La monarquía es la misión sagrada de Dios para darle dignidad a la tierra. Nuestra protagonista tenía un destino trazado que vivir dentro de su familia, pero debemos recordar que nunca se debe dar algo por sentado, todo puede cambiar repentinamente de la noche a la mañana. Después de encontrarse en el set de grabación, Beatriz y Trevor vuelven a coincidir, pero esta vez en la universidad, es ahí en donde interactua con nuestro sexy y guapo protagonista, que había llegado un día a su clase de arte. De la convivencia nace entre ellos un amor fuerte, apasionado como el de ensueño, cálido como el verano. Hasta que un día y sin dar una explicación Beatriz deja la universidad sin una despedida, o una explicación dejando a Trevor con sus ilusiones y el corazón roto. Será que el tiempo algún día pueda volver hacer que se reencuentren, así algún puedan volver a vivir el gran amor que tenían
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Abdicar
Capítulo 9
Estaban en el palacio de Luxemburgo, el Rey Felipe V estaba revisando los pendientes enviados a él por el parlamento. El había enviado llamar a la princesa Catalina, quería saber las novedades de la convivencia entre la Princesa Elideth y su hijo el Príncipe Alberto.
—Papá ¿puedo pasar?.—preguntó la princesa Catalina
—Adelante, toma asiento. Te mandé llamar porque quiero detalles de tu hermano y la princesa Elideth.—respondió su padre
—Papá, mi hermano no está interesado en ella. Dudó que logren hacer que se case.—decía Catalina
—No es si quiere, es su deber. Como legítimo heredero a la corona, debe contraer matrimonio.—decía Felipe
—Se que debo guardar mis pensamientos y opiniones para mi, pero no es justo que tengan que vivir con personas que no aman.—expresaba su opinión Catalina
—Catalina eres muy joven para entenderlo, pero te lo repito una vez más es parte de su deber como el futuro Rey de esta nación.—dijo Felipe
—Dudó que Beatriz después de conocer la libertad, y un mundo mejor que la monarquía quiera regresar. Es probable que decida abdicar para ya no saber de nosotros, y créeme padre si puedo también me iré detrás de ella.—dijo Catalina y salió furiosa del despacho de su padre
Tommy la observó salir, de inmediato entró para hablar con el Rey. Sabía que necesitaría de su consejo, como siempre.
—Pasa Tommy, ya te diste cuenta de lo hostil que se porta Catalina.—expresó el Rey
—Si su majestad, pero me imagino que es por el escándalo del romance del príncipe Alberto con una asistente de vuelo, que además es de origen coreano.—respondió Tommy
—¿Qué estás diciendo?.—preguntó Felipe, él no sabía nada.
El gabinete le había pedido a Tommy guarda el secreto del romance del futuro Rey, mientras encontraban una solución. Pero sí había un perro leal a su majestad y a la familia real, ese era Tommy. Defendería el ducado de cualquier amenaza, siempre.
—El primer ministro nos pidió guardar silencio, en lo que resolvían la situación del príncipe. Pero sabe que mi lealtad está con la familia real y la corona.—dijo Tommy
—Localicen a mi hijo, ¡de inmediato!.—gritó el Rey
—Así será su majestad.—respondió Tommy
Mientras Alberto y Elideth paseaban por las calles de Luxemburgo conversaban, ella se había convertido en su confidente. Lo comprendía mejor que nadie, ella estaba enamorada de un teniente del ejército real, por eso su madre había decidido enviarla a ese país para poner distancia entre ellos.
—¿Ya te llamo Kim?.—preguntó Elideth
—Si, le encantó su obsequio. Eres muy buena con los regalos, gracias. Eres una gran mujer.—respondió Alberto
—¿Ya decidiste si vas a abdicar al trono?.—preguntó Elideth
—Si, ya el primer ministro me dio mis papeles de abdicación. Solo falta presentárselos al Rey, además no hay marcha atrás Kim y nuestro bebé me están esperando.—respondió Alberto
—Deseo que sean muy felices, siempre he pensado que nadie debería ser castigado por amor.—decía Elideth
Más tarde Alberto y Elideth llegaban al palacio, Tommy ya lo esperaba en la entrada. El príncipe sabía que algo malo estaría por suceder, siempre que estaba Tommy por delante de algo era para que limpiara el desastre, esta vez iba por la cabeza del príncipe.
—Su alteza real, su majestad lo está esperando en el despacho.—dijo Tommy
—Gracias Tommy en un momento iré, necesito ir por…—iba a decir Alberto cuando fue interrumpido
—Sus papeles de la abdicación, todo se sabe príncipe Alberto. Me he adelantado para entregárselos personalmente y así pueda enfrentar a su majestad, y termine de una vez por todas lo que ya ha empezado. Antes de que hunda a esta familia con su falta de compromiso y lealtad por la corona. Hágalo rápido, y después váyase en silencio. Estoy seguro que la princesa Beatriz será mejor Reina que usted.—dijo Tommy
—¿Como te atreves Tommy a hablarme de esa manera?.—preguntó Alberto
—Como se atrevió usted manchar el linaje de su majestad el Rey Felipe V, y más con una plebeya y de diferente raza. Jure lealtad y proteger a la corona, incluso de sus propios miembros. Así qué Tic-Toc, su tiempo se ha acabado.—respondió Tommy
—Algún día, algún día Tommy.—decía Alberto mientras lo sujetaba del smoking
—Tranquilo Alberto.—intervenía Elideth
La mirada fría de Tommy Liddell, hacía que cualquiera le temiera. Alberto le arrebató los documentos y se dirigió deprisa al despacho del Rey.
