Encadenada A Mi Pasado

Cuando ese ascensor llegó al quinto piso, mis manos sudaban y mi corazón latía a todo timbal,una secretaria de mediana edad, preguntó mi nombre y me informo que el señor me esperaba.

Toqué por educación y solo cuando escuché “adelante” me decidí a entrar.

Al abrir la puerta de la oficina, no podía creer lo que mis ojos veían, pisos resplandecientes, una oficina elegante, varonil, un espacio que gritaba elegancia, fuerza.El ventanal era lo que más impresionaba, porque era prácticamente la pared completa y desde allí la vista maravillosa de un parque.

Cuando pude controlar la impresión de por primera vez en mi vida estar en un sitio como éste, fijé mi vista en ese rubio que me observaba fijamente y saludaba.

-”Buenas tardes Albert , estoy aquí por instrucciones del señor Raymundo”.

-”Adelante Caro, espero que hayas firmado contrato y estés a gusto con tu trabajo”, me dijo mientras me invitaba a sentarme en una pequeña sala que había en medio de ese lugar.

-”Te ofresco algo, agua, te, café” me volvió a decir.

-”No nada. ,solo quería agradecerte y bueno ver que tenias que decirme” .

Él me miraba como si estuviera tratando de encontrar algo que se había perdido, si era eso , esa mirada que me confundía, me hacía dudar de mi proceder y por segundos que parecían minutos en silencio fue la respuesta a mi pregunta.

-” Me voy a Londres en dos dias, dejare el bufete a cargo del señor Oviedo, el es uno de los socios que inició conmigo aquí en la ciudad, es leal y trabajador, por eso quiero que tu seas su asistente.Volveré en unos años, o tal vez decida vender la parte de mis acciones más adelante; sin embargo quiero que sepas que no será hasta que tu estes establecida con Mery”.

Y mientras Albert me contaba lo que haría, yo tenía mi mirada en un punto fijo en la pared y por alguna razón , mis manos no estaban dispuestas a separarse y con la poca fuerza que me quedaba - “Te deseo la felicidad que buscas y creo que es lo mejor, según Laura el emporio de ustedes está allá; al igual que tu amor,exitos”.En ese breve instante tomé la decisión de marcharme, me levanté apresuradamente y cuando iba directo a la puerta Albert me detuvo.

-”Quédate otro rato más, por favor”.

La despedida por Albert

Cuando Carolina se levantó de aquel sofá dispuesta a irse, un nudo en la garganta embargo mi cuerpo y el deseo de echarme para atrás en mi decisión de ir detrás del amor.

Le suplique que se quedara un rato mas, yo la acompañe a casa, tomé el saco y la invite a salir sin explicación alguna, la tome por la cintura y la lleve al elevador, exclusivo de los socios.En el cuarto piso, note a Raymundo subir al ascensor y mirar mi mano en la cintura de Caro; sin embargo no me importo, siento que ella separo mis manos de su cintura y se alejo de mi.

Salimos Ramiro, Carolina y yo del ascensor al mismo tiempo, me despedí de Ramiro y de la mano casi arrastras la llevo al auto.

Cuando finalmente estamos en el automóvil, le propongo ir a tomar un trago y bailar como una despedida de amigos.Inicialmente se niega, pero ante mi insistencia acepta.La llevo al departamento de Laura donde después de media hora sale de la habitación con un vestido de tirantes, azul rey, ajustado al cuerpo y que a ella le queda como un guante, con unas zapatillas negras y un pequeño bolso, su cabello amarrado en una coleta alta y algo de maquillaje, quede petrificado, observandola, realmente maravillosa, sexi, pero no vulgar, te invita a desear, pero no tocar, realmente nunca la había visto tan hermosa o tal vez si, pero eso no lo aceptare en voz alta.

La tomé por el brazo y nos dirigimos al parqueadero, de allí al bar del hotel Blue Magic, uno de los más exclusivos de la ciudad, un buen lugar para hablar, beber unos tragos y bailar.

En el bar, todo fue mágico , ella pidió unas margaritas y yo un whiskey, bailamos, nos reímos, hablamos.Literalmente estaba fascinado con la heroína de mi hermana.

