NovelToon NovelToon
Los Enredos Del Alfa

Los Enredos Del Alfa

Status: En proceso
Genre:Romance / Comedia / Hombre lobo
Popularitas:7.4k
Nilai: 5
nombre de autor: IdyHistorias

Aksel Klutzberg no es el típico alfa de cuento. Es delgado, su forma de lobo es más pequeña que la de cualquier otro líder, y su vida está lejos del lujo o la admiración. Se convirtió en alfa siendo apenas un adolescente, cuando sus padres lo abandonaron para ir en busca de sus mates, dejándole solo una nota y una manada al borde del colapso.

Hoy, Aksel vive en la casa principal de la manada, pero prefiere usar los pocos recursos que le quedan para reparar los hogares de los demás, pagar estudios, cubrir gastos médicos y mantener unida a su gente antes que comprarse un par de pantalones nuevos. Trabaja en la única ferretería que lograron salvar, sobrevive a base de esfuerzo y sarcasmo, y no ha tenido tiempo —ni espacio— para enamorarse.

Lo último que espera es encontrar a su mate. No está listo para el amor, ni para compartir una vida que a duras penas sostiene.
Pero el destino no espera a que estés preparado.
Y Aksel está a punto de enredarse más de lo que nunca imaginó.

NovelToon tiene autorización de IdyHistorias para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Enredados por la sorpresa

Estaba ordenando unos tornillos cuando escuché una voz alterada afuera de la ferretería. Era un tipo que vestía como si fuera a una reunión de negocios. No era de aquí, se notaba por su acento y por la ropa. Junto a él había una chica con un vestido floreado y una chaqueta de cuero. Ella también tenía un acento distinto, pero más suave que el de él. Parecían una pareja, aunque no muy feliz.

—¿Aún no sé cómo me convenciste de comprar eso? —reclamaba el tipo—. Está hecho un desastre y hay que arreglarlo todo. ¿No era mejor contratar a alguien para hacerlo en una de las casas que vimos por internet?

—Me encantó —respondió ella, entusiasmada—. Si vamos a vivir aquí, quiero que la casa sea como yo la quiero. Además, tengo tiempo de sobra para hacerlo yo misma. No necesito que nadie me ayude.

—¿Tú? —se burló él—. Pero si eres una princesa. No sabes ni cómo usar un destornillador. ¿Qué vas a hacer? ¿Decorar la casa con purpurina y globos?

—No seas idiota —se ofendió ella—. Tengo más habilidades de las que crees. Y no me importa la decoración, lo que me importa es que sea nuestro hogar.

—Nuestro hogar... —repitió él. Suspiró—. Solo espero que aquí sí podamos ser felices.

—Claro que sí —dijo ella—. Pero tú me prometiste que harías esto conmigo. Que me apoyarías. Ya me dejaste sola una vez. No lo hagas de nuevo. Por favor.

El tipo se quedó callado. Parecía dolido. Yo sentí una punzada de lástima por él. No sabía qué había pasado entre ellos, pero se notaba que se querían.

—Lo siento —murmuró él al cabo de un rato—. No fue mi intención descuidarte. Era mi deber protegerte y te fallé.

—Lo sé —admitió ella—. Pero eso no significa sobreprotegerme. Tengo que vivir mi vida. Y tú, la tuya.

—Está bien —aceptó él con resignación—. No peleemos más por esto. Ya estamos aquí. Empecemos de nuevo. Una nueva vida.

—Gracias —dijo ella con una sonrisa—. Te quiero.

—Yo también —respondió él.

Me reí por lo bajo. Parecía que estaba viendo una telenovela. Una de esas que ponen en la tele y que no me gustan... pero esta pareja me intrigó. ¿Quiénes eran? ¿Qué hacían aquí?

Entonces recordé que debían ser los Winlane, los que habían comprado la casa que puse en venta.

—Oye —le dijo ella al tipo—. ¿Por qué no entras a la ferretería y compras lo que necesitamos? Yo voy por unos cafés, para aguantarte si te pones intenso.

—Ja... ja... ja. Está bien. Pero no tardes.

