Sarah es una bailarina de ballet que, por primera vez, logró firmar con una compañía. Durante uno de sus tours, conoce a un hombre que está completamente enamorado de ella. Él amenaza con arruinar su carrera si ella no firma un contrato con él. ¿FIRMÓ ELLA EL CONTRATO? ¿QUE QUIERE EL DE ELLA?
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Capitulo 10
Una Decisión Difícil
Mientras observaba a Natalia, determinada a encontrar una manera de desafiar a Volkov, sentí que una oleada de desesperación me invadía. ¿Realmente había una forma de evitar que ese hombre arruinara mi carrera?
Suspiré profundamente, luchando contra las lágrimas que amenazaban con brotar de mis ojos.
"Nat, no creo que haya una manera de ganar contra Volkov", dije, con voz temblorosa. "Él tiene demasiado poder y demasiada influencia."
Natalia me miró con determinación.
"¡Eso no es cierto, Sarah!" exclamó. "No puedes rendirte tan fácilmente. ¡Tienes que luchar por tu sueño!"
Desvié la mirada, sintiéndome derrotada.
"Pero, ¿y si no hay otra opción? La directora me ha dicho que tengo que irme de la compañía de inmediato", le recordé, con angustia.
Natalia apretó mis manos con fuerza.
"Entonces, acepta la oferta de Volkov", dijo, con urgencia.
La miré, sorprendida.
"¿Qué? ¿Cómo puedes decir eso?" pregunté, incrédula.
"Escúchame, Sarah", explicó Natalia. "Sé que la idea de ser la acompañante personal de Volkov te asquea, pero es la única manera de mantener tu carrera a salvo."
Sacudí la cabeza, sintiéndome abrumada.
"Nat, no puedo hacer eso. ¡No puedo vender mi libertad por mi danza!" exclamé, con frustración.
Natalia me miró con seriedad.
"Sarah, tienes que entender que esto no se trata solo de tu danza", dijo. "Tu carrera, tu futuro, todo está en juego. Si aceptas la oferta de Volkov, podrás seguir bailando y, quizás, encontrar una manera de librarte de él más adelante."
Sentí que el miedo y la incertidumbre se apoderaban de mí.
"Pero, ¿y si no puedo? ¿Y si Volkov me atrapa para siempre?" pregunté, con voz temblorosa.
Natalia me miró con comprensión.
"Lo sé, Sarah, sé que es una decisión terrible", dijo, acariciando mi rostro. "Pero tienes que pensar en tu futuro. ¿Qué será de ti si pierdes la danza?"
Suspiré, sintiéndome atrapada en una situación sin salida.
"No lo sé, Nat", admití, con frustración. "Pero ¿cómo puedo aceptar ser la acompañante de ese hombre? ¿Cómo puedo vender mi libertad de esa manera?"
Natalia me miró con compasión.
"Sé que es un sacrificio enorme, Sarah", dijo. "Pero piensa en todo lo que has logrado. ¿Vas a tirar todo eso por la borda porque no quieres hacer un trato con Volkov?"
Lentamente, asentí, sintiendo que mi corazón se partía en pedazos.
"Tienes razón, Nat", susurré. "No puedo perderlo todo. La danza es mi vida, y no puedo rendirme ahora."
Natalia me abrazó con fuerza, ofreciéndome su apoyo.
"Sé que es una decisión difícil, Sarah", dijo. "Pero estaré a tu lado, pase lo que pase."
Respiré hondo, tratando de reunir el valor necesario para enfrentar a Volkov.
"Está bien, iré a hablar con él", dije, con determinación. "Voy a aceptar su oferta."
Natalia asintió, con un brillo de esperanza en sus ojos.
"Sabes que no es la solución perfecta, pero es la mejor opción que tienes en este momento", dijo. "Y yo estaré contigo, apoyándote en todo momento."
Le agradecí en silencio su lealtad y su amistad. Sabía que sin ella, no habría sido capaz de tomar esta decisión tan difícil.
Con el corazón lleno de temor y resignación, me dirigí al despacho de la directora artística, decidida a enfrentar a Volkov y aceptar su oferta. Tenía que salvar mi carrera, sin importar el costo.
Cuando entré en la oficina, Volkov me esperaba con una sonrisa triunfal.
"Señorita Sarah, me alegro de que haya reconsiderado mi oferta", dijo, con un tono arrogante.
Tragué saliva, reuniendo todo mi valor.
"Sí, señor Volkov", respondí, con voz firme. "He decidido aceptar su propuesta de patrocinio."
La sonrisa de Volkov se ensanchó, y pude ver la satisfacción reflejada en su mirada.
"Sabía que tomaría la decisión correcta", dijo, con un tono de complacencia. "Bienvenida a mi mundo, querida."
Sentí que un escalofrío recorría mi espalda, pero me obligué a mantener la compostura.
"Muy bien, señor Volkov", dije, tratando de ocultar mi disgusto. "Entonces, ¿cuáles son los términos de nuestro acuerdo?"
Volkov se acercó a mí, invadiendo mi espacio personal.
"Serás mi acompañante personal en todos los eventos a los que asista", explicó, con una sonrisa depredadora. "Y a cambio, te proporcionaré todo el apoyo financiero que necesites para asegurar tu éxito como bailarina."
Asentí, sintiendo que mi corazón se encogía. Sabía que estaba haciendo un pacto con el diablo, pero no tenía otra opción.
"Muy bien, señor Volkov", dije, tragando saliva. "Acepto sus términos."
Volkov esbozó una sonrisa triunfal, y supe que a partir de ese momento, mi vida ya no me pertenecía.
