Anya siempre había llevado una vida tranquila hasta que conoció a Alicia, la nueva estudiante del instituto de la manada. Lo que comenzó como una bienvenida amigable pronto se convirtió en un infierno cuando Alicia, con su talento para la manipulación, consiguió volver a todos los amigos de Anya en su contra. Incluso los atractivos trillizos Ethan, Damien y Gael caen en las mentiras de Alicia y se burlan de Anya públicamente. Después de un ataque verbal por parte de un grupo de chicas influenciadas por los rumores, Anya decide contarles a sus padres lo que está pasando y se muda con su tía en otra ciudad.
En su nuevo hogar, Anya conoce a Emma y Max, sus primeros amigos verdaderos en mucho tiempo, quienes la ayudan a recuperar su confianza. Dos años después, se ve obligada a regresar a su antigua ciudad y descubre que está destinada a estar con los trillizos por un vínculo de la luna en la comunidad de licántropos. A pesar del destino dictado, Anya todavía siente dolor y traición.
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Capitulo VIII
El tiempo pasó y nuestro último año de secundaria era maravilloso, tantas experiencias y amistades nuevas, sin duda ya estábamos listos para la preparatoria.
Durante las vacaciones fuimos a un campamento de verano donde enseñaron muchas cosas que yo claramente ya conocía.
Aún recuerdo cómo en la última noche no pude evitar dejar salir a Juno para sentir la brisa, percibir los olores y sentir la tierra del bosque entre sus patas.
Aunque casi fui descubierta por alguien que dijo ver un lobo en el bosque (a mí, claro), se hicieron expediciones para asegurarse de que no hubiese ningún riesgo y todo, estaba segura de que jamás volvería a hacer algo como eso.
La segunda parte del año siguió siendo buena, íbamos con Emma y Max al club, a veces íbamos al arcade, al parque de diversiones, veíamos películas en casa de mi tía, las clases de equitación continuaron, las visitas con la psicóloga ahora son dos veces al mes, y mis padres también me visitaban de vez en cuando, pronto pude enterrar todos aquellos malos recuerdos que viví hace apenas un año.
Ahora, me encuentro iniciando mi primer año de preparatoria, por suerte Emma y Max están conmigo.
- ¿Quieres que te lleve?
- No gracias tía, Emma y Max pasarán por mí — el sonido del claxon se hizo notar — esa es mi señal — sonreí y ella rio.
- Bien, cuidate mucho, que te vaya bien.
- Gracias y adioooós — salí corriendo — hola chicos — saludé entusiasmada.
- Vamos, arriba o llegaremos tarde — habló rápidamente Emma.
- Tranquila, aún vamos con tiempo — subí.
Al llegar fuimos directo al administrativo para conseguir nuestros horarios.
- ¡Bien, tenemos el mismo horario! — Emma volteó con emoción hacia mi.
- A ver — Max revisó mi horario — tenemos distinto — dijo con desden y Emma se burló.
- Igual nos veremos en el almuerzo — palmee su espalda y le sonreí.
Las clases dieron inicio y ahora sí que tuvimos que presentarnos, todos éramos nuevos.
Lo bueno de la preparatoria es que ya no había más uniformes, ahora podemos vestir como queramos, claro, sin quebrantar el reglamento.
- Tomemos una foto por el primer día de clases. — dijo Emma — dale, Max.
- ¿Y yo no voy a salir? — reclamó.
- No quiero feos em mi foto. — reí.
- No seas así, luego nos sacamos una tú y yo — el asintió sonriendo y tomó la foto
- Ah — suspiró — mi amiga es tan guapa — me sonroje
- No digas eso — reí — ambas somos bonitas.
- Ese consuelo no me hace sentir mejor ¿Sabes? — Emma entrecerró los ojos y luego reímos.
Durante el transcurso de ese año conocimos a Lucas, iba en el salón de Max, así que se hicieron buenos amigos, luego lo integramos al grupo y bueno, todo era maravilloso.
En mi salón me llevaba bien con todos, no éramos amigos, pero había buena relación de clase, nunca fui excluida ni excluimos a nadie.
