Capítulo 20

...Estoy dividida entre lo que quiero ser y lo que soy....

^^^-K.W.^^^

Observo mis manos y a pesar de no tener una gota de sangre en ellas, puedo ver la suciedad del pasado y está vez no quiero odiarlo, no quiero sentir odio por todo lo que ha pasado, quiero ser yo ¿es cierto? ¿No he sido yo misma desde que empecé a salir con Henri? No lo sé, es una posibilidad, pero ¿Qué puedo hacer? en estos momentos todo luce tan borroso y estoy un poco perdida, porque estoy tratando de evitar volver al lugar oscuro que estuve por años ¿Qué hago si yo soy ese lugar oscuro? ¿Debo aceptar eso?

- ¡Detén el auto! – grito molesta.

No recibo respuesta, miro a Henri y este observa la ciudad por la ventana ¿acaba de ignorarme? Maldigo en mi interior y suspiro ¿no lo entiende? no puedo estar aquí en la ciudad sin protección, acabamos de matar a un hombre que pertenece a la mafia que controla todo ¿es buena idea estar aquí con Henri y su conductor? No es buena idea, somos vulnerables, estamos solos y aunque Henri sea uno de los mejores guerreros que conozco, él no puede salvarme del mundo.

-Detén el auto o voy a lanzarme. – digo molesta.

-Cierra la boca. – me pide Henri.

-¿Sabes qué? no voy a callarme. – le digo molesta.

Me mira segundos después, se ve tan molesto.

- Quiero que el auto se detenga y podamos hablar, ahora. – empiezo a decir. – no tengo tiempo para esto…- me interrumpe.

-¿No tienes tiempo para nosotros? – pregunta molesto. – detén el auto. – le pide al conductor.

El auto se detiene poco a poco y nos encontramos en un lugar que no puedo reconocer, pero es oscuro, estamos en una calle muy oscura ¿Dónde están las luces? No me gusta lo tranquila que es la oscuridad, algo malo siempre sucede, los peores golpes se reciben en medio de la calma, he aprendido eso con los años.

-Sal del auto. – me pide molesto.

- ¿Qué estás diciendo? No digas cosas que no quieres decir. – le pido.

- Déjanos solos por unos minutos. – le ordena al conductor.

Espero unos segundos hasta que nos encontramos solos, enciendo la luz del auto y vuelvo a sentarme en el asiento trasero, miro a Henri y este no me mira, mira sus manos, veo su anillo en su mano izquierda y frunzo mi ceño al ver su mano herida ¿Qué sucedió?

- ¿Por qué estás herido? ¿Qué paso? – pregunto.

-¿Ahora te importa? – responde con una pregunta.

- Deja de hacer eso, mírame. – le pido, me ignora. – no estás siendo justo ahora mismo. – le digo.

No dice nada por unos minutos que se sienten como una eternidad, el silencio no es una buena respuesta, pero puede decirte tantas cosas, cosas que muchas veces necesitas escuchar.

-Estoy tan enojado. – dice.

-Lo sé. – le digo.

Me mira y eso me hace suspirar.

- Mírate, luces como un desastre ¿Qué te han hecho? – pregunta, no respondo. – respóndeme. – me pide.

-No importa, ya no importa. – le digo.

-¿No importa? – pregunta molesto.

Antes de que pueda responder, él abre la puerta y sale del auto, eso me molesta.

-¿Qué estás haciendo? – pregunto molesta.

Salgo del auto y lo veo de pie, sus manos están en su cadera y da unos pasos lejos de mí, noto algo en medio de la oscuridad ¿está caminando con normalidad? Me acerco a él y antes de que pueda tocar su espalda, se gira y retrocedo por instinto.

-Todo esto, todo lo que has hecho está mal ¿entiendes? – pregunta, frunzo mi ceño y no respondo. – venir aquí fue una mala idea ¿lo sabes? ¡respóndeme! – grita molesto.

-No quiero discutir. – le digo.

- Siempre dices eso cuando no quieres responder. – dice con decepción.

-¿Qué quieres que diga? Sé que lo que hice no fue lo mejor, pero hice lo correcto y lo que debía hacer, la vida de mi hermana es lo más importante. – le digo.

-¿Lo más importante? Lo entiendo. – dice segundos después. - ¿en qué lugar de tu lista de prioridades está nuestro hijo? ¿en el último lugar? – pregunta.

Escuchar eso me molesta.

- No te atrevas a decir eso. – digo molesta. – todo lo que he hecho a sido por nuestro hijo, por nosotros, estoy tratando de conseguir…- me interrumpe.

