Angie Suaza una hermosa escritora, a la cual le gusta disfrutar de la liberta y ser feliz, además de luchas por sus sueños, decide que no vale la pena preguntarle lo que pudo haber pasado y decide esta vez arriesgarse y ver con sus propios ojos lo que pase.
Ella prefiere arrepentirse por lo que fue en vez de pensar en lo que pudo ser. por eso regresa a su país después de cinco años para conquistar al hombre del que a estado enamorada toda sí vida. ella regresa a conquistar a un mujeriego.
Henry modelo, actor y por supuesto el mujeriego incontrolable de esta historia, un hombre supremamente guapo y sexy, hombre que a tenido a muchas en su cama pero a ninguna en su corazón, a jurado nunca enamorarse, ¿será que podrá cumplir esa promesa cuando su amiga de la infancia regrese no solamente más hermosa que nunca, si no decidida a enamorarlo.
NovelToon tiene autorización de A.R.B.F para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAPÍTULO 9
NARRADOR
El camino de regreso al departamento de Henry, fue con música más relajada, pero e igual forma los tres cantan y disfrutan del viaje.
—¿Qué les parece pedir pizza y una película? —propone Henry, cuando están por llegar a su departamento.
—A mí me encanta la idea —responde Angie.
—Yo acepto la pizza, recuerden que debo irme, si dejo aquel lugar solo durante la noche de seguro terminarán robándole todo y tendría que pagarle todo a la dueña —comenta Fabricio.
—Ya quiero que esa mujer llegue para que dejes aquel lugar —comenta Henry.
—Creo que todos queremos eso, pero ya falta menos de dos días para que eso pase —apoya Angie.
—Así es, por lo pronto ya llegamos —en cuanto Henry estaciono el auto, los tres bajaron del auto y caminaron juntos hasta el elevador.
Al llegar al departamento, todos corrieron a ducharse, bueno menos Henry, quien antes de entrar a la ducha pidió las pizzas.
Los primeros en estar listo fueron los hombres, pues Fabricio debía irse y Henry, salió a. recibir las pizzas.
—Oye, yo te acerco a donde vives —ofrece Henry, mientras abren las cajas de las pizzas.
—Está bien, pero no demasiado, si me ven llegar en un auto como el tuyo creerán que tengo dinero y pues en ese barrio no es bueno que piensen eso —Comenta Fabricio.
—Lo bueno es que en menos de dos días dejaras ese barrio para siempre —comenta Henry.
—Y eso me pone muy feliz —Angie, sale de la habitación y abraza a su primo.
—No más que a mí —responde Fabricio.
Los tres comen pizza y toman vino, una combinación no muy común, pero eso a ellos no les importa.
—Bueno, Angie, ve escogiendo una película, en lo que llevo a Fabricio —pide Henry, quien terminó de comer y toma las llaves del auto.
—Bien, ¿alguna preferencia? —indaga, para no terminar viendo una que a él no le guste.
—La que quieras, pero que nos ea muy cursi —responde Henry y le da un beso en la mejilla antes de salir del departamento.
—Está votando la baba por ti —le comenta Fabricio, al oído a su prima cuando se abrazan como despedida.
Fabricio, sale detrás de Henry, dejando a Angie muy sonriente por lo que dijo su primo, pues así tiene la esperanza de que conquistar a ese mujeriego puede hacerse realidad.
Con una sonrisa en el rostro, Angie, escogió una película de acción, preparo algunas botanas y bebidas, fumando Henry, llego le sonrió al ver la película que escogió y que las botanas están lista.
—Bueno, solamente falta la manta para el frío —Henry, corre a su habitación y sale con una manta de perritos que solía usar en su adolescencia.
—No puedo creer que aún la tengas —comenta Angie con una gran sonrisa en el rostro
—Pues sí, me trae buenos recuerdos, como las noches de cine, los tres en mi casa después de la escuela —Fabricio, se sienta en el sofá y Angie, junto a él.
—Mis papás odiaban esas noches, pues decían que una niña decente no podía estar en una casa sola con dos chicos y siempre me gritaban por eso, aunque nunca les hice caso y jamás falte a una noche de cine en tu casa —responde Angie, con nostalgia.
Pues para ella los recuerdos más preciados de su infancia y de esa ciudad son junto a Henry y Fabricio, sin ellos su infancia hubiera sido muy triste.
—Bueno, vamos a ver la película —le dieron player a la película y sé acurrucan juntos en el sofá, Henry los cubrió con las mismas, cobija a los dos.
Esa misma cobija que en su infancia y adolescencia los abrigo a ellos dos y a Fabricio, mientras pasaban la noche entera viendo películas.
Por supuesto que ahora, apenas y los cubre a ellos dos, pues Henry está lleno de músculos y mucho más alto, y Angie, si está más delgada, pero creció también, así que de haber estado Fabricio con ellos no entraban los tres en la cobija como antes.
A mitad de la película, Angie se queda dormida, Henry sonríe y se acomoda para que ella quede dormida en su pecho, besa su frente y acaricia su cabello sin decir una sola palabra, la observa dormir.
Los ojos de Henry, están fijos en la hermosa mujer dormida en su pecho, y aunque no la mira con lujuria, la mira de manera muy tierna. Al verla dormir en su pecho solamente puede sentir unas inmensas ganas de protesta y de hacerla sonreír siempre.
—Vales demasiado, nadie te merece, por eso siempre voy a cuidar de ti hermosa —Henry, deja un último besó en la frente de Angie y luego cierra él también los ojos para descansar junto a ella.
A la mañana siguiente, Angie, despierta porque escucha ruidos en la cocina, al abrir los ojos se da cuenta de que está en el sofá cubierta por la manta de perritos de Henry.
Con cuidado Angie, se coloca de pie y camina hasta la cocina de donde provienen los ruidos, al entrar ve a Henry, moviéndose de un lado al otro preparándole el desayuno y no puede evitar quedarse en silencio observando sus movimientos.
—Buenos días —Henry la descubre en el marco de la puerta y se acerca a darle un beso en la mejilla de buenos días.
—Buenos días —responde Angie de la misma manera.
—Ve a prepararte para desayunar, Fabricio ya a de estar por llegar —comenta Henry y Angie, con una sonrisa en el rostro, asiente y se va a la habitación muy contenta.
Angie se alista rápidamente para el desayuno con ropa deportiva, pues quiere salir a caminar un poco al parque.
Al estar lista, Angie vuelve a la cocina en donde su primo ya había llegado, y se abrazan con fuerza, para liego sentarse, los tres a desayunar, pero son interrumpidos por la puerta.
—Ustedes sigan yo abro —Henry sale de la cocina y abre la puerta principal del departamento, es un mensajero y trae un paquete para Angie.
—Angie, te enviaron esto —comenta Henry, al volver a la cocina, dejando a Angie sorprendida.
—No esperaba ningún paquete —comenta Angie y mira extrañada la caja en manos de Henry sin saber si abrirlo o no.