Akim Lebreu es un hombre nacido en cuna de oro, tratado como un príncipe. Estudió en la mejor universidad, fue capitán del equipo de la misma... pero siempre le hizo falta algo.
Cindy es una chica que está acostumbrada a ganarse el día a día y no le teme a los retos que le pone la vida. Siempre cuenta con la ayuda de sus dos mejores amigas, Lourdes y Latifa, siempre juntas.
Pero ¿qué pasa cuando las almas gemelas se encuentran?
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Postre
Akim
Luego de salir de la oficina me dirijo a mi casa para ver cómo le fue a Cindy con mi hermana, Thonia suele ser demasiado reservada a la hora de tratar con las personas y es por eso que no tiene amigas. Mi hermano viene en su auto siguiéndome. Llegamos a la mansión, cuando abrimos la puerta se escucha música proveniente de la cocina, así que con gran curiosidad me paro en el marco de la puerta de la misma y vaya, allí estaban Cindy y Thonia moviendo al ritmo de la canción sus caderas. No podía quitarle los ojos de encima a la pequeña mujer. No sé por qué carajos me la imaginé sobre mí, desnuda y moviendo así sus caderas. Obviamente mi cuerpo reaccionó a ese pensamiento, no soy de palo.
Antes de que se me notara el gran problema dentro de mi pantalón, me dirigí al stereo y lo apagué, quedando todo el lugar en silencio. Ver su carita asustada como si la hubiese pillado en alguna fechoría, me pareció divertido. No podía quitarle los ojos de encima. Tan bella y diminuta, que me provocaba encerrarla y hacerla mía ¡Ay Cindy Cross! si supieras cómo me pones no me miraras así.
Di media vuelta y me fui a mi despacho, llamé a Agatha que pusiera un puesto más en la mesa para Cindy. Agatha me miró divertida, esa mujer prácticamente es nuestra segunda madre, nos conoce muy bien
-Veo que la señorita Cindy ha dejado a los 3 hermanos Lebreu encantados, en especial a ti- pronuncia con su refinada alegría- es una jovencita muy bonita y enérgica ¿no lo crees Akim?
-Es bastante enérgica, sí- carraspeo ante su pregunta- no me he fijado si es bonita o no
-Como digas, pero date cuenta pronto, que parece que a Malmcon si que le pareció bonita.
Agatha a veces puede ser una bruja completa, me levanté rápido y me dirigí a la cocina donde mis dos hermanos, Agatha y Cindy sostenían una charla amena. Miré seriamente a Malmcon que también me miró y abrió los ojos como platos.
Esa mujer era mía desde que el destino nos hizo encontrarnos ese día en aquella avenida. Así que no quiero que nadie más la mire, solo yo quiero ser el dueño de esa sonrisa tan sensual.
Momentos después nos encontrábamos en el comedor disfrutando de la cena preparada por Agatha, quien también nos acompaña en la mesa.
Cindy reía de los malos chistes de Malmcon y yo moría de los celos, jamás me había pasado tal cosa. siempre he sido tranquilo, me han gustado mujeres, he tenido varias novias, pero jamás fui celoso, cosa que siempre les molestó porque decían que no mostraba interés en la relación. Pero con esta mujer no tengo idea de qué me pasa. Ni siquiera tenemos una amistad y estoy que hiervo por verla reír así con mi hermano.
Luego de comer, ella y Agatha se levantan y traen el postre que preparó. Cindy es quien trae el mío, noto que sus manos están un poco temblorosas, entonces para ponerla aún más nerviosa le susurro muy cerca a su oído un gracias
-Gracias, se ve delicioso señorita Cross- y fue maravilloso ver como sus bellos ojos verdes se dilataron cuando mi aliento pegó en su mejilla.
Me di cuenta de dos cosas importantes; la primera, es que no le soy indiferente, y la segunda, es que es muy muy receptiva.