Una Chica Ruda Reencarna en una Nerd Tímida

Se sentó y tomó su bolso. Había olvidado que Fiko le había quitado la cartera. "Maldición...", maldijo mientras se tiraba del pelo. Volvió a dejarse caer de espaldas sobre la cama. "Tengo que conseguir dinero para el próximo mes", murmuró. Salió de la habitación; eligió salir por la ventana. Desde allí podía ver un pilar de la casa bastante grande. Eligió bajar por allí, deslizándose desde arriba, y luego sacó su coche de la casa.

No tenía ni idea de que lo que hacía estaba siendo observado por Daren desde el balcón de su habitación. "¿Por qué has cambiado?", murmuró suavemente. "¿Quién eres en realidad?".

Mientras tanto, Handi y los demás dentro hablaban sobre cómo Key había cambiado drásticamente: desde su comportamiento, su ropa. Se podría decir que todo. Incluso su forma de hablar era muy diferente.

....

Key puso un pie en medio del bullicio nocturno. Miró de reojo el reloj, que marcaba las 11 de la noche. Solo se encogió de hombros con indiferencia y luego se dirigió hacia un hombre que conocía.

"Hola, bang Mike...", dijo con calma.

El hombre al que llamaban bang Mike se dio la vuelta. También lo hizo el grupo de personas que estaba con él. "¿Quién eres?", preguntó él, extrañado. De hecho, no conocía a la chica que tenía delante.

Miró a Key intensamente. Una chica de cara redonda, pelo largo atado en una coleta baja. Ojos grandes, piel pálida, labios finos y dos mejillas regordetas que hacían parecer que Key aún era una colegiala. O una estudiante de secundaria; no parecía en absoluto una universitaria. Además, su cuerpo era menudo, para ser exactos, medía solo 1,55 m y pesaba 40 kg. Quizás porque Key había estado desnutrida y sufriendo emocionalmente durante mucho tiempo, su cuerpo no se había desarrollado como debía.

Diferente al cuerpo de Keyna. El cuerpo de Keyna era muy ideal: 1,70 m de altura, 50 kg de peso, rostro afilado, labios sexys. Ojos redondos y piel de un blanco luminoso. No había que preguntar por la belleza de su rostro. Sí, Keyna tenía un rostro hermoso y maduro.

Mientras que el rostro de Keyla era dulce y adorable como el de una niña pequeña. Cualquiera que la viera, seguramente pensaría que aún tenía 15 años.

Key frunció el ceño. "Soy yo, Key", dijo, señalándose a sí misma.

"¿Key?", repitieron ellos al unísono.

'Dios mío, se supone que estoy muerta. ¿Cómo van a saber que soy Key?', se maldijo Key internamente.

"Eh... quiero decir... me presento, mi nombre es Key... Keyla, sí, Keyla, pueden llamarme Key", dijo nerviosamente.

Ellos solo dijeron "Oh". "¿Por qué me buscas?", preguntó Mike.

Key se acercó más. "Quiero preguntar algo. ¿Hay carreras ilegales esta noche? Porque quiero participar", dijo Key con inocencia. Chasqueó la lengua; odiaba esta cara suya. Cuando ponía cara seria, este rostro parecía el de una inocente sin pecado.

"¿Quieres participar en una carrera?", preguntó Mike, sorprendido. Key asintió con convicción. "Todavía estás en la secundaria y ya quieres pisarle", continuó.

"¿Hay o no? Necesito dinero", respondió Key con pereza.

"No hay, en realidad. Pero si quieres, ¿qué tal si apostamos?", preguntó uno de los hombres allí, que Key sabía que se llamaba Vito.

Key sonrió levemente. "¿Qué quieres apostar?", preguntó con voz neutra.

El hombre llamado Vito sonrió con astucia. Miró a Key con cinismo. "Te daré mi coche si pierdo. Pero si yo gano, tú tienes que darme tu coche, ¿qué te parece?", preguntó desafiante.

Key guardó silencio por un momento. ¿Debía renunciar a su coche? Ese coche era un regalo de la abuela de Key. Aún tenía corazón, y le pesaba la idea de desprenderse de un objeto valioso que le había dado otra persona. Pero no tenía otra opción; no tenía ni para comer mañana. Si trabajaba, tendría que esperar un mes para recibir su salario. "Trato...", Key extendió la mano.