Para mí cumpleaños mis amigos organizaron una pequeña fiesta y así, pasé uno de los mejores cumpleaños.
También, ese año me convencieron de abrir nuevamente una cuenta de Instagram, al principio me negaba, pero finalmente cedí.
Para las fiestas mis padres llegaron a casa de mi tía, la pasamos todos allí, incluso mis amigos llegaron un rato.
Así terminó el año e inició un nuevo ciclo escolar, ahora estamos en segundo año de preparatoria.
Llegó una chica nueva, parecía bastante... Elegante, no sé, su forma era como la de una persona con dinero.
- Oye, — escuché a mis espaldas, así que volteé a ver — ven aquí — era la chica nueva, eso me sorprendió.
- ¿Eh sí? Dime.
- Tú eres como la delegada de la clase o algo así, ¿no? — ella habló con desdén, como aburrida. La vi confundida.
- Ah, no — reí levemente — el delegado es Liam, está allá.
- Oh um es que, como te vi hablando con todos...
- Está bien, ¿qué era lo que necesitabas? Puedo decírselo si quieres.
- No, no. ¿Cómo te llamas?
- Anya, un gusto.
- Soy Sophia — sonrió levemente.
¿Oh? Creí que era más ruda, pero no
- Any, vamos por una galleta a la cafetería, muero de hambre — se acercó Emma.
- Claro, vamos. Ah, lo siento, podemos continuar cuando regrese, si quieres — ella asintió.
- ¿Por qué no vienes con nosotras? Sirve para que conozcas un poco el lugar, ¿No Anya? — sonreí.
- Claro, vamos, acá venden las mejores galletas de red velvet.
- Gracias — sonrió y se levantó.
Sin pensar que allí comenzaría una nueva amistad e integrante para el grupo, que simplemente era demasiado tímida, por eso era tan fría al principio.
(...)
Un día en el gimnasio del instituto, éste se encontraba lleno de energía y emoción después del primer partido del torneo Inter-escolar de baloncesto.
Los estudiantes festejaban la victoria del equipo local.
Emma, Sophia y yo estábamos en las gradas aplaudiendo y celebrando mientras el equipo de baloncesto sale de la cancha tras ganar.
- ¡Lo hicieron increíble! — Emma estaba emocionada — Los chicos deben estar felices.
- Sí, — asintió Sophie — vamos a buscarlos y felicitarlos en persona — sugirió.
- Claro, vamos — animé.
Bajamos las gradas y nos dirigimos a los vestuarios donde seguramente todos están celebrando.
Al acercarnos, Max y Lucas iban saliendo, riendo y bromeando entre sí, aún con la emoción del partido.
- ¡Chicos, felicidades, lo hicieron genial! — gritó Emma desde el inicio del pasillo.
- Gracias chicas — Max tenía una gran sonrisa — Fue increíble tener a todos animándonos. — abrazó a Emma.
- Sí, y esto es solo el comienzo. — Lucas frotó su cabello con una toalla — Tenemos un gran equipo este año.
- Estamos realmente orgullosas de ustedes — Sophie abrazó a Lucas y éste se sonrojó.
- Hiciste un gran trabajo ahí fuera, — me dirigí a Max — felicidades — choqué mi puño con su hombro suavemente.
- Gracias — sonrió con un sonrojo formándose — ganaremos el torneo este año — asentí sonriendo.
- Oye Any ¿Viste ese último tiro que hice? — Lucas y yo chocamos los cinco.
- ¡Sí! Estuviste genial.
- Deberíamos celebrarlo. ¿Qué tal si vamos por unos batidos después? — dijo Sophie a Max.
- ¡Me parece genial! — respondió Max entusiasmado.
- Definitivamente — asintió Lucas.
Así continuamos riendo sin percatarnos de la persona que se aproximaba a nosotros...
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^^^Continuará...^^^
Hasta aquí leo esta estupidez de historia, aunque luego se vuelva súper arrecha la Omega, es una estupidez que aguante tanto y nunca pida las pruebas o le diga nada a sus padres... /Puke//Puke//Puke//Puke//Puke//Puke//Puke//Puke//Puke//Puke//Puke/