Perdoname.
John dijo a Mireya cuando la encontro.
No sabía cómo solucionar está horrible situación.
Miró a la mujer que más ha amado.
El peor sentimiento estaba en su corazón.
La había dañado.
La había lastimado.
No sabía qué hacer, no sabía como enfrentar no solo la crueldad de quien supuestamente la amaba, sino también de la época en donde vivía, donde se hacía difícil para las personas en condición.
¿Podrá seguir adelante o la vida le deparará más dolor?
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¿Divorciada?
El doctor miró al duque, sus ojos mostraban un shock.
"Entonces sabe que se llama Mireya, ¿recuerda su apellido?".
Negué de nuevo.
"¿Sabe dónde estamos?".
Negué de nuevo.
"¿Sabe su edad?".
Volví a negar.
El doctor suspiró pesadamente.
"¿Cuánto tiempo lleva sin recuerdos?".
Pregunto.
"Cuando desperté en la cabaña con Marla".
"..."
Fue cuando pensé.
"¿Dónde está Marla?".
Pregunté al hombre que me había traído a este lugar.
"Ella está bien, está en la habitación de invitados".
Miré con curiosidad a ese hombre.
¿Qué gana haciendo esto?.
"¿Sabe cuánto tiempo paso en ese lugar?".
Pero el médico pregunto haciendo que dejara el pensamiento a un lado.
"Cómo, ¿cuatro meses?".
Dije haciendo cuentas mentales.
El doctor abrió los ojos en par.
Miró al duque que estaba con conflictos internos existenciales.
Había dudado del duque y creyó que la había lastimado ahora estaba aliviado.
Pero ahora el problema no es ese.
"No sé cuando recuperara la memoria, puede que sea permanente o solo temporal".
"Descanse unos días y relájese en un ambiente cómodo para usted".
"No se sobre cargue".
Con eso el médico salió y después volteo a verla de nuevo.
"Usted es Mireya Narciso y es una mujer divorciada".
"Tiene casi 26 años de edad".
"Le contaré más de usted más adelante mientras veamos si puede recordar algo con este estímulo".
"Por favor, dele espacio a la dama".
El médico terminó de salir sin antes de ver al duque que lo observó fijamente.
Los dos se quedaron en esa habitación.
"¿Divorciada?".
"¿A los casi 26 años?".
Me pregunté por la información nueva.
Me sorprendí al escuchar al medico, ¿cómo es que estoy en divorciada?.
¿Tan joven y un matrimonio fallido?.
"Más que eso ¿quién fue ese sujeto?".
"¿Fue abusivo?".
"¿Me lastimó?".
"¿Fue alguien que terminó engañándome?".
Pregunte en caos mental.
"¡No!".
El grito se escuchó del hombre.
"Escúchame, yo soy tu esposo".
"No, regresaré a ser tu esposo".
"Arreglaré todo este problema, te demostraré cuánto te amo".
"Pasaré toda mi vida arreglando todo este desastre".
Dijo mirándome y acercándose.
"Perdón".
"Te lastime, te herí y te deje sola".
"Debí saberlo, debí ver qué todo fue una trampa".
Con una expresión lamentable me miró.
"..."
Lo miré fijamente sin saber qué decir.
Bajo la cara hacia abajo por un tiempo pensando que es lo que tenía que hacer.
"Te enseñaré que arreglaré este problema".
Dijo y salió de la habitación.
En su mente solo decía, solo serían palabras si no demostraba con acciones su arrepentimiento.
Llegó a su oficina y empezó a hacer diferentes cosas.
Mireya en la habitación se quedó en blanco.
"Él fue mi esposo y ahora estoy divorciada".
"Mireya Narciso".
Intento pensar de nuevo en su pasado, pero nada.
Esta vez no le dolió la cabeza, pero no podría recordar nada.
Estaba en blanco.
Solo podía recopilar la información que le estaba llegando y ver cuál es la verdad y cuál es la mentira.
Pero, ¿cómo creer y en quien creer?.
Me levanté de la cama mirando a los alrededores y en el clóset solo había pocas cosas de mujer.
Miró las cosas de cerca, no había nada familiar en lo que veía.
Cómo si fuera una habitación de una persona extraña.
Seguí mirando y fue cuando una sirvienta entro y me observó.
"Maestra".
Dijo la sirvienta, después de que salieron sus palabras hizo un gesto como que se había equivocado.
"Lo siento, ahora es dama".
Se disculpó.
¿Maestra?.
"¿Quién eres?"
Pregunto de nuevo.
La sirvienta la miró con sorpresa y dijo.
"Sally".
"¿Lo ha olvidado?".
Pregunto incrédula.
Fue cuando el mayordomo entro en la habitación.
"Sally, la ma... Digo la dama tiene amnesia por favor cuida de ella".
Sally asintió levemente con la cabeza mirando a quien una vez fue su maestra.
"Yo la ayudaré a cambiarse".
Dijo Sally acercándose.
Miré a Sally con ojos de ¿qué harás?.
Pero tiempo después tenía un vestido modesto y su cabello fue arreglado.
"Gracias, Sally".
Dije a la chica que sonrió levemente.
"Traeré té".
Dijo y salió también de la habitación.
Jonathan entró a la habitación.
"Mireya, he traído las cosas sobre lo que investigue y me llevo hacer todo esto".
Dijo acercándose con un folder.
"Yo quiero que veas esto".
Señaló el folder y también vi que tenía algo en su mano.
Abrí el folder y ahí estaba el nombre que dijeron que era mío.
¿...?.
"Yo, siempre he confíe en ti".
"Te conozco desde la academia y nos gustamos".
"Primero nos hicimos amigos y después todo se dio, puedo decir que yo fui quien se enamoró de ti primero".
"Tú eres la mujer más maravillosa que he conocido".
"Cuando nos casamos, prometimos que primero antes de los niños tardaríamos al menos unos años en lo que disfrutábamos una vida de casados antes de ser padres".
"Nos dimos cinco años, de hecho en este aniversario tú y yo nos pondríamos a hacer nuestra propia familia".
"Pero un mes antes del evento llegó una piedra de video".
"En esa piedra había un vídeo y mostraba a una mujer que tenía el mismo lunar que tú en la planta del pie y el físico que se mostraba en el vídeo era demasiado parecido a ti.
"Cuando vi esa cosa se me heló la piel".
"No quería creerlo y cuando me acerque a ti, me di cuenta de que algo había cambiado en ti".
"No sabía que era, no sabía que pasaba".
"Pero me miraste con un rostro extraño".
"Después me dijiste que tenías que ir al condado por un tiempo".
Él tenía una expresión demasiado amarga mientras contaba su historia.
Yo me quedé escuchándola sin decir nada.
Aún seguía mirando de reojo los documentos y viendo la piedra que tenía en su mano.
"Ese día me sorprendí, pero te dejé hacer lo que quisieras".
