Un Final Feliz Para La Extra.

Drystan ha estado muy emocionado con su nuevo hermano, juega con él, lo cuida cuando duerme y elige su ropa.

Ese día logramos adoptarlo y ahora su nombre es Elliot Dupeyrón, salimos de la oficina del gobernador, fuimos al mercado a comprar lo que teníamos planeado con la adición de nuevas cosas para el bebé, tuvimos que alquilar una carreta para llevar las cosas.

A pesar de todo el trabajo que tenía seguí entrenando mi magia y perfeccionando mi poder, le ponía películas a mis hijos con las que se entretenían mucho.

Cada vez puedo mantener más tiempo la pantalla sin cansarme y puedo hacer con tranquilidad mis tareas.

Hoy también estoy entrenando pero no estoy muy concentrada ya que me duele un poco la espalda, como resiento ahora el que la gente confíe tanto en sus poderes, porque las únicas camas disponibles en el mercado ese día eran durísimas, no es una cama como la que tenía en la casa del Duque.

–Cuanto desearía tener mi cama en este momento.

Confundida siento como mi magia se mueve de una manera extraña, nunca lo había hecho de esa manera.

Abro los ojos para quedarme sorprendida.

Delante de mí ocupando la mayoría de habitación vacía en la que estaba practicando se encuentra la majestuosa cama que tenía en la mansión del Duque.

–¿Cómo pasó esto?

Cierro los ojos y comienzo a mover la energía una vez más.

–Deseo un sofá acolchado con tapiz rojo.

Mi energía hace ese movimiento de nuevo, abro los ojos y como esperaba delante de mí aparece un sofá justo como la quería.

Esto es estupendo, acabo de descubrir un nuevo poder.

Entusiasmada corro en dirección a la habitación en la que están mis hijos. Esto lo voy a aprovechar al máximo.

–¡Cariño!

Salto sobre la cama haciendo que salten sobre ella.

–¿Qué sucede mami?

—Tengo algo que mostrarte, dejaremos la película para otro momento.

Muevo la mano para desaparecer esas imágenes y poder mostrarle unos juguetes y peluches.

–Elige algunos para ti y tu hermano.

Mira detenidamente la imagen, despacio señala un elefante de peluche que es más o menos de su porte. Cierro los ojos y me imagino al elefante, tendré que practicar bien para poder hacerlo con los ojos abiertos.

Escuchó una exclamación de parte de mi hijo y es cuando se que de verdad funcionó.

–¿Te gusta?

–Me encanta mami.

Nos la pasamos toda la tarde hasta que ya no me queda energía sacando y copiando juguetes con mi nuevo poder, supongo que será un poder de copia.

Este poder junto con el anterior son fantásticos, ahora puedo hacer una habitación decorada completamente para mis hijos, mejorar por completo la casa.

Unas de las primeras cosas que hice fue poner de esas luces de navidad a pila por toda la casa, ya estaba cansada de las velas tenía que estar comprándolas por montones. Por descuido también saqué una lámpara de pie con enchufe cosa que no sirve porque aquí no existen las instalaciones eléctricas.

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Ha sido una semana emocionante, ya que con un solo movimiento de mi mano soy capaz de copiar cualquier cosa y también me he dado cuenta que puedo crear cosas basadas solo en mi imaginación, como los lindos atuendos que hoy traen mis hijos.

He creado ropa de bebé de mi mundo para que no sea tan complicado vestir a Elliot al igual que los pañales, esos sí los he copiado.

Estamos en el pueblo una vez más para comprar provisiones y más que nada dar una vuelta.

Drystan va comiendo un caramelo y Elliot va durmiendo en mis brazos.

Paso por un puesto pequeño mirando sin prestar mucha atención, llevo unos cuantos pasos cuando recién me doy cuenta de lo que he visto. Me detengo recordando el epílogo de la historia "Un romance perfecto"

En el epílogo se habla de unos cristales mágicos con un uso especial, como por ejemplo es que podían reponer la energía perdida por los magos al usar mucha magia y la usarían en las batallas.

Antiguamente se usaban mucho estos cristales hasta el punto en que las minas se fueron vaciando y ya no quedaba ninguna, por lo tanto el uso y existencia de estos cristales se fue perdiendo.

Un día el príncipe encontró un libro antiguo en la biblioteca del castillo en donde se habla de ellos y recuerda haberlas visto en el mercado.

Me calmo un poco para que no se note mi emoción, vuelvo al puesto donde un chico joven un poco mal vestido y una cara desanimada vende los cristales.

–Buenos días.

–Buenos días señorita ¿En que le puedo ayudar?

–¿Cuánto valen estos cristales?

–Cinco monedas de cobre cada una

–Oh –está claro que tampoco sabe sobre lo que valen estos cristales, en el futuro estarán muy caras –¿Cuántas tienes?

–Tengo 45 cristales.

–Entonces las quiero todas.

–¿Cómo? –sus ojos se abren a más no poder por la sorpresa, comprendo que supuestamente son cristales inútiles.

–Las quiero todas, pueden ser bonitas joyas –sacó tres monedas de plata, no puedo darle tan poco dinero cuando se cuanto valen pero tampoco puedo darle tanto porque sería sospechoso –Soy nueva en el pueblo y no conozco a muchas personas pero si tienes más de estas puedes buscarme.

–Sí si –dice nervioso viendo las monedas en sus manos.

–Mi nombre es Dilara Dupeyrón ¿Tú como te llamas?

–Ángel West, señorita es un placer.

Ambos hacemos una reverencia. Termina de envolver las cristales en una bola y me la entrega.

–Fue un placer Ángel, espero poder vernos pronto.

Tomó la mano de Drystan y continuó con mi camino.

Estoy muy emocionada.

En mi segunda vida siempre quise tener una gran mansión, tenía la idea de estudiar arquitectura luego de hacer un pequeño curso on line de preparación para la universidad y por fin de esa forma cumplir mi sueño. Es una lastima que nunca llegue a cumplirlo en esa vida.

Pero ahora gracias a estos cristales, mi poder combinados y la experiencia del curso de arquitectura podré construir la mansión de mis sueños, aprovechando también de hacerla con todas las comodidades de mi mundo como el desagüe, las cañerías y electricidad.