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RIVALES DE OFICINA

RIVALES DE OFICINA

Status: En proceso
Genre:Oficina / Equilibrio De Poder / Malentendidos / Traiciones y engaños / Amor-odio / Romance de oficina
Popularitas:6k
Nilai: 5
nombre de autor: Yazz García

Camila tiene una regla: no mezclar negocios con emociones. Pero Gael no es fácil de ignorar. Es arrogante, brillante y está decidido a ganarle. En los proyectos, en las reuniones… y también en el juego de miradas que ninguno de los dos admite estar jugando.

Lo que empezó como una guerra silenciosa de egos pronto se convierte en una batalla más peligrosa: la de resistirse a lo prohibido.

¿Hasta dónde están dispuestos a llegar por ser los mejores… sin perderse el uno al otro?

NovelToon tiene autorización de Yazz García para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Está creciente tensión

*⚠️Advertencia de contenido⚠️*:

Este capítulo contiene temáticas sensibles que pueden resultar incómodas para algunos lectores, incluyendo escenas subidas de tono, lenguaje obsceno, salud mental, autolesiones y violencia. Se recomienda discreción. 🔞

...****************...

Me tiré en la cama, dispuesta a olvidar todo. El proyecto, el ruido, el maldito 406, su sonrisa, sus brazos cargando esa caja...

¡Camila! ¡Céntrate, por Dios!

Di vueltas como si la cama estuviera llena de chinches. No podía dormir. Me puse una mascarilla de lavanda, me acomodé mil veces la almohada. Nada.

Cada vez que cerraba los ojos, aparecía él. Con esa sonrisa idiota, esos malditos chistes y su maldito

"¿Y si te invito a una copa para compensar?"

¿Quién dice esas cosas y sale impune?

Encendí el celular. Una y media de la madrugada. Ni siquiera Netflix podía salvarme de esto.

Noté una notificación en el correo de la empresa. Al principio lo ignoré. Pero la curiosidad mató al gato... y también al insomnio.

De: Gael Moretti

Asunto: PROYECTO SPARK ENERGY – Notas nocturnas (o insomnio creativo)

Camila,

Estuve pensando en cómo unir la emoción de tu propuesta con la precisión digital de la mía. Adjunté un PDF con una idea loca que me vino mientras desempacaba (sí, a medianoche, no me odies). Lo Siento por el ruido. Vi una cucaracha y no encontraba el insecticida y terminé haciendo todo a la antigua: con patadas.

Por cierto, lo de las pantuflas de conejito fue lo mejor que vi en mi día. Me pareció muy tierno, para ti.

No bajes la guardia. Me estás empezando a caer bien.

PD: La pared que compartimos suena hueca. ¿Eres tú golpeándola con una escoba o fue un efecto sonoro de mi playlist?

G.

Lo leí tres veces.

¿Quién demonios pide perdón y a la vez se burla en el mismo párrafo?

Me mordí el labio...por la rabia contenida. ¿Cómo se atrevía a ser funcional, gracioso y hasta un poco tierno?

Apreté el celular contra la almohada.

—Ese maldito... me quiere conquistar con PDFs —susurré, horrorizada.

Apreté los labios. Me resistí cinco... diez segundos. Luego me rendí y lo abrí. Porque aparentemente no tengo dignidad, solo debilidad por ideas brillantes y sarcasmo en forma de hombre.

Y sí, el archivo era bueno. MUY bueno. Una mezcla de nuestras dos presentaciones. Coherente, impactante, creativo. Como si hubiéramos trabajado juntos sin pelearnos. Qué fantasía, ¿no?

Y encima firmaba con una carita sonriente al final.

Apagué todo de nuevo. Respiré profundo. Y entonces supe que se venía el verdadero problema.

Porque cuando tu rival se convierte en tu vecino, tu compañero de equipo y tu insomnio personal... estás más que jodida.

...****************...

Desperté con una sola certeza:

Voy a mudarme.

Sonaba metal.

A todo volumen.

Gael Moretti y su despertador criminal habían cumplido su promesa.

—Voy a asesinarlo —murmuré con la voz ronca, buscando a tientas el celular.