Me encontré con Oviedo y otros socios, los que miraban hacia donde estabamos; sin embargo nunca he sido hombre de molestarme en dar explicaciones.Después de una hora de haberlos vistos, ella me dice:-”Creo que debemos irnos, mañana comienzo a trabajar y ya es muy tarde”.

Me eché a reír y le dije -”mujer, recuerda que yo soy el jefe y mañana es domingo, tú mañana vas a disfrutar de tu ultimo dia de desempleada,así que nada esta noche es nuestra despedida, talvez nos volveremos a ver en muchos años, pero hoy no nos importe, ni Raymundo, ni Oviedo, ni nadie. La tomé por la mano y la lleve a la pista , allí bailamos merengue, bachata, salsa, balada.Me senti tan pleno y feliz ,

No me fijé la hora, el bar estaba casi vacío y mis colegas habían desaparecido del radar, las horas pasaron en un abrir y cerrar de ojos.

-”Creo que ahora sí es hora de que me lleves al departamento, creo que nos hemos excedido, pobre las meseras y el barman, somos los únicos en el bar”, me dijo.

-”Caro esta noche fue única y no quiero que termine aun, tu y yo somos adultos y quiero pedirte que esta noche seas mia,por favor no me rechaces" .Ella empezó a toser sin control, la vi agachar la cabeza por un momento.

-”Caro ¿estás bien?” le pregunté, en ese momento me arrepentí de la propuesta, la vi intranquila, indecisa.

-”Si estoy bien, solo estoy algo mareada, pero,pero…”.

-”pero¿Qué?” le pregunté inquieto .

-”Acepto tu propuesta Albert, ya me lo has dicho en dos oportunidades, quieres estar con esta puta y así será, al fin y acabo, tu ya te vas”.

Por alguna razón me dolió escucharla decir eso; aunque una vez fui yo quien se lo insinuó.

Se levantó abruptamente de la silla y me dijo :-”vamos a donde tu digas”.

Entre desconcertado e inseguro,la tomé por la cintura y me dirigí a la recepción del hotel, pedí una suite. No la solté en ningún momento, ni siquiera cuando entramos al elevador, la pegue mas a mi, como si eso fuera posible

Al llegar a la puerta, no pude evitar recostarla a la pared y besarla con lujuria, con pasión, devoraba su boca , como un manjar de dioses, cuando finalmente ingresamos a la suite la solté y le ofrecí algo de tomar,mientras ella permanecía estática, sin decir nada , solo mirando el lugar. me dirigí al bar que habia alli y le pregunté qué deseaba, ella me respondió que una botella de agua, pero antes necesitaba ir al baño.Después de unos minutos, ella salió del baño, se sentó en un mueble que había en la habitación y yo le extendí la botella de agua.

Al sentarse no pude evitar recorrerla con la mirada, necesitaba sentirla, sentir su aroma, su cuerpo, deseaba recorrer ese cuerpo que había visto en una visita conyugal, necesitaba domar a esa fiera asi sea una vez, porque estoy seguro, si la tengo una vez saciar esta necesidad de poseerla y pasaré definitivamente la página.

En este punto, la ropa me estorbaba y el saco, la corbata y el cinturón ya no hacen parte de mi vestuario, me senté a su lado y coloque mis manos sobre sus perfectas piernas por las que empecé a subir y dirigirme al lugar que yo queria,la vi secar una lágrima que corría por su mejilla o tal vez fue imaginacion mia y despues ella se lanzo a mi boca,

Dejo hacer lo que quisiera con ella, solo se entrego a mis deseos. La tomé entre mis brazos y la lleve a la cama donde sin piedad destroce su vestido, retire sus prendas íntimas como lobo hambriento, recorrí su cuerpo con mis manos, bese el valle entre sus colinas, me distraje en ellas , aspire su aroma como un pervertido, observe cómo un depredador a su presa, su tesoro y no pude más, me coloque un preservativo que había llevado como bólido a 200 por hora y me enterré en sus embriagadores pliegues.

La sentí explotar en mil pedazos tres veces y a sus lágrimas rodar por las mejillas, al igual que mi corazón querer salir de mi pecho.

Fue una noche inolvidable, no recuerdo si fueron 3 o 4 veces, antes que el sueño me embarga y me rindiera a los brazos de morfeo.