Tatiana lleva enamorada de su amigo una década pero el se casará y ella debe ser madrina de su boda junto a su enemigo
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Capitulo 9
No podía creer la estupidez de Emanuel, quería ridiculizarme haciéndome cantar. Si algo de mí supiera, claramente tendría bien en claro que en primer lugar jamás dejo pasar un reto porque soy súper competitiva y que además de todo cantar no se me da nada mal. Tampoco es por alardear pero no he tenido malas críticas en el pasado.
Danilo disfrutaba nuestra pelea, ya sabría el final de ésta, claramente quién perdería ésta noche no era yo. Pero también deseaba ganar algo y no subir al pequeño escenario solo porque el muy estúpido me lo dijo.
Así que si quería perder algo, bien por mí. Mientras más fingiera estar asustada mejor se pondría el asunto porque más estaría dispuesto a perder por dejarme en ridículo.
-¿Que pasa la princesa tiene miedo?-
-Digamos que ponerme en ridículo delante de toda ésta gente es un poco perturbador
-¿Te rindes?
-No dije eso
-¿Que te gustaría apostar? Yo ya se lo que quiero
-Mmmm si subo al escenario quiero que me digas el motivo del por qué dejaste de hablarme de la noche a la mañana
-No, otra cosa
-¿Quien tiene miedo ahora? Bueno, de todos modos no me interesa. Ésta noche pagarás todo lo que consumamos
-Tenemos un trato, ahora cumplí tu parte o te tocará pagar...
Me acerque q su oído y le dije -que lo disfrutes
Tomé la mano de Danilo y subí al escenario con su ayuda, entenderán que con el vestido y los tacones era muy difícil. Le pedí a él que eligiera una canción mientras yo buscaba el micrófono. Creí que elegiría otra, quizás una en la que pudiera cantar conmigo. Le pedí que se acerque antes de que la canción comience y le dije al oído que vaya a la mesa nuevamente, que allí nos veríamos y que por favor siga mí juego. Solo se rió en respuesta y eso me dio justo lo que necesitaba.
Comenzó la canción y justo antes de que comience a cantar, Emanuel sonreía con satisfacción porque creyó que no lo haría; o tal vez que me saldría pésimo pero en cuanto fue mí turno la expresión de sorpresa se que quedará grabada en mí memoria hasta el fin de mis días.
Cantar me relaja, es algo que amo pero que solo Danilo sabe. Llevo tantos años fuera de aquí que comprendo que nadie conoce mí personalidad. Cuando me fui era alguien tímida, quien jamás aceptaría desafíos de nada, quien nunca levantaría la voz ni siquiera bailaría en público. Pero ahora soy una mujer y aunque al plano sexual no he llegado por estar enamorada locamente de quién no tardará en contraer matrimonio eso no me vuelve tímida ni asustadiza.
Emanuel puede que físicamente haya cambiado y que ya no sea el niño que era cuando dejó de tratar conmigo pero por dentro sigue siendo el mismo estúpido e insoportable que sigue haciéndome enojar fácilmente. Es desesperante, hiriente cuando así lo desea y ni siquiera sonríe, es algo así como un viejo gruñón dentro de una persona joven y atractiva. Porque sí, atractivo tiene, pero basta con verlo serio las 24 horas del día y que abra la boca para que todo lo exterior se opaque a la velocidad de la luz.
Cantar me permite sentirme libre, sexy, deseada, tranquila y muy pero muy feliz. Es increíble como tres minutos en un escenario improvisado pueden mejorar mí humor, o en éste caso hacerme desconectar de mí triste y penosa realidad por al menos unos minutos.
Ver el deseo en el sexo opuesto cuando bailo e interpreto una canción sensual y bailo al ritmo de la música le hace bien a mí tan maltratado autoestima. No sé confundan, se lo que soy pero que la única persona de quién deseas atención y no obtenerla en una década es traumático.
La canción que Dani eligió es tan sensual que supe sus intenciones al instante, todo esto le divierte. Él volvió a nuestra mesa donde todos estaban sorprendidos y yo estiré mí mano para que alguien del público me ayudara a bajar del escenario; claro que tuve varios voluntarios.
Atravesé la gente y volví a nuestra mesa donde me senté sobre las piernas de mí amigo mientras seguía cantando y lo miraba a los ojos. Veía de reojo de vez en cuando a Emanuel quien estaba atónito al igual que la pareja de desafinados que nos acompañaba. ¿Hay algo más satisfactorio que ganar un reto haciendo algo que no supone esfuerzo cuando la recompensa es buena? Ya les digo que no.
Acabó la canción, Emanuel sin palabras. El público me aplaudía y pedían que cantara más. Tomé la mano de Dani y lo llevé al escenario. Elegí la canción amor imposible de Natti Natasha y Maluma, la interpretamos y en un pequeño fragmento de la canción que dice "cabrón se nace, no se hace baby" señale a Emanuel para que sepa lo que pienso de él. ¿Lo disfruté? Claro que sí.
Luego cantamos otras canciones como ya es hora de Becky g, Ana Mena y de la ghetto, perro fiel de Shakira y Maluma y una canción bastante actual que se llama un beso de improviso que es bastante movida haciendo que todos salgan a bailar.
Dejamos de cantar y volvimos abrazados a nuestra mesa para tomar algo. Después de nuestra actuación nadie volvió al escenario, creo que para no hacer el ridículo luego de nuestro show. Pusieron reggaeton y con Danilo fuimos a bailar; además de cantar se mueve súper bien en la pista por lo que llamamos la atención. Varias mujeres lo invitaron a bailar y a mí varios hombres. Quien diría que ésta maldita noche donde supe que de todo sucedería en 90 días acabaría siendo divertida.
Ramiro y Oriana salieron a bailar, no eran geniales pero tampoco malos como en el canto y se notaban felices juntos. Volví a mí mesa viendo la feliz pareja, Danilo siguió bailando con su compañera de turno y solo quedamos Emanuel y yo. Ésta vez no abrió su estúpida boca, cosa que agradecí infinitamente.
Danilo volvió a nuestra mesa, dirigió su mirada hacia donde apuntaba la mía y no hizo falta decir nada para que me abrazara por los hombros en señal de apoyo. Emanuel permanecía inmóvil en su sitio observando todo, muy escalofriante cuando miraba sin pestañear algo pero era una costumbre suya.
Tomé bastante, no sé cuánto realmente pero si que fue tentador emborracharme gratis gracias al reto. No sé a qué hora llegué a casa, solo se que al despertar tuve una resaca de los mil demonios. Danilo estuvo cuidándome y según sus palabras Emanuel nos trajo ya que venía para el mismo sitio. ¿Me avergüenza que ese idiota me haya visto en tal penoso estado? No, no me importa.
Vestido de Tatiana
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