Mi Primer Beso

Estábamos en los últimos años de los sesenta y se vivía una época de paz y amor, me gustaba mucho la música que colocaban en la radio sobre todo la de Los Beatles, aun que no entendía nada, porque era todo en Ingles, la señora Antonia me decía que eran canciones monótonas que sus letras no decían nada y que servían para calentar a las niñitas jóvenes, por eso que no debería escuchar tonteras y estudiar más.

Yo como no le contradecía ni tampoco le respondía, no se hacia grandes problemas hasta que llego Celin a vivir a Castro, claro, ella ya tenía 15 y estaba en edad para ingresar al liceo, pero como al parecer tenía muchos conflictos con mamá, mis padres decidieron enviarla al pueblo haber si podía con la abuela.

Faltaban varios meses para que ingresara Celin, mientras ella se quedaba en la casa todo el día con la señora Antonia y yo asistía al liceo. Desde el primer momento le dejo bien claras las reglas a Celin.

Sra. Antonia: mira Celin no me interesa en lo más mínimo si quieres tirar tu vida a la basura, yo estoy vieja para andar educando, pero mientras estés bajo mi mismo techo y yo pague tus gastos me debes obedecer, ahora si crees que es mucho, agarra todas tus cosas y vete. Aquí la puerta es ancha y no obligo a nadie a obedecer. -se dio la vuelta y nos dejo solas en el hall de entrada-

Cuando estuvimos solas

Viol: que rico que estas aquí. -tomándole las manos y con una sonrisa de oreja a oreja- Oye ¿me imagino que te vas a portar bien?

Celin: bueno tu no puedes hacer nada sin mi y yo ¿cuándo me he portado mal? – con mirada inocente y pestañeando reiteradamente-

Viol: estay muy loca. -riéndome- ¿Qué piensas? Le vas hacer caso a la señora.

Celin: vamos a ver, en todo caso dijo que soy libre de tomar mis propias decisiones. Te cuento que mamá se entero de las famosas gotas.

Viol: ¿Qué?

Celin: bueno realmente no se ¿cómo fue? ni siquiera estaba la Nancy como para echarle la culpa, pero te recomiendo que ni vayamos al campo al menos por un buen tiempo, más encima Omar dijo que todo fue mi idea junto contigo y que prácticamente lo obligamos.

Viol: infeliz ¿Cómo puede ser tan desleal?

Celin: tonta, mientras el se salve el pellejo siempre nos va traicionar.

Viol: pero como están las cosas.

Celin: ..tu dice mamá y papá?

Viol: …mmmm

Celin: ellos ahora están mejor que nunca al parecer se han unido sus fuerzas para combatirlas contra nosotras.

Viol: y lo dices ¿así?, no te da miedo.

Celin: deja de ser tan cobarde, al menos se que ya no quiero que nadie me rete.

Sinceramente no tenía fe de este nuevo experimento que se habían propuestos mis padres, aunque nadie se lo hubiera imaginado la Señora Antonia y Celin se llevaban de las mil maravillas, solo en un par de meses Celin aprendió a bordar, tejer, incluso tocar el piano. Ella se sintió tan a gusto que mando a comprar una maquina de coser a Santiago donde nos enseño a como manipularla y confeccionar patrones simples de faldas y vestidos.

La señora Antonia tenía el don de convencer sin llegar a ningún conflicto ella siempre decía que al que no le guste que se vaya y con eso tenía el boleto ganador. Por el buen comportamiento de Celin, tenía permiso de salir de casa, a caminar y compartir con sus amigas en la plaza y la señora se instalaba en una mecedora del segundo piso que daba a una ventana con vista panorámica, donde vigilarba como alcón todas las amistades y sus movimientos.

Mi amiga la Flaca iba a celebrar su cumpleaños numero 15 con toda su familia y amigos, nosotras estábamos invitadas, porque a pesar de que Ester era originalmente mi amiga, Celin se la gano desde el primer momento.