—Papá, estoy aquí.—se anunció Alberto
—Tu el futuro de la corona y de tu familia, como te atreviste a tanto. ¿Dónde está la lealtad que te enseñamos?.—preguntaba Felipe
—Estoy enamorado y vamos a tener un bebé. No puedo con este peso, si la mujer que amo no puede reinar a mi lado, entonces es mi decisión renunciar a ese derecho. Aquí están mis documentos de la abdicación.—respondió Alberto mientras le entregaba la carpeta firmada por el Parlamento
—Bien si es tu última palabra, lo único que te pido es que te vayas de inmediato. En total anonimato, no volverás jamás a poner un pie en el ducado. Ruego a Dios que no te arrepientas y vivas en el exilio de una manera discreta. Sal cuanto antes de mi vista.—dijo el Rey dándole la espalda a su hijo
—Papá, deberías sentirte feliz por mi. Vas a tener un nieto, ¿no te cansa esta soledad?. Tienes una familia, pero todo el tiempo estás más al pendiente de la corona.—preguntaba Alberto, el rey seguía dándole la espalda
—A nadie le interesa escuchar a un simple individuo, menos a mi. Al Rey.—respondió Felipe mientras llamaba a la guardia real y a Tommy
—Le pido que nos acompañe, por favor.—dijo Tommy
La guardia real y Tommy lo escoltaron hasta la salida del palacio. La princesa Catalina corrió hasta su hermano para abrazarlo.
—Hermano lucha, lucha por tu derecho y el derecho de traer a la mujer que amas a reinar junto contigo.—decía Catalina
—Perdóname Catalina, también dile a Beatriz que me perdone. Pídele que no deje de luchar por su libertad y su felicidad.—dijo Alberto mientras lo sacaban del que había sido su hogar
Catalina corrió a buscar a su padre para que detuviera lo que estaban haciendo con su hermano Alberto, pero la guardia real le prohibió el paso. Tenían indicaciones de solo dejar pasar al primer ministro, al arzobispo y a Tommy. Entonces Catalina fue a hablar con su madre, la cual estaba en compañía de su abuela la Reina Madre
—Mamá, mamá debes ayudar a tu hijo. Lo sacaron del palacio como si no fuera parte de la familia. Papá no quiere hablar con nosotras.—suplicaba Catalina
—Tu hermano abdicó a la corona y a la familia, ha sido exiliado por el Rey. Nadie puede interceder por el, hundió a nuestra familia involucrándose con una plebeya y que además va a darle un hijo.—le explicó su madre
—¿Entonces no vas hacer nada?.—preguntó Catalina
—El no hacer nada es lo más difícil que he tenido que hacer, es algo antinatural.—respondió su madre
—Pues les diré algo que va a hacer que se arrepientan de no haber ayudado a mi hermano, dudo que Beatriz o yo aceptemos esta carga. Estoy segura que ambas vamos a abdicar, y no habrá quien sea el sucesor.—le advertía Catalina
—Alberto ya no es parte de la familia real, debemos aprender a vivir con ello. Entendiste, atento contra la estabilidad del ducado.—decía su madre
—Si estás dentro de esta familia, nunca se puede estar seguro. Pero si estás fuera, lo estás.—seguía peleando Catalina
—Tranquila Teresa, tus hijos nacieron con espíritu y valentía. Pero después de la abdicación, debemos pensar en el futuro. Ese futuro es Beatriz, ama a su padre y a esta familia por sobre todas las cosas. Sé que ese amor la llevará a aceptar, su nuevo destino.—decía la Reina madre, la abuela de Beatriz
Después de la reunión de Felipe con los hombres del poder, tanto de la iglesia como del parlamento. Tommy se quedó a esperar instrucciones.
—Tommy, debemos traer a la princesa de vuelta a casa. Para prepararla para su destino, sé que Beatriz le dará estabilidad de nuevo a la monarquía.—daba la orden Felipe
—De eso no hay la menor duda su majestad, traeré de vuelta a la futura Reina.—respondió Tommy
Beatriz no tenía idea de todo lo que había sucedido esos últimos días en su familia. Se llevaría una sorpresa no grata, lo que estaba a punto de pasar le rompería el corazón.
Te descubrí en "GOLONDRINA."
Me gustó tanto que decidí seguirte. Y de esa lista, elegí ésta por el título.
ESPERABA un relato de fantasía, pero nunca imaginé el resultado.
Es bellísima, perfecta de punta a punta y esta MUY BIEN ESCRITA!!!
DIOS bendiga tu talento. Felicitaciones. Y muchas graaaaaaacias por estos regalos.