-Mientes. – me dice. – estoy cansado de verte tomar malas decisiones en nombre de tus hermanas, no voy a permitir que destruyas tu vida. – me asegura.

Me quedo en silencio ¿Qué sucede con él? Pensé que estaría enojado por algo más, pero todo lo que dice me afecta de alguna manera, porque solo significa que él ha pensando en ello muchas veces y duele, mis hermanas no son mala suerte o malas noticias, son buenas chicas, lo son.

- Admito que las decisiones de Keysi no fueron las mejores, pero ¿Qué puedo hacer? – le pregunto, no responde. – debo ayudar a mi bebe y luego ir a casa, ese es mi plan. – le digo.

-¿Tú bebe? Nuestro hijo está lejos de aquí y ahora mismo estás arriesgando tu vida. – me recuerda.

- Todo estará bien. – le aseguro, me acerco a él. – tengo respuestas, encontraré a Keysi y podremos ir a casa, Cree en mí. – le digo.

- ¿Hasta cuándo? – pregunta. – en unos meses volverán a hacer algo y tendremos que abandonar a nuestro hijo de nuevo. – me dice.

¿Por qué me dice esto?

-¿Qué sucede contigo? – le pregunto. – solo dime lo que en verdad quieres decir. – le pido.

-Estoy cansado. – dice. – estoy cansado de que nuestras vidas se detengan cada vez que tus hermanas hacen algo estúpido ¿Cuándo podré vivir mi vida contigo? ¿Cuándo? – pregunta.

- Henri…- digo su nombre.

- Quiero una respuesta ahora. – me dice molesto. - ¿Cuándo nosotros seremos tu prioridad? ¿Cuándo no tendré que preocuparme en que nos abandonarás porque algo sucedió? – pregunta.

-Estás exagerando. – digo en mi defensa. – esto solo sucedió ahora, es la primera vez que algo sucede, hablas de mis hermanas como si fueran una maldición en nuestras vidas y eso no puedo permitir que suceda. – digo molesta.

-Eso no es lo que quiero decir…- lo interrumpo.

-Cállate, vas a escucharme. – le digo molesta. – he notado tu odio hacia mis hermanas y lo he tolerado por meses, pero es suficiente, todas estamos haciendo lo mejor que podemos para vivir una vida normal, no puedes juzgar eso. – le advierto.

No responde.

-Dime algo. – le pido. – Henri. – digo y odio que mi voz sea tan débil.

- De acuerdo. – dice segundos después. – debemos irnos y encontrar a Keysi. – dice simplemente.

Lo veo alejarse hacia el auto y eso me enoja, sé que él quiere decir algo y sé que intenta no herirme, por eso me tomo unos segundos antes de provocar su ira, porque quiero saberlo, necesito saber si él puede ver el desastre y aceptarlo, quiero saber si él puede amar a Kaleani Wagner, al desastre que soy y lo que mi familia es.

-No sabía que eras un cobarde. – digo.

Lo veo detenerse, suspiro y dejo de mirarlo.

-¿Qué dijiste? – pregunta molesto, no respondo. – no me provoques, solo sube al auto. – me pide.

- ¿Sabes qué? estoy cansada de que seas tan falso. – digo antes de mirarlo y odio tener que ver el dolor en sus ojos. - quiero que seas honesto, solo dilo ¿no puedes? Pensé que Henri Miller podría hacer…- me interrumpe.

- ¡odio esto! – grita sorprendiéndome.

Su voz rompe el silencio de las calles.

- ¡odio que hayas sido tan impulsiva! ¡Odio que hayas aceptando su ayuda y no confiarás en mí! – grita, lo veo cerrar la puerta del auto de golpe. - ¿Has tolerado mi actitud con tus hermanas? Yo he tolerado cada insulto o comentario sobre que no soy suficiente para ti, he tolerado que todos me culpen porque no pude salvar a Kalsey, pero lo he superado, porque eso es lo que haces cuando quieres que las cosas funcionen, eso es lo que haces cuando amas a la mujer y al desastre de familia, eso es lo que haces ¡Maldición! – grita.

Llevo mi mano a mi cabeza al sentir dolor ¿Qué es esto? miro hacia todos lados sintiendo un poco de pánico ¿Qué es esto? pensé que todo era perfecto ¿Qué hago? lo amo tanto y no sé cuándo empecé a hacerlo, pero quería darle lo mejor ¿Por qué? quería que por primera vez la historia no terminara con el príncipe llorando porque la princesa resulto ser el villano de la historia.

