Ella es Noel, una periodista apasionada y amante por su trabajo, sueña algún día llegar a ser la conductora del noticiero estelar, pero al investigar la historia que la llevaría a un ascenso posible, sin saber que esa misma historia la haría vivir en carne propia el sufrimiento, el maltrato, la venta y el tráfico...
¿Tu que tan dispuesta estarías para salvar tu propia vida?.
¿Estarías dispuesta a hacer lo impensable?.
¿Doblegarte o ser doblegada de las maneras más crueles e inimaginables?.
Dime, ¿Tú, que harías?...
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Capítulo 09.
Contenido sensible +18
Noel.
Solo de recordar el horrible dolor que me provocaba y el salvajismo con el que me arrebato lo que más apreciaba, ahora estaba vacía, me sentía sucia al igual que adolorida.
Me removí un poco, pero su brazo sobre mi cintura me impedía moverme, intente levantarme, pero por desgracia todo intento fue en vano, él al sentir mi movimiento me abrazó y me acercó a su cuerpo, sintiendo su piel desnuda y caliente.
Y en un abrir y cerrar de ojos él estaba sobre mí nuevamente, ejerciendo presión en mi intimidad, mis lágrimas salían una tras otra, en este momento solo quería alejarme de la realidad o desaparecer, pero ninguna de las dos cosas que deseaba iban a suceder.
Así que solo soporte hasta que terminara nuevamente, él se levantó y se fue al baño, escuche la regadera, me levante de esa cama, recogí mi ropa que estaba por todos lados, estaba cambiándome cuando sentí un arma apuntando en mi cabeza y me quedé completamente inmovil.
— ¿qué prefieres, morir o vivir?— abrí mis ojos en asombro por lo que aquel hombre me decía— ¿morir o vivir?, ¡contesta!.
— ¡vivir, prefiero vivir! — escuché su risa, se sentó en la cama y me hizo señas para que me acercara.
— me gusta tu respuesta, sabes preciosa, valió la pena haber pagado esa fortuna por tu cuerpo— mi respiración era agitada, tenía mucho miedo de ese hombre y de cada acción que hacía contra mi.
Se desató la toalla que llevaba en sus caderas, dejando al descubierto su, su, con su arma tocó mi barbilla e hizo que levantará mi rostro, — si aprecias tu vida, harás lo que te pida, como esto— señaló su entre pierna, solo lo veía y no sabía que hacer, cuando volvió a encañonarme grito con fuerza— ¡ahora!, y no intentes nada porque te vuelo la cabeza preciosa.
Me acerqué más a él mientras mi cuerpo temblaba y mis lágrimas salían a caudales, tome entre mis manos su miembro, él solo sonreía con satisfacción, pego el cañón entre mi oreja y mi frente e hizo presión, suspiré y me atragante pensando en lo que él quería que le hiciera.
Tomo mi cabello con fuerza y solo me obligó, no podía respirar y me ahogaba con cada empuje que él hacía violentamente hasta que escuche su gruñido...
Y así es como me convertí en su zorra, su puta y su amante, ya que Demetrius estaba casado y cada que su esposa le negaba sexo, venía conmigo y desquitaba sus ganas y sus frustraciones conmigo.
Así que a casi un año de que lo conocí y me arrebato lo más sagrado para mí, hoy por hoy ya me había acostumbrado, más no resignado de que algún día sea libre completamente y pueda irme de este lugar para iniciar nuevamente con mi vida...
Al despertar, me levante, me di un baño hasta cambiarme con uno de los vestidos que me había comprado Demetrius por ser dócil ante sus fantasías, me maquille arreglé mi cabello y salí de mi habitación.
La ventaja o desventaja de ser sumisa ante todo esto asqueroso que me rodeaba, era que podía diambular por la casa y hacer casi lo que me plazca.
Bajé las escaleras y al caminar hacia el comedor escuche la puerta principal, al girar vi a Kalisto entrar, corrí hacia él y lo abrace— hola Noel, ¿me extrañaste?.
— sabes que sí, eres con el único que puedo hablar sin fingir— sonrió y tomo mi mano.
