Justicia En Llamas
–Si lo haces, juró que te lo corto.
Estas son las más dulces palabras que dijo la novia a su querido esposo, en plena luna de miel. Emily Blake detesta a Rodrigo Ocampo, este hombre la acaba de engañar por completo. Se casó con ella bajo la venganza de arruinar su vida por completo, todo por la culpa de su padre Jonatán Blake.
Ambos son escoria, ambos desean arruinarle su vida de esta manera tan cruel. No piensa retroceder. Ha decidido luchar, no dejará que la justicia en llamas de estos dos enemigos dobleguen su ser. Si Rodrigo se atreve acercarse a ella, jura que le corta el cuello con esta botella bien quebrada.
Esa es una parte de la historia ya avanzada. Ahora viene el inicio de todo esto. Todo comienza como una bella historia, donde una bella princesa vestida de príncipe cumple años este día. Todo buen padre desea un futuro feliz para sus hijos. No un mundo lleno de dolor. Lo sabe por experiencia. El señor Jonathan Blake es el padre de Emily, ella es su única hija, y cumple años hoy. Toda mujer que cumple años, quiere divertirse, quiere estar con sus seres queridos, quiere regalos, muchos y muchos regalos. Pero el caso de Emily es diferente...
Blake está feliz, está feliz el saber que su hija ha crecido, es toda una adulta y sabe lo que significa eso.
– ¡Buenos días, Emily!
El señor Blake dijo estás palabras con alegría, lo dijo mientras su hija comía. Bajó el tenedor. Miró a su padre.
– ¿Qué tiene de buenos?
Emily no es como toda las mujeres dulces y alegres que has conocido, es más bien esas mujeres que probablemente has evitado. Tiene buen corazón, en eso no me equivocado. Pero es algo cortante con las amistades, prefiere temas solidarios antes que los chismes.
– ¿Sabes lo que significa eso?
Su padre la miró con una sonrisa maquiavélica, una sonrisa que te hace temblar con sólo verla. Emily está pensando. No sabe el por qué su padre la mira con esa cara de tonto, pero está claro que algo planea. La cara de un demonio, no dice cosas buenas.
–Si supiera, no te habría preguntado.
Está cansada de tanto pensar, quiere que le diga ya.
–Hoy cumples 18.
– ¿Y?
–Eres toda una adulta.
–Lo sé, ¿y qué?
Decide seguir en lo que estaba, decide seguir desayunando.
¿Por qué está actuando raro sobre mi edad? Nunca lo había visto tan obsesionado por mi cumpleaños.
–Quiero un nieto.
– ¡Pufff...!
Casi se ahoga, casi se muere, casi le da un infarto. Sintió que el susto se la iba a llevar, sintió que la manzana se le iba atorar.
¡¿Qué clase de palabras son estas?! ¡¿Qué padre exige a su hija un nieto a sus 18 de años de edad?! ¡Esto es una locura!
El padre de ella siempre deseó un varón, jamás una mujer. ¿Pero qué se le puede hacer? Su segunda esposa se le fue y de ahí ni una mujer ha podido embarazar. ¿Acaso su esposa lo maldijo? Tal vez. Pero aun no pierde las esperanzas, desea que su hija le dé un nieto, un nieto a quien educar, un nieto a quien heredar. En resumen, no piensa dejar su hacienda en las manos de una mujer, y está claro que no piensa dársela a su hija.
–Mi respuesta es no.
Lo dijo toda decidida, lo dijo sin una gota de alegría. No piensa casarse.
–Si no te casas, nunca te daré la hacienda.
–Sabe que soy su única hija, soy la única a quien heredar.
Sonrió burlándose de él, sonrió como ganadora total de esta batalla.
–Pienso vendarla.
– ¿Qué?
Borró la sonrisa de su rostro. Lo miró con enojo.
–Mi compadre Daniel desea comprarla a un buen precio y pienso que no es mala idea. Una vez vendida yo...
A puños golpeó la mesa, la golpeó sin lástima, la golpeó encabronada. La irá la está irritando. Este nudo de garganta la está ahorcando. Con sólo pensar que el chocoso alcalde Daniel se quedará con la hacienda, esto la enfurece. No puede permitir que ese hombre bueno para nada, se quede con lo que es suyo. Esta hacienda es algo que no debe negociar, es un lugar que ha deseado tomar.
Su padre en vez de estar preocupado por la furia de esta mujer, está feliz, está feliz el haber logrado su atención. Espera que acepte: quiera o no. Él quiere un nieto y no pensará rendirse hasta lograr que se case.
– ¿Qué ocurre Emily? ¿No te gusta saber que voy a vender la hacienda? No te preocupes, pienso dejarte mi casa. Sabes que nunca me olvidaría de mi dulce princesa.
Se está burlando de su hija. Sabe claramente que su hija tiene un cariño enorme a la hacienda. No sabe el por qué, pero está feliz que esta sea su debilidad.
–Ni se te ocurra venderla.
Pronunció lentamente estas palabras, intentado mantener la calma. Pero sus dientes, ojos y todo el resto de la cara dice otra cosa: "Estás muerto". Su padre no le hace caso, ignora el rostro amenazante de su hija. No tiene miedo, cuando sabe que ella nunca superará su grandeza.
–Si no te casas, venderé la hacienda.
Esa sonrisa y esa mirada, dan miedo. La tiene en la palma de su mano. Ella lo sabe. No hay salida, no hay donde huir. Un sí, es lo que tiene que decir.
–Me niego a aceptar.
– ¡¿Eeeeeeeeeeh?!
Nunca esperó esa respuesta, su cara la expresa. Ella no es tonta. No desea condenarse a algo que no quiere hacer. ¿Casarse con un hombre? Nunca. Prefiere comer mil espinas, antes que entrar a la iglesia bien vestida.
–Te la daré una vez que cumplas. Doy mi palabra.
Está desesperado. Quiere un nieto, es lo único que pide.
Si mi padre quiere un nieto, entonces un nieto le daré.
–Espero con ansías dirigir la hacienda, pero no será a la manera que usted quiere. Tendrá un heredero en eso no me quejo, más nunca matrimonio será.
NOTA: Perdón por la molestia. Si tienes alguna duda en relación a una palabra, frase o párrafo que no entiendas o sientas que se haya escrito mal. Puedes sacarle una captura y comentar. Esto ayuda a enriquecer la historia. Es que a veces se me pasa ciertas palabras, y eso que reviso varias veces. Gracias por tu tiempo de leer esta nota. Nos vemos.
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Comments
🐍Papi Serpiente🐍
me duele la cabeza de tanto leer
2021-08-19
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