Desde el lugar donde Key negociaba, cuatro hombres bajaron de sus respectivos coches.

"Parece que hay una carrera", dijo uno de ellos llamado Lie.

"Vamos a echar un vistazo allí", respondió Gilang.

Asintieron y se acercaron a donde Key estaba rodeada de gente. Sí, habían escuchado toda la negociación entre Key y Vito, lo que hizo que uno de ellos se sintiera tentado.

"Yo participo", dijo alguien con arrogancia, abriéndose paso.

Key, que acababa de estrechar la mano de Vito, se giró hacia la fuente de la voz.

Uno de los cuatro hombres se sorprendió al ver a Key. Pero rápidamente puso una expresión impasible; sus ojos estaban llenos de odio. Al principio, Key también se sorprendió, pero eligió guardar silencio.

"¿Quieres participar? ¿Y qué tienes tú para apostar?", preguntó Vito con arrogancia.

El hombre que quería unirse a la apuesta se llamaba Erdan. "Tengo un deportivo último modelo. ¿Qué te parece?", preguntó con no menos arrogancia.

¿Key? Por supuesto que conocía a Erdan. El chico deseado por las chicas de allí. Sí, era un chico que solía frecuentar ese lugar. Más precisamente, las carreras ilegales, a pesar de ser hijo de gente rica.

"¡Trato!", respondió Vito con entusiasmo. "¿Y tú?", le preguntó a Key.

Key solo extendió la mano. "De acuerdo", dijo.

Un momento después, se dirigieron a coger sus respectivos coches, pero la mano de Key fue agarrada por un hombre que no le era desconocido. "¿Qué haces haciéndote la que apuesta? ¿Ya te crees muy lista?", esa voz de barítono llegó a los oídos de Key.

Key miró fijamente al hombre frente a ella. "No necesito tu sermón. No te hagas el que te preocupas por mí. ¡Como si fueras a llorar si me muero!", respondió con cinismo.

"¿Ya te atreves a enfrentarte a tu propio hermano? ¿Por qué? ¿Acaso estar al borde de la muerte te ha vuelto más tonta?", dijo él. Él era Riko.

Key apartó la mano de Riko de un manotazo. "Necesito dinero. Tus padres no me dan dinero, pero confiscan el mío. No te contagies de la falta de cerebro de tu mami y papi. Deja de fingir que te importa", espetó Key, y se fue, dejando a Riko plantado allí.

Los ojos de Riko se enrojecieron de ira. Apretó los puños con fuerza, haciendo que sus nudillos se pusieran blancos. "Mierda...", maldijo, y luego fue a encontrarse con sus amigos.

En realidad, Riko no venía aquí a menudo. Pero había accedido por la invitación de sus amigos. Sus amigos se llamaban Gilang, Ednan, Lie y Gio. Eran amigos desde la infancia hasta ahora.

Key llevó su coche al centro del espacio y bajó la ventanilla del conductor, mirando a su oponente a la derecha.

"Vaya. Chica, tu coche también es genial. No me arrepentiré de esto", dijo Ednan con alegría.

"Ruidoso", respondió Key con desgana. No sabía si era por la presencia de Riko, pero su humor estaba muy mal en ese momento.

Mientras tanto, Riko miraba sorprendido el coche de Key. ¿Desde cuándo estaba modificado ese coche? ¿Desde cuándo Key podía hablar con tanta dureza? Por lo que él sabía, Key nunca había hablado con dureza; ni siquiera se había atrevido a hablar en voz alta. El cambio de Key escapaba a su comprensión.

El coche de Key, que originalmente era negro liso, ahora se había transformado en negro y dorado. El acelerador, que antes sonaba suave, ahora rugía ferozmente como el de un auténtico corredor callejero.

Mientras tanto, el coche de Vito no era menos impresionante. Su coche de color verde oscuro era un deportivo último modelo ya modificado.

El coche de Ednan, por su parte, era el más nuevo. Para ser exactos, solo llevaba dos días usándolo. Además, era un modelo de lanzamiento tan reciente que se podía asegurar que su precio casi podría comprar 100 coches de marca común. En Indonesia, incluso, solo unos pocos lo poseían.