¡JONNA MI AMOR!

***Me desperté como una alma en pena, cuando lo ví mirándome con esos hermosos ojos azules no dudé en gritar...

-¡Jonna mi amor! eres tú. -Entre un mar de lágrimas-.

Todos se quedaron viéndome, al a parecer era la última en levantar ya que ellos me estaban rodeando.

-Bella mi amor, tenías una pesadilla así que te desperté. -Dijo James tomándome las manos-.

En ese momento entendí que todo fue un sueño, todo volvíó a su curso, tenía que despertar de mi anhelado sueño y volver a la realidad, él no era Jonna maldita sea. Me sequé las lágrimas y sin decir palabra alguna me apresuré a ir al baño, tenía que calmar mi abatido corazón , después de unos segundos dí un profundo respiro y me lavé la cara, salí más tranquila, todos se quedaron mirándome.

-No hay nada que ver, vamos ya. - Dije muy seria, sin inmolarme -.

Pronto tomamos nuestros equipajes y salimos. Tomamos un taxi y nos dirijimos a KITE BEACH, al cabo de varios minutos llegamos***.

KITE BEACH tenía una hermosa vista, el color de las aguas me recordaban a los hermosos ojos de Jonna, estaba perdida en mis recuerdos cuando James de habló:

-Bella cariño aquí si reservé 2 habitaciones.

- Obvio una para ti y otra para mí.

- No exactamente.

-¿Qué estás loco? no pienso dormir contigo.

Me apresuré a ir al Hotel, entré muy agitada y pedí una habitación a la recepcionista, gracias al Santísimo del cielo había una disponible, me apresuré a tomar las llaves y subí a instalarme.

Poco después James tocó la puerta, tenía pereza en abrir así que sólo grite desde mi cama.

-¡Dime!.

-Bella cariño, no sigas molesta. Por favor, tenemos que reunirnos con los arquitectos del proyecto, daremos un vistazo al lote de 1000 000 000 m2 para ejecutar la construcción. Tienes que acompañarnos.

-Ok dame unos minutos no me he duchado todavía, yo los alcanzo.

- Está bien, no demores.

Apresuré en ducharme, me puse un vestido blanco y unas sandalias y baje a prisa.

Caminé en dirección del terreno, y me asombré de lo enorme que éste era, tenía una muy buena ubicación, de echo sería una de las maravillas del mundo, había una gran tropa personas, entre arquitectos, abogados, licenciados y más, que pronto me saludaron respetuosamente.

-Hola buen día como cada uno de ustedes, un placer trabajar con maravillosos profesionales, como deben de saber soy Bella Macartur, trabajemos duro para hacer realidad este gran sueño!.

Mis palabras parecieron ser muy agradables que pronto una gran ola de aplausos se escuchó, me sentí plena conmigo mismo, miré hacia atrás y me encontré con los hermosos ojos de Edduard que me miraban fijamente mientras sonreía. Pero pronto la bestia estropearía ese mágico momento.

- A provecho en anunciarles mi compromiso con la

señorita Bella, pronto nos casaremos ya les haré llegar la invitación a todos ustedes, dada la circunstancia no hemos podido hacer una fiesta de compromiso como ella quería.

¿Que? como si yo me muriera por casarme con una bestia como tu, en ningún momento pedí una fiesta rata apestosa, - dije en mi interior muy enojada-.

Todos nos felicitaron, yo sólo fingí una sonrisa sin decir palabra alguna, sólo fijé mis ojos en Edduard quien no tenía expresión alguna en su atractivo rostro. Pronto Edduard convocó a una reunión, del cual me excusé por un fuerte dolor dolor de cabeza.

Me aproximé a mi habitación a descansar, estaba viendo algunos doramas en la Tv hasta que me quedé dormida por un largo rato ... Hasta que unos suaves golpes en la puerta me despertaron.

-Señorita Bella ¿está bien?.

Dios mio no lo podía creer era Edduard preocupado por mi. Me puse en pie y me acerque hasta la puerta .

-Si gracias, estoy mejor. -Agradecí desde ahí, no tuve el valor de abrir.

-Me alegra oir eso, entonces baja a cenar.

-Ok, bajo en un instante.

Santo cielo eran las 9 :30 de la noche, me apresuré a retocar mi maquillaje, ¡Dios bendito estaba como una bruja!, me puse muy bonita y bajé a prisa. Pensé que sólo íbamos a ser Edduard y yo, pero degusté una gran desilusión.

-¿Hola querida te sigue doliendo la cabeza?.

-Ya no, eres muy considerada Daliza.

-Mi amor siéntate.- Dijo James muy caballero-. moviendo la silla por mi.

Cenamos unos platillos exóticos, acompañado por un buen vino. Después de la cena todos empezaron a beber, estaban muy contentos por el proyecto, después de varias copas James estaba completamente ebrio, era un pollo, no tenía tanta resistencia como Edduard, quien estaba sobrio, parecía que no hubiese bebido ni una gota de alcohol. Daliza y yo también bebimos pero muy poco. Edduard llevó primero a Daliza quien parecía otra ebria, luego volvió a ayudarme a llevar a James a su habitación, llegamos a duras penas pues pesaba como un saco lleno de piedras, y lo dejamos en su habitación.

-Gracias Edduard, no se que hubiera echo sin ti.

-No es nada. -Respondió con su peculiar sonrisa atractiva-.

-Es gracioso ¿¿¿no??? ellos se parecen, son dos pollos sin tolerancia al alcohol. -Dije entre risas-.

- Cierto, Daliza se quedó profundamente dormida... ¿y tú tienes sueño?

- No.

-¿Te parce si damos un paseo?.

Lo dudé por un segundo, no me sentía cómoda junto a el, de alguna manera mi cuerpo se tensaba y los nervios me acompañaban.

-Claro me encanta la idea. -Respondí fingiendo una sonrisa.

Pronto salimos y nos dirijimos a la playa, nos quitamos los calzados para sentir las infinitas arenas y las aguas cosquillando nuestros pies, caminamos en silencio durante mucho tiempo hasta que nos percatamos que nos habíamos alejado mucho del lugar, queríamos regresar pero una vista hermosa nos detuvo era tan cautivador que resplandecia aún más con la luz de luna.

Era como una especie de cueva marítima o no se que rayos es pero nos llamó mucho la atención, nos acercamos y nos sentamos a disfrutar del panorama, estuvimos contemplando durante varios minutos, yo no pude evitar derramar unas cuantas lágrimas pues el mar me recordaba a Jonna, me sentí muy sensible, aún más por la hermosa vista. Me sequé las lágrimas y me limpié con vergüenza, Edduard debe de pensar que soy muy patética.

El se percató de mis lágrimas y acercó lentamente a mi rostro, con sus suaves manos procedió a secar las lágrimas restantes, sus ojos reflejaban dulzura, me quedé impregnada a él era tan dulce como Jonna.

Mi corazón empezó a latir con ímpetu sin que yo pudiera hacer algo por calmarlo, él tenía la mirada puesta en mi, sus manos no dejaban de acariciar mi rosado rostro, sin planearlo nuestras miradas se encontraron a profundidad tanto que podía sentir que ambos mirábamos nuestras almas al desnudo a través de las ventanas del alma, que son los ojos.

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