SEPARACIÓN

A la mañana siguiente Jonna me despertó con un tierno beso en la frente, no quedamos dormidos muy ajustaditos en aquel viejo sofá, abrí los ojos y lo vi muy sonriente, él ya se habia levantado temprano y había preparado el desayuno...

-Princesa buenos días, ¿cómo amaneciste?

-De maravilla bebé, -respondí con una sonrisa coqueta-.

-Mi vida, te preparé el desayuno.

-Gracias cariño, voy a darme un baño y bajo en seguida.

Salí a toda prisa para bañarme, no contábamos con una ducha, sólo una tina con agua, debo confesarlo odio el agua fría, pero no tenía otro remedio no había tiempo para poner a calentar un poco de agua, Jonna tenía que llegar temprano al trabajo. Me armé de valor y me bañé muy rápido, salí como un pingüino con los mocos congelados, me vestí con muchas prendas hasta quedar gorda solo para calentarme y baje a toda prisa.

Desayunamos como todos los días, llenos de felicidad, pronto el terminó y se marchó dándome un rico beso, y recordándome lo mucho que me ama, no podía evitar suspirar rendida de amor por él, pero me dolía verlo marcharse cada mañana, él se mataba en el trabajo haciendo horas extras, trabajando sin descanso, solo para darme una mejor vida, tenía que ayudarlo con los gastos, así que salí a buscar empleo.

Gracias al cielo una bella señora se apiadó de mi y me contrató, le ayudaba a vender mariscos en un pequeño puesto ahí en el mercado, me encargaba de llamar personas, era muy eficiente haciendo eso pues había adquirido experiencia con Doña Chabe, siempre la echábamos de menos, y nos poníamos tristes....

Ya habían pasado 15 días estaba muy felíz, pues me había acoplado a la perfección, éramos el puesto que vendía mas y Doña Peta me dio un aumento.

Después de unos días me sentí muy mal, me daba mareos y no aguantaba el olor de los mariscos, así me era muy difícil trabajar. Estaba muy asustada, pensé que tendría una enfermedad incurable, Doña Peta se percató de mis síntomas, y me dijo:

-Gringa, tu estás en cinta.

Yo no entendí a lo que se refería.

-¿Eso es grave? ¿me voy a morir?.

- No gringa, a lo que me refiero es que tu estas embarazada, vas a tener un chilpallate -dijo reventando en carcajadas.

Yo quedé en shock, era una noticia que no esperaba escuchar, hice las cuentas y era cierto, tenia muchos días de retraso en el periodo, pedí permiso y me fuí corriendo al muelle que estaba muy cerca, justo Jonna estaba ahí, me apresuré como loca a darle el alcance, estaba asustada.

-Jonna cariño, tengo algo que contarte.

-Que cosa será cariño?.

-¡Estoy embarazada! vamos a tener un bebé. -no pude evitar las lágrimas-.

Jonna estaba conmocionado, pensé que esta noticia lo había afectado, ya que no tenemos una situación económica estable y el niño sería una carga... ¡pero no! el me abrazó con mucha fuerza luego se arrodilló, besó mi vientre y le habló al bebé.

-Hola bebé soy tu papi, estoy muy feliz de tenerte, no espero el día en el que estés en mis brazos.

¡Voy a ser papá! -gritó muy fuerte con una enorme sonrisa. Zoe mi vida soy el hombre más felíz del mundo, gracias por este maravilloso regalo, me esforzaré para darles un futuro mejor, tu y mi bebé son lo más importante en esta vida.

Jonna era demasiado sensible, siempre lloraba, y está vez no era la excepción, lágrimas de alegría brotaban de sus bellos y azules ojos.

-¿Cómo lo llamaremos?

-Tontito no sabemos si será una niña o un niño.

-¿Qué te parece si le llamamos gotita azul? lo digo porque nuestro bebé tendrá nuestros ojos, hasta que nazca lo llamaremos así, luego pensamos en un nombre, que te parece.

-Awwwww eres una ternurita Jonna, me encanta, gotita azul nuestro bebé tendrá los ojos más lindos del mundo.

Pronto me dirigí al puesto de Doña Peta, me detuve en seco cuando a lo lejos vi personas en traje, mi corazón se detuvo entonces, eran ellos, porque nadie en este lugar vestía de traje , nos habían encontrado, corrí a toda prisa de vuelta al muelle, gracias al cielo Jonna no había vuelto al mar, me acerqué a toda prisa como una maniática y tomé su mano.

-Nos encontraron, no tenemos tiempo, tenemos que huir a otro lugar.

-¿Qué? ¿como así?.

-Te lo explico en el camino, corramos.

De inmediato le expliqué la situación, él se puso más blanco de lo que era y apresuró aún más sus pasos. Llegamos a nuestra pequeña casa, y nos apresuramos a tomar dinero y algunas prendas, estuvimos a punto de salir, pero ya era demasiado tarde...

-Bella mi amor, te encontramos, sabes que no puedes huir de tu destino. -dijo James con una sonrisa sarcástica-

Era esa cucaracha de alcantarilla, la bestia de James, que había venido con muchas de sus niñeras. Pronto nos rodearon.

-Idiota déjanos en paz, no es de tu incumbencia, ¡por que no te largas!. Ya tomé mi decisión, ya no soy una Macartur, dile eso a mis padres.

- Mi amor, deja de hacer berrinches, tus padres están muy enojados, ahora estoy a cargo de ti, ¿cómo pudiste escapar con esté mendigo?, sabes que no tiene caso huir, porque te encontraremos, así sea en el fondo de la tierra.

Jonna quería darle su merecido, romperle esa boca venenosa, no se dió porque dos gorilas lo redujeron...

-Suéltenme idiotas, no se atrevan a tocar a mi mujer...

-Ja ja ja ¿tu mujer?, aterriza campesino, bella jamás será tuya, ¿cómo te atreves a fantasear con ella?.

Se acercó y le dió varios golpes en el estómago, pronto un liquido rojo manchó sus bellos labios, el se retorció de dolor.

-¡Noooooo! déjenlo no lo lastimen por favor.

Corrí a él muy angustiada pero dos gorilas me lo impidieron, me arrodillé implorando que nos dejaran, mis lágrimas se hicieron presentes por más que luchaba en mantenerme fuerte.

-James te lo suplico, déjanos en paz, te lo ruego, dile a mis padres que no nos encontraron, por favor. Hazme ese favor.

Pero fue en vano, ese hombre despiadado estaba dispuesto a todo, ví su expresión maquiavélico, al sobarse el puño con satisfacción, al parecer le daba mucha satisfacción torturar a Jonna.

-Bella, vamos, ustedes 4 ya saben que hacer con él.

Me cargaron a la fuerza, yo me resistí mordiendo a esos gorilas, pero fue en vano, no era rival, miré hacia atrás y vi que mi Jonna peleaba con todas sus fuerzas tratando de vencer a esos tipos, a cambio sólo recibía muchos golpes que al poco rato lo dejaban tendido en el piso bañado en sangre, hacia todo lo posible por levantarse exclamando mi nombre con mucho dolor.

-¡Zoe mi amor! ¡sueltenla! no la lastimen.

Queria morir, imploré con toda mi alma que lo dejaran que no lo le hicieran daño, gritaba con todas mis fuerzas por ayuda, pero ellos me callaron con una dosis de sedante.

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