6:02 a.m.

No importa si tengo que vender un riñón o alquilar un colchón en el sótano de la empresa, no puedo seguir viviendo pared con pared con Gael Moretti.

No después de tener dos noches de insomnio y mucho menos después de leer ese PDF brillante y sarcástico que, para colmo, me gustó.

Soy débil. Lo admito.

Me arrastré hasta la cocina, me preparé un café y me lo tomé sin azúcar. Porque el sabor amargo era más soportable que admitir que me quedé pensando en él hasta las tres de la madrugada.

—No te gusta. Solo lo odias con admiración. Eso es todo —me dije en voz alta, intentando engañarme como si no fuera yo misma la que escuchaba.

Mientras lo tomaba, el teléfono vibró.

—¿Dormiste bien, vecina?

Me atraganté. Literalmente escupí un poco de café sobre el mesón.

—¿De verdad estás preguntando eso después de poner heavy metal a las seis?

—Te advertí. Comunicación efectiva, ¿ves?

—Eres el anticristo de los vecinos. Lo sabés, ¿no?

—Lo sospechaba. Pero gracias por confirmarlo.

Por cierto… tu opinión sobre el PDF, ¿la tengo que leer en otro correo o vas a decírmelo con esa mirada tuya de “te odio pero te respeto un poco”?

Me quedé mirando la pantalla como si pudiera borrar su cara con la mente.

Porque odiaba admitirlo… pero tenía razón.

Me duché, me vestí con mi mejor traje de "soy una mujer seria y absolutamente no afectada por los abdominales del vecino" y salí al pasillo. Cerré la puerta con fuerza.

Justo cuando giré, ¡ahí estaba el maldito!, saliendo de su departamento con el cabello mojado, una toalla en la cintura, y una taza de café en la mano.

Mi cerebro colapsó.

Pantalla azul.

Sistema no responde.

—¿Qué... estás haciendo? —pregunté, más como un reflejo de defensa que por verdadera curiosidad.

Él me miró como si no entendiera la pregunta.

—¿Qué parece? Me acabo de bañar. No tengo gas en la cocina todavía, así que vine a sacar agua caliente de los dispensadores. —Levantó la taza como si fuera la Copa del Mundo—. Gracias por la inspiración nocturna, por cierto.

Yo quería responderle algo ingenioso, algo sarcástico, algo que lo pusiera en su lugar.

Pero mi mente seguía procesando. Gael. Toalla. Vello húmedo. Café. Dios mío.

—Deberías... ponerte pantalones. —Fue lo único que logré decir. Como una abuelita escandalizada.

Patético.

Él sonrió.

—¿Estás preocupada por tu salud mental o por la mía?

—Por mi vista. Me duelen los ojos —le espeté, cruzándome de brazos para parecer segura, aunque internamente estaba a dos segundos de autodestruirme.

—Lo anotaré. Duval, sensible a la perfección estética masculina. —Se rió, dándose vuelta para entrar a su apartamento—. Nos vemos en la oficina, vecina.

Cerró la puerta y yo me quedé ahí, congelada, odiando todo.

El pasillo, el destino, los arquitectos que diseñaron estos departamentos con paredes compartidas, a los que pusieron los dispensadores y sobre todo... a mí misma.

Me dirigí a la empresa, lo más rápido qué pude.

Entré a la oficina con mi mejor actitud.

Y lo logré... por tres segundos.

Porque ahí estaba él, otra vez, con su camisa ajustada, sonriendo como si no hubiera salido en toalla esta mañana a perturbar mi paz mental.

Maldito.

Me senté en mi escritorio con la dignidad de una reina ofendida.

O al menos, eso intenté. Porque mis manos temblaban un poco. ¿Frío? ¿Café? ¿Trauma visual matutino? Imposible saberlo.

Gael pasó junto a mí. Olía a colonia cara y a problemas.

—Buenos días, socia —murmuró, dejándome una carpeta encima con total impunidad.

Ni lo miré.

—No me hables antes del segundo café, Moretti.

—¿Eso es un límite profesional o una súplica emocional?

—Es una advertencia legal.

