MUERTE

Al abrir los ojos estaba de vuelta en la mansión de los MACARTUR.

- Jonna, donde está Jonna, suéltenme ¡Jonna! ¡Jonna!, llévenme con él -empecé a gritar como una loca-

-Cariño cálmate.-dijo mi mamá muy preocupada-.

-No me me toques, ¡Te odio mamá!, ¡los odio!, todo es su culpa.

Estaba llorando tan amargamente, queriendo salir, cuando mi papá me dió una bofetada.

-Cálmate, no puedes estar con un chico como el, es por tu bien no debes verlo nunca.

-¡Papá lo amo! además estoy esperando un hijo suyo, no me pueden hacer eso el es mi vida.

Mis padres se quedaron helados, esa noticia era muy desagradable.

-Imposible que ese bastardo nazca, nos deshaceremos de él.

-Prefiero morir entonces. -rompí un florero y con el vidrio me apunté en la yugular.

Mis padres estaban atónitos, vi el miedo apoderarse de ellos, al fin y al cabo era su pequeña adorada y única hija.

-¡Querido! haz algo. - gritó mamá horrorizada-.

-Mía princesa no hagas eso.

-Papá, mamá no quiero vivir sin Jonna, ¿saben por qué me lancé al mar aquella ves?, no quería vivir, no había una sola razón para vivir, su abandono hizo que mi vida fuera miserable.... Pero desde que lo conocí todo cobró sentido, el es mi vida, si no puedo estar con él prefiero estar muerta.

Estaba a punto de cortarme cuando mi papá muy horrorizado me detuvo.

-Princesa detente no lo hagas, puedes estar con el, y sobre el bebé puedes dar a luz.

-¿En serio? júramelo que es verdad, júrame por mi vida.

-Princesa te lo juro, tienes nuestro permiso, no queremos perderte por un simple chico, pero suelta el vidrio.

Pronto solté el vidrio sali corriendo, ordené a uno de los choferes a llevarme al pequeño pueblo pesquero, todo el camino estaba muy feliz, de que mis padres hayan aceptado nuestra relación, tenía muchas ganas de verlo y darle la grata noticia.

Al cabo de unas largas horas llena de ansiedad, llegamos, me apresuré como una loca a buscarlo, entré a lo que era nuestra pequeña habitación pero no encontré rastros de el, sólo había grandes manchas de sangre, empecé a temblar pensando lo peor.

Me adentré por las calles con desespero, preguntando por él, pero nadie me dió noticias de, estaba destrozada...

Busqué por todos lados incluso volví a casa de Doña Chabe, ella se sorprendió de verme sola sin Jonna, cuando ella se enteró de su desaparición colapsó, tuve que llevarla a un hospital, pues había sufrido un paro cardíaco.

Estaba muy molesta, llegué a casa y pregunté por el paradero de Jonna, justo esa cucaracha estaba tomando un te junto a mis padres.

-¡Maldito bastardo! ¿que le hiciste? habla donde está mi Jonna, ¡basura! te odio.

-Bella amor, no tengo idea de lo que me acusas, ese campesinito se quedó ahí, no le hicimos nada, tal ves se fue a otro lugar el muy cobarde.

-Eres una bestia! estoy segura que le hiciste algo, te voy a matar.

Estuve a punto de agarrarlo de los pelos, pero mis padres me detuvieron

-Cariño cálmate.

-¡Papá, mamá! ustedes tienen que ver en esto, se los suplico donde está el, por favor.

-Cariño jamás le hariamos daño, todo lo que dijo James es cierto. No sabemos su paradero.

No quise oir sus excusas, me fui muy de prisa y me encerré en mi habitación, estuve llorando durante un largo. No iba a rendirme continué buscándolo, contraté muchos detectives, pero nadie me dió noticias. Estaba muy angustiada, quería morir, pero tenía que seguir por el bien de mi bebé.

Ya había transcurrido 1 mes, cuando uno de mis detectives me dió una mala noticia, habían encontrado un cuerpo en el mar, pero estaba en estado de descomposición y era irreconocible porque su rostro y algunas partes del cuerpo parecían haber sido devorados por algún tipo de pez. Me apresuré muy angustiada, rogando a Dios que no fuera él, cuando llegue para el reconocimiento de cuerpo quedé en shock, tenía el mismo color de cabellos, la estatura coincidía, mi cuerpo empezó a enfriarse como si mi alma abandonara mi cuerpo, sentí que iba desplomarme en cualquier momento, pero me aferré a la mesa, estaba incrédula, me rehusaba a creerlo, hasta que vi la pulsera de Jonna, en ese cuerpo inerte.

En ese momento el mundo se me vino encima, perdí la razón, mis gritos llenaban el lugar, mi ser se desgarraba lentamente.

Salí del lugar con el cuerpo temblándome, ya había oscurecido, estaba decidida a matar a James, el dolor me cegó por completo.

Llegué a casa cogí un cuchillo de cocina y apunté con el hacia James quien estaba en el comedor...

-¡Maldito perro te voy a descuartizar! -grité histérica-

Todos voltearon muy asustados.

-Bella mi amor, cálmate se que estas así por Jonna pero yo no tuve nada que ver. Puedes preguntar a los guardaespaldas que me acompañaron o investigar en el lugar. Te lo juro, lo dejamos en esa posilga, reconozco que estaba un poco lastimado, pero estaba ahí vivo.

-¡Idiota, basura! el está muerto, acabo de ver su cuerpo, ustedes lo mataron.

-¿Qué? imposible, como sabes que no fue él quien acudió al suicidio?, al ver que no iba verte nunca el campesino decidió terminar con su sufrimiento, piensa amor, no somos culpables, tu eres la culpable de su muerte por ilusionarlo.

-Hija, princesa no tuvimos nada que ver, jamás ordenaría que lo maten, fui muy claro en cuanto a mis órdenes, sólo pedí que lo asustaran para que te dejara en paz.

Me derrumbe al piso, llorando desconsoladamete, no queria permanecer ni un segundo más en ese horrible hogar, asi me puse en pie y salí corriendo.

-Jonna mi amor, ¿como viviré sin ti?, soy débil, quiero irme contigo...

Quería morir, pero Luego toque mi vientre, y recapacité, tenía que proteger a mi hijo, con todo lo acontecido había olvidado a mi bebé.

-Mi gotita azul, perdona a mamá por causarte dolor, perdóname por ser débil y no pensar en ti, eres lo único que me queda, te protegeré con mi vida. -Susurré sintiendo consuelo.

Caminaba por la calle con los ojos hinchados cuando de repente alguien alguien se acercó y tapó la boca con un paño húmedo. Empecé a perder el conocimiento y en mi estado de inconsciencia protegí mi vientre.

Desperté en un viejo callejón, me dolía el vientre, me alarmé y me apresuré a proteger a mi bebé, con mis manos.

Lo que ví me dejó estupefacta, miré hacia abajo y me encontré con un gran charco de sangre, no entendí lo que me pasó, hasta que encontré jeringas y 2 frascos vacíos de oxitocina, comprendí en ese momento que me habían inducido a un aborto.

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