MI VECINA, MI OBSESIÓN

El vuelo dura casi una hora y media, por lo que al anochecer llego a la casa de mis padres. Me siento cansado emocionalmente, no he podido sacar a Amanda de mi cabeza en las últimas horas, bueno, en realidad no he podido desde que se mudó a la Torre F.

Julieta me recibe con la euforia de siempre, corriendo hacia mí y colgándose como un coala.

— ¡Qué lindo verte Tistan, te extrañé! — siempre nos hemos tratado con mucho cariño.

— Hola Chuli, también te extrañé. —camino con ella alzada unos pasos hasta que la dejo en el portal, junto a mi equipaje. Entramos y el aroma de mi infancia me invade, estoy en casa, aquí crecí y me crié con el amor de una familia unida y fuerte.

Todo sigue igual, los mismos muebles en el mismo lugar, fotografías por doquier y esa sensación de que los años no pasan en esta casa.

— Tengo la cena lista para ti, ¿quieres refrescarte antes?

— Sí, mejor me instalo primero y bajo a comer.

Subo a la que era mi habitación, está intacta, tal cual la dejé hace algunos años cuando me mudé a Nueva York. Algunos pósteres de autos clásicos pegados en la pared, mi escritorio con su lámpara, invento de mi papá y una biblioteca con libros sobre tecnología que solía coleccionar.

Dejo mi maleta a un lado y voy al baño a lavarme las manos, el reflejo que me devuelve el espejo grita tristeza y desilusión ¿Puede ser que así se sienta tener el corazón roto? No lo sé, jamás me he enamorado y si así se siente la verdad es un asco.

— ¿Qué cocinaste Chuli? — pregunto mientras entro a la cocina.

— Hice pastas, hermanito, Sorrentinos en salsa rosa, mi especialidad. — la verdad es que Julieta cocina como los dioses.

— Muero de hambre.

Nos sentamos a la mesa y conversamos de temas triviales, como le está yendo en su trabajo, como me va a mí en mis cosas y demás. Recibo un mensaje de Fernando avisándome que llegará por la mañana y Julieta resopla enojada.

— ¿Por qué le tenías que decir que venga? No es necesario que se meta en esto.

— Julieta si hay problemas Fernando es la mejor persona para resolverlos, sabes cómo soy yo.

— Sí, ya sé, pero igual, no aguanto a tu amiguito — dice con desdén y sé muy bien la razón de su molestia.

— No lo aguantas porque es el único que no cae bajo tus encantos — la molesto.

—¡Cállate! Eso no es cierto, es un creído y prepotente, por eso no lo soporto.

Hago una mueca porque sé muy bien que mi hermana ha estado enamorada de mi amigo desde que era pequeña, pero él siempre la vio como una niña y eso la enfurece.

— Bueno, ya. Es el único que nos puede ayudar a recuperar el auto de papá. Tú eliges es él o contarle la verdad al viejo y que te mate.

— Grrrr, está bien, tú ganas. — se rinde— pero te advierto algo Christian, si él aparece con alguna de sus mujercitas, aquí no se queda.

— ¿Ah sí? ¿Por qué no? — indago aunque conozco muy bien la respuesta.

— ¿Ya olvidaste el show que se montó con una de esas la última vez que vinieron juntos? — pongo cara de no entenderla, por dentro me muero de risa de ver a mi hermana celosa — ¡Ay por favor! Se la pasaron haciendo ruidos extraños toda la noche, ¡No pude dormir nada! Menos mal que papá y mamá no estaban. Y a la mañana siguiente parecían siameses pegados por la cadera, todo el tiempo haciéndose arrumacos, guacala. — pone cara de asco para ocultar que lo que no le gustó fue que los arrumacos no fueron con ella.

— Está saliendo con alguien, pero me dijo que viene solo, para tu tranquilidad.

— Eso espero o si no lo saco de patitas a la calle.

Cerramos el tema ahí. La ayudo a limpiar la cocina y dejar todo en orden. No hemos tocado el tema del auto, prefiero tener la mente más despejada para escuchar la locura que cometió mi hermanita.

— Chuli, ha sido un largo día, me voy a dormir.

— Pensé que querrías escuchar la historia de mi desastre — pone carita de perrito mojado.

— Mejor mañana, necesito dormir para escucharte.

— Está bien, buenas noches Tistan, es bueno tenerte en casa — me abraza y beso la cima de su cabeza.

— Buenas noches Chuli.

Una vez en la cama cierro mis ojos y el rostro de Amanda se materializa frente a mí. Esto va a ser muy difícil, olvidarla... No sé cómo hacerlo, a miles de kilómetros y la extraño, la necesito.

No puedo resistir la tentación y entro al sistema desde mi teléfono, necesito verla. En la pantalla aparece la imagen dividida de las cámaras y observo que está en la sala leyendo un libro, toco la imagen para que quede solamente esa toma, tiene una copa de vino a su lado y está muy concentrada, noto que frunce de vez en cuando su ceño y toma un sorbo de su copa. La miro por un buen rato, se levanta y se acerca a la ventana, claramente esperando verme del otro lado. Salí de casa sin cerrar las cortinas y solo quedó la lámpara de la sala encendida, como si hubiera alguien. "¿Dónde estás Chris?", pregunta al aire y mi corazón se dispara. Ella quiere verme. ¿Por qué entonces me rechaza? ¿Por qué me aleja si me quiere cerca? En mi cabeza comienza la especulación y la lucha de ideas, una parte la defiende a capa y espada, diciendo que me protege de su situación, la otra la ataca con todo su arsenal, diciendo que únicamente juega conmigo. No sé a cuál escuchar. Lo único que sé es por ella soy capaz de todo y que la necesito en mi vida.

"Estás enamorado" dice una tercera voz interna, esa que siempre me dice la verdad y a la que pocas veces escucho. "O te alejas para siempre o la conquistas con todo lo que tienes". Sí, dice la verdad, pero no me muestra el camino para enfrentarla, eso me lo deja a mí y mi libre albedrío.

El sueño llega en algún momento y lo último que ven mis ojos es a mi vecina, la mujer que me tiene sufriendo y amando por primera vez.