Hana y JungSun se casaron para mantener la economía de las empresas familiares a flote.
Él la odia. Ella lo ama.
¿Qué pasará cuando después de dos años de matrimonio JungSun se de cuenta de lo que está perdiendo?
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Capítulo 10.
JungSun quería un ambiente sin tensiones, pero fue lo contrario a eso. Tal vez se debía a que casi nunca estaba cuando sus padres iban a la casa o cuando los de Hana iban, pero ahora que estaba podía ver el sufrimiento en persona de Hana, se estaba compadeciendo en serio; tal vez su madre habría armado mucho drama, pero si se juntaba con la de ella era mucho peor, su padre permanecía callado, no prestaba atención a las cosas o no le importaba pero el de Hana, el de ella sólo la veía con desprecio.
No quería dar más batalla, así que se quedó sentado, sobre todo porque cuando Hana vio sus intenciones de ayudarla, ella negó levemente. Al finalizar el día, ella tenía muchos platos que lavar y mucho que limpiar, además de servir de mesera, no comer y callar ante las malas miradas y palabras hirientes, la había hecho tropezar dos veces, tirando así cosas que llevaba en las manos y provocando un gran desorden, además de que rompió un plato.
Él despidió a las parejas y después suspiró al sentirse sin menos presión, vió a su hijo buscar con la mirada a Hana y estar a punto de llorar. Se acercó a él y lo calmó para después ir a ayudar a Hana. Ella estaba de rodillas, recogiendo los pedazos grandes del plato roto.
-¿En que necesitas que te ayude? -le dijo, mientras se agachaba y terminaba de recoger todo.
A JungSun le molestaba ver a Hana llorar, pero esta vez era diferente, por mucho que ella estuviera dispuesta a mantener las lágrimas adentro, no podía detenerlo.
-Entretén a Minki, yo terminaré todo esto, mi bebé debe de estar desesperado por ver sus caricaturas -sonrió con melancolía- gracias por ayudarme aunque sea un poco.
Hizo lo que lla le pedía porque creía que necesitaba un tiempo a solas, así que estuvo con su hijo hasta que fue hora de llevarlo a su cuarto; esperó despierto por un buen rato, esperando a Hana, se hizo el dormido cuando esta entró al cuarto, fue al baño, lavó su cara y sus dientes, se puso una pijama y se encerró en el cuarto de baño por unos treinta minutos, todo esto, mientras escuchaba su llanto. Cuando ella terminó, se fue a la cama y se durmió.
Al día siguiente, Hana fue a sus clases de cocina, esta vez, estando presente Hyun-woo, quien no hizo más que dar elogios a la comida de Hana y cuidando del pequeño Minki, quien reía con él como si se la pasara haciéndole cosquillas.
Con ese día, Hana olvidó todas sus penas del día anterior.
Así que al regresar a casa, preparó la cena, tenía una radiante sonrisa y esperaba lo mejor de ese día, tenía la esperanza de que a JungSun le gustara su comida y le diera aunque sea un elogio.
Cuando éste llegó, le sirvió la cena y comió con él, así como le daba su última comida al bebé.
-¿Compraste la comida? -preguntó JungSun de repente, quien se había quedado callado por un buen rato.
-N-no, yo la hice ¿no te gusta? -preguntó con nerviosismo.
-Sí, sabe muy bien -con esas palabras, le dio una media sonrisa y siguió comiendo mientras que por su cabeza, pasaba lo que haría cuando se fueran a la habitación.
Al terminar, él recogió los platos y se dispuso a lavarlos, le dijo a Hana que llevara a el bebé a su cuarto y lo ayudará a dormir, él se encargaría de lo demás. Para Hana había sido algo raro, pero le agradeció e hizo lo que le dijo.
Cuando todo estaba en silencio, los platos lavados y Hana en su habitación con la pijama puesta, le mandó un último mensaje a Hyun-woo, justo en ese momento, entró JungSun y cerró la puerta.
-Tu teléfono -le exigió a ella, quien se lo entregó y vio como sacaba el propio para después dejarlo en la mesa de noche- sin interrupciones -dijo, para después abalanzarse contra Hana y poder por fin completar lo que no podían.
Todo pasó tan rápido y con tanto desespero, y mientras ambos se encontraban desnudos, uno encima del otro, con sus cuerpos exigiendo lo que tanto estaban esperando, salieron esas palabras.
-Es sólo sexo, Hana, no te confundas.
Después de eso, en la habitación sólo hubo el sonido de los gemidos y suspiros, el de pieles chocando y el desespero de cada quien por llegar al tan anhelado orgasmo.
JungSun se sentía libre, por fin había cumplido lo que deseaba y creía que eso era todo, mientras Hana tenía un sentimiento distinto, uno de cariño que no era correspondido.
Las cosas iban a cambiar a partir de ese mismo instante, los sentimientos de Hana iban en incremento al ver las atenciones de JungSun hacia ella y luego, eso. Pero en JungSun era diferente, él se sentía satisfecho por lograr su cometido.
Pero el sexo siempre hay más, nunca es sólo sexo.