—No te preocupes —le aseguró ella—. Vuelvo enseguida.

El tipo entró a la ferretería con una lista en la mano. Yo lo miré con curiosidad. Era alto, casi de mi tamaño, un poco más musculoso, con el pelo castaño y los ojos celestes. Tenía una barba de unos días y una cicatriz en la mejilla. No era feo, pero tampoco era mi tipo.

Sin embargo, cuando olfateé el aire, me quedé... confundido. El tipo olía un poco a manzana y canela, mi olor favorito. Pero no era un olor fuerte ni claro. Era como si estuviera mezclado con otro. Era... raro.

—Hola —le dije con una sonrisa forzada—. Bienvenido a mi ferretería. ¿Puedo ayudarte en algo?

—Hola —me respondió con amabilidad—. Gracias. Estoy buscando algunas cosas que me encargaron.

—¿La chica que estaba contigo?

—Sí, ella —asintió—. Nos mudamos aquí hace poco. Queremos empezar una nueva vida.

—Ya veo —dije, sintiendo un raro alivio—. ¿Y qué necesitas?

—Pues, según la lista, necesito... —empezó a decir, mirando el papel.

Lo seguí por los estantes, tratando de ayudarlo... pero, en realidad, lo que quería era olerlo. Su aroma me atraía como un imán. Pero era el aroma de mi mate, ¿o no?

Entonces, ella entró con dos cafés en la mano. Se había recogido el pelo en un moño desprolijo y, de alguna manera, eso la hacía aún más bonita. Tenía los ojos celestes como un cielo frío, el pelo castaño con reflejos dorados que parecían atrapados por el sol. Sus labios eran suaves, y su figura... perfecta. Curvas donde debían, porte natural, segura sin exagerar.

Y olía... rayos. Olía tan bien. A canela y manzana.

El aroma era intenso, como si de repente todo el aire de la ferretería se hubiera vuelto ella. Mi corazón dio un vuelco. El olor era de ella, no de él. ¿Cómo no lo noté antes? Era claro, puro... inconfundible.

Mi mate.

Me quedé paralizado. El corazón me retumbaba en los oídos. Ella. Ella era mi mate. Y estaba entrando a mi ferretería, sonriendo, caminando hacia él.

Le tendió un café al hombre con una sonrisa tan cálida que me dolió en el pecho. Él le agradeció con familiaridad, como si fuera lo más normal del mundo que una mujer como ella le sonriera así. Yo apenas podía respirar.

Ella era hermosa. No de una forma exagerada, sino natural. Se había recogido el cabello en un moño improvisado, y aun así parecía salida de una postal. Tenía los labios curvados en una expresión dulce, y esos ojos... celestes, grandes, vivos. Todo en ella gritaba vida, fuerza, luz.

Y estaba con él.

La chica empezó a revisar las cosas que el tipo había tomado, cambiándolas sin preguntar. Con seguridad, con conocimiento.

—Esto no sirve —le dijo, devolviendo una lija—. Es para madera, y necesitamos una para metal. Esta de aquí está mejor.

—Ah, vale —respondió él, sin discutir.

—Y estas brocas son para taladrar, no para atornillar. Mejor lleva estas.

Yo los observaba desde el mostrador, con una mezcla de fascinación y resignación. Ella no era solo bonita, era lista, decidida. Práctica. Sabía lo que hacía. Y yo... yo era un desastre. ¿Qué iba a hacer con una mate así? Ni siquiera podía hablarle sin quedarme mudo. Ella era mucho. Más de lo que alguna vez soñé. Y por eso supe, con dolor, que no era para mí. Que nunca lo sería.

El tipo se acercó al mostrador para pagar, pero ella se detuvo en seco al ver los reposalibros tallados. Caminó hacia ellos como si el resto del mundo hubiera desaparecido. Se agachó a admirarlos con una expresión de asombro.

—Zafiro —dijo con impaciencia—. Vamos, no tenemos todo el día.

—Josh, espera. Mira esto. Es increíble —dijo, alzando uno con cuidado.

—¿Qué es eso? —preguntó él, sin mucho interés.

