–Yo que sé, sólo se que fue a montar caballo.
Emily está sudando, cada vez Rodrigo le aprieta más el cuello con esa rabia que intenta soportar.
–Tú eres su primo, eso significa que sabes dónde está ella, así que necesito hablar con ella de algo que hubo entre nosotros dos.
¿Nosotros dos? ¿De qué querrá hablar? Probablemente querrá decirme palabras lindas, palabras cursis y después un aburrido poema de amor barato. Que patético. ¿Crees que voy a caer? Tampoco te creas el muy, muy por haberlo hecho conmigo. Si lo hice, fue por interés, no porque me hayas gustado.
– ¿Puedes?
Dijo Mauricio mirando extraño a Rodrigo. Él no lo entendía al principio, luego lo entendió. Lo soltó.
– ¡Uhmm! No soy el mensajero de nadie...
Cruzó los brazos mirando a otro lado.
–Así que olvida a mi prima y vete antes que salgas arrepentido de no hacerlo.
Se nota que es una advertencia, una advertencia nada agradable hacia Rodrigo. Emily espera que haga caso y regrese de donde vino. Ya que para ella, Rodrigo le vale un comino.
– ¿Acaso me estás amenazando?
Rodrigo no le gustó, para nada la advertencia que salió de la boca de este mocoso malcriado.
–Quieres golpearme, hazlo, pero Emily no te perdonará.
Emily se lo dijo como si quisiera provocarlo, como si quisiera a inducirlo a lastimarla. Sabe que si la golpea, entonces su padre arderá en llamas y hará cualquier cosa para dejar a este en hombre en la ruina, lo hará sufrir como nunca, lo hará sufrir por haber lastimado a su hijita de papi. Se nota que Rodrigo quiere romperle la cara a su primo de ella. Es bastante enfadoso, malcriado e insoportable. Son iguales. Tenía que ser, son familia.
–Por favor dime dónde está ella, quiero hablar con ella.
Mira fijamente a Mauricio. Necesita hablar con Emily, tienen que hablar con ella, tiene que hacerse responsable por lo que pasó esa noche.
–Ella no quiere hablar contigo.
Emily contestó toda molesta. Este hombre ya la irritó, ¿cuándo se irá? ¿Piensa quedarse toda la vida aquí? Espera que no, con estos minutos platicando con él, ya fueron suficiente para sentir el infierno a sus pies. Rodrigo se dio cuenta de algo. Parece sorprendido.
– ¿Entonces si sabes dónde está? ¡Lo sabía!
–Aun así no pienso decirte.
Tonto.
Emily decide regresar a su caballo, decide mejor irse, hay que él se vaya cuando quiera, ella mejor se va.
– ¿Por qué no?
No la dejó subirse. Ella se quiere ir, pero este hombre tomó su mano sin poder montarse.
–Dice que fuiste pésimo en la cama y de paso lo tienes chiquito.
Se lo dijo fijamente sin mostrar una gota de risa.
– ¡Me las pagaras! ¡Maldito mocoso!
Está claro que se lo dijo en tercera persona, pero Rodrigo se lo tomó muy a pecho, parecía que se lo decía Mauricio y no Emily.
– ¡Déjame en paz! ¡No tengo la culpa de que mi prima no le haya gustado tu miembro de gato! ¡AAAAH!
Se cayeron los dos. Emily mirando a Rodrigo, y Rodrigo mirando a Emily. Está enojada, por su culpa se cayó. Se levanta y rápidamente monta al caballo sin una gota de queja. Tiene que irse. Si se queda un minuto más, después querrá matarla con sus quejas, cuando es la culpa de él por haberla hecho caer. Rodrigo sintió extraño, la mirada de Mauricio le hizo sentir algo, parecía que veía los ojos de una mujer y no de un hombre. Que extraño fue esto, le dio miedito.
Emily sale huyendo, casi lo lograba, faltaba un poquito para lograrlo, pero este Rodrigo se le ocurrió ponerse en medio de su camino, no la dejó pasar. Se puso como portería de fútbol. Emily el balón y Rodrigo el portero. Quiere saber dónde está Emily, sino se lo dice ahora, no lo dejará pasar. Emily quiere pasarle el caballo encima. No le importa si lo deja aplastado, él mismo se está buscando. Ambos se miran como dos enemigos, dos rivales con deseos de darse la torre. Emily... Cierra los ojos relajando su furia, no hay que llegar tan lejos.
A este tonto lo haré regresar en menos de 15 minutos a dónde vive.
– ¡Miguel!
– ¡Si!
– ¡Dale un caballo a este tipo!
– ¡Enseguida!
Luego miró a Rodrigo.
– ¿Alguna vez has montado caballo?
Sonrió, sonrie como si tramara algo.
–Claro que sí, antes montaba seguidamente.
Contestó de manera engreída, poco amable. Lo dijo de una manera como si él fuera perfecto, el hombre perfecto, el hombre que toda mujer busca. Se cree el mejor, Emily no pone tanto interés a su presumidez, le das nauseas que sea así.
–Oooooh, no sabía de eso. Pensé que habías crecido en la ciudad por tu comportamiento tan grosero tuyo.
– ¿Mira quién lo dice? El malcriado primo de Emily que le encanta secuestrar a personas
Si supiera...
Emily le causa gracia las bobadas que dice Rodrigo. No sabe en serio con quién se está metiendo. ¿Dónde debería llevarlo primero? ¿Cercas de un pellazco? ¿El cañon que tanto hablan los del pueblo? ¿O mejor en el barranco, para hacerlo rodar igual que un balón? Todas son buenas opciones.
– ¿Aun sigues enojado con eso? Yo ya lo superé.
Emily le contestó toda tranquila, igual que cuando bebes café. Nada te importa, sólo tu café.
–Lo superaste porque tú no recibiste el golpe.
Le quitó la gracia a Emily.
–Eso te pasa por dramático, por andar haciendo drama a ese mendigo rayón de auto que nadie ve.
– ¡Rayaste mi auto!
Rodrigo no puede superar lo del auto, casi le da un paro cardíaco por la culpa de Mauricio.
– ¡Fue sólo rayoncito! ¡Entiéndolo!
–Aun así lo rayaste.
– ¡Ya supéralo! ¡No fue la gran cosa!
–Rayaste mi auto.
Rodrigo no puede superarlo, su auto es especial.
¿Cómo puede existir un hombre tan obsesionado por un auto? ¡¿Cómo?!
Emily está harta de pelear con Rodrigo, sigue con lo mismo, con lo mismo, ya no puede más, tiene ganas de golpearlo Llegó el caballo. Suspiró.
–Vamos.
– ¿De qué hablas?
Rodrigo está confundido.
–Monta el caballo, vamos a ver a Emily.
– ¿En serio me llevarás con Emily o es una trampa?
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 71 Episodes
Comments