Santino es un hombre rico, que casi echa a la basura su matrimonio con el regreso de la tóxica ex novia ¿Podrá Santino salvar su matrimonio?
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Condiciones y firma
Santino intenta comunicarse con su aún esposa.
- ¡Santino! ¿Qué buscas? – la voz está apagada, Belice ha estado llorando.
- Belice, de nada sirve que llores si me has sido infiel.
- ¿Y lo tuyo que es entonces?
- Eso no es asunto tuyo, tú me traicionaste primero, por lo que no debo darte explicaciones.
- Eres cruel y mentiroso. Por lo que veo, todos ustedes lo tenían bien preparado. Dame un motivo de todo esto.
- Deja de ser una niña buena y ven a mi oficina para firmar el acuerdo de divorcio.
- Quiero poner mis condiciones.
- Con tal de estar lejos de una traidora, acepto el trato siempre y cuando no seas pretenciosa.
- No te preocupes, saldrás ganando.
- Bien te espero.
Belice apaga el celular y le pide a Kurt que la lleve a la empresa y la acompañe durante la cita. A las dos horas Belice hace su ingreso al edificio.
- Buenos días, señora Casiraghi, pase por favor.
- Buenos días. Vine con el señor Stewart para una negociación.
- Puede pasar.
Ambos van con el elevador hasta el piso donde Santino tiene su oficina. Belice le dio algunas indicaciones a su guardaespaldas, eventualmente Santino se pone violento o en caso de Paola este allí por un escándalo. Al salir del elevador, van directo a la oficina de Santino y allí estaban los dos amantes.
- ¡Belice! – Santino reacciona de manera rápida e inesperada.
- Muy interesante señor presidente, esperaré a que termine su asunto amoroso.
- ¿Quién es ese tipo? - Estaba enojado y lo señala con el dedo al guardaespaldas.
- Más respeto para mí guardaespaldas.
- ¿Tienes guardaespaldas? – Paola no resiste ante la belleza de Kurt.
Kurt ni la mira, está enfocado en Santino.
- En vista de que mi novio y su esposa tienen un asunto que arreglar, podemos salir y charlar un rato. – Paola le habla con coquetería.
Santino no se esperaba una conducta tan relajada de su nueva novia, y no es para menos, el guardaespaldas se presenta mejor, es algo fornido, tez clara. Pero cuando se quitó los lentes de sol, dejó ver sus ojos azules, unos ojos de mirada fuerte y hundida, irradia poder. Dejó estático a Santino.
Paola acaricia la mano del guardaespaldas, pero este le tuerce la muñeca con total facilidad. Ella soltó un grito muy fuerte.
- Mi muñeca, me torció la muñeca, me duele mucho Santino. – toda llorosa se acurruca sobre su novio.
- ¿Cómo pudiste lastimarla?
- El señor es ciego – dijo Kurt con tono ronco – la señorita me estaba seduciendo ¿Para usted es correcto que una novia se comporte así con un extraño?
Santino se quedó callado, respiró fuerte y fue directo al asunto.
- Belice - le habla con tono seco – aquí está el acuerdo de divorcio, léelo pon tus condiciones y fírmalo de una vez.
Belice recibe el documento, mientras que Santino mima a Paola para que se le alivie el dolor, pero no llama a nadie para que la lleven al hospital a revisar esa torcedura. Los minutos pasan y la muñeca de Paola se hincha y se pone negra.
- Mi vida, mira mi muñeca, está cada vez peor. Me duele mucho.
- Ve al hospital con Jason.
- Quiero ir contigo.
- Estoy ocupado, no vez. – se siente incómodo ante la propuesta de Paola.
- Pero quiero ir contigo.
- No ves que estoy ocupado con el divorcio. – levanta la voz.
- No me grites. Me duele, trátame con cariño soy mujer, no Belice. – se pone llorosa y eso es lo que Santino odia.
Llamó a Jason para llevar a Paola al hospital. Jason llega, saluda la visita y su saludo es respondido con alta formalidad, recibe y acompaña a Paola, ella va por delante y Jason por detrás está disgustado con el trabajo de cuidar a Paola. Recién inicia su trabajo y no la puede ver en pintura.
