Zaira es una joven que creció alejada de todo y todos, únicamente con la compañía de la mujer a la que considera su madre, pero a pesar de su aislamiento, Zaira siempre supo quién era y cuál era su propósito en la vida, y la joven está más que dispuesta a llevarlo a cabo.
Uniendo así su destino con los otros tres elegidos, Zaira deberá de derrotar al malvado dios Daotan, quién solo busca la destrucción del mundo, esta misión la llevara por un camino desconocido y lleno de peligros, un camino que no recorrerá sola, puesto que a su lado, lo quiera o no, estará un hombre que desde su nacimiento siempre supo que Zaira era su destino, y la ayudara aunque ella no lo desee.
Esta es la tercera historia de la tetralogía “Los 4 Guerreros de los Elementos”.
La primera historia es “El Guerrero de la Tierra”
Y la segunda historia es “La Guerrera del Aire”
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Capítulo 10
KAI
Estoy devastado, ayer, después de dejar a las chicas con Marina, quien desde hace un par de años trabaja conmigo para ayudar a las jóvenes que rescatamos, volví al palacio, cuando ya estaba amaneciendo, por lo que apenas y pude dormir unas pocas horas antes de comenzar con mi trabajo.
Lo primero que hago es un reporte para mi padre sobre lo ocurrido anoche, sobre los nobles que fueron ejecutados, y el cómo se dispondrá sus bienes, de igual manera, debemos de mandar un informe a los reinos que tuvieron nobles involucrados en el arresto de anoche, para que así sean sus gobernantes quienes decidan sus destinos y así no meternos en problemas con los otros reinos.
Estoy tan metido en mi trabajo, que no fue hasta medio día, que noto la botella que hay en la fuente de mi oficina.
Esta fuente en realidad es de mi padre, y la usaba para comunicarse con mi tía, quien fue exiliada del reino por mi abuelo, por un crimen que cometió su madre; mi padre siempre creyó en la inocencia de su hermana, y si lo que me ha contado sobre ella es verdad, yo también lo creo, por lo que considero que mi abuelo es un imbécil, y no me importa decírselo en su cara, puesto que yo no le tengo aprecio alguno, y es que casi ni lo veo, por lo que nunca desarrollamos un lazo afectivo entre nosotros.
Después de que mi padre se volviera rey, le prohibió la entrada a mi abuelo al palacio, por lo que las únicas veces que lo vi, fue de niño, cuando mi abuela, quien si podía entrar a palacio, me llevaba a verlo, la verdad nunca me agrado, era demasiado narcisista y estúpido, no me sorprendía que en el tiempo que duro su reinado, el reino retrocediera como lo hizo, ese hombre era el imbécil más grande del mundo, y mi abuela es un cero a la izquierda, una muñeca sin personalidad, es por eso que nunca fui muy apegados a ellos, la verdad me desesperaban, por lo que cuando cumplí 6, le pedí a mi abuela que dejara de llevarme a ver a mi abuelo, y que si podía, dejara ella de venir a verme, obviamente esto la molesto, pero como todo en su vida, lo termino aceptando, es una conformista.
Pero el karma es el karma, y mi abuelo pago sus crímenes con creces, puesto que, cuando yo tenía 10 años, el muy idiota tuvo un accidente, y cayó de su caballo, lo que le causó una herida en la columna, que lo dejo inmóvil del cuello para abajo, condenándolo a una cama de por vida, dependiendo de los demás para todo y bueno ese tonto se merecía eso y más, y lo mejor es que mi padre no tuvo que meter mano en eso, sé lo mucho que mi padre quiso lastimarlo después de lo ocurrido con mi tía, pero mi madre, siempre lo contuvo, y es que, aunque fue un padre de mierda para mi tía, fue un padre decente para mi padre, y sé que mi padre aún lo quiere y si él lo hubiera lastimado o condenado, nunca se lo hubiera perdonado, por lo que le agradezco mucho al caballo que lo hizo por él, ese equino ahora es mío, y vive como el héroe que es.
Bueno volviendo a la fuente, cuando yo estaba por cumplir 2, mi tía ya nunca volvió a escribir, mi padre veía esta fuente por horas buscando una respuesta de su hermana, pero esta nunca llego, como fui creciendo, Sagar y yo, comenzamos con nuestras “andadas”, como las llama mi madre, y mi padre me dio esta fuente, para que pudiera comunicarme con mi amigo, sin terceros de por medio, puesto que mucho de los asuntos que manejamos son delicados.
Sin perder más tiempo, me dirijo a la fuente, impresionado por lo rápido que trabajo mi amigo, puesto que estoy casi seguro de que lo que hay en la botella son los resultados de su interrogatorio, pero al levantar la botella, noto que hay algo mal en ella, puesto que esta está muy deteriorada, como si hubiera estado en el agua por mucho tiempo, y no por solo unos pocos instantes, lo que significa que esta botella le pertenece a alguien más, pero eso es imposible, puesto que solo las botellas conectadas a la fuente pueden llegar a ella, y la única que existe nos pertenece a Sagar y a mí, a menos que sea, pero eso es imposible.
Rápidamente, abro la botella para leer el mensaje que hay dentro, y no puede creer lo que hay escrito en dicha carta, por lo que sin perder más tiempo, me dirijo a la oficina de mi padre, para comunicarle lo que hay escrito en este mensaje y sin poder evitarlo una sonrisa se forma en mi cara, puesto que en la carta solo hay buenas noticias.
ZAIRA
Estoy, nuevamente, nadando en el lago, cuando siento una serie de vibraciones en el agua, y de inmediato sé que vienen del exterior, por lo que sin perder el tiempo, salgo del agua y me dirijo a casa, puesto que sea lo que sea que esté haciendo vibrar el agua de esa manera, se dirige a mi hogar, y por ende, a mi madre, y nada me asegura, que sea lo que sea, no sea peligroso.
Llego a mi casa en tiempo récord, y puedo ver a mi madre, quien está limpiando nuestro pequeño huerto, frente a la casa, por lo que no dudo en ir a su encuentro.
- Madre, madre, alguien viene – le digo a mi madre, llegando a su lado.
- ¿de qué hablas, Zaira? – me pregunta mi madre, sumamente confundida, y bueno, en los años que ha estado aquí, nunca nadie había llegado hasta aquí, por lo que entiendo su confusión.
- En el lago, sentí que algo se acercaba – comienzo a decirle a mi madre, pero el sonido de varias pisadas de animal me interrumpen.
- ¿Qué son? – pregunto yo, puesto que si bien, a lo largo de vida he oído y visto cientos de animales, nunca había oído uno que sonara así.
- Son caballos – dice mi madre, quien se coloca frente a mí, y entiendo que sea lo que sea que se acerca, no es nada bueno.
Entonces, antes de que siquiera nos dé tiempo de hacer algo, frente a nosotras, aparecen al menos 20 jinetes, si bien nunca había visto alguno, los reconozco por las descripciones que me dio mi madre, aquí la pregunta es, ¿si son buenos o malos?