No hay reembolso

–Por cierto, ella me dio esto.

Le dio un sobre color beige, se lo dio en sus manos. Rodrigo no entendía el por qué le daba ese sobre, por qué se lo había enviado con la sirvienta. Todos modos lo recibió. Debe contener algo importante.

-La señorita Emily agradece por sus servicios. Nunca olvidará el buen esfuerzo que hizo por ella.

Ya se dio cuenta qué cosa contenía el misterioso sobre. Te puedo asegurar que la cara de Rodrigo no es nada bonita por lo que le dio Emily en ese sobre. ¿Ya te lo imaginas? El sobre contenía algo que para un pobre suena bien, pero para un rico es degradante. Son billetes, le pagó esa noche, se le pagó como una ramera. Ya tendrás una idea de la cara que puso Rodrigo, al tener todo este dinero en las manos cuando él tiene dinero.

¡¿Acaso piensa que me estoy muriendo de hambre?!

– ¡Llévate este dinero! ¡No lo quiero!

Se lo regresó a sirvienta, se lo regresó sin dudar. No piensa recibir ni un centavo de Emily hasta que se convierta en su esposa. Mientras tanto luchará haciéndose ver como un buen hombre para ella, y no un pelele que ella piensa desechar.

–No puedo regresar este dinero, ahora es suyo, lleveselo.

La sirvienta niega recibirlo, este dinero es de él y sólo de él. La señorita Emily fue muy estricta con ella, le ordenó claramente entregar este dinero en las manos de él.

-¡No lo quiero!

Rodrigo sigue igual de terco con ese carácter fuerte en recibir ese dinero. Puede que para ti sea demasiado tonto el que Rodrigo se comporte de esa manera, si fueras tú probablemente recibiría el dinero sin dudar. Pero aquí entra su venganza, aquí entra el orgullo de esta persona. Quiere conquistarla, no alejarse. Entiendolo, Emily lo acaba de ofender a tal punto que lo hace poner de mal humor.

-Ella me ordenó entregar este sobre, me lo ordenó sin aceptar ni una devolución. Este sobre ahora es suyo y puede hacer lo usted quiera hacer con él.

La sirvienta contrabajos hizo que Rodrigo lo recibiera. Se nota que para nada le gusta esto, esto es una burla de niños, tiene que ponerle un alto a esto. Acaba de ofender su orgullo como hombre, acaba de pisotearlo justo en el trasero, acaba de humillarlo de una manera tan injusta y poco ética. Que mujer tan descarada. ¿Cómo se atreve a tratarlo de esta manera?

¡Este es el límite! ¡Esa malcriada me las pagaras! ¡¿No quiere que la traten bien?! ¡Bien! ¡Necesita que la dominen por lo que es!

Lanzó los billetes la cara de la sirvienta. Si, los lanzó, los lanzó sin lástima. Pobrecita, sufrió un golpe de dinero.

– ¡Quédatelos! ¡Ahora son tuyos!

Salió por la puerta con los humos en la cabeza, está en modo erupción, se nota que va arrasar con todo lo que se le ponga enfrente. No está de humor para tener paciencia a nadie. No le importa gritarle a esa tipa, no le importa juzgarla por lo que es, ella se lo merece. La furia es tan grande pero tan grande, que tiene ganas de pagarle el triple a lo que ella pagó por él. Se nota que va a reclamarle sobre esto, lo de aquello y lo demás que hicieron toda la noche.

Emily mientras tanto llegaba en su encantador corcel, ella se bajó y él apareció. Rodrigo tiene cara de que va a matar a Emily una vez que la tenga en sus manos. Su rostro se ve furioso, se nota que para nada le gustó el dinero que le dio. Debió darle más dinero, bueno tendrá que sacar la tarjeta de papi esta vez.

– ¿Sabes dónde está tu prima?

Emily lo miró seriamente ante el silbido ligero de este viento.

– ¿Qué?

¿Será tonto?

– Tu prima, ¿sabes dónde está?

– ¿Emily?

–Si, ella.

Rodrigo mira seriamente a Mauricio, sin darse cuenta que él es ella, es Emily.

– ¡Pufff...! ¡Jajaja! ¡Jajaja!

Emily ya lo entendió. No pudo contenerse, no pudo soportarlo, se está riendo de él. Nunca creyó que fuera tan tonto, esto es demasiado. Siente que se va hacer en los pantalones. Que bueno que lo hizo con él, es tan tonto que no se da cuenta que ella y él son la misma persona.

– ¿De qué te ríes?

Rodrigo le molestó esa risita molesta de Mauricio, así que lo agarró con fuerza del cuello de la camisa. Su cara dice sentencia al que se ría de él. Emily entiende que si vuelve a reírse, este hombre la va matar. Decide mirar a otro lado.

–Emily ya se fue.

Emily se lo dijo aguantándose la risa, intenta aguantarla lo más que puede, pero es difícil. Es que Rodrigo la hace reírse con sus estupideces. No puede con esto, en serio le da risa esto. Quiere sacar una enorme carcajada enfrente de sus ojos, pero no debe. Rodrigo la está mirando con sentencia absoluta. ¿Cómo Rodrigo puede ser tan tonto? ¿Acaso nunca le dio curiosidad de encender las luces cuando terminó completamente dormida?

Tenía la oportunidad de ver su rostro, tenía la oportunidad de ver con quien lo hizo, en serio fue un tonto, perdió su oportunidad. Aunque tiene sus ventajas, no tiene que estar soportándolo todo el día con sus falsos cortejos de amor. Es bastante molesto para ella aguantar ese coqueteo que hacen todos los hombres, se nota que buscan algo pero no es eso, es aquello, y esto le molesta aun más a ella.

Es como si todas las mujeres hubieran nacidos, para sólo cumplir los deseos egoístas de los hombres. Cuando las mujeres también nacieron, para ser egoístas como ellos. Las mujeres pueden hacer cualquier cosa que hacen los hombres, cualquier cosa que no tiene nada que ver con simple coqueteo, luego casarse, tener hijos y estar aguantando lo mismo cada día.

Tal vez para muchas mujeres es lindo pasar por esa etapa de la vida, pero para Emily es una trampa, una trampa falsa de amor. Una vez casada has hecho tu pacto al diablo, has decidido ser sumisa del hombre, has decidido entregar todo sin importar perderlo al final. Algo que Emily niega aceptar. Ella nunca se casará, nunca lo hará. Prefiere tener hijos fuera del matrimonio, antes que compartir sus bienes con un maldito hombre.

– ¿A dónde fue?

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