Nos dieron permiso solo porque vamos con la Nancy, aunque muchos se ríen de nosotras por ir con nuestra nana a una fiesta, para mí era casi normal ya que me daba lo mismo lo que hiciera Nancy, pero ojala lo mas lejos de mi posible. Celin hiso unos vestidos preciosos, claro que con toda la de la abuela y los patrones los obtuvo de una modista que siempre nos hacia la ropa, tres dedos arriba de la rodilla el mío era azul oscuro y en la parte superior tenia mangas y escote de encaje azul así se veía menos mi busto que muchas veces me hacía sentir insegura. El de Celin era verdes claro, sin mangas, pero tubo que ponerle encaje verde arriba porque sino no nos dejaban salir, claro que era más corto que el mío pero como era tan flaca que daba lo mismo, lo más loco es que en el camino les puso relleno a sus pechos, con una pelotita de un material de panti donde adentro le puso lana de oveja, así que parecía que tenía cuando no tenía nada.

Cuando llegados nos enviaron directo al salón donde estaban todas las personas jóvenes ya que los adultos estaban en un salón aparte con menos ruido.

Todos estaban vestidos formalmente.

La Flaca: estoy tan enojada yo quería que mi fiesta fuera algo más alegre con música a todo chancho y sin necesidad de andar con ropa tan extravagante.

Sebastian: bueno si quieres bailar voy a mi casa y traigo mis discos que te parece.

Todos: -se nos iluminaron los ojos- si que buena idea.

Sebastian: ¿Viol me acompañas?

Viol: -siento que todos me miraban, y no quería verme tonta- claro de paso saludo a tu mamá.

Salimos subimos al auto de su papá que se lo había prestado.

Sebastian: sabes mi princesa, mi mamá no esta, anda de viaje por Santiago fue a ver Eval.

Viol: -me puse roja- porque no dijiste nada hace un momento.

Sebastian: es que quería estar así a solas contigo – me sonrio mostrándome sus dientes tan parejos y blancos-.

Desde la vez que habíamos ido a volar, habíamos creado un vinculo de amistad muy grande, todo el tiempo conversábamos en el liceo, cuando estábamos en la plaza, incluso iba a mi casa con la excusa de tráele un trozo de torta a la señora Antonia, que ella en ningún momento lo desprecio. Siempre andábamos de la mano ya me había acostumbrado a su suave y cálido tacto, algunos decían que éramos novios, pero yo sabía que solo éramos amigos. Todo había cambiado cuando llego Celin ya que para donde íbamos teníamos que ir con ella y fue cuando comenzamos a darnos miradas de esas que dicen todo como: ¡vámonos!, ¡escondámonos!, ¡no le cuentes!, ¡solo para nosotros! Y así. Claro que cuando estábamos en la pieza con Celin ella igual me sacaba la información, a si porque volvimos a dormir juntas.

Nos fuimos contando un cahuín que había escuchado en la fiesta el Seba, cuando llegamos a su casa, me hiso pasar a su casa y fue cuando me di cuenta de que no había nadie.

Viol: ¿oye y tú papá?

Sebastian: él está en la fiesta de los grandes, tú sabes que el papá de Ester es el alcalde y mi papá es amigo de años.

Viol -pálida- me hubieras dicho si mi familia se entera que estoy aquí se van a enojar conmigo, mejor me voy al auto -cuando me di la vuelta, Seba tomo mi mano y la jalo hacia su cuerpo.

Me tenía abrasada y yo estaba con mi cabeza en su pecho y sentía que el corazón se me arrancaba del pecho

Sebastian: -con un tono suave y ronco me susurro al oído- me encantaría besarte.

Viol: -senti como si no fuera real como esos sueños donde todo es demasiado perfecto- Seba mejor vamos nos. – lo dije en un susurro-

Sebastian: -levanto mi mentón y nos miramos a los ojos y como en pregunta se acertó tanto a mi cara que nuestras narices se rozaban- no puedo aguantar más.