Tenemos un bebe, tenemos una casa que parece un sueño, tenemos una mascota, tenemos dinero, tenemos todo lo que podría preocupar a una pareja normal ¿Por qué no es suficiente? Mi orgullo no me permite aceptar el hecho de que mis hermanas son un desastre, pero lo sé, sé que algo está mal con ellas, pero las amo, incluso amo el desastre, quizás no soy paz y por eso no puedo dar algo que no tengo.

-Kaleani. – escucho a Henri decir mi nombre.

Lo veo acercándose a mi lentamente.

- Gracias por tu honestidad. – admito. – creo que esto es algo que debimos hablar en otro momento. – digo.

-Solo dilo. – me pide.

Suspiro antes de hablar.

Me acerco a él lentamente y pongo mi mano en su pecho, sujeto su chaqueta y él sujeta mi mano de inmediato, miro su rostro por unos segundos.

-Quizás dejamos que el deseo ocultara los verdaderos problemas, eso estuvo mal. – empiezo a decir. – fingimos por mucho tiempo que las cosas no sucedían y no quiero fingir contigo, por eso debo decir que no puedo darte la paz que quieres, aunque te ame y aunque…- me interrumpe.

-¿Qué quieres decir? – pregunta. – no digas estupideces, estaremos bien, solo tenemos desacuerdos y vamos a resolverlos. – me asegura.

-¿Qué vamos a hacer cuando tengamos otros problemas? No quiero que gritemos delante de nuestro hijo…- me interrumpe.

Sujeta mi rostro y eso me hace callar.

-No debí quedarme callado, debí decirte que estaba mal, debí decir la verdad…- lo interrumpo.

- No haga eso. – digo antes de empujarlo lejos de mí.

Me mira sorprendido.

- ¿Por qué siempre eres el culpable de lo que sucede? no hagas eso, tú no eras así cuando te conocí ¿Qué sucede contigo? – le pregunto, no responde. - maldición, lo lastime a él también. – susurro.

-¿Qué? – pregunta, se acerca a mí.

-Está conversación se acabo ahora mismo. – empiezo a decir. – vamos a recuperar a Keysi y podemos hablar sobre esto…- me interrumpe.

-¿No es suficiente? – pregunta.

Lo miro confundida.

-Quiero saberlo, todo lo que hice ¿fue suficiente? ¿valió la pena? – pregunta.

-Ahora no, Henri. – le digo. – debemos irnos, no deberíamos estar aquí, debemos ocultarnos y contactar a Audrey…- me interrumpe.

-¡Que se pudra Audrey! – grita molesto.

-Debemos calmarnos, debemos pensar y controlar nuestro enojo…- me interrumpe.

- Lo he hecho por meses, pensé que querías a “tu hombre” de vuelta. – dice con sarcasmo.

Frunzo mi ceño.

-¿Qué fue eso? – pregunto molesta.

- Tienes razón. – admite. – debemos irnos, sube al auto. – me pide.

Ignoro su comentario y subo al auto, cuando el conducto sube a su asiento me siento tan avergonzada, pobre chico, tuvo que soportar todo lo que dijimos y estoy segura que eso no es parte de su trabajo. Muevo mi pie ligeramente cuando siento dolor repentino, miro por la ventana cuando empezamos a movernos del lugar.

-No estás usando tu anillo. – lo escucho decir.

-Sería un problema que todos supieran que somos una pareja. – admito.

No dice nada y eso me hace sentir curiosidad, miro hacia él y lo encuentro mirándome, lentamente pongo mi mano encima de la suya y lo veo suspirar, me acerco a él y sus brazos me cubren de inmediato, mi cuerpo tiembla ¿alguien entiende lo difícil que es esto? saber que no eres algo bueno para la persona que quieres y que quizás sería feliz sin ti, porque estás podrida y no puedes cambiar.

- Lo siento.- lo escucho susurrar.

Mis ojos arden por culpa de las lágrimas y por eso no me atrevo a hablar, no me atrevo a decir que yo también lo siento, que quisiera ser diferente y que odio esa idea, porque sé que la única persona que me hace desear ser diferente es él y me hace preguntarme ¿Por qué cambiar? ¿Por qué no puedo ser yo?

-Dulzura, siento todo lo que dije…- lo interrumpe.

- Detente. – le pido. – no hables. - le pido.

Lo abrazo con fuerza y siento lágrimas caer por mis mejillas, limpio las lágrimas lo más rápido que puedo con mi mano y me mantengo calmada ¿Por qué lloro? Sujeto la chaqueta de Henri con fuerza y cierro mis ojos.

-Lamento no ser mejor…- susurro.

No dice nada ¿me escucho? Ya no importa, nada de esto importa, todo estará bien ¿cierto? sí, todo estará bien.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***