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Renacer Del Engaño: Pasión Desenfrenada Y Venganza Redentora.

Renacer Del Engaño: Pasión Desenfrenada Y Venganza Redentora.

Status: En proceso
Genre:Traiciones y engaños / Amor-odio / Amor en la guerra / Mundo de fantasía
Popularitas:19.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Perla Sofía García

Emergiendo de la reencarnación, se encuentra Vivianne, una mujer morena cuya atracción y elegancia esconde la cicatriz de una traición profunda. Sus ojos, cautivadores y expresivos, reflejan la resolución ardiente de desentrañar la maraña de engaños que marcó su pasado.

Ataviada con la elegancia de una dama envenenada por el desengaño, trama su venganza con la gracia de una danza macabra. Cada movimiento suyo es un paso hacia la redención, mientras su atractiva presencia esconde el huracán de emociones en su interior.

En su búsqueda de justicia, el destino le tiende una paradoja: el surgimiento de una pasión desenfrenada entre ella y el mayor enemigo de su ex prometido. La intensidad del amor florece en el terreno fértil de una lucha desenfrenada, donde la línea entre adversarios se desvanece ante la atracción irrefrenable.

NovelToon tiene autorización de Perla Sofía García para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 10

La aparente satisfacción en el rostro de Luke al recibir mi respuesta alivió la tensión momentáneamente. La llegada de los condes junto a mi padre marcó la hora de marchar a casa.

Luke, ahora a mi lado, seguía con la fachada de amabilidad que había mostrado. Mientras caminábamos hacia el carruaje que nos conduciría a casa. Mi mirada buscó a mi hermano entre los presentes. No lo encontraba junto a mi padre, y la preocupación se anidó en mi pecho.

A pocos pasos de llegar al carruaje, finalmente lo avisté. Mi hermano estaba allí, esperándonos con una expresión que revelaba una mezcla de curiosidad y aprehensión. Sus ojos se encontraron con los míos, y un gesto apenas perceptible entre nosotros transmitió un entendimiento silencioso.

Con una inclinación de cabeza, me uní a mi hermano, y juntos abordamos el carruaje que nos llevaría de regreso a casa. Dentro del carruaje, el suave balanceo de las ruedas sobre el camino empedrado acompañaba la mezcla de pensamientos que bullían en mi mente. A mi lado, mi hermano compartía el asiento, y entre nosotros se extendía un silencio que resonaba con solemnidad.

Aunque la tensión estaba palpable en el carruaje, me sumergí en mis pensamientos, ideando un plan para liberarme de este compromiso no deseado. La idea de casarme con Luke era inconcebible.

Al llegar a nuestro hogar, el portón se abrió con un crujido, revelando la silueta familiar de la residencia que conocíamos desde la infancia.

Bajé del carruaje con la elegancia que la ocasión requería, aceptando la mano extendida de mi padre como apoyo.

El sonido de nuestros pasos resonaba con determinación mientras atravesábamos el umbral de la mansión. En el interior, la calidez de la luz de las lámparas acogía nuestros rostros, revelando una escena familiar en el salón principal. Mi madre, con la gracia que la caracterizaba, encabezaba el recibimiento, flanqueada por mis hermanas y hermanos que aguardaban con expectación.

Mi madre, con una mirada llena de afecto, se acercó para recibirnos, y en ese momento, la mansión se llenó con la efervescencia de la reunión familiar.

"Estamos encantados de tenerlos de vuelta", dijo mi madre, su voz resonando con el tono acogedor que siempre la caracterizaba. "Cuéntennos todo sobre la visita a la mansión de los condes."

En el salón principal, el ambiente familiar se consolidaba mientras mi padre ocupaba un lugar junto a mi madre. En su regazo, sostenía a mis dos hermanos más pequeños, Raphael y Maxim, quienes compartían risas y travesuras.

Mi hermano Theo y Nicholas encontraron su lugar cercano, compartiendo conversaciones y gestos fraternales. En el centro del salón, me instalé entre mis dos hermanas, Isabelle y Serene, creando un círculo que encapsulaba la esencia de la familia unida.