—Un reposalibros, creo —dijo ella, con entusiasmo—. Pero los detalles... los lobos, la luna, la madera... Tiene alma. Esto no es cualquier cosa. Esto tiene historia. Tiene que ser de un artista local.

—Bueno, bueno. Si tanto te gusta, cómpratelo.

Ella se acercó al mostrador con el reposalibros en la mano, sosteniéndolo como si llevara algo frágil y valioso.

—Hola —me dijo con una sonrisa suave—. Quiero comprar esto. ¿Cuánto cuesta?

Yo abrí la boca, pero no me salió una palabra. Mi garganta se cerró. Esa pieza… era mía. Un tallado antiguo que nunca entregué. Lo había hecho para alguien importante en mi vida. Alguien que ya no estaba. Y aunque nunca lo había dicho en voz alta, conservarlo me hacía sentir que aún quedaba algo de sentido en eso. O al menos lo hacía… hasta ahora.

Mattheo se adelantó.

—Eso no está a la venta —dijo él, cortante, antes de que yo pudiera reaccionar—. Son de Aksel.

—¿Aksel? —repitió ella, girando la cabeza hacia mí.

—Yo... —tragué saliva— no puedo venderlos... Lo siento. Es personal.

Ella bajó la mirada, claramente decepcionada. Me devolvió el reposalibros con cuidado, casi con pena. El tipo me lanzó una mirada entre molesta y protectora. Supuse que porque no quise vendérselo a su... ¿novia?

La idea me revolvió el estómago. Claro. Estaban juntos. Se notaba. Cómo se hablaban, cómo se miraban. Ella ya tenía a alguien. Por supuesto que sí.

—Oye, tú —dijo él de pronto, frunciendo el ceño—. Deja de mirar a mi hermana así.

—¿Hermana? —repetí, atónito.

—Sí. Hermana. Mi her-ma-ni-ta. ¿Algún problema?

—No… no, solo… pensé que eran pareja —murmuré, sintiendo un leve alivio... seguido de un peso aún más grande.

Porque si no eran pareja, entonces no había excusas. Ella igual seguía siendo inalcanzable. Solo que ahora era peor: no era solo que no me viera, era que nunca lo haría. No alguien como ella. No con alguien como yo.

—Pues no lo somos. Pero eso no te da derecho a mirarla como si... ya sabes —espetó él.

—No era mi intención. De verdad. Solo estaba... —me detuve antes de decir "fascinado".

—Ya, bueno. Pues contrólate —dijo con tono seco.

—¡Josh! —exclamó ella, molesta, tirándole de la manga—. ¿Qué te pasa? No tienes que ser grosero.

Él abrió la boca para protestar, pero ella lo interrumpió con una mirada fulminante.

—Joshua Stephan, o te disculpas, o juro que lanzo tu laptop al río.

Él bufó y murmuró:

—Perdón... No quise ser grosero. Es que... ella es lo único que tengo.

—Está bien —le respondí con una sonrisa que no me salió muy convincente—. Lo entiendo. Yo también protegería a los míos.

Ellos siguieron acomodando sus cosas. Pero yo no podía dejar de mirar a la chica. Ahora sabía que no estaba en pareja, pero también sabía que eso no significaba nada. El tipo —su hermano— iba vestido como si hubiera salido de una reunión con el presidente. Traje caro, zapatos limpios, todo en orden. Ella... ella probablemente estaba acostumbrada a ese tipo de mundo.

Miré mis manos.

Llenas de polvo de madera, con los nudillos algo maltratados. Callos. Uñas rotas. Comparadas con las de él, mis manos parecían de otro mundo.

Ella nunca miraría a alguien como yo.

Mattheo terminó de guardar las cosas en bolsas y cajas, y los acompañó hasta la puerta.

—Le ayudo a llevarlas al auto —le ofreció.

—Súper —respondió ella con una sonrisa, mientras salían de la tienda.

Y yo me quedé ahí, en silencio, viendo cómo la puerta se cerraba detrás de ellos. Como si acabara de pasar un huracán y solo yo supiera que algo dentro de mí había cambiado para siempre.

