DE VUELTA AL DESEO

Nos encontrábamos listos para realizar el cambio de apellido, el abogado tiene toda la documentación que han solicitado, los ojitos de Grace muestran mucha confusión, pero saliendo de acá le explicaremos que Liam es su papá y yo espero que salga todo bien, esto me tiene con los pelos de punta.

Es hora de hacer las cosas bien.

Siendo honesta no se como digerir todo esto, porque está sucediendo muy rápido cuando no pensé vivirlo, por lo menos no tan pronto, es muy complicado manejar los sentimientos cuando amo a ese hombre por ser el amor de mi vida y por ser el padre de Grace.

Soy masoquista, si, jamás me cansaré de decirlo, pero en tres años me ha sido imposible olvidarlo, olvidar estos sentimientos tan fuertes, no es tan fácil olvidar, sin embargo, no me tire al abandono, mi apariencia física mejoró muchísimo, mi cuerpo está más definido, trabaje, salí adelante y cada dia amo más los resultados.

Hay cambios, todo cambia y el mundo sigue su curso, no se que pasará mañana y sé que la vida es muy impredecible, aunque no quiera pensar en el mañana, lo hago, porque tengo miedo, miedo de todo lo que pueda pasar.

—Los abogados me dicen que no— informa Juan Carlos y frunzo el ceño, hay una prueba de paternidad que certifica que Liam es el verdadero padre.

—¡¿Cómo que no?!— pregunta un alterado Liam.

—Dicen que deben esperar a que ella sea mayor de edad para que por voluntad propia solicite el cambio de apellido— dice y de inmediato nos miramos, ¡está mintiendo!.

—Llamaré a mis abogados— anuncia Liam saliendo de la sala sin darle otra oportunidad de seguir hablando a Juan.

—¿Qué te sucede?— le pregunto enojada—Sé que estás mintiendo Juan— le acuso.

—Va a lastimarlas— dice entre dientes enojado y pongo los ojos en blanco.

—¿Es en serio?— pregunto sofocada por el enojo—Estoy bien grande Juan, sé cuidarme sola y si en ese momento acepte que llevara tu apellido fue por tú insistencia, pero sabes muy bien que yo no quería, te di la oportunidad y confianza que tanto querías— le reclamo—Desde el prime día te deje claro que el día que Liam apareciera, me casara o decidiera buscar de él se haría un cambio de apellido, no entiendo ahora— niego sin poder creerlo.

—Soy tu amigo y no quiero que te lastime— repite.

—Juan— lo llamo respirando profundo, siento que me voy a desmayar de la rabia—No intervengas más en mi vida, mi hija está de por medio y quiero esta vez hacer las cosas bien, como tenía que haberlas hecho desde el principio— aclaro haciendo notar mi enojo—No hagas las cosas más difíciles, yo veré como manejar la situación de ahora en adelante— demando.

—¡Joder Grecia!— exclama enojado—No quiero que ese tipo tenga poder sobre ustedes— dice.

—¿Pero tú si lo quieres?— le pregunto desafiándolo.

¡No puede ser cierto!.

—Tú si quieres el poder y no hayas la manera de como joder todo para que sea más complicado— refuto—Y de verdad te pido que desistas, no vas a poder— niego alejándome.

Si intenta hacer algo más Liam lo aplastará como una maldita cucaracha, ¡Conozco a ese hombre! Sé que lo único que no ha cambiado es su temperamento obstinado y que si alguien intenta meterse en su camino no tendrá un buen fin.

—Mis abogados ya vienen para acá— anuncia.

—Cálmate— le digo.

—No puedo Grecia, porque en primera instancia no tenías que haber permitido que ese tipo le diera su apellido a mi hija— enfatiza en la última palabra—Ok, acepto que no me hayas querido decir, pero permitir semejante locura no la acepto— dice pasando sus manos por el cabello y luego por el rostro, está enojadísimo.

—Lamento mucho todo este rollo, sé que es mi culpa, pero por favor, solo te pido calma, alterándonos no conseguiremos solución— le digo.

Salgo en busca de mi hija, Brigitte la saco del lugar para evitar que viera toda la discusión, fue buena idea traerla con nosotros, por lo menos hoy no está babeando por Liam.

—Mami— me abraza al verme.

Saco mi teléfono del bolso porque ha estado sonando, al ver el mensaje claro y directo de Liam indicando que sus abogados han llegado, rápidamente entro al lugar.

Sigo enojada, no voy a negarlo, que alguien que no tenga derecho a meterse en mi vida quiera opinar me irrita demasiado, porque siempre le dejé en claro cuál era su lugar, pero se toman atribuciones que no deben.

Cuando sucede este abuso de confianza de mi parte no obtienen nada más, porque siento que si lo hicieron una vez no les importara hacerlo dos y tres veces, pierden mi confianza y ya nada vuelve a ser igual.