— vayamos a comer— Asentí e iba a caminar hacia el comedor, pero él me detuvo— no comeremos aquí, sino fuera de la mansión.
— ¡qué!, pero puedes meterte en problemas con Demetrius, sabes que nunca me ha dejado salir.
— pues hoy es tu día de suerte, Demetrius anda de luna de miel con Sarah— Asentí y sonreí irónicamente, como ese hombre puede tener doble vida y su mujer ni cuenta se da de lo que él hace a sus espaldas.
— entonces vayamos— sonreí, entrelace mi brazo al de él y caminamos hacia la puerta principal.
Era la primera vez que salía de esa casa y al sentir la brisa cálida me hizo cerrar mis ojos y aspirar todo el oxígeno posible, subimos a su auto bajo la mirada de aquellos hombres que resguardaban la mansión.
Las calles eran amplias y hermosas, fuimos en total silencio, pero de vez en cuando sentía la mirada de Kalisto sobre mí.
Llegamos a un elegante restaurante, al entrar nos llevaron al área privada, nos sentamos y mientras yo veía el menú con cada platillo impreso en el, Kalisto pedía una botella de vino.
Nos sirvieron las copas y tomé solo un poco, tomaron nuestro pedido y al quedarnos nuevamente solos, Kalisto tomó una de mis manos.
— te he dicho lo hermosa que estas y no lo digo por ahora— curve mis labios hasta sonreír— me encanta verte así.
— pero sabes que esta sonrisa solo es una careta Kalisto, careta qué evade lo que siento y lo que sucede— él asintió y suspiró.
— lo sé, pero aunque sea careta como tú lo mencionas aun así eres muy hermosa.
— gracias.
Trajeron los platillos y comimos en total silencio, escuchando de fondo el bullicio de cada comensal, al terminar regresamos a la mansión, Kalisto se fue y yo me quede nuevamente encerrada en la mansión, ya que cuando él no estaba en la ciudad o en el país, tenía prohibido salir al jardín.
Dos meses duró fuera Demetrius y en esos dos meses interactúe más aún con Kalisto, y una noche donde él le tocaba quedarse en la mansión me confesó que estaba enamorado de mí.
Eso me tomo por sorpresa y más porque si se enteraba Demetrius sabía que alcances podía ocasionar, así que decidí tomar eso como un simple comentario y no una declaratoria de amor...
Semanas después de haberme enterado de que ya había llegado de su viaje, estaba tranquila porque no había venido y eso me daba a entender que no había problema entre ellos.
Así que este día pintaba para ser igual de tranquilo que los anteriores, termine de comer, me levante de mi asiento y salí del comedor, subí a mi habitación y me puse un traje de baño y fui a la piscina donde nade un poco y terminé tomando sol recostada en uno de los camastros.
Estaba boca abajo y con mis ojos cerrados, me sentía relajada hasta que sentí el cordel aflojarse junto a una caricia recorrer mi espalda.
Me asusté y al levantarme vi a Demetrius con una enorme sonrisa dibujada en su rostro, y sonreí hasta aventarme a sus brazos, cada acción y atención que hacía hacia él era fingida, pero tenía que ser inteligente si aún quería seguir viva.
Ya que él jamás perdía oportunidad para repetirme qué no dudaría en dispararme, si yo intentaba escapar.
— te necesito nena— sabía muy bien que se significaba, así que me levanté del camastro deje caer la parte de arriba de mi traje de baño y lo guíe para qué se sentará.
— solo relájate Demi— él sonrió al verme que yo hacia todo, desabroche su cinturón al igual que el botón y el cierre de su pantalón.
Sonreí al verlo y solo me subí a sus piernas y comencé a moverme, mientras él apretaba mis piernas con sus manos, mientras yo gemía sin control. [ese es el arte de fingir que sientes y que te provocan un orgasmo, pero Demetrius no me hacía sentir más que asco por la clase de hombre que es].
Cuando terminó, me levante, me puse mi bata y me fui a mi habitación donde él no dudo en seguirme y seguir como conejo en primavera el resto de la noche y la madrugada hasta que caímos rendidos.