ustedes, no quiero que crean que pertenezco a tu hermano…- me interrumpe.
-No soy el enemigo. – dice.
Sigue acercándose.
-Quizás no, pero no eres un salvador. – digo un poco herida. – sí quieres ayudarme, lo mejor que podrías hacer es irte, porque no quiero una guerra. – digo.
- Es un poco tarde para ello. – me dice. – estamos en guerra desde el momento en que decidiste hablar con John ¿en qué estabas pensando? – pregunta molesto.
- No te importa, no tienes el derecho a opinar sobre esto. – respondo. – hice lo necesario y conseguí información. – digo.
- ¿A qué costo? – pregunta observando mi cuerpo, niega con molestia. – sé que no quieres verme y lo entiendo, pero tú lo dijiste, esto no es sobre nosotros, recuperemos a Keysi y después podemos…- lo interrumpo.
- No hay un después para nosotros, no quiero. – digo de inmediato, deja de mirarme al escuchar eso. – sí acepto tu ayuda, necesito que entiendas que no soy una damisela en peligro, quiero pelear y participar en el plan. – le digo.
- De acuerdo. – dice pensativo.
Nos quedamos en silencio por unos segundos y siento el enojo convertirse en agotamiento, me siento tan cansada, el estrés va a matarme. Dejo de mirar hacia Audrey por unos segundos y maldigo en mi interior ¿Por qué estoy aceptando su ayuda de nuevo? ¿Después de todo lo que paso? ¿Por qué debo ser tan patética? Necesito a Keysi, ellos se llevaron a la pieza faltante del rompecabezas.
-Lo siento. – lo escucho decir.
-No lo digas. – le pido y lo miro.
Me mira fijamente y veo lastima en sus ojos, lo odio tanto.
- Lamento que ella no pudiera volver a casa. – empieza a decir. – las cosas sucedieron muy rápido y al final todo exploto en nuestras caras...- lo interrumpo.
- No quiero tus disculpas, eso no va a traerme a Kalsey de vuelta. – le digo molesta.
-Lo sé. – dice.
-Cuando esto termine, quiero que dejes de vigilar mi casa y mi vida, quiero que pretendas que desaparecimos. – le digo.
-No lo haré. – me dice.
Lo miro con molestia, trato de controlarme, pero me acerco a él y solo unos centímetros nos separan, me mira fijamente.
-¿Por qué me ayudas? ¿la culpa? ¿Por qué haces todo esto por nosotras? Sabes que matamos a la mujer que amaba tu hermano ¿Por qué ayudarnos? – pregunto con curiosidad.
-Porque es lo correcto. – responde sin dudar. – yo también quiero hacer las cosas bien. – me dice.
Por unos segundos nos quedamos en silencio y cuando su mano se acerca a mi rostro no me alejo, acaricia mi mejilla y sonríe lentamente.
-No luces bien. – me dice.
-¿Qué importa? puedo hacerlo. – digo sin dudar. – dime todo lo que sabes, necesito a mi hermana, sí ellos descubren el diamante que ella es en realidad, no podré volver a verla jamás. – admito.
-Creo que ya lo saben. – dice.
Aleja su mano de mi rostro, lo veo alejarse y tomar asiento en uno de los sofás, camino hacia él y tomo asiento en el sofá que se encuentra a pocos metros de él.
- Ellos quieren controlar el estado y lo único que destruye sus alianzas, es John. – empieza a decirme. – hace meses que note la actividad de los irlandeses en la ciudad, pero no sabía que trataban de controlar todo, tráfico, ventas…- lo interrumpo.
-No quiero tantos detalles, no quiero ir a la cárcel. – le digo.
Sonrió lentamente.
-Conozco a uno de sus soldados, no es alguien importante, pero sabe demasiado, podemos empezar ahí, enviaré a algunos de mis hombres y…- lo interrumpo.
-¿Hombres? - pregunto. - ¿Vas a atacar? – pregunto.
- Solo si es necesario. – responde. – debes saber que si tengo razón y la persona que está aquí es Byrne, debes salir de la ciudad. – me informa.
-¿Qué? ¿Por qué? – pregunto molesta.
-Será peligroso, uno de sus hijos tiene una colección peculiar de mujeres y lamento decirte que en nuestro mundo tu reputación te sigue a todas partes. – me dice.
-De acuerdo. – digo pensativa. – podemos usar eso a nuestro favor, puedo…- me interrumpe.
-¿Quieres morir? – pregunta, no respondo. – sé que quieres salvar a tu hermana, pero no arriesgues tu vida, no quiero destruir la ciudad. – me dice.
¿Destruir la ciudad? ¿Está diciendo que si algo sucede conmigo, él destruiría la ciudad? No lo entiendo, no entiendo porque cuando me mira lo hace con tanto cariño, él me ve con dulzura y no logro comprender que he hecho para merecer eso.
- Sigue hablando. – le pido ansiosa.
- Antes de seguir, debes saber algo. – dice, se detiene por unos segundos. – Henri estará en la ciudad en pocas horas. – me informa.
Me pongo de pie de inmediato ¿Qué acaba de decir? ¿Qué hora es? Llevo mis manos a mi cabeza y no sé qué decir ¿Qué hago? No puedo seguir en mi búsqueda si tengo que proteger a mi hombre de todo el mundo, odio esto. Cuando se encuentre en la ciudad él les dará un gran poder, el poder de que yo haga lo que ellos quieren.