Escuché su risa mientras se alejaba. Como si no hubiera en el mundo mayor placer que verme a punto de estallar.

Y ahí empezó el día.

Juntas. Reuniones. Correos. Comentarios cruzados. Miradas que duraban demasiado y esa constante sensación de que estábamos al borde de algo… explosivo.

Pero cuando llegó la tarde, me encontré sola en la sala de juntas con él. Otra vez.

—Necesitamos cerrar esto hoy —le dije, apuntando al proyector—. La presentación no puede tener ni un margen fuera de lugar.

—Tranquila, Camila. No pienso dejarte en ridículo. Al menos, no más de lo habitual.

Lo fulminé con la mirada.

Él sonrió.

Y entonces ocurrió algo que no esperaba: su sonrisa se apagó un poco.

—Ahora en serio —dijo, con voz más baja—. Sé que esto es importante para ti y no estoy jugando.

Mi corazón se detuvo. No porque fuera una declaración épica, sino porque… era honesta.

Yo no estaba preparada para la versión honesta de Gael Moretti.

Tragué saliva.

Él se levantó, tomó su portátil y lo cerró.

—¿Vamos a tu apartamento esta noche o al mío?

—¿Perdón?

—Para trabajar. ¿O pensaste que te estaba invitando a otra cosa?

No sé qué expresión puse, pero él se rió y agregó:

—Tranquila, Duval. Todavía no llegamos a ese nivel. Aunque... si me invitas un café en tus noches de insomnio, lo consideraré.

—Eres un imbécil.

—Y tú una adicta al control. ¿No crees que sería una perfecta combinación, nena?

Lo vi salir de la sala y me apoyé en la mesa, cubriéndome el rostro.

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ana maria flores
Me parece muy linda la historia pero aparentemente era la primera que la leía una pena no poder leerla completa
ana maria flores
Está terminando la novela pero solo he leído que todo lo puede el padre mafioso y Gael no sabe cómo enfrentar sus amores ni tomar decisiones que lo salven para vivir una vida mejor
Yazz: Hola!
La novela no está en la recta final, lo siento, si no pudiste comprender el proceso de la historia. Solo ten en cuenta que no es una novela convencional, es tipo Romcom con algunos matices dramáticos. ¿Me gustaría saber cuál seria su inconformidad?
total 1 replies
Mirta Ramirez
yo me mudo y listo... con semejante tipo!!!
ana maria flores
La verdad que yo tampoco 😃
Mirta Ramirez
no se si reirme o llorar con esta "novela"
Yazz: ¡Hola!

Lo siento si está novela no ha sido de su agrado. Entiendo que para todos no es fácil conocer el proceso de algunas historias. Pero ten en cuenta que es una novela no convencional. De género Romcom con matices dramáticos. ¿Quisiera saber cuál sería su inconformidad? para tenerla en cuenta. Gracias por leer mi novela 🤗
total 1 replies
Aylen Dopico
no no porfa no me los separesssss😭😭😭🤧
Cecilia Balmaceda
Muy interesante
Mirta Ramirez
nocamina... vuela!!!! q feo una mujer asi!! arrastrada!!!
Mirta Ramirez
que bruja y p....ta
Aylen Dopico
no, no, no me los separes porfa aaaa que Camila no de aleje porfis que lo perdóneme no me hagas esto autora porfa aaaa😭😭😭
Mirta Ramirez
x ahora nada intetesante
Mirta Ramirez
uh...que capitulo.insignificante
Mirta Ramirez
otro capitulo sin avance!!!
Mirta Ramirez
no se q piensa la sutora!!! que advertwncia rificula!!!! no pasa nada de nada...
x ahora muy lenta y pesada
Mirta Ramirez
no entienfo esas frases de advertencis,al principio....
Emperatriz Reales
La asquerosa se acostó conmigo n el hermano
Emperatriz Reales
Q tipo tan asqueroso, pero más Camila si se vuelve acostar con el
Emperatriz Reales
Zorra de lo peor
Hilda
Que mier—quina!
Eso si fue incómodo
Aylen Dopico
amo la historia
Yazz: Gracias por leerla, me alegra que te guste 🤗
total 1 replies
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