Mi nombre es Fernanda, vivo en una época donde las mujeres vivimos esclavas de las normas morales, de los valores, ética y las disque buenas costumbres de la sociedad.
Hoy estoy en el fango, cometí el peor error de mi vida, creer en las promesas de amor de un falso hombre y aquí estoy embarazada, siendo la peor mujer para la sociedad, la gente me mira mal, me hace un lado y todos me dieron la espalda por qué soy una mujer indecente.
Pero la vida me tenía que abrir los ojos a golpes, entender que no todos son buenos y no todos son malos, como la mujer que se convirtió en mi suegra, ahora no se ¿debo odiarla o quererla?
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CAPÍTULO 09
Mi hermano esta vez sí se había pasado, pero logre reaccionar rápido y me quite a tiempo; el vaso termino golpeando la pared, se hizo pedazos que terminaron en el suelo, lo malo que uno de los vidrios reboto y me corto el brazo izquierdo abajo del codo.
No me esperaba salir lastimada, mi padre se dio cuenta y rápido se puso de pie me llevo al lavadero para lavar mi herida, después me curo con alcohol y me puso un parche.
Como mi madre me saco no me di cuenta de que mi padre había golpeado a mi hermano Ulises, se había quitado el cinto y le dio algunos golpes, cuando regresamos al comedor me toco ver el último golpe.
Mis hermanos solo se hicieron un lado y se quedaron viendo, al igual que mis sobrinos, nadie se quiso meter porque mi padre estaba realmente enojado; mi padre les dijo a todos que en su casa solo mandaba él, que nadie podía venir a poner sus reglas y que todos nosotros solo podíamos escuchar y obedecerlo, aunque no nos gustara sus decisiones.
Después de sus palabras corrió a todos, los mando a su casa y antes de que se fuera a su habitación me dijo. – no deshagas tu maleta, que pronto te vas a ir con tu futuro esposo.
Por un momento pensé que todo eso lo hacía por defenderme, porque aún me miraba como su niña pequeña, pero al escuchar lo que me dijo, creo que todo lo hizo porque no le gustaba que nadie se pusiera por encima de él, al final solo defendía su orgullo, su autoridad y eso lo dejo claro esa noche.
Como sea ya no puedo preocuparme por estas cosas, si mi padre no me piensa perdonar no hay nada que hacer, solo tengo que seguir con mi vida, casarme y dedicarme a mi esposo, a mi hijo.
Mi madre era una mujer noble, la mire recogiendo la mesa y por primera vez en vida le ayude; recogimos todo lo de la mesa, la limpie mientras ella lavaba los trastes que estaban sucios.
Entre las dos recogimos la cocina, dejamos todo limpio y cuando terminamos nos sentamos a platicar; creo que mi madre era la única feliz de tenerme en casa, me trataba como siempre, como si siguiera siendo su niña pequeña.
Mi madre tomo mis manos y me empezó a decir. – Hija dentro de poco te vas a casar y tu vida va a cambiar, hoy tengo que decirte que ya no podrás seguir como si estuvieras aquí en casa.
Vas a tener responsabilidades, recuerda siempre ayudar a tu suegra con los quehaceres de la casa, tienes que hacerle caso en todo lo que te pida, aunque estes cansada tienes que levantarte y hacer lo que se te ordene.
Se que va a ser pesado para ti mi pequeña niña, pero es el camino que tu decidiste seguir; un error como el que tu cometiste marca a una mujer por el resto de la vida, por suerte tú te vas a casar con un buen hombre, que te acepta a pesar de que vas a tener el hijo de otro hombre, tienes que ser agradecida, trata bien a su madre para que él siempre cuide de ti, se obediente, no busques problemas, ni te compliques la vida.
Pronto vas a entender todo lo que te estoy diciendo, solo espero que escuches mis consejos para no tener que verte sufrir, realmente no quiero verte triste, ni llorando; mi niña, en el futuro si necesitas hablar puedes venir a verme, siempre voy a estar para ti y recuerda que te amo.
Tu padre tambien te ama, aunque en este momento se sienta desilusionado y que parezca que te desprecia, créeme cuando te digo que está sufriendo, su más grande orgullo, su tesoro que eres tú le fallo al quedar embarazada.
Su orgullo de hombres fue golpeado y para un hombre esto es algo tan importante que al final tienen esta reacción tan negativa; te pido que no lo odies, dale tiempo para que encuentre su paz, ya verás que en el futuro él volverá a ser el mismo.
Mi madre realmente es buena y me quiere mucho, aunque mi padre es otra cosa, realmente no estoy segura de lo que me dice, pero no voy a debatir con mamá, al final solo le dije que estaba bien, que haría caso en lo que me dijo.
Estuvimos platicando hasta que se hicieron las 11 pm, nos fuimos a dormir, al día siguiente me desperté a las 5 am, me metí a bañar y al salir me puse un vestido de color rosa floreado, de manga corta, la parte de arriba era pegado al cuerpo con cuello redondo y holán.
La falda era floja, tenía plisados grandes, su largo llegaba debajo de sus rodillas, sus zapatos de suelo, con unos calcetines con holán, eran cortos; su cabello que era lacio y su largo legaba hasta la cintura, lo dejo suelto, solo se puso una diadema de color blanco.
Estuve lista antes de las 6 am, ya solo tenía que esperar a que Jorge llegara; mi padre que entraba a las 7 am, a trabajar ya estaba despierto, tomándose un café para ir a trabajar, mientras que mi madre estaba haciendo el lonche para que mi padre se la llevara para el desayuno, este día le tocaba salir del pueblo con su cuadrilla para revisa una parte de las vías.
Mi padre al verme me dijo. – Tomate un vaso de leche antes de irte, no es bueno que te vayas con el estómago vacío, piensa en tu bebé.
Lo acepto fue lindo que mi padre se preocupara por mí y sin decir nada solo hice lo que me dijo; me senté a tomar el vaso de leche y tome un pan que mi padre me ofreció, fue un momento agradable, aunque solo estuvimos en silencio.
A las 6 am llego Jorge, era un hombre puntual y eso me agrado, al escuchar que tocaron la puerta me levante rápido para abrirle, mi padre se levantó se fue detrás de mí para recibirlo.
Jorge realmente era un hombre atractivo y vestido con ese pantalón de mezclilla, con esa playera de rayas de manga larga de color azul cielo se miraba bastante bien; por instinto al ver el guapo hombre que tenía enfrente sonreí, aunque él no me respondió, más bien hizo una mueca de disgusto y me dijo. – ¿Qué te paso en el brazo?
No me esperaba que él se fijara en mi herida, voltee a ver a mi padre no sabía que contestarle, realmente no sabía si era bueno decirle lo que paso y mucho menos quería molestar a mi padre, esperaba que él diera una respuesta.
Negocio de la costura y el bordado hacer vestidos para damas con bordados únicos eso a la larga da dinero quien sabe hasta modista llegas ser . Todo es posible