-Kaleani. – Audrey dice mi nombre. - ¿Por qué luces tan preocupada por eso? Aunque no quiera admitirlo, podría considerar a Henri mejor en combate que muchos de mis hombres, él…- lo interrumpo.
-Sé que puede pelear. – digo.
Lo miro por unos segundos.
-¿Sabes? Estoy preocupada por mi hermana, pero pensar en Henri aquí, en la ciudad, eso me aterra. – admito. – Keysi es útil viva, pero Henri es útil sí muere o es torturado ¿entiendes? necesito saber cuando este en la ciudad, debo proteger...- me interrumpe.
- Lo sé. – dice.
Se pone de pie.
-Por supuesto que lo sabes. – digo lentamente.
Él perdió a su esposa, él conoce el dolor que estoy tratando de evitar, él lo sabe, pero ¿Qué puedo hacer? debo aceptar que ese hombre que temo perder luchará por mi hasta su último respiro y yo debo hacer lo mismo, como su mujer, como su esposa, porque lo amo.
-Dijiste que estabas bien…- duda antes de hablar. - ¿Por qué no le hacemos una visita al soldado de los irlandeses? – pregunta.
Asiento lentamente.
- Necesito una pistola. – respondo, sonríe. - ¿Hacemos? ¿Vendrás con nosotros? – pregunto sorprendida.
-Por supuesto, he notado que mis hombres no pueden protegerte. – responde.
-Sobre eso, necesito a Mark. – digo, frunce su ceño. – lo quiero en mi equipo. – admito.
- De acuerdo. – dice. – tienes 10 minutos para estar lista, nos vamos. – me informa.
-Solo necesito cinco minutos. – digo.
Me alejo de él y camino hacia el pasillo, debo vestirme lo más rápido que pueda, no quiero quedarme aquí sentada y sé que no estoy bien, estoy herida y cada paso que doy duele, pero no importa, yo no importo ahora mismo, debo saber algo antes de que Henri este aquí, así mi conciencia estará tranquila y no sentiré que rompí su corazón en vano.
Media hora después…
Miro la pistola en mi mano y estoy tranquila, es extraño lo relajada que me siento, mis emociones son algo que nunca he podido controlar en totalidad, a veces siento cosas que no entiendo y aunque estudie por años sobre la mente humana, también su comportamiento, yo no puedo entenderme a mi misma, a veces no se quien soy y es difícil estar perdido.
-¿Estás bien? – escucho preguntar a Audrey.
Eso me molesta, así que no respondo.
No soy débil, puedo soportar mucho dolor y puedo pelear, no necesito que alguien se asegure de que no estoy cayendo en pedazos cada dos minutos. Ahora mismo nos encontramos en una furgoneta de color negro, somos el segundo grupo que entrará a la pequeña casa familiar que se encuentra oculta en medio del bosque.
Se supone que el hombre que visitaremos o atacaremos es uno de los soldados de la mafia irlandesa, un simple hombre que es parte de su equipo, pero es útil. Es uno de los pocos irlandeses que no tienen un ejército en sus puertas, por eso es la mejor opción y todavía me pregunto como Audrey sabe todo esto.
Veo a Audrey poner su mano en su oreja, él escucha todo lo que sucede en el primer grupo y odio no poder escuchar, pero yo no soy parte del equipo en realidad, por eso ellos fingieron que olvidaron mi equipo, pero no me importa. Frunzo mi ceño cuando Audrey vuelve a apuntar con su linterna hacia mi rostro y trato de no verme muy molesta, es diferente estar en un equipo con hombres, porque para ellos no eres parte del equipo, eres algo lindo y que deben proteger.
En el segundo grupo somos 6 personas y todos parecen cómodos con que Audrey este aquí, supongo que es algo común y me sorprende, porque Cayden nunca dejo su trono mientras el mundo era destruido.
-No entren a la casa, yo me encargo. – dice Audrey.
Aleja su mano de su oreja y sus hombres abren la puerta sin esperar, el frio de la noche golpea mi cuerpo cubierto con un abrigo negro, salgo de la furgoneta y cuando mis pies tocan el suelo me quejo en voz alta. Alguien sujeta mi brazo de inmediato y me giro molesta alejándome de su agarre.
-Estoy bien. – digo, la persona que me sujetaba no era Audrey, era Ben.
No dice nada y veo a todos correr adentrándose en el bosque, la casa se encuentra a algunos metros de donde estamos y pienso unos segundos si quiero correr en la oscuridad junto a ellos. Sujeto la pistola con fuerza y me sorprende escuchar un disparo en la distancia, siento a alguien detenerse a mi lado cuando la furgoneta nos abandona aquí.
-Puedes quedarte aquí…- interrumpo a Audrey.
-Cierra la boca. – digo molesta antes de correr hacia el bosque.
Al entrar trato de seguir a aquellos que tienen su linterna encendida y soy seguida por algunos hombres, entre estos se encuentra Audrey y puedo decir que parecen proteger a la única chica del grupo. Lo que estamos haciendo no es un plan o la mejor idea, pero todos queremos respuestas y tenemos hombres, equipos y armas, podemos improvisar sin salir heridos, eso creo.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 91 Episodes
descargar
¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
Comments
R. S.
Unos pedillos jajajaj
2022-05-03
0