Belice escribe sus condiciones y firma el papel.
- Muy bien. Ya puse mis condiciones, espero que se cumpla, puede leerla y verá que ambos salimos beneficiados. Sin más que decir, yo me retiro, tengo que ir a trabajar.
- Belice.
- ¡Diga!
El cruce de miradas fue profundo, eso ha sacudido el corazón de Santino.
-No. Nada, olvídalo.
Belice se fue sin mirar atrás, las lágrimas salían por si solas.
- No merece sus lágrimas, señorita.
- La herida duele. Pero debo ir a trabajar, ya perdí casi un día. Por favor, llévame al taller, necesito elaborar esos moldes.
Ellos se fueron de inmediato del edificio, Santino tiene una fuerte y extraña sensación de malestar, ese cruce de miradas ha hecho su efecto.
- “Maldición Belice, ¿Por qué? ¿Por qué me has traicionado Belice? ¿Qué hice mal? Ahora yo también he roto con mis votos– está solo y habla a voz alta, está dolido – Paola – empieza a recordar la reacción de ella y de lo que le dijo el guardaespaldas de su esposa. –¿En mi cara lo hiciste? Debo admitir que ese tipo es bastante atractivo, pero una mujer que ama no haría eso ¿Será algo del momento?”
Santino enreda más las cosas mientras piensa, pero recordar como pilló a Paola en pleno acto con otro hombre, ver a Belice y recordar como sus padres la trataron con cariño todo el tiempo. Se pone a trabajar en un plan para resolver el problema.
Camino al taller de la pastelería, Belice intercambia palabras con Kurt.
- ¿Le has torcido la muñeca? - le preguntó algo incómoda.
- No le torcí, le rompí la muñeca, no sabía que ella tuviera huesos frágiles. Lo siento.
- Debiste romper la otra también.
- ¡Ay, no! Muy chillona, pensé en quedarme sordo. – estaba disgustado.
-Te comparé unos tapones, así, para la próxima te los pones y ya no habrá ese miedo.
Por otro lado, Paola chillaba en el hospital, Jason la odia y llama a su jefe.
- ¡Aló! – Santino responde de mala gana.
- Señor, aquí reportando que la señorita Paola tiene fractura.
Santino colgó, Jason quedó asombrado por la gran falta de interés de su jefe hacia su nueva novia, pero luego entiende algo y se ríe, compara la chillona, con su exjefa, la nueva novia chilla como rata y compara con Micky mouse.
Santino lee las condiciones de Belice, lee y relee, admira su bella caligrafía, acaricia el papel y el bolígrafo que ella sostuvo para escribir y firmar pasan los minutos y al volver en sí, se acuerda que debe llamar su abogado para que analice las condiciones de divorcio por parte de su futura exesposa.
El abogado ingresa a la oficina y ve en mal estado a Santino.
- ¿Se siente mal? ¿Pasó algo grave?
- He amado con locura a Belice y ella me ha traicionado. – Quería llorar de la cólera.
- Entiendo.
- Usted no entiende nada. Estoy hecho pedazos. La mujer que amo está en brazos de otro. – Santino tiene una respiración difícil.
- ¿La señora Casiraghi ya firmó el acuerdo de divorcio?
- Hay dejado por escrito sus condiciones. – le entrega los papeles.
El abogado lee, analiza y comenta.
- Señor Casiraghi, las condiciones dadas por la señora son de mucho beneficio para ambos ¿Piensa proseguir con sus ideas o usamos también las ideas de la señora?
- Usted me acaba de decir que las condiciones estipuladas por mi esposa benefician a los dos.
- Sí, así es.
- Que se haga su voluntad, quiero vivir en paz.
- Muy bien, haré el papel para presentarlo al juez.
- Está bien ¿Para cuándo estarán los papeles?
- Todo dependerá de la agenda del juez ¿Tiene prisa alguna?
- No. – esa palabra fue dicha con profundo pesar.
Santino, no puede borrar la mirada triste de Belice, era una mirada genuina, tiene que mover sus hilos tan rápido como sea posible, si Raúl se entera será su final.