1
✨✨Esmeralda Guzman✨✨
me encanto la historia después de que sacaron a mi lobito antes de tiempo del horno se terminó de cocinar muy bien y será un excelente padre 🥰🥰🥰🥰🥰
IdyHistorias: Pronto subiré unos capítulos más!!!
total 1 replies
IdyHistorias
Gracias por tus palabras! Que bueno que te guste la historia!
Rosa Diaz
hola autora me encanta lu escritura partcipas con nosotros con el dialogo /Heart//Heart//Heart/
IdyHistorias: Me encanta responder a los comentarios , creo que también son una fuente de inspiración y dan ganas de seguir escribiendo 🥰🥰
total 1 replies
Alondra Roblero
jaja lobito calenturiento adoro
Alondra Roblero: WOW enserio es virgen entonces
IdyHistorias: Pues que te puedo decir … nunca tuvo ni un besito tímido y ahora tiene una mate a quien conquistar 😳😳
total 2 replies
Alondra Roblero
para mí k Lucia será la mate de Aksel
IdyHistorias: Solo diré que Lucía tendrá a un alfa en su vida
total 1 replies
✨✨Esmeralda Guzman✨✨
con razón faltaban algunos datos pero jajajaja ni lo mencione
IdyHistorias: Gracias por tu comentario ai me fijé que ese bo estaba y ya lo acomodaron
total 1 replies
Alondra Roblero
jaja amigo o hater amo al lobo 🐺
Alondra Roblero: jajaj sii me encanta felicidades está muy buena
IdyHistorias: No siempre el lobo interior está de acuerdo con el humano y este Lobito es todo un loquillo
total 2 replies
Alondra Roblero
este alfa es un cómico me encanta
Alondra Roblero: jaja oye sii
IdyHistorias: Creo que si no le va bien en la ferretería podría unirse al circo como cómico … ganaría más 🤡
total 2 replies
Alondra Roblero
jaja chistoso
Alondra Roblero
vengache pa ca k yo sí me fijo en ti
IdyHistorias: Todos queremos apapachar a ese lobito! 😏
total 1 replies
Alondra Roblero
jaja me gusta este alfa este es diferente a todas las k e leído donde el alfa lo tiene todo
Alondra Roblero: jaja si tiene sentido 🤣
IdyHistorias: Es un alfa de Latinoamérica 😓
total 2 replies
Alondra Roblero
WOW aguerrido el lobito
Alondra Roblero
jaja ya me lo abia creído k si era rubio y con un montón de admiradoras
me encantó la personalidad de este alfa
Alondra Roblero: jaja si amo a River
IdyHistorias: El pobre sabe su realidad 🤣 pero eso no le impide reírse de sí mismo … bueno eso no le impide a River reírse de Aksel 🐺
total 2 replies
✨✨Esmeralda Guzman✨✨
me encantan como se terminó de hornear nuestro lobito ahora es ya todo un alfa que no deja de preocuparse por su manada y Zafiro lo hace por el 🥰🥰🥰🥰🥰🥰
✨✨Esmeralda Guzman✨✨: 🤔🤔🤔🤔🤔🤔
IdyHistorias: Te prometo que en el epílogo habrá un dialogo sobre eso!!!
total 2 replies
Limaesfra🍾🥂🌟
que paso.con la.nana y su mate
IdyHistorias: Por ahí vuelven a aparecer solo esperen
total 1 replies
Valeria Romero
Vio lo que se va a comer 🐺🍆🍆
IdyHistorias: Pues si 🫣 y sabemos que le va a gustar
total 1 replies
Valeria Romero
Comertelo, Liam, solo hazlo y ya🐺❤️
IdyHistorias: Un par de mordiditas no estaría mal!! O lo morderán a él 🤷🏼‍♀️
total 1 replies
Valeria Romero
Al lobo se lo va a devorar caperucita 🐺🐺❤️
IdyHistorias: Con zapatos y todo!!!
total 1 replies
Valeria Romero
Manuela será tu mejor amiga 🤪🤪
Valeria Romero
Amoooo jajajaja
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play