Fue cuando puso sus labios sobre los míos y puede darme cuenta de que estaba dando mi primer beso, al niño más lindo que conozco, al único que tengo sentimientos amorosos y el paso su lengua por mis labios abriendo paso para explorar mi boca con su lengua caliente y dulce.

Cuando sentimos la falta de aire, volví abrir los ojos y no se en que momentos los había cerrado, pero el también ya que nos miramos y reímos automáticamente.

Sebastian: esto es mejor de lo que había imaginado – dijo con la voz ronca, tocando su frente con la mía.

Viol: -sonreí con todos mis dientes- bueno yo nunca me lo había imaginado. – los dos reímos-

Sebastián me tomo de la mano buscamos los discos y volvimos a la fiesta.

Cuando llegamos la verdad es que parecía más vlorio de fiesta todos estaban de pie cerca de las mesas de la comida y se escuchaba una música clásica de fondo, todos conversaban bajito y se sentía un cuchicheo por todos lados. Sacamos los discos que estaban puestos y pusimos el primer disco con un compacto de música bailable de la Nueva Ola y ahí todo cambio bailamos hasta que todos teníamos dolor en los pies.

A eso de las ocho de la noche la Nancy se acerco

Nancy: ya sita yo creo que usted cumplió así que ahora toca volverse para la casa.

Viol: -realmente no quería irme me sentía tan feliz nunca había ido a una fiesta y parecía que había descubierto que bailar era una de mis cosas favoritas- buuueno nada que hacer y Celin.

Nancy: no sé yo pensé que estaban juntas.

Viol: y tu ¿dónde has estado?

Nancy: en la mesa de la esquina al fondo, ahí -apuntando con su dedo-.

Viol: eso no lo hagas – tomando su mano y obligando a bajar su dedo- es de mala educación apuntar.

Nancy: yaaa..

Viol: ahora separemos, busquemos a Celin. Nos vemos en la puerta de salida.

Comencé preguntado a todos si habían visto a Celin, pero nadie la había visto, hasta que me encontré con Sebastián que tenía el rostro rosado y ya su camisa tenia los dos primeros botones de arriaba abierto su corbata esta en un bolsillo de su chaqueta y se veía con unos ojos muy juguetones.

Viol: Seba has visto a Celin

Sebastian : -él se acercó a mi cara y tomo mi mano- si sígueme.

Me llevo al fondo del salón salió por una puerta que daba al exterior era una salida de emergencia y con frío me aferre a su brazo pero el se dio vuelta y me volvió a besar sin que me de cuenta esta vez era un beso profundo una mano estaba en mi cintura y la otra recorría mi espalda, haciendo presión hacia su cuerpo y podía sentir algo que me molestaba en el abdomen, algo que el tenía no sé en sus bolsillos o su camisa pero era duro y tuve que separarme por la falta de aire.

Viol: Sebastián estoy buscando a Celin, no te pongas jugar, a parte que tienes algo en tus pantalones que me molesta mas si me apresta – lo dije seria y un poco molesta-

Sebastian: te molesta eso duro -con cara de pícaro-

Viol: déjate de jugarretas voy a volver -cuando iba abrir la puerta me abraza por la espalda y me vuelva a apretar vuelvo a sentir eso, fue tanta mi rabia y curiosidad que sin sin girar lo toque con mi mano- ¿que es esto? que me molesta.

Sebastian: mmmm… ahhh.. princesa tócalo mas suave . -con voz cponca como gemido-

Saque mi mano como rayo y lo mire con cara de espanto la tenía los ojos oscuros y la boca abierta respirando profundo para calmarse, lo empuje y entre al local como perseguida por el diablo y me fui directo a la puerta donde estaban Celin y Nancy.

Nancy: bueno sita se pierde una, aparece la otra y así pensé que íbamos a dividirnos para encontrarnos.

Viol: -super roja- vamos nos inmediatamente.

Celin: ¿te paso algo?

La mire pero no le conteste nada que le iba a decir, si toque algo que no es mío, que es de Seba pero que él quería que se lo tacara, ¡!NO¡¡ eso suena muy mal.

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