La voz paciente de mi padre resonó en el salón, y con un tono que anunciaba la inevitable realidad, compartió la noticia que ya flotaba en el aire. "Hemos llegado a un acuerdo. En unos 5 meses, nuestra Vivianne se convertirá en una gran esposa."

Las miradas de mis hermanos, de mis hermanas, y finalmente, la de mi madre, se posaron en mí con expectación y anticipación. Mientras asentía con serenidad, una sensación de resignación se mezclaba con la determinación en mi interior.

Fingí una sonrisa ante las palabras de mi padre, ocultando hábilmente la complejidad de emociones que bullían en mi interior. Mis hermanas, con miradas cargadas de desconfianza, observaban atentamente, captando la tensión que escapaba a la fachada de alegría.

Mi mirada, con una sutil búsqueda de comprensión, se dirigió hacia mi madre. Sus ojos, maestros en descifrar los secretos del corazón, encontraron los míos en un silencio que transmitía más que las palabras podrían expresar. Esperaba en ese momento algún gesto de consuelo o entendimiento en sus ojos que tanto conocía.

La voz cautelosa de mi madre resonó en el salón, tejiendo un matiz de comprensión en medio de las celebraciones familiares. "Mi pequeña Vivianne, en unos meses se irá de nuestro lado. ¿No sería mejor disfrutar un poco más?"

Sus palabras, cargadas de un tono maternal y sabio, perforaron la capa de formalidad que envolvía el anuncio. La despedida inminente se expresaba en sus ojos, que compartían la mezcla de alegría y melancolía que yo misma sentía.

Mis hermanas, antes observadoras con desconfianza, captaron el llamado implícito en las palabras de nuestra madre.

La atmósfera en el salón dio un giro inesperado cuando mi madre, con una voz más alegre y atrevida, declaró: "Debemos enseñarte las mejores cosas para tener a tu esposo a tu merced". Un guiño cómplice acompañó sus palabras, desencadenando risas entre mis hermanas y yo.

El eco de la risa se extendió por el salón, contagiando incluso a mi padre y a mis hermanos mayores, quienes rieron a carcajadas. Sin embargo, los dos hermanos más pequeños observaban la escena con confusión, sin comprender del todo el humor adulto que resonaba en la habitación.

La atmósfera distendida, creada por la espontaneidad de mi madre, mitigó la tensión que había acompañado las conversaciones anteriores.

El cambio repentino en el ambiente centró nuestras miradas en el mayordomo, cuya presencia pasó desapercibida hasta ese momento. Con una voz serena, anunció: "Mis señores, la comida será servida en breve momento."

Las risas persistieron en el aire mientras nos levantábamos, y el mayordomo, imperturbable en su papel, guió el camino hacia el comedor.

Con una voz tranquila, mi padre expresó su agradecimiento al mayordomo por su buen trabajo. "Gracias por tu dedicación," dijo con serenidad, reconociendo la importancia de la labor del personal de la mansión.

El mayordomo, con una inclinación respetuosa, respondió con un simple "De nada, mi señor," antes de retirarse con la misma elegancia con la que había aparecido.

Una vez en el comedor, cada uno se sentó en su respectivo asiento. La mesa estaba adornada con una abundancia de alimentos.

Una variedad de carnes y mariscos, acompañados por una selección de frutas frescas y postres tentadores, se extendían ante nosotros. El festín ante nuestros ojos prometía satisfacer un gran apetito.

Mientras la comida avanzaba y mis hermanos se servían con entusiasmo para saciar sus grandes apetitos, mi propia participación en la cena se vio reducida. Solo comí poquito, mi apetito menguado por la sombra de los acontecimientos recientes que habían marcado la velada.

En el silencio relativo del comedor, la paz se instaló como una capa reconfortante sobre la mesa. Aunque la charla animada persistía entre mis hermanos y el murmullo de los sirvientes, el silencio personal reflejaba la introspección que se había apoderado de mi mente.

Decidí retirarme a mi habitación, despidiéndome de mis hermanos y de mis padres en un gesto que llevaba consigo la necesidad de un espacio propio. Mientras me alejaba de la mesa, noté que mis hermanas, aparentemente compartiendo mi sentir, también se levantaron y se unieron a las despedidas.

En el pasillo, mis hermanas caminaban a mi lado, Isabelle en el lado derecho y Serene a mi izquierda. De repente, Isabelle soltó un suspiro y, con una voz impaciente, propuso: "Tendremos una pijamada y no hay nada que discutir, no hay objeciones de su parte."

Ante la propuesta de Isabelle, las miradas se cruzaron entre nosotras, y con un asentimiento compartido, aceptamos la invitación a la pijamada.

Isabelle entró primero en su habitación, y mientras Serene y yo continuábamos hacia nuestras propias habitaciones, la atmósfera se cargaba de la expectación de lo que la noche podría deparar.

En la puerta, mis sirvientas esperaban pacientemente mi llegada. Una vez que Serene ingresó a su habitación, yo hice lo mismo, cerrando la puerta tras de mí.

Agatha, con un rostro sutilmente tranquilo, me guió hacia un asiento designado, donde las demás sirvientas comenzaron a despojarme de los accesorios y la ropa del día. En ese momento, la habitación se llenó con la meticulosidad y la eficiencia que caracterizaban su labor diaria.

Cada movimiento de las chicas resonaba con una familiaridad que se había arraigado a lo largo de los años.

Una vez desnuda y sin ningún accesorio, las sirvientas me guiaron hacia el baño. Con sumo cuidado, me ingresaron a la tina, donde el agua tibia aguardaba. El baño, con sus fragancias suaves y la luz tenue, creaba un ambiente sereno que contrastaba con las tensiones que habían marcado la jornada.

El agua envolvía mi piel, y las preocupaciones del día parecían diluirse en la calidez reconfortante de la tina.

Con sumo cuidado, las sirvientas lavaron mi cuerpo y mi cabello, brindando un cuidado meticuloso.

Una vez terminado el baño, me envolvieron en suaves toallas que abrazaban la piel recién limpiada. La sensación reconfortante de la tela y la fragancia de los productos utilizados añadieron una capa adicional de serenidad al momento.

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celestina kramer
que paso con la novela autora a mí me gustó
Digi
la historia no es mala pero va demasiado leeeennntaaa
Patricia Melendez Franco
No entiendo que paso
celina moreno
ay no que aburrimiento
Mely
Ooh...
Mely
Wao, que descripción!
Sandra Aguilera umaña
buena descripción de los elementos wow 😃
Graciela Garcia
demasiadas palabras me sacan el idilio de lee
G. Pan
Siga adelante la historia me gusta.👍👍👍
G. Pan
Escribes muy bonito.🤗
Elizabeth Enriquez
Lo repites tanto que lo haces tedioso no lo hagas tan largo
Jehiel Ortiz Cruz
gran, gran , gran error de continuidad y congruencia aurora, si regreso en el tiempo es ilógico que no ubique a sus sirvientas , si no son cerillitos del super que hoy te atiende uno y mañana el otro , son personas que llegan a ese nivel de servicio es por su competencia y por la cantidad de años que tiene en servicio , cuánto más la sirvienta que la despierta , regreso en el tiempo, en su mismo cuerpo y entorno , no reencarno en otro personaje , creo que se te está cruzando la historia.
Liz Aurora Rodrigues Urquia
de verdad que no se entiende casi nada . estas rara amiga o amigo . mejor rescribelo y te saldrá mejor
Jehiel Ortiz Cruz
excelente narrativa ,un tanto repetitiva ,pero está bien , aunque también te sugeriría , que fueras un poco más contundente, hay cosas que quedan demasiado , demasiado al aire, entiendo que debe de haber suspenso , pero una cosa es suspenso y otra cosa misterio extremo. Más sin embargo, me encanta /Drool/
Doris Meza
das muchas vueltas en el mismo tema
G. Pan: A mí me gusta.👍👍👍
JeyJey: Trataré de mejorar gracias por el comentario 🙇🏽‍♀️
total 2 replies
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