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Bajo El Mismo Veredicto

Bajo El Mismo Veredicto

Status: Terminada
Genre:Romance / CEO / Arrogante / Ligador / Completas
Popularitas:7.7k
Nilai: 5
nombre de autor: Deiver Gutierrez

Aurora West ha dedicado su vida a construir un futuro brillante en el mundo del derecho. Cuando consigue una codiciada oportunidad de prácticas en el bufete más prestigioso de la ciudad, cree que está un paso más cerca de alcanzar sus sueños. Sin embargo, lo que no esperaba era que su jefe, Rafael Novoa, fuera un hombre tan implacable como fascinante.

Frío, reservado y con una reputación impecable, Novoa es un abogado brillante, pero detrás de su carácter severo esconde un conflicto interno que no está dispuesto a admitir: una atracción innegable hacia Aurora. Aunque intenta resistirse, su presencia desafía cada una de sus reglas, cada uno de sus principios.

Entre juicios, miradas furtivas y una tensión imposible de ignorar, Aurora deberá descubrir si es capaz de derribar las barreras de Rafael y demostrarle que algunas batallas no se ganan con argumentos, sino con el corazón.

¿Podrá él aceptar lo que siente o dictará su propio veredicto antes de permitirse amar?

NovelToon tiene autorización de Deiver Gutierrez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 9

POV Aurora

Las cosas han cambiado un poco desde el día en que acompañé a Rafael a la gala, después de que casi nos besáramos en ese lugar las cosas han sido un poco diferentes entre nosotros, y no en el buen sentido lamentablemente. Siento que ahora es un poco más serio y frío conmigo, volvió a llamarme "Señorita West", ya no más "Aurora"; de igual forma yo volví a llamarlo solo "Señor Novoa", me duró muy poco el gusto de llamarlo por su nombre.

La situación realmente me ponía algo triste a decir verdad, hace exactamente una semana que había sido aquel evento, el viernes pasado, y desde que inició la semana Rafael había tenido ese trato conmigo, no era grosero ni mucho menos, pero extrañaba la conexión que sentí que comenzábamos a tener.

Mi día en la empresa iba relativamente bien y tranquilo, esta semana la pasé más que nada en mi oficina o en la de Sebastian, casi en ningún momento me quedaba a solas con Rafael, y cuando llegaba a hacerlo, era demasiado incómodo. No era tonta, notaba que él me estaba evitando desde que inició la semana, me dolía pero tenía que aceptarlo.

En este momento me encontraba terminando un papeleo en mi oficina, ya casi era mi hora de salida, pero planeaba quedarme un poco más, no tenía muchas ganas de volver a casa a estar sola así que decidí quedarme a trabajar aquí. Antes de continuar con lo que hacía, me levanté de mi asiento con el objetivo de ir por una taza de café, tenía la intención de preguntarle a Sebastian si quería uno pero ya se había ido, caminé hasta la oficina de Rafael para preguntarle lo mismo, toqué la puerta con un poco de timidez.

-Adelante- Me dio el paso, abrí la puerta lo suficiente solo para asomar medio cuerpo, no entré por completo.

-Disculpe señor Novoa, quería preguntarle si gusta que le traiga un café- Dije captando su atención de inmediato, tardó un par de segundos en responder.

-No, gracias- Contestó de forma fría devolviendo su mirada a los documentos que mantenía en sus manos, yo solo lo miré, él sabía que lo estaba observando fijamente, y también sabía que lo que estaba pasando entre nosotros no tenía sentido.

Negué con la cabeza, más no dije absolutamente nada, solo cerré la puerta y me fui de ahí. Intentando no prestarle mucha atención a lo que pasó, caminé hasta la cafetera para hacerme una taza de café muy cargado, la encendí y me recargué en la mesa cruzando mis brazos y cerrando mis ojos.

-Hola Aurora- Escuché que me hablaban haciéndome abrir los ojos de inmediato.

Era David, le sonreí levemente al mirarlo.

-Hola Dave, ¿Cómo estás?- Le pregunté amablemente, David se recargó a mi lado.

-Todo perfecto, ¿Qué tal tú? No te había visto en todo el día- Dijo acercándose un poco.

-Ha sido un día algo pesado, tengo bastantes cosas que hacer, me la he pasado casi todo el día encerrada en mi oficina- Comenté tomando la cafetera y sirviendo el café en la taza, la tomé y le di un sorbo, limpié mi boca con una servilleta sin mucho cuidado volviendo a la posición en la que estaba.

-Pobrecita, ¿Stan y Novoa te explotan mucho, princesa?- Preguntó en tono juguetón, su comentario me hizo reír un poco.

-No, de hecho son muy buenos conmigo, no me molesta tener cosas que hacer, a eso vine a este lugar, a aprender- Traté de ser lo más honesta con él.

Conversamos un poco en el mismo lugar, yo tomaba mi taza de café y tenía una amena conversación, era algo lindo poder despejar mi mente aunque sea un momento, mi mente que ha sido un completo lío últimamente.

-Oye, ahora que recuerdo, nunca me respondiste a la pregunta respecto a si querías salir conmigo...- Me recordó con una pequeña sonrisa.

Rayos... Aun se acuerda.

-Dave, respecto a eso... No quiero sonar grosera, pero me gustaría continuar siendo amigos, honestamente en este momento estoy interesada en alguien más...- Intenté ser honesta pero gentíl respecto a lo que decía.

-Oh... No te preocupes linda, lo entiendo. Me conformo con que seamos amigos, aunque aún podemos salir, en plan amistoso obviamente- Ofreció amablemente con una pequeña sonrisa.

-Claro, me encantaría- Le dije feliz, me alegraba que lo entendiera y lo tomara de buena forma.

-¡Genial! Aunque voy a seguir coqueteándote, es parte de mi personalidad... Claro si no tienes problema- Añadió volviendo a su característica personalidad haciéndome reír.

-Descuida, no me molesta- Respondí aun riendo –Me alegra que lo tomes de buena manera Dave, me agrada tu amistad- Admití dejando la taza detrás de mí rápidamente para devolver mi mirada a él.

-A mí igual, admito que me hubiera gustado conocerte en otro plan, pero entiendo y acepto tus decisiones, no te preocupes...- Comentó acariciando mi mejilla con suavidad y pasando un mechón de mi cabello detrás de mí oreja.

Lo miré unos cuantos segundos hasta que escuché que la puerta de la oficina de Rafael se abría violentamente, voltee en aquella dirección percatándome que él se acercaba hasta donde estábamos a paso rápido y con una cara de muy pocos amigos. David soltó mi rostro pero no se alejó de mí.

-Allen, ¡Vuelve a trabajar!- Ordenó en voz alta con la mandíbula tensa.

¡¿Y ahora que mierda le pasa?!

David me miró, lo miró a él, y se fue de ahí volviendo a su área de trabajo dejándome sola con Rafael. Lo miré con confusión, él me miraba muy profundamente en silencio, era una batalla de miradas que ninguno de los dos estaba dispuesto a perder.

-Te quiero en mi oficina, ahora...- Me dijo con la voz ronca y seria, dicho esto volvió a su oficina cerrando la puerta.

Ay no...

Admito que me ponía nerviosa esto, ¿Qué hice mal? ¿Por qué estaba tan molesto? Me tomé un par de segundos para respirar y tranquilizarme, caminé con pasos lentos hacia la oficina del hombre que me está robando la cordura. Sin tocar la puerta, la abrí y me asomé sin entrar del todo, lo vi recargado frente a su escritorio con los brazos cruzados manteniendo su mirada fija en mí.

¡Dios! ¿En qué me metí?...

POV Rafael

Toda esta semana había sido una completa tortura para mí, después de casi arruinar todo y casi besar a Aurora en la gala, tuve que ponerme un alto a mí mismo, por el bien de ambos. Desde que inició la semana traté de poner distancia entre nosotros, comencé a tratarla como al principio, solo con profesionalismo, pero me era tan jodidamente complicado. Verla todos los días, tan preciosa como siempre, con su personalidad tan perfecta y adorable, era tan difícil todo esto, por lo que decidí evitarla lo más que pudiese.

Ella obviamente lo notó, no es nada tonta, así que comenzó a tratarme de la misma forma que yo a ella, pero Aurora le sumó a ello indiferencia, lo cual me hacía sentir miserable, la necesitaba, necesitaba volver a lo de antes, pero no podía, no puedo dejar que esto avance más de lo que ya ha avanzado, no debió llegar a este punto en primer lugar.

En este momento me encontraba en mi oficina distrayendo mi mente obligándome a no ir corriendo con ella y decirle que me perdonara por ser un completo imbécil y tratarla con indiferencia toda esta semana. Tenía la mente hecha un lío, todos estos días me había quedado hasta tarde en la empresa solo queriendo mantener mi mente ocupada, teniendo en cuenta que tampoco puedo optar por distraerme teniendo sexo con alguna chica, ya que mi cuerpo no reaccionaba si no era Aurora la mujer con la que estaba.

Estaba inmerso en mis pensamientos revisando unos documentos de un caso cuando escucho que llaman a mi puerta, di el paso a quien sea que estuviese fuera sin despegar mi vista de los papeles, escuché que la puerta se abrió, yo seguía sin prestar atención hasta que aquella persona habló.

¿Qué hace aun aquí? Debería estar en su casa descansando ya a esta hora, aun así, disfrutaba verla aunque sea bajo estas condiciones, se veía preciosa como cada día.

-Disculpe señor Novoa, quería preguntarle si gusta que le traiga un café- Mi pequeña tentación me ofreció con amabilidad, odiaba que hubiese vuelto a llamarme "Señor Novoa" de nuevo.

¿Por qué tienes que ser así, cariño? ¿Por qué tienes que ser tan buena y hacer todo tan complicado? Tardé un par de segundos en responder, seguía teniendo una discusión mental conmigo mismo, estaba al borde de la locura por ella.

-No, gracias- Respondí finalmente tratando de aparentar frialdad, devolví mi mirada a los documentos fingiendo desinterés pero aun podía sentir la fija mirada de Aurora sobre mí, no dijo nada y cerró la puerta.

Cerré la carpeta de golpe y la aventé lejos sintiéndome muy frustrado, puse mis manos sobre mi rostro queriendo gritar de coraje y frustración, ¡¿Por qué mierda tenía que ser tan obstinado?! ¿Por qué no podía ir detrás de ella y dejar que mis sentimientos hablasen en vez de mi cabeza?

Me mantenía pasando mis manos por mi rostro y cabello pensando en lo que pasaba, Sebastian obviamente notaba que algo estaba pasando, no le fue difícil notar que mi comportamiento era diferente con ella, y por supuesto notó la manera en que nos comportamos en la gala. Me encontraba inmerso pensando en aquella situación cuando escuché la risa de Aurora afuera de la oficina, presté atención y noté que estaba hablando con alguien.

Sin poder evitarlo y sin importarme parecer un maldito acosador enfermo abrí el programa de las cámaras de seguridad para poder ver que estaba haciendo, lamentablemente el audio no estaba funcionando pero pude verla recargada en la mesa de la cafetera hablando muy alegremente con Allen, maldito hijo de perra.

Tensé mi mandíbula al ver la cercanía con la que hablaban, era obvio que a David le gustaba Aurora, se podía ver a kilómetros, y nunca perdía el momento para coquetear con ella y acercarse. Los vi hablar durante algunos minutos, ella reía y le sonreía a ese idiota, estaba a nada de salir y alejarlo de ella de una vez por todas pero estaba tratando con todas mis fuerzas de controlarme y no hacer un escándalo.

Miraba con atención la pantalla sintiendo como echaba humo de mis oídos, en un momento él se acercó un poco más a ella, más le valía al maldito imbécil que no se atreviera a besarla o se metería en MUY graves problemas, me levanté de mi silla estando alerta de cada movimiento que hacia Allen. De un segundo a otro vi que comenzó a acariciar su mejilla y su cabello, en ese momento no pude más y caminé hecho una furia fuera de mi oficina, azoté la puerta y me acerqué hasta donde estaban ambos.

Mandé a David a volver a su trabajo inmediatamente y ordené a Aurora ir a mi oficina en ese mismo instante, íbamos a tener una muy seria conversación. Volví a mi oficina aun sintiendo molestia, traté de respirar y controlarme antes de que ella entrara, me recargué en el escritorio y crucé mis brazos mirando directamente a la puerta sintiendo mi mandíbula tensa. A los minutos, ella tocó...

-¿Necesita algo, señor?- Preguntó simplemente en voz baja sin entrar del todo.

-Entra y cierra la puerta- Ordené con voz ronca, ella obedeció y se acercó unos pasos a mí aun manteniendo una distancia considerable.

-¿Qué hay entre tú y David?- Pregunté directamente, ella mostró algo de confusión en su rostro.

-¿Cómo que qué hay entre nosotros? Solo es un amigo, ¿O qué se supone que debe de haber?- Devolvió la pregunta a la defensiva.

-No lo sé, dímelo tú...- Respondí aun serio, ella me miraba de la misma forma, no podía dejar de verla, aunque estuviese jodidamente celoso, también moría de deseo por ella, esta pasión que siento era algo que nunca desaparecía.

Teníamos una guerra de miradas, ninguno de los dos decía nada, en un momento ella pareció desviar su mirada hacia un costado mío mirando directamente a mi escritorio, donde estaba mi computadora... ¡Con la maldita imagen de la cámara de seguridad en ella!

¡MIERDA! ¡¿Qué carajos va a pensar de mí?! ¿Qué soy un loco acosador obsesivo? Es decir, no la culpo, pero no quiero que me odie ni me tenga miedo.

-¿Me espiabas?- Preguntó tranquilamente en voz baja devolviendo la mirada a mi rostro, yo sentí que me puse nervioso al instante, ¿Cómo le negaba lo innegable?

-N... No- Respondí titubeante.

Bien hecho idiota, ¡Miéntele en la cara!

-Claro que lo hacías...- Susurró acercándose a mí, reaccionó de una forma que no me imaginé, ella no estaba molesta por lo que hice...

Continuó acercándose hasta que estuvimos a pocos centímetros, podía ver a detalle su rostro, miré sus ojos con atención, después baje mi mirada a sus labios, anhelaba poder besarla. Al prestar atención pude ver que su labial estaba corrido, ¡Mierda! ¡¿Eso quiere decir qué...?!

-¡¿TE BESÓ?!- Le pregunté sintiendo como mi furia subía de golpe, ese hijo de perra estaba muerto, ella frunció el ceño con confusión al instante.

-¿Qué?- Preguntó sin entender.

-¡¿Allen te besó?!- Volví a preguntar con voz ronca arrastrando las palabras, Aurora mantuvo la misma expresión en su rostro.

-¡¿Qué?! No, claro que no, ¿Por qué piensas eso?- Devolvió la pregunta algo ofendida.

-Tu labial está corrido- Le dije aun mirando sus labios con el rostro serio, ella al escuchar lo que dije rodó los ojos cruzando los brazos y viéndome fijamente con una mirada juzgadora.

Al momento mi mirada se suavizó y me sentí como un cachorro regañado, flaquee un poco pero volví a recobrar la compostura, ¿No dirás nada, cariño?

-No sé si notaste mientras me espiabas, ¡Que estaba tomando café, genio!- Me dijo en tono sarcástico, al instante me sentí muy idiota, ella tenía razón -Además, ese no es tu asunto Novoa, deja de meterte en lo que no te compete- Soltó haciéndome sentir molesto, aunque tuviese razón en que no debía importarme, claro que me importaba, ella era lo único que estaba en mi mente.

Me acerqué a ella hasta tener mi rostro a escasos centímetros del suyo.

-Todo lo que tenga que ver contigo es totalmente mi asunto, si alguien te pone un dedo encima, lo voy a matar- Susurré pasando una de mis manos a su cintura girando nuestros cuerpos de forma que ella quedó recargada en el escritorio.

-¿Sabes? Luces muy sexy estando celoso- Dijo ella en voz baja mordiendo su labio inferior suavemente y subiendo su mano por mi pecho, sentía nuestras respiraciones mezclarse y su nariz rozando con la mía –Sé lo que quieres hacer... ¿Por qué te resistes tanto?- Susurró haciendo que nuestros labios rozaran, yo no podía más con todo esto...

-Si te beso Aurora, no voy a poder ser capaz de alejarme de ti- Admití sincero sin la capacidad de separarme de ella aunque mi cabeza gritara que lo hiciera en este momento.

-¿Y qué si no quiero que te alejes?- Devolvió la pregunta acariciando mi rostro y manteniendo su otra mano en la parte trasera de mi cuello.

-No quieres eso Aurora, créeme. No soy bueno para ti... He estado intentando desde que te conocí el alejarme y alejarte de mí, por tu bien, pero lo estás haciendo tan jodidamente complicado cariño...- Trataba de hacerla entrar en razón y convencerla de que no era bueno para ella, así podría hacer lo que yo no puedo, alejarse.

-Lo sé, sé lo que has intentado hacer, y sé cómo eres, pero, ¿Qué si aun así quiero estar cerca de ti?- Soltó sobre mis labios mirando mis ojos.

No cielo, no quieres eso, comprende que no soy lo que tú crees...

-Basta, tengo que frenar esto de una vez por todas...- Rogué varios segundos después juntando mi frente con la suya cerrando mis ojos, tenía que frenar esto antes de aventarlo todo a la borda.

-No Rafael, no puedes hacer esto, no puedes ignorarme toda una semana completa, luego ponerte como te pusiste por un ataque de celos y después volver a intentar alejarme, no puedes seguir con este juego- Soltó algo dolida empujándome y alejándose un poco de mí.

-Lo sé, y lo siento tanto, pero no puedo evitar ponerme así por ti, es muy difícil mantenerme alejado de ti pero sabes que es lo mejor para los dos...- Le dije sintiendo algo de pesar.

-¿Eso es lo que quieres?- Preguntó viéndome con sus ojos tristes, yo no era capaz de responder nada, solo miré el suelo –Como sea...- Escuché que dijo con molestia y comenzó a caminar hacia la salida de la oficina.

Tenía una discusión mental, estaba entre la espada y la pared en este momento, me sentía tan inquieto. La veía alejarse de mí caminando hacia la puerta, algo me decía que si ella salía de la oficina perdería absolutamente todo lo que estaba pasando, y aunque es lo que debería querer, se me hacía un nudo en el estómago solo de pensar en ello. Aurora estaba a punto de abrir la puerta y salir de la oficina...

Al carajo...

Caminé con paso rápido sin pensar demasiado en lo que hacía, Aurora estaba abriendo la puerta, tomé su mano y la cerré con fuerza haciendo que ella volteara a verme con confusión, la recargué en la puerta poniendo una mano en su cintura y la otra en la pared acercando mi rostro al de ella sintiendo su respiración mezclarse con la mía.

Ella me veía con intensidad, yo no pude resistirme más y finalmente la besé, junté mis labios con los suyos creando un beso necesitado e intenso, ella me siguió el beso de inmediato tomando mi rostro. ¡Dios! Estaba en la jodida gloria, nuestros labios conectaban perfectamente, parecía como si ella estuviese hecha para mí...

La hice que enrollara sus piernas en mi cadera sin dejar de besarnos, estaba realmente necesitado de ella y ahora que la había probado no quería ni podía dejarla ir. Después de unos largos segundos sentí que el aire comenzaba a hacernos falta, así que separé un poco mi rostro para poder respirar. Al alejarme pude ver el rostro de Aurora agitado con sus mejillas muy sonrojadas, se veía jodidamente hermosa, yo dejaba cortos besos en sus labios y en sus mejillas.

-¿Qué fue eso?- Preguntó en un susurro conteniendo una sonrisa, acaricié su rostro y sonreí sintiéndome pleno.

-Honestamente no lo sé...- Admití acercando mi rostro al de ella de nuevo –Lo único que sé es que quiero besarte de nuevo- Dije con la voz ronca besando su cuello escuchándola suspirar.

-¿Y qué esperas?...- Preguntó de la misma forma con una sonrisa traviesa.

Yo no esperé un segundo más y ataqué sus labios de nuevo de una forma hambrienta y necesitada, nuestras lenguas tenían una guerra que ninguna quería perder, carajo, estoy tan jodido ahora.

Lo que ninguna mujer había logrado en estas últimas semanas, Aurora lo hizo solo con ser simplemente ella, y a este momento con solo haber probado sus labios estaba más excitado que lo que nunca había estado en mi maldita vida, estaba tan duro en este instante, pero no quería asustarla con mi intensidad.

Varios segundos después me separé de ella tratando de recobrar el aliento, me tenía aturdido todo esto, ella nublaba cada uno de mis sentidos y escuchar la respiración agitada de ella no ayudaba mucho a la situación entre mis piernas.

-Eres hermosa, ¿Lo sabes?- Susurraba dejando cortos besos a lo largo de su cuello.

-¿Lo crees?- Devolvió la pregunta suspirando y acariciando mi cabello.

-Absolutamente...- Respondí son seguridad.

Le di un corto beso en los labios y la puse de nuevo en el suelo, aun la mantenía sujeta de la cintura, no quería soltarla pero necesitaba hacerlo. Honestamente no tenía ni idea de que decirle ahora, no estaba listo para tener alguna conversación respecto a lo que acababa de pasar, mi mente estaba hecha un completo desastre.

-Ya es tarde, bonita. Te llevaré a tu casa, ve por tus cosas- Le dije en voz baja soltándola lentamente, necesitaba evitar la conversación para la cual no tenía respuesta alguna.

-Claro- Respondió ella con una pequeña sonrisa.

Hizo lo que le pedí, fue por sus cosas y en silencio caminamos al estacionamiento para poder llevarla a su departamento. No hablamos mucho durante el camino, solo conversaciones algo triviales.

-Lamento haberte ignorado toda la semana- Solté en un momento sintiendo algo de pena, sabía que la había herido con mi comportamiento, no me lo dijo pero la conocía demasiado bien para saber lo que su mirada quería decirme.

-No lo hagas más, por favor- Contestó con suavidad, yo asentí y continué el camino.

Al llegar al edificio donde Aurora vivía, bajé del auto y abrí la puerta para ella, caminamos en silencio hasta llegar a la puerta, estando ahí no sabía que hacer exactamente, ella parecía estar en la misma situación.

-Ah... gracias por traerme...- Dijo un poco titubeante.

Abrió la puerta con la intención de entrar, pero antes de que pudiera hacerlo la tomé de la muñeca suavemente y volví a besarla, esta vez con suavidad, sus labios encajaban a la perfección con los míos, ella me correspondía perfectamente, como si fuésemos uno mismo.

-Hasta mañana...- Susurré una vez que nos separamos, ella me miró a los ojos con una pequeña sonrisa.

Acarició mi mejilla, dejó un corto beso en mis labios y finalmente entró a su departamento, yo dejé escapar un pesado suspiro y caminé de vuelta a mi auto para volver a mi hogar.

Mientras conducía pensaba en todo lo sucedido, hacía muchos años que no besaba a ninguna mujer, y aunque un lado de mi me decía que lo eché a perder todo, otro lado estaba feliz, mantenía una sonrisa de idiota en mi rostro y una sensación inexplicable recorría todo mi cuerpo, me sentía en un sueño honestamente, eso es lo que era Aurora, era todo un sueño convertido mujer.

Me asustaba mucho todo lo que estaba sintiendo por ella, me gritaba a mí mismo diariamente que todo esto era simple atracción física, que tal vez pasaría si finalmente podía tenerla, pero después de besarla y sentir que mi interés por ella se disparó no estaba tan seguro de ello.

Esto no parece ser una simple atracción física, y enserio me aterraba que eso fuera así.

Estoy realmente jodido...

¿Qué me hiciste Aurora West?

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Yuly Ponce
Hermosa historia felicidades ❤️
Deiver: gracias por leer
total 1 replies
America Lopez
la recomiendo
Deiver: gracias por leer
total 1 replies
America Lopez
hermosa historia
Tanny Farfan: Felicitaciones escritora, me gustó mucho esta historia, muy linda, bien cuidada, excelente ortografía,
total 1 replies
America Lopez
cobarde...
America Lopez
me gusta la fuerza de voluntad de Rafael
America Lopez
exquisita escritura, me fascina la interpretación de los personajes, felicito a la escritora. Sigamos con la lectura
Deiver: gracias que bueno que te guste la historia
total 1 replies
Rosa Rodelo
Foto, de los protagonistas
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