Santino es un hombre rico, que casi echa a la basura su matrimonio con el regreso de la tóxica ex novia ¿Podrá Santino salvar su matrimonio?
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Unas noticias
Belice trabaja en su taller en los nuevos diseños de moldes para galletas, pero hoy se ha desmayado al ensayar sus nuevos moldes para galletas. El jefe panadero llamó al guardaespaldas para que tenga conocimiento del suceso y luego llamó a emergencias. Kurt dio la noticia del desmayo a los señores Delgado y ellos por su parte piden ser actualizados. Los paramédicos llegaron y se llevan a Belice.
En la entrada del hospital, Kurt y Jason se cruzan, éste último logra ver el mal estado en que se ve a Belice, está pálida, sudada, sin fuerzas, él se entristeció, pero al ver como Paola lo regaña para ver cómo es atendida la señora Casiraghi, el rostro de Jason se vuelve hostil. Lo que acaba de ver será su secreto, eso es una meta que se propone, para evitar que su exjefa sufra más.
Los padres de Belice llegan tan rápido como sea posible. Kurt les indica en dónde está siendo evaluada y esperan en la sala hasta que el doctor de las noticias.
Tras varios minutos de espera, sale el doctor pidiendo por los familiares de la paciente Delgado. La señora Débora, mamá de Belice, le cierra el paso y pide por su hija.
- Buenas tardes, doctor ¿Usted está atendiendo a mi hija? Ella se llama Belice Delgado. – Está muy nerviosa.
- Cálmese, señora. La paciente Belice está estable, le hicimos un análisis de sangre para un diagnóstico exacto.
- ¿Puedo verla?
- Sí, pero nada de emociones fuertes. Pues, hay riesgo de que se desmaye de nuevo.
- Sólo es para dar ánimo a mi hija.
Honorato está sentado y observa a su esposa, luego se pone de pie cuando su esposa le indica que puede entrar para ver su princesa.
- ¡Hija! ¿Cómo te sientes mi niña?
- Estoy mejor mamá.
- ¿Qué fue lo que sentiste antes de desmayarte? - papa está inquieto.
- Me dolía la cabeza, papá.
- Dejarás el trabajo hasta que estés mejor.
- Pero ya me pasó el dolor de cabeza, no hay que exagerar las cosas papá.
- No sabes el susto que tuvimos mi niña. Para cualquier cosa, estamos contigo. - mamá mira con tiernos ojos a su hija.
- Pase lo que pase, siempre estaremos juntos como familia. – Honorato toma la mano de su hija.
Belice sonríe, el apoyo de sus padres siempre fue incondicional. Cuando el laboratorio emitió el resultado de todos los análisis, el doctor leyó los resultados en frente de toda la familia.
- Bueno, solo es cuestión de cuidarse y estar monitoreada con un especialista.
- ¿Un especialista? – Belice está asustada.
- Tranquila, déjeme darle su abrazo, y darle mis felicitaciones. Ser mamá es un mundo nuevo.
- ¿Mi hija está embarazada? – Honorato está severo.
- Un nieto, viejo, un nieto se nos viene. – Débora está más que feliz - ¡Ay, mi hija! Serás la mamá más linda del mundo.
- ¡Es un Casiraghi! – lo dijo con desprecio el futuro abuelo.
- ¿Y eso que? Lo vamos a educar bien.
- La sangre no es agua, mujer. Que los Casiraghi no lo sepan, pueden buscar problemas y mi hija tiene que gestar tranquila.
- Santino no lo sabrá nunca. Tranquilo papá.
- Voy a dar indicaciones a Kurt, ahora son dos que cuidar.
- Nunca vas a cambiar papá.
- Eres vulnerable, tienes que ir bien protegida.
- Descansa bien mi hija, para el bien tuyo y del niño.
- El ginecólogo vendrá mañana – habla el doctor – él es quien te dará las recomendaciones apropiadas.
- ¿La hora exacta? ¿Es posible saberla? – Débora está más atenta que Belice.
- Según él, vendrá a visitarla a las nueve y media.
- Voy y vengo para que te arregles.
Belice se ríe de las ocurrencias de su mamá. Una vez sola, Belice escribe un mensaje a Raúl.
- “Mi querido amigo hermano, espero no estropear tu día de trabajo. Te escribo sólo para decirte que estoy en el hospital porque me desmayé. Ahora han salido los resultados y dice que en nueve meses serás tío”.
Raúl estaba camino al tribunal cuando recibió el mensaje, al leerlo perdió la cabeza.
- Seré tío. - Se lo dijo al taxista – Seré tío. – está con la felicidad por encima de la cabeza.
- ¡Felicitaciones! Será el mejor tío. - Comentó el taxista.
- Después de la citación tendré que hacer regalos.
- ¿Niño o niña?
- ¡Ah! Eso sí no sé. Recién se entera.
El taxista se puso a reír. Después de todo es una buena noticia, había que sonreír.
Raúl salió del tribunal y fue a un negocio para hacer un regalo para su sobrino o sobrina, lo que fuese, pero quería hacer un regalo.
El juicio acabó y compra su boleto de regreso, él se fue con una maleta y retorna con tres. Pues compró libros de repostería europea y algunos implementos que se usan en Alemania y en toda Europa y muchos regalos más.
Mientras espera la hora de irse al aeropuerto, le escribe a Belice.
- “Mi querida amiga hermana. Hoy estuve feliz todo el día, la noticia que voy a hacer tío me llenó de buenas vibras. Estoy muy pronto a tomar el vuelo de regreso.”
Belice no esperó para responder
- “Le diré a mis padres para que te recojan y te den la bienvenida. Me da gusto saber que la noticia que haga el día feliz.”
Raúl no responde al mensaje, está preparando su equipaje de mano con todos los papeles, para luego prepararse él para el vuelo. Par abordar su vuelo debe salir de Berlín y viajar a Frankfurt, en avión es una hora, en tren son cuatro. Raúl no consiguió vuelo, por lo que tendrá que viajar en tren. El aeropuerto de Frankfurt es el más grande de los 16 aeropuertos internacionales de Alemania y éste es el más transitado por contar con 239 destinos y con 100 aperadores aéreos. Raúl tiene vuelo directo con Lufthansa, una de las mejores aerolíneas que siempre se mantiene en ranking de las top 20 en el mundo.
Honorato, apenas supo del viaje de Raúl, lo llamó.
- ¡Aló!
- Hola, muchacho. Soy tu tío Honorato.
- ¿Qué hubo tío? – estaba feliz de sentir la voz del tío.
- Belice me ha contado que pronto regresas.
- Sí tío, ya se terminó el juicio por allá.
- ¿Todo bien?
- Si, tío. Fue difícil, pero lo logré.
- ¿A qué hora vienes? Tu tía y yo te queremos recibir.
- Te mandaré la foto del boleto.
- Bien ¿Qué te gustaría comer al llegar a casa?
- Lo que hay. Vendré con hambre, por lo tanto, que la mesa esté llena.
- En eso no has cambiado. Siempre has tenido el buen diente.
- Tío, tengo regalos para todos, incluso, hasta para el más chiquito.
- Gracias. Te hemos extrañado tanto.
- Pronto estaré en casa. Antes de que me olvide, quiero muchos dulces.
- Así será.
Se colgó la llamada, Raúl ya está en camino a la estación del tren, pronto será camino a Frankfurt.
Raúl Domínguez cuando regresa de un largo viaje