Él pensó que me conoció por casualidad, pero cuando me quemo en la hoguera en 1645 yo jure que volvería para vengarme de su traición. Aunque nunca imaginé terminar envuelta con 4 sugetos al mismo tiempo y uno es peor que el anterior.
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Que está pasando.
Al llegar a casa Tonia junto a Sofía nos esperaban a todos emocionadas con una gran cena, yo por mi parte luego de responder cada una de sus preguntas subí a ver a Sábila quien dormía en la ventana aprovechando los últimos rayos de sol.
- Sábila oye Sábila despierta ya gato glotón.
- Thae ya regresaste. ¿Cómo te fue?
- Bien aunque no me dejaron divagar por el lugar y no pude ver a Jaeshin. Dime acaso tú saben en qué departamento está trabajando.
- Ahhh porque no lo tomas con calma, recuerda las palabras de la vieja anciana todo pasa en su debido tiempo y si corres te puedes caer.
- Ya he esperado tantos años que ni los puedo contar.
- Disfruta del momento, acabas de despertar mujer.
- ¿No me vas a ayudar?
- No puedo, tienes que confiar en las palabras de la abuela.
Además, pronto aparecerá otro galanazo que te tengo preparado, si está loca desquiciada se apresura no me dejará ver un buen espectáculo.
- Tch y yo que pensaba que éramos amigos.
Thae se va enojadísima al baño, que tonta es no puede ver que ahora tienen un montón de oportunidades frente a ella esperando ser explotadas.
Al día siguiente sucede exactamente lo mismo, papá y Thiago llenan de flores toda mi oficina mientras Mamá y Sofía me consienten como si llegara de trabajar en las minas, Sábila por su parte sigue en la postura de no querer abrir su hocico para darme al menos una pista y comienzo a volverme loca.
Esa tarde mientras estoy en la planta baja veo llegar un auto que se frena de repente en la entrada y todos comienzan a hacer un alboroto al respecto.
- Es él nuevamente.
- Que hacemos ahora.
- No lo sé, por el momento informa al señor que ese hombre está aquí otra vez.
Quien es este hombre y porque todos se ven tan asustados por recibirlo. Supongo que me voy a tener que quedar a observar un poco más.
- Señorita su padre le informa que tiene que ir a buscar estos papeles al almacén.
- ¿Ahora?
- Si, los necesita con suma urgencia.
- Está bien donde está el almacén.
- Tome el ascensor y en el piso número tres se dirige a la puerta que dice archivos.
Mi otro archienemigo, el ascensor, como lo odio no me puedo acostumbrar a la sensación de montarme en él sin que el estómago me dé vueltas. Mientras recojo el encargo no dejo de pensar en que me mandaron aquí como distracción así no veo a esa persona aunque de todas formas lo veré cuando suba.
Antes de abrir la puerta Thiago me toca el hombro y me quita los papeles de las manos.
- Gracias hermanita, puedes ir a tu oficina ahora.
Ni siquiera me deja decir una sola palabra antes de cerrarme la puerta en la cara, como si fuera poco las secretarías tampoco están, me hubiera gustado preguntarles a ellas algo de lo que está sucediendo. Voy a la cafetería y me preparo un café, ya ni siquiera sé porque lo sigo intentando cada vez es peor.
Al abrir mi puerta y encender la luz puedo ver a un hombre sentado en mi sillón bebiendo un trago como si estuviera en su sala.
- ¿Quién es usted y que está haciendo aquí?
- Por fin te veo Thae, puedes creer que todos estos inútiles estaban interviniendo.
- No entiendo de que me está hablando. ¿Cómo sabe mi nombre?
Por más que lo veo, no lo reconozco de ninguna parte, lo único que puedo saber de él es que es una persona peligrosa, toda su aura es amenazante y como si eso no fuera poco es jodidamente sexy con esa cara de chico malo.
- Que amable has traigo un café para mí.
- Eh si yo fuera tú no lo....
Hasta el fondo, se lo tomo todo de una sola vez. Ja ja ja su cara es de un millón de dólares, pero no me puedo reír o sí.
- ¿Quién diablos preparo está porquería?
- Fui yo.
- ¿Tú?
Tomo asiento en mi lugar mientras cruzó mis piernas y le doy una mirada desafiante. - Si fui yo y eso le pasa por tomar lo que no es suyo. Todavía estoy esperando a que me responda la primera pregunta.
- Veo que te faltan habilidades culinarias, nada que no se pueda arreglar. Si quieres yo te enseño encantado, querida.
Que le pasa a este sucio buitre, me levanto y le arrebató la taza de las manos. - No necesito nada de alguien a quien no conozco y veo que a ti te hacen falta modales. Si quieres yo te puedo enseñar aunque mis métodos pueden ser algo bruscos y crueles.
- Estoy ansioso por que me enseñes todo de ti y no me molesta que seas ruda.
Siento mis mejillas arder al verlo tan cerca de mi rostro, incluso es más guapo a esta distancia.
- Thae... ¿Qué está haciendo usted en la oficina de mi hermana?
Me alejo rápidamente aprovechando la presencia de Thiago, por poco y me vuelvo loca.
- Ya le dije a su padre que estoy aquí para verla a ella, no sé por qué se ponen de esta manera e interfieren tanto.
Thiago lleva sus manos a mis mejillas y comienza a examinarme de todos lados como buscando el mínimo rasguño en mí.
- ¿Estás bien? Este hombre acaso te hizo o dijo algo inapropiado.
- Hermano no me dejas hablar.
- Perdón.
- Estoy bien y lo único que este hombre no ha hecho es decirme quien y porque está aquí.
Lo veo disfrutar de su bebida mientras sonríe coqueto. - Mi nombre es Joseph Lampo y estoy aquí para invitarla a una cena únicamente usted y yo.
- ¿Discúlpame?
- Claro que te disculpo. Nos vamos, querida.
Pero que le pasa a este sujeto, la expresión de Thiago no es buena lo que me indica que no es un hombre común y corriente. Además de que todos aquí le tenían miedo y mi padre ni siquiera a dicho algo al respecto. Que se supone que tengo que hacer ahora.
Joseph toma mi mano y me jala a la salida mientras Thiago toma la otra y me detiene a su lado.
- Ella no ha dicho que si quiere acompañarte.
- Tampoco dijo que no quiere hacerlo.
Que diablos está pasando aquí